Capítulo 1: ¿Le puedo pedir un milagro para llevar?
Cuando sintió el golpe llegar y ver que no había muerto a pesar de caer de un tren que se había estado moviendo, BaekHyun abrió los ojos. No se hallaba en ninguna parte que le pudiera decir que se hubiera alejado mucho de donde estaba. En realidad...
Ni siquiera había salido de la estación del metro. Recargado sobre el pilar donde se había sentado antes, BaekHyun se sorprendió de descubrir que estaba sentado con sus cosas revueltas en una muy mala posición y ese golpe que sintió fue de él moviendo su cabeza fuera y que casi lo hizo llegar hasta el suelo.
Su cuerpo había reaccionado como resorte, en lugar de dejarse caer, se fue hacia adelante y se golpeó, lo que lo dejó de nuevo entre el mundo de los vivos y un dolor molesto en su cabeza. Se sobó de manera inmediata, y con su simple au que soltó bajo, sus ojos fueron adaptándose a la luz sobre la que ahora estaba.
Para su mayor sorpresa, ya había gente caminando a su alrededor. Los altavoces del subterráneo estaban anunciando salidas del metro, algunas personas le daban dos miradas como si estuvieran viendo a una rata, y él... solo hasta entonces recordó lo que había pasado.
Anoche perdió el metro, se sentó ahí preguntándose qué iba a hacer ya que no tenía dinero, y luego al escuchar un silbato... ¿había llegado un tren? No, eso no era posible, no había trenes o metros que pasaran después de las 12:00, entonces, ¿qué había sido todo aquello que vivió junto al supuesto detective guapo, los disparos y cierto extranjero que había apachurrado por la mano?
Un sueño. Todo había sido un sueño. Cierto. Eso mismo se había dicho él en medio de su semiconsciencia que estaba teniendo dentro de él.
Suspiró.
Diablos, y en verdad se había quedado dormido ahí en la estación del metro. Todo ese tiempo. ¿Ya qué hora era?
Nueve de la mañana. ¡¿Qué?! ¿Cómo era posible que se había quedado toda la noche durmiendo en el metro?
Bueno, ahora entendía por qué la gente lo estaba mirando como una paria. Si estaba peor que pordiosero. Avergonzado como podía estar, apenas carraspeó para poco atraer atención a su propia persona. Lo necesitó, porque su garganta se sentía rasposa, como si la hubiera estado utilizando mucho... ¿acaso había gritado realmente mientras estaba soñando? Con eso que pasó al momento de caerse...
Cielos, si había gritado en su sueño y la gente lo había visto, estaba el doble de claro el por qué lo miraban tan mal. Necesitaba salir de ahí de inmediato.
Tal vez tomar el siguiente metro parecía lo más lógico dado su caso, pero ya que había pasado por un poco de vergüenza en el lugar, BaekHyun prefirió tomar otra alternativa.
Pasaban de las nueve de la mañana, eso quería decir que JongIn ya habría terminado su horario nocturno en el LILAC. Tal vez iba de salida, y si le mandaba mensaje para que lo recogiera...
¡Ding!
Voy en camino, ¿qué estás haciendo fuera de tu casa tan temprano?, el mensaje de su amigo leía. Huh, BaekHyun se quería preguntar lo mismo, no era como si pudiera explicarlo.
Pensar en tener que hacerlo cuando JongIn pasara por él de por sí ya le estaba regresando el dolor que sintió en la cabeza por el golpe de antes.
No se preocupó mucho en tomarlo en cuenta, recogidas sus cosas y cargado todo entre manos, decidió salir con pasos apresurados de la estación y subir a las calles iluminadas por otra mañana con los olores, el ruido de autos y la gente transitando por todas partes en otro día laboral.
Mismo día por el que él debería estar más recostado y durmiendo como completo vago en su propia cama. Entraba a trabajar a eso del mediodía al LILAC, su jornada era larga, no podían culparlo por querer levantarse apenas con el tiempo suficiente para tomar su transporte, cambiarse de ropa y salir con un pan en la boca como desayuno.
No era como si su trabajo de guardia de seguridad en el centro comercial le diera mucha motivación para querer pararse temprano y salir con mucho tiempo de antelación. Esa era su vida, después de todo. Con un bachillerato trunco, sin mucho dinero por una cuenta interminable que pagarle al hospital y el vivir en un gosiwon no era como si pudiera obtener muchas cosas. El trabajo de guardia de seguridad... BaekHyun se decía que era temporal, pero ya llevaba cerca de cinco años en él y no veía el momento de jubilarse.
La vida no era tan mala, tal vez su economía estaba del asco, pero al menos comía y... ¿estaba vivo?
Era el privilegio que no podía decir tuvieran muchas personas.
El claxon de la moto de JongIn sonó tan solo unos metros más atrás de donde estaba parado en la banqueta. Al alzar la mano bien, ubicado su amigo con su mismo uniforme junto a una chaqueta de cuero extra y su casco rojo que igual lo saludó al llegar, BaekHyun hizo espacio para que pudiera pararse y le permitiera subirse en el asiento detrás.
JongIn no hizo demasiado tiempo en sacarlos de ahí, conocedor de que necesitaba ir a su casa, su amigo siguió su camino por donde iban. En medio del camino, ya agarrado ligeramente por su cintura ante la velocidad, no le fue raro que JongIn le hablara, era algo que estaba acostumbrado que hicieran. Sin embargo, por la misma situación, tuvo que acercarse poco más a su amigo para poder escucharlo, lo que casi parecía que iban abrazados y la gente les podía dar dos miradas al pasar, pero meh, qué iba a hacer BaekHyun por eso.
Qué viva el amor.
