Las caderas de Jimin se movían con sutileza al ritmo de la música, en tanto caminaba de un lado a otro por la pequeña cocina, bailandole a Holly que sólo lo seguía con la mirada moviendo su cola feliz, y mientras lo hace, toma los ingredientes que necesitaba para terminar el desayuno de él y Yoongi.
Jimin había despertado muy temprano ese día, así que había decidido preparar el desayuno sin ningún apuro, disfrutando de su música favorita y cocinando lo que él quería.
Y en tanto Jimin tarareaba y se movía tiernamente, Yoongi lo miraba desde el marco de la puerta de la cocina con una sonrisa divertida, observándolo de pies a cabeza repetidas veces. El menor no se había percatado todavía de la presencia de su novio, por lo que seguía en lo suyo. El pálido, aprovechando esa oportunidad, se acerca a su chico en silencio y rodea con sus brazos la delgada cintura de Jimin, percibiendo al instante un pequeño saltito asustado de su novio.
- Tonto, me asustaste. - reprocha Jimin, volviendo a mover su cadera con sutileza, siguiendo de nuevo la canción que se reproducía en su teléfono, haciendo que Yoongi siga su ritmo detrás de él - ¿te acabas de despertar?
- Pues ya llevaba unos minutos observandote desde lejos. - responde, sonriendo ampliamente al mirar las mejillas de Jimin tornarse rojas por la vergüenza, muerde su labio gordito y sigue cocinando el huevo que tenía en el sartén, apoyando su espalda en el pecho del pálido - hoy era mi turno de hacer el desayuno, cariño. ¿por qué te levantaste a hacerlo tú? me hubieras despertado.
Y es que Yoongi y Jimin se repartian los quehaceres del hogar por dias, pues eso era lo justo y ese dia le correspondia a Yoongi hacerlo, es por eso que se le hacia extraño de que Jimin lo estuviera haciendo, ya que siempre se recordaban mutuamente cuando les tocaba hacer las tareas del hogar.
- Pues porque estoy de buen humor, hyung. - contesta de inmediato, riendo suavemente al sentir los suaves y humedos labios de su novio sobre su cuello y mejillas, apaga el fuego de la estufa cuando el huevo ya está lo suficiente cocinado y gira sobre sus talones, quedando cara a cara junto a Yoongi - mañana nos mudamos.
- ¿Qué tiene de emocionante eso? mudarse es cansado, ángel.
- Lo sé, pero estoy emocionado porque dejaré de ver a esas brujas que tenemos de vecinas, hyung. - contesta, dejando un pequeño besito en la barbilla de Yoongi - ¿no te acuerdas cuando se burlaron de mi cuando me quitaron mis lindas florecitas?
- Lo recuerdo a la perfección. - contesta, cerrando sus ojos y asintiendo con su cabeza de una manera linda.
- Y no hicieron solo eso, hyung. La señorita Kang no te deja de seguir con la mirada cada vez que te veía, era un fastidio porque ella sabía que yo la estaba mirando.
- Ugh si, es molesto, me incómoda...
- Es por eso que estoy feliz, dejaré de verlas y soportarlas... aunque me hubiera gustado quitarles todas sus flores que tanto presumía, pero bueno... - suspira, separándose de Yoongi, mirando como Jimin mantiene un pequeño puchero involuntario.
Y como que si se tratara de magia, la cabeza de Yoongi se ilumina con una maravillosa y juguetona idea que rapidamente lo hace sonreír.
- Jimin, ¿y sí destruimos el jardín de esas mujeres antes de irnos?
- Oh Dios, hyung. Estaba pensando lo mismo... - contesta con sus ojitos muy abiertos del asombro - me traes loco, Yoongi.
- Mmm...y tú a mí, Jimin.
- Lo sé.
Jimin sonríe seductoramente, acomoda su cabello hacía atrás y lame sus labios antes de enrollar sus brazos en el cuello pálido de su novio. El menor adoraba tener esa atracción sexual con su novio apesar de llevar años juntos. Muchas parejas alegaban que luego de años de relación, la tensión sexual iba disminuyendo y que no se sentían tan atraídos por su pareja como al principio, pero ese no era el caso de Jimin y Yoongi.
- ¿Qué te parece que si antes de idear nuestro plan hacemos un poco de ejercicio?
El entrecejo de Yoongi se frunce y sus labios se aplanan al no entender a su pareja.
- ¿Ejercicio? ¿a esta hora? - pregunta sin comprender - no hemos ni desayunado...
Jimin ríe fuerte antes de acercarse a la oreja de Yoongi y susurrar:
- Hablo de otro tipo de ejercicio... uno más placentero, hyung. - comenta, besando repetidas veces la oreja de su chico, causándole escalofríos al pálido quién se retuerce en su lugar.
El pequeño Holly sólo pudo mirar a sus dueños por unos segundos y correr hasta su pequeña cama para seguir descansando, sabía que sus dueños estarían ocupados en su cuarto.
- Ahora ya no eres mi ángel, Jimin. Ahora eres mi pequeño diablito - pronuncia con voz ronca, riendo luego por su comentario algo tonto.
Lleva sus manos hacía los muslos de Jimin y lo levanta, haciendo que