"¿Quieres decir que te quedaste dormido en la estación del metro?" con los semi gritos de JongIn y su cabeza poco ladeada para dejarse escuchar, BaekHyun recibió algunos de sus cabellos castaños traviesos que volaron a pesar de estar otros retenidos por el casco. Era cosa de que JongIn tenía el cabello más largo ahora, en su posible intención de crecerse un mullet o solo por ahorrarse unos wones antes de tener que hacerse otro corte. "BaekHyun, sé que la situación ha estado muy difícil para ti, pero este es otro nivel de pobreza. Tienes suerte de que mis entregas no tengan límite hasta las tres de la tarde, porque pude pasar por ti, pero esto es tan inusual..."
"Bueno, no es como si planeara amanecer ahí, pero sí... algo sucedió, ¿ok? Y yo... no lo sé, perdí la noción del tiempo, solo me dormí."
"Pff, tienes que estar bromeando. Otra anécdota para la larga lista de las cosas locas que nos pasan, ¿no?" Su amigo bromeó en medio de que la conversación se fue por otro rumbo que él giró para seguir hablando de sus desgracias y la vergüenza que pasó.
Fueron bien después de eso. El camino se hizo más corto de repente, y cuando menos lo esperó ya estaba frente al edificio donde vivía. Unas largas escaleras lo estaban esperando para subir, y como sabía que JongIn tenía trabajo que hacer, no lo entretuvo mucho más. Al despedirse, BaekHyun subió a su piso con todo el cansancio del mundo.
No sabía por qué estaba tan cansado si se suponía que había dormido hasta nueve horas, pero le pesaba cada paso que estaba dando. Apenas logró subir hasta su piso, y al saludar a la casera, pasó de corrido a su habitación.
Su lugar no era más que apenas un 3x3, donde una cama individual bastante reducida cabía. Tenía un escritorio de junto, sobre el que estaban algunas de sus ropas colgadas en ganchos. El resto de sus cosas las guardaba en cajas debajo de la cama y así escondía un poco el desastre que tenía. No fue como si se preocupara mucho por él cuando llegó a tumbarse a su cama.
Sin embargo, su usual alarma de las diez de la mañana sonó solo unos minutos más tarde, y con un gruñido se debió parar. Era hora de que volviera a activarse.
Se bañó, se lavó los dientes, comió algo rápido en el comedor comunitario del gosiwon, incluso pasó unos minutos al celular viendo algunas de las noticias y sus redes, y cuando estuvo–entre comillas– listo, regresó a la estación del metro con el mismo uniforme de ayer para irse a su trabajo.
El LILAC lo recibió en su máximo esplendor, con sus tres pisos de puras tiendas comerciales, los ventanales impresionantes que daban ese estilo moderno y abierto, transparente. Los pisos lustrosos de azulejos beige y las puertas eléctricas le dieron la bienvenida al entrar, y al llegar a la otra punta, en el subterráneo luego del estacionamiento, BaekHyun dejó su mariconera con sus pocas pertenencias en su casillero, checó su entrada y se subió de nuevo a su área en el centro del lugar sobre módulo de seguridad donde solo tenía una sillita, una mesita y un radio para comunicarse.
Al menos estaba en el área que daba al aire libre, podía ver un poco el cielo en esa parte donde había quedado abierto el centro, unas cuantas plantitas lo rodeaban de las banquitas que tenían disponibles para que los clientes se sentaran en medio de sus compras, y el airecito fresco le daba de lleno. Era una ventaja en días calurosos, en los de lluvia y nieve no podía decir lo mismo, había veces en las que le había tocado tener que jalar su puestito bajo uno de los techos y si vergüenza suficiente no había tenido ya luego de mojarse un poco, más le daba al poco tener la fuerza para mover por sí solo el puestito que más pesaba de lo que parecía.
Gajes del oficio que quizá podía reclamar, pero no se veía que hubiera mucha respuesta. Misma razón por la que saludó poco animado a su jefa al pasar. Ahí estaba SeoHyun, mientras caminaba tan campante en su saquito negro y falda a la par, con su moño de cabellos rojos alzados y llegaba hasta él con una caja de la que no quería averiguar todavía de qué se trataba.
"Buenas tardes, SeoHyun-ssi, ¿hoy será un buen día para que salgamos temprano?" Quiso bromear a modo de disimular su enojo por lo de anoche. Después de todo, no podía dejar pasar que se le había ido el metro y había dormido en la estación por culpa de ella. Tal vez no estaba tan descansado como debería por la misma situación, dormir sobre un pilar era inhumano. Obviamente debió pasar mala noche, pero eso no se lo iba a decir a la mujer que apenas lo estaba viendo con cara amigable.
Recta y seria, ni siquiera correspondió su sonrisa. Parado uno frente al otro esperó que no viniera de malas la mujer, porque eso solo podía significar trabajo. Trabajo, trabajo y más trabajo por el que ni siquiera le pagaban lo que deberían.
"Yo posiblemente, tú por otro lado es seguro que te quedaras horas extra."
"¿Qué? Pero ¿ahora qué hice para tenerlas...?"
"El señor de la tienda de discos dice que necesita que revisen su sistema de vigilancia. El problema es que no quiere que revisen su vigilancia actual, sino la antigua. Aparentemente uno de sus empleados más antiguos se le va, y él está seguro de que se ha robado por años algo de la mercancía sobre todo en el área de vinil, así que..." con unos golpecitos a la caja maldita que BaekHyun precisamente había querido ignorar, SeoHyun le dedicó por fin una sonrisa que él ya no pudo igualar por lo que ahora significaba. "Necesitarás revisar todas estas cintas viejas para anotar cada uno de los problemas que hubieran pasado en esa tienda."
"¿Cada uno? Pues, ¿cuántos son? ¿Y cómo se supone que voy a...?" Al abrir la caja, entre el polvo y la mugre, BaekHyun encontró unas muy viejas cintas video-casete de las que no podía creer que todavía existieran, y por su ceño fruncido, no estaba seguro de saber cómo manipularlas. "¿... verlas? ¿Tenemos siquiera una videocasetera?"
"Está en la bodega, deberías encontrarla por ahí en alguna parte bajo algunos de los antiguos expedientes."
"Oh, o sea que aparte tengo que buscarla por mi cuenta."
"¿Quieres que haga por ti todo el trabajo, BaekHyun? ¿Por qué demonios te pagan? Haz que tus horas valgan la pena," apretó los dientes. No le pagaban por hacer ese tipo de trabajo. Específicamente su contrato estipulaba que él solo debía hacer vigilancia en su área del centro comercial, no que revisara el sistema de cada una de las tiendas o se pusiera a buscar antiguas videocaseteras. El asunto era peor porque le estaban pidiendo que revisara algo que ni siquiera había pasado en los años que él tenía trabajando ahí, ¿por qué diablos le exigían estas cosas? Y las horas extra que ni siquiera eran pagadas... con esa jefa de ensueño que tenía (sarcasmo).
"SeoHyun-ssi, yo solo digo que si me podría tener un poquito más de consideración. Ayer en la noche salí muy tarde del trabajo, yo... usted sabe que vivo lejos y el último metro que pasa, ni siquiera pude tomar..."
"¿Y eso es mi problema exactamente como por...?" SeoHyun le contestó con una ceja alzada. BaekHyun apretó los labios. Muy bien, no podía decir más, si lo hacía seguro que perdía su trabajo, y para la situación en la que estaba no creía que tuviera la oportunidad de darse unos meses sin trabajo. Las cuentas lo estaban ahogando, los del banco no tenían misericordia, si seguía atrasándose con sus pagos era seguro que hasta le embargaban... con las pocas cosas que le habían quedado de la casa de su mamá. "Termina tu trabajo a tiempo, BaekHyun, haz las cosas rápido. No me importa tu vida, el que me la cuentes solo hace que pierdas minutos en los que ya podrías estar sacando la videocasetera de allá abajo. Arréglatelas como puedas, si necesitas ayuda, puedes pedirle al conserje del subterráneo. ¿Quedamos claros?"
"Claros como el agua," asintió todavía con los dientes chirriando. Obvio que sonrió para disimular, pero a la mujer apenas debió importarle su gesto. Al seguir haciéndole la vida imposible a cualquier otro personal del centro, BaekHyun la vio irse taconeando en lo que suspiraba lleno de enojo. Si no quería matar a alguien, era mejor que se repitiera su mantra de todos los días. "Inhala amor, exhala paz. Inhala amor, exhala paz. Inhala amor, exhala paaaaaz."
Recuperada su calma (solo de momento) decidió dirigirse con sus cosas (y la maldita caja) al subterráneo. Nada como encerrarse por horas en un estúpido sótano.
Eso era lo que uno obtenía de la vida adulta responsable.
Al menos el día pasó más rápido de ese modo, entre ver videos, anotar situaciones con número exacto de hora, cinta y día en el que había encontrado ciertamente algunos increíbles robos que se hizo un trabajador por años, BaekHyun había salido a su hora en esa ocasión.
La ventaja de quedarse allá abajo fue que nadie lo distrajo. No hubo más SeoHyun que lo buscara para hacer otros mandados, ni vendedores de tiendas que le pidieran revisar otras cosillas que suponían era parte de su trabajo–como limpiar los malditos sanitarios del tercer piso, ¿por qué demonios lo mandaban a él por el trapeador? Él no tenía la culpa de que el conserje saliera más temprano de lo que el guardia de seguridad y la gente rica fuera más cochina de lo que aparentaba. Por esa razón, pudo salir mucho más rápido de lo esperado. Claro, con minutitos de atraso, pero de menos checó su salida a buena hora y se fue al metro sin tener que ir corriendo.
Entre el ajetreo usual de la ciudad, pagar su pasaje y esperar a que viniera el siguiente metro, BaekHyun pudo suspirar sabiendo que por fin se iba a casa a descansar. Ahora sí, de verdad.
La gente salió uniformemente del que vino para recogerlo. Él pasó entre personas para hacerse de un buen lugar, pero debió esperar que a esa hora el metro fuera un poco lleno. Como tantas personas que salían de trabajar tarde por hacer horas extras sin remunerar, BaekHyun se vio un poco apretujado en su intento por llegar a tomar uno de los asientos. Una chica con uniforme escolar y una gran mochila que no bajaba le obstruyó el camino, y al forzar el paso, jaló sus propias cosas provocando que se le cayera su chaqueta.
"Oh, lo siento, ya recojo esto," todo para que la chica lo mirara con molestia. ¡No era su culpa que ella trajera su mochila en medio del pasillo sin dejar pasar a las personas! Ella debería ser la que se disculpara y recogiera sus cosas en lugar de él. Pero claro, como era una adolescente que sentía el mundo no la podía tocar, BaekHyun tuvo que ser el agachado en el suelo.
En medio de que le ganaron el asiento disponible y el metro se movió para iniciar el viaje. No le quedó más que recoger todo apresurado y al menos agarrarse de un tubo para no sacudirse demasiado.
Tarde se dio cuenta de que había algo brillando en el suelo donde cayeron sus cosas. Con el ceño fruncido, en una de las paradas que hizo el metro antes de llegar a su casa, BaekHyun se inclinó y estiró para alcanzar aquello que dejó por allá. Uno nunca sabía cuándo podía ser dinero... pero no, para su mala suerte, no era ninguna moneda o algo parecido. En su lugar, encontró una tarjeta, y aunque al inicio no la reconoció, cuando vio el reverso se encontró con unas letras resaltadas en negro que lo dejaron abrir mucho los ojos por lo que leía.
ℙ𝔸ℝ𝕂 𝕃𝕆𝔼𝕐
𝔻𝕖𝕥𝕖𝕔𝕥𝕚𝕧𝕖 𝕡𝕣𝕚𝕧𝕒𝕕𝕠
¿Era eso real? No podía ser posible, porque él... él recordaba haberla recibido solo en su sueño...
No, BaekHyun estaba seguro, esa tarjeta no podía ser verdad. Tal vez la había obtenido de algún vendedor ambulante, alguna especie de promoción de show infantil, para fiestas, quién sabía, algo que le hubieran dado en otra parte y se la hubiera guardado desde hacía tiempo sin recordar que la tenía en su chaqueta. Tenía sin lavarla desde hacía un rato, debió olvidarla y ahora ahí estaba...
Entonces, en su sueño solo había relacionado eso con lo que su mente le creó de historia, porque no había otra razón para que algo así leyera y estuviera viendo en este momento con las tonterías y locuras que había soñado... ¿no?
BaekHyun giró la tarjeta entre sus manos. Bueno, algo era raro en eso. La tarjeta, por más dorado y brillante que fuera con esas letras resaltadas en una estilizada caligrafía, no tenía ninguna dirección o número de contacto, siquiera una red social... no era como si un vendedor pudiera hacerse conocido si no daba sus datos...
Intrigado por esa situación, tan pronto llegó a su casa media hora más tarde en el metro, decidió hacer una pequeña búsqueda. Su computadora de escritorio siempre encendida lo recibió, y al hacer una rápida revisión del nombre en redes sociales, incluso en el navegador con la esperanza de que algo le saliera... simplemente no encontró nada.
"Raro," se dijo, pero no importó, no era como si descubrir la persona que le había dado esa tarjeta fuera su máxima prioridad. Aunque hubiera un bichito de curiosidad que no quería descansar hasta obtener respuestas, cuando escuchó los ruidos de la pared continua, donde su muy querido vecino estaba claramente cogiendo con su novia sin limitarse a gritar, BaekHyun se dijo que era hora de dormir antes de quedar más perturbado de lo que ya estaba.
Tomó sus audífonos y puso musiquita a alto volumen antes de decidir apagar su pantalla.
Entonces, la tarjeta quedó olvidada sobre su escritorio y él dormido en su propia camita bajo sus sábanas. Quizá podría solucionar un poco más tranquilo esa situación en la mañana.
Sentado al comedor tan solo al día siguiente, mientras desayunaba algo tarde para soportar el hambre que le daría en su trabajo, BaekHyun todavía estaba viendo la tarjeta que encontró anoche. Seguía sin discernir de dónde podría haberla encontrado, y ya que sus búsquedas habían sido nulas, no le quedó más que suspirar lleno de frustración.
Tal vez si preguntaba con personas que contactara, podría saber algo al respecto. No sabía, pero era probable que incluso esa tarjeta se le hubiera ido sin querer de otra persona entre su ropa.
Convencido de esa idea por el momento, luego de tomar un gran bocado de su arroz insípido hecho de bolsita, levantó los ojos al escuchar a sus vecinos en el gosiwon llegar a la cocina comunitaria. Eran chicos estudiando su maestría, BaekHyun los conocía por pequeños atisbos que tenían entre las salas comunes del lugar. Claro que nunca había hablado mucho con ellos más que de manera cordial, en lo que preguntaba qué hora era, cómo se llamaban, qué tal había estado el día y cosas que la gente hacía por amabilidad.
"Hey, buenos días," TaeIl fue el primero en saludarlo. Él apenas sonrió con sus mejillas llenas de arroz para contestar. Eso no le quitó su linda sonrisa al chico con esos pequeños ojos bajo un flequillo rubio de cabello corto y partido de lado. Se veía tan joven, pero BaekHyun estaba seguro de que no era menor a él por muchos años de diferencia, quizá dos o tres. Probablemente fuera cosa de la juventud de ahora, porque él no entendía cómo era que se veían tan distintos en cuestión de edad... o tal vez solo era cosa de que BaekHyun había llevado vida más pesada y se había demacrado más. En cualquier caso, era tan bonito el muchacho.
Casi tanto como su hermano...
"Bonita noche la de ayer, ¿no?" DongYoung le preguntó en lo que pasaba por su lado con una palmada en el hombro. Pudo quedarse solo un segundo viéndolo de más, con esos hombros anchos, esa cara angulosa, de bonita sonrisa amplia, dientes blancos, ojos afilados y cabello negro partido en dos que no sabía cómo le quedaba tan bien si a él se le vería del nabo; pero reaccionó cuando pasó hasta el refrigerador para sacarse mayonesa y jamón. Obviamente el recuerdo de que los hombres acá eran 100% hetero no le dejaba tener suficientes fantasías. BaekHyun tenía los pies puestos sobre la tierra, y si no quería parecer un completo depravado, iba a contestar.
Sin darle muchos ánimos a la conversación como los chicos ahora sentados a su lado en la pequeña mesa junto a la pared de la cocina podían buscar hacerse un par de emparedados.
"Sí, sí, claro, eso... ¿anoche? ¿Qué pasó exactamente anoche?"
"¿La noche loca e intensa de HyoJong y HyunAh?" TaeIl le dijo entre risitas. Claro que BaekHyun abrió un poco la boca en el recuerdo de lo que los chicos hablaban. Claro, sus vecinos que cogían como conejos a todo volumen. Apretó los labios en seguida. A veces era complicado hablar con los chicos de ahora, muchas cosas ridículas les parecían divertidas, y luego se recordaba que él no era aburrido si no se reía, solo era un poquito más maduro que estos pobres niños fifas. "Se nota que lo disfrutaron. Con todo el griterío creo que hasta yo me corro."
"¿Por HyoJong o por HyunAh?" TaeIl golpeó a DongYoung en el pecho ante aquel comentario. En el intervalo claro que ninguno de los dos vio cómo él rodaba la mirada. Sí, ahí era cuando lo bonito se le iba al muchacho, y se recordaba que si la orientación sexual fuera una decisión, a nadie le gustarían los hombres. "La verdad es que sí hicieron mucho escándalo anoche. ¿Cómo lo llevaste, hyung? ¿No intentaste golpear con la escoba la pared otra vez?"
"Nah, ya los dejo hacer lo que prefieran. Solo pongo mi música a todo volumen con audífonos, e ignoro que existen. A ustedes también les convendría intentarlo, digo, solo por privacidad," se encogió de hombros como si no quisiera la cosa. Evidentemente sus vecinos fifas siguieron riéndose como si él dijera una broma. Quién era BaekHyun para sacarlos de su estupidez innata. Aunque, si algo le podían servir ya que ahí los tenía, mejor que aprovechara antes de que se le hiciera tarde para salir al trabajo. "Oigan, chicos, por cierto, hum... ¿ninguno de ustedes sabe de dónde es esta tarjeta? No sé, si alguno conoce o sabe de qué se trata, tal vez sea suya..."
Pasó de ese modo la tarjeta que entre sus manos tenía, y de esa forma terminaron de hablar de gente cogiendo y los chicos observaron juntos la tarjeta dorada. Por sus obvios ceños fruncidos en lo que la miraban de un lado a otro, BaekHyun pudo suponer rápido sus respuestas.
"Nunca había visto algo así en mi vida. No es mía."
"Mía tampoco, y en general, esto se ve demasiado extraño."
"¿Creen?" Los chicos asintieron en lo que se la entregaban. Ya imaginaba qué le dirían, pero igual él quiso saberlo por su cuenta. "¿De qué forma?"
"Bueno, aparte de que tiene mucha información que le hace falta, creo que es raro que sea una tarjeta de presentación."
"Sí, ¿quién utiliza tarjetas de presentación en estos días?" DongYoung siguió en lo que él inflaba las mejillas. Bueno, en algo tenían razón los jovenazos, las tarjetas de presentación eran extrañas.
No fue como si pudiera preguntar mucho más allá, de cualquier forma. Con el tiempo encima, BaekHyun les agradeció, dejó sus trastes en el lavabo, y salió corriendo para ponerse su uniforme antes de irse a la estación del metro.
No pensó demasiado en el lugar. Continuó con su rutina, y llegó apenitas a su trabajo antes de que le descontaran por ir retrasado.
Ya en su puesto, BaekHyun se quedó mirando la tarjeta sin nada mejor que hacer por ese día. Después de todo, parecía que su mala suerte del trabajo innecesario se le había acabado–o solo le daban por hoy un descanso–, y podía holgazanear un poco, sentado solo en su puestito mientras observaba de un lado a otro la tarjeta.
Por alguna razón incluso pensó en investigar en el catálogo los locales del LILAC. Capaz alguno se llamaba como lo que decía la tarjeta. Parecía lógico que así fuera, podría haberlo recibido de un cliente o algo similar, y al apenas verlo, su mente lo tomó como recurso para insertarlo en sus sueños.
Pero ¿era posible que el hombre guapo que vio en ese sueño también existiera? La gente decía que no se podían crear personas por nuestras propias mentes, siempre tomabas referencias de personas que alguna vez viste...
Bueno, si había algún hombre guapo por ahí en un posible local llamado PARK LOEY, ¿qué demonios estaba haciendo todavía sentado?
Decidió tomar sus cosas y darse una vuelta por el lugar. De todas maneras, no era como si lo tuviera prohibido. Podían a veces darse rondas a los alrededores, y si alguien lo cuestionaba, siempre estaba la excusa de ir al baño...
Eso se dijo, ya en el segundo piso del LILAC, cuando se encontró con su jefa esperándolo al final de las escaleras eléctricas. BaekHyun sabía que lo bonito de su tarde libre no iba a durar, pero de menos esperaba que no acabara tan rápido.
¿Qué esa mujer no tenía vida?
"Hey, SeoHyun-ssi, ¿sucedió algo?" La mujer arqueó una ceja, y casi como si lo descubrieran robando de la joyería donde la sonámbula Lee deambulaba, BaekHyun suspiró, ya puesto a un lado de las escaleras en el piso arriba para evitar el flujo de gente. "¿Ahora para qué se me necesita?"
"¿No escuchaste tu radio? Te estuve llamando por el canal tres para que fueras por papel de baño. Se acabó en el baño de hombres, se necesita el repuesto de inmediato. Ya me llegaron dos quejas."
"¿No se supone que eso debería hacerlo algún conserje del lugar?" SeoHyun entrecerró los ojos, en lo que él volvía a suspirar. "¿Dónde encuentro el papel de baño?"
"Te lo dije por el canal tres. ¿Dónde tienes tu maldito radio?"
"Lo olvidé en mi puesto..."
"¿Y como por qué saliste sin el radio de tu puesto?"
"Bueno, yo solo estaba..."
"¿Yendo al baño? No me vengas con esa excusa, uno no viene desde planta baja hasta el nivel 2 para ir al baño. ¿Estabas de nuevo perdiendo el tiempo solo viendo a tu alrededor?"
"No era eso, es que yo necesitaba..." su jefa inclinó la cabeza, y como si estuviera en verdad interesada en escucharlo cuando claramente se veía molesta, BaekHyun se preguntó si debía decirlo, pero... no era como si tuviera de otra. ¿Qué más podía perder? ¿Su trabajo? "Estaba buscando un local por aquí, no sé si lo conozcas, es que tengo esta tarjeta..."
Con las manos estiradas, BaekHyun le mostró a SeoHyun su tarjeta. La mujer de moño bajo súper apretado apenas la tomó con sus manos delgadas, y al verla por unos segundos, con su expresión calma, BaekHyun tuvo esperanza...
"¿Esta es alguna especie de broma?" ... que se le tronó peor que goma de mascar. Cuando la vio mostrarle su propia tarjeta como si se la pensara entregar, BaekHyun no supo cómo contestarle.
"¿Qué?" No precisamente.
"¿Te parece gracioso? ¿La forma en la que intentas hacer tu renuncia?"
"Otra vez, ¿qué? ¡No! ¿Por qué...? ¿Por qué creería que la estoy pidiendo? Yo no estaría..."
"Entonces, deja de pensar en tomar otro nombre y otro trabajo con estas cosas. De todas formas, entre todo lo que podías escoger, la labor de detective suena tan absurdo. ¿Tienes experiencia? Mucho lo dudo, si eres un don Nadie, ¿quién te contrataría?" dicho todo aquello entre la boca apenas entreabierta de BaekHyun, la vio tirarle su tarjetita. Prácticamente se la había lanzado por el borde de las escaleras, y sin que la pudiera atrapar al escaparse de sus manos, BaekHyun la vio bajar hasta las fuentes. Quedó todavía mirando en aquella dirección antes de que su jefa riera, y llena de ese cinismo, la escuchó terminar: "Baño del sector 4, papel en el de hombres. Lo quiero en quince minutos. Si no está, dile adiós a tu siquiera posibilidad de cubrir por nuevas tarjetas de esas."
No le importó cumplir con su orden, aunque supiera que la iba a realizar en lo que asentía, al bajar por las escaleras e ir hasta las fuentes donde se vio bastante ridículo estirándose todo lo que podía para no meterse al agua y rescatar su tarjetita dorada, BaekHyun suspiró al obtenerla.
Definitivamente la odiaba. Odiaba a SeoHyun por cómo lo trataba, pero si de algo más la podía odiar, seguro era porque lo que dijo tenía algo de cierto, y eso era deprimente.
Por algo que decidiera parar. Si continuaba con eso le iría mal. Estuvo a una de perder su trabajo por esa tontería. Y sí, quizá odiara su trabajo como a su jefa, pero que lo odiara no significaba que podía darse el lujo de renunciar.
De cualquier forma, el significado y lo que fuera esa tarjeta no tenía sentido, era estúpido y sin importancia.
"Fue solo un sueño," se dijo además, en su forma de intentarse convencer. Por más que su mente siguiera alzando alarmas en su cabeza sobre lo que veía, al sacudir su cabeza se lo pensó otra vez. No tenía caso. "Fue solo un maldito y tonto sueño."
Unas cuantas horas más tarde, un par de cambiadas de papeles en baños e intentos por escapar de SeoHyun antes de que se le hiciera tarde para checar salida, BaekHyun ya estaba de nuevo esperando su metro en ese día.
Aún frente a él, en lo que la gente comenzaba a entrar cuando las puertas se abrieron y salieron las que bajaban, BaekHyun tuvo un momento de duda. Ese metro, justo en ese mismo lugar, era donde había pasado todo lo del otro día. ¿Era posible que en verdad hubiera sido algo más...?
Pero no. BaekHyun no podía seguir con eso. No valía la pena, tenía que recordarse que no podía darse el lujo de pasársela en las nubes cuando muchas cosas quedaban por resolver en su vida.
Pensar en sueños, lo que sea que hubiera pasado hacía unas noches, algo fantasioso y sin sentido, no entraba en lo que él hacía porque eso no le dejaba más dinero, eso no le iba a quitar la inmensa deuda que tenía en la espalda, y si no encontraba el modo de zafarse de ella, cuándo iba a poder llegar a hacer lo que tanto quería en su vida.
De cualquier modo, SeoHyun tenía razón, en estos momentos él no era nadie, ningún bien se iba a hacer si terminaba fallando en otras cosas por hacer caso a algo innecesario y quedaba sin su trabajo.
Entró al metro poco después de esa realización, y como cualquier otra persona, llegó con cara de pocos amigos a sentarse entre los lugares disponibles. JongIn le había mandado un mensaje, y aunque podía leerlos sin revisarlos, BaekHyun no estaba entendiendo de qué estaba hablándole. Aparentemente SeoHyun había hablado con él tan pronto llegó para burlarse de algo que había hecho, pero en ese momento lo que sea que hiciera y dijera esa mujer poco y nada le podía importar.
BaekHyun se recargó en el respaldar de los asientos para descansar, y cuando llegó a su destino, solo bajó. Pensaba ya irse a dormir llegando directo al gosiwon, incluso sin cenar. Estar entre desanimado, desmotivado y cansado lo había molido.
Sin embargo, mientras intentaba ponerse su pijama al quitarse todo su uniforme que iba a usar el siguiente día, vio frente a él eso poco que había podido dejar como alguna especie de decoración en su minúsculo espacio.
Esas medallas de cuando practicó hapkido de niño. Las había decidido colgar en la pared frente a él, junto a su escritorio, como alguna especie de recordatorio a su futuro sueño que esperaba cumplir. Eso de ser profesional en las artes marciales, ir a competencias y ganar premios, llegar hasta las olimpiadas... sonaba tan lejano ahora.
Era estúpido también recordarlo.
"Todo era más fácil en esos días, ¿no?" Se dijo a medio vestir, ya con su playera puesta y bóxeres debajo. Entre otro suspiro, solo agachó un poco la mirada para ver la foto junto a sus pertenencias del lugar. Esa misma por la que sonreía apretado y podía darle la razón por la cual era difícil pensar de la misma forma que antes. "Pero era solo un niño con muchas aspiraciones, ¿no, mamá?"
La sonrisa de su madre inmortalizada en aquella foto fue la única que lo miró de vuelta. Claro que no contestó, se hubiera asustado si lo hiciera, porque las fotos, los cuerpos inanimados y los muertos no deberían hablar. Pero eso no le quitó que él se comunicara.
Como si la foto de esa bella mujer de piel blanca, ligeramente ceniza, con sus mismos ojos pequeños y labios delgados cuarteados junto a su paliacate verde se lo pidiera, BaekHyun asintió y seguro de lo que pedía, decidió tomar uno de sus inciensos y prenderlo frente a ella. Con una pequeña plegaria al cielo, BaekHyun la miró, y sobre una caricia al cristal acabó por suspirar.
Solo dos años habían pasado desde que se había ido... y una larga cuenta de hospital le quedó como herencia. No era que lo pudiera reprochar, no tenía por qué, y sí, quizá eso lo había dejado en la misma nada. Pero eran las desventuras de la vida.
A veces solo no se podían explicar, y cuando menos lo esperabas, todo lo que pudiste planear se desvanecía frente a tus ojos.
Tal como el humo del incienso por terminar, BaekHyun decidió que eso era todo por el día. No más sueños locos, no mas tarjetas inexplicables, no había caso en investigar. Lo mejor que podía hacer si quería vivir de verdad era dormir para recibir el siguiente día.
Y vaya que lo hizo. Cuando amaneció con ojeras por despertar a mitad de su sueño mediante los malditos golpes que dieron los conejos a su lado, BaekHyun apenas retomó su descanso. Pero la alarma había sonado, y si no quería un descuento en su nómina, mejor que no tardara en salir de la cama ese día.
Claro que la parejita que por milagro de sabría qué Dios no había tenido todavía crías estaba ahí, sentada en un mismo lugar, mientras HyunAh se abrazaba del cuello de HyoJong y este la acercaba más sobre sus piernas. Estaban de lo más lindo, entre besarse, darse mimitos, comida en la boca y demás que, bueno, BaekHyun decidió mejor regresar a su habitación. Suficiente había tenido en la noche como para que le tocara verlos otro rato más a vivo y a todo color.
Agradeció infinitamente saber que JongIn le hubiera mandado mensaje, porque eso significó que pudiera tomar una excusa para distraerse, y sobre su ¿quieres salir a desayunar algo? porque su amigo acababa de salir del trabajo en su turno de noche, BaekHyun no dudó en aceptar casi de inmediato.
Apenas tuvo que ponerse una playera limpia, unos pantalones de mezclilla y sus tenis para estar listo. Sin decirle nada a la parejita de la entrada o a la casera en la recepción, BaekHyun salió a la calle donde pudo encontrarse rápido a su amigo estacionado en su moto roja y subirse sin preguntar adónde iban para largarse.
De cualquier forma, la cafetería a la que fueron no le dio problema. Era un simple lugar de malteadas y desayunos, nada extravagante para preocuparse por el dinero en ese día. Su paga ya se le había reflejado en cuenta, algo podía tomar de lo pagado en las de crédito, y con esa seguridad, sentado en la cabina frente a su amigo uniformado como guardia y el menú entre sus manos para revisar cuáles eran las promociones del día, se dijo que lo tenía cubierto.
No esperó que entre todas las cosas que pudiera recibir empezado ese horrible día fuera un muy amigable:
"Te ves del asco," de su muy querido amigo. Pero no era como si lo sorprendiera, él lo sabía. No se había alcanzado a lavar la cara, sus ojos estaban irritados, su cabello medio revuelto y capaz hasta un vello por ahí que debiera rasurar en la barbilla le estaban dando todo el mal aspecto del que hablaba con esa incomodidad. Otra razón para suspirar, y como alguna vez había leído, otro respiro menos en su vida se le fue entre él. No se podía enojar, encogido de hombros, siguió con la mejor búsqueda de comida barata, en lo que dejaba que JongIn le hiciera la plática. "¿Qué rayos te pasó anoche y por qué parece que te aplastó un camión? ¿Otra vez intentando saltar en la autopista? Ya te dije que más cara te va a salir la operación que las pastillas. Tantito coco se le debe tener a estas cosas, ¿no te parece?"
"Ja, ja, ja, ja, ja, muy gracioso," respondió sin ánimos en su imitación del vaquero animado, y aunque JongIn sí rio como si su chiste en verdad fuera lo mejor, lo desquitó en lo que le decía: "Bromear con el suicidio no es lindo, JongIn, ¿puedes tú tantito tener coco y dejar de ofender la situación de esa forma?"
"Entonces, no te lanzaste a un camión."
"Mis malditos vecinos siguen cogiendo como si filmaran porno junto a mí. En serio, ¿no pueden siquiera advertir para llevárnosla tranquilos y prepararnos con tapones o audífonos?"
"Y aquí es donde yo te pregunto otra vez: ¿por qué no te has cambiado de casa?"
"No es como si pudiera. ¿Sabes eso que dicen de que para hacerlo se necesita, hum, dinero?"
"Ah, el pequeño detalle. Entonces va mi siguiente pregunta: ¿y tu otro trabajo?"
"¿Cuál? No hay, no existe. ¿Qué estás esperando que haga?" En ese momento, una mesera se acercó a ellos a pedirles su orden. Claro que JongIn pidió unos panqueques con moras, y aunque él hubiera deseado pedir lo mismo, se limitó a un americano y huevos estrellados. La mujer se fue y despejó su mesa, entonces, se miraron de manera más directa para que le dijera: "El trabajo en el LILAC me toma toda la tarde. ¿Esperas que trabaje por la noche en mis únicas horas que tengo para dormir? Volverme loco no está entre mi lista antes de morir, por más que ya lo parezca."
"Todavía creo que podrías conseguirte algo mejor que el LILAC, BaekHyun."
"¿En qué lugar? Dímelo ahora para anotarme de una vez, porque sin universidad y una prepa trunca, dudo mucho que alguien me vaya a aceptar con mejor salario del que hallo ahora. McDonalds, KFC o cualquier tipo de tienda de conveniencia ya están en mi currículum, y déjame adelantarte, la paga ahí es peor con más explotación que esta."
"A mí me va bien como pick-up. ¿Sabes? Hacerle y llevarle el mandado a los viejitos ricos en lugares espectaculares como Gangnam no es tan malo. No te toma muchas horas, se puede hacer desde temprano, es una paga extra bien merecida..."
"De la cual se necesita un transporte, porque dudo mucho que me vaya bien transportando mandados de otras personas en camiones o el metro. ¿Y si me roban en el camino? ¿Tendría que pagar extra? Tú lo dices porque tienes moto, déjame te recuerdo, mi amigo."
JongIn alzó las manos, rendido. Obviamente en esa pelea no iba a ganar contra él, no porque no hubiera modo, solo no había escapatoria. A donde quisiera mirarle alternativa, BaekHyun ya lo había pensado y cortado desde raíz. Tener un segundo trabajo para intentar vivir mejor con algunas de sus deudas de hospital y la vida de adulto responsable que intentaba llevar no sonaba mal en todo tipo de casos, pero no era fácil cuando las horas disponibles eran limitadas, las contrataciones eran pesadas por su tipo de educación y sus limitaciones en propios recursos.
No era excusa para no intentar algo más, pero en cada que le buscaba, solo no había mucho para él todavía.
"No tienes salvación en ese caso. Estás arruinado y hasta el fondo, ¿no es verdad?" Él lo sabía, y tan malo como pudiera sonar, lo único que podía realizar era aguantarse. La esperanza era lo último que moría, y a pesar de lo débil que ahora se escuchaba, algo estaba ahí todavía para hacerlo luchar al menos con lo que tenía. "Diablos, BaekHyun, supongo que no tendrás de otra más que seguir soportando lo del LILAC y tus vecinos con su película."
"Sí, y aunque en verdad me gustaría hacer algo más, quiero decir, algo que me llene de verdad, más que solo trabajar para sobrevivir en esta mierda de vida, supongo no se ve mucha claridad en mi horizonte," y si bien lo veía, JongIn tenía tanta suerte en esa situación. Cualquiera hubiera deseado que sus padres le heredaran un apartamento incluso de manera premeditada a perderlos en la realidad. Pero esa no era su vida, y aunque la deseara, BaekHyun tampoco la envidiaba. Había pasado por muchos años de culpa, depresión y cansancio para seguir de esa forma. JongIn era su amigo desde lo que le dejó la preparatoria, y era lo único que le quedaba como para desecharlo por molestias estúpidas. "Pero pienso que eso de vivir realmente no existe más que para las personas ricas."
"Es demasiado fantasioso, ni siquiera esa gente lo tiene, muchos inconvenientes y falsedades en sus vidas como para creer que todo sea bello y maravilloso," JongIn retomó ahora que su café había llegado. Bueno, eso se lo podía conceder, pero llorar en una jacuzzi con hidromasaje a llorar en un baño compartido donde podía ocuparse por tres personas a la vez y moho en las paredes, suponía que daba muchas diferencias. "Nadie lo hace. Lo que tú necesitas no es otro trabajo u otra casa, estás hablando de un sueño, casi un milagro."
Se rio precisamente por eso, y al seguir su charla sobre aquel punto, BaekHyun sacudió la cabeza antes de tomar el primer trago de su ardiente café para repetirle en la burla:
"Claro, el milagro para llevar, porfa."
Pero qué más le podía decir, dos personas jodidas en vida hablando de eso no eran más que otro chiste en su sociedad. Por obvias razones no tardaron en cambiar el tema.
Entonces, otro día de mierda había pasado en su trabajo. BaekHyun iba de regreso a su casa. Otra vez en el metro, estaba esperando la última parada porque un ascensor se había descompuesto, y como si no hubiera un maldito ingeniero para encargarse del trabajo, ahí fue el todopoderoso vigilante BaekHyun para revisar qué demonios le estaba pasando.
Doce de la noche, horas extra que no le pagaban. Con eso y todo lo que había escuchado en esos últimos días, casi parecía otro chiste en sí mismo; así que, rendido, cuando anunciaron la llegada del metro, se acercó para subir. Casi como si el destino se quisiera burlar de él, en ese momento que metió su mano en el bolsillo de su chaqueta lo sintió. La tarjeta dorada de Loey que había podido rescatar, de vuelta frente a su rostro lo hizo quedar quieto frente a las puertas a punto de cerrarse del último transporte del día.
Y en lo que la miraba, mientras ese milagro del que había hablado con JongIn en la mañana se le repetía en la cabeza, se preguntó si acaso habría la posibilidad...
El metro se fue solo segundos después de eso, y sin que él se subiera, al ver cómo lo perdió ahora por voluntad, BaekHyun se dijo que lo iba a intentar.
Él quería vivir ese sueño de nuevo.
¡Feliz día del ChanBaek 2022! Es así como empiezo yo para darles un regalo de esta historia para contribuir al día (al menos en el momento que fue actualizado—igual podemos tener ChanBaek todos los días) 💙
Vamos avanzando lentito con la historia, no sé exactamente qué se esperaban con iniciar, pero estoy buscando hacer de esta un poco más clara. Con mayores puntos por tratar a profundidad, a modo de conocer a los personajes de a poco, en sus situaciones y sus vidas... bueno, de menos ya saben algo de lo que pasa con BaekHyun, así que el viaje va empezando~
🚂 ¿Qué les pareció? ¿Les gustó este inicio a modo de mini introducción?
🚂 ¿Ya me empezaron a odiar a ciertos personajes en la historia? 😅 (No me los odien en la vida real, ustedes saben que yo no incentivo odio a nadie jamás, acá solo se toman nombres de personas en el medio y se varían en personalidad para darle a la historia sus partes necesarias...) Pero sí, ya saben, hay muchas personitas que van a empezar a caer de higadito 😬
🚂 ¿Qué piensan ahora que pasará con este pobre BaekHyun—literalmente— en su búsqueda de milagro? Será que... ¿se le dará? 👀 Hagan sus apuestas~
Cosillas van a empezar a pasar pronto, así que no se desesperen mucho, solo dejen que la historia vaya tomando forma. Y con eso, una vez más, les agradezco todo el amor que le dan a la historia con votos, leídas y comentarios. Esperando que nos veamos en el siguiente capítulo, me despido, ¡hasta entonces! 💙
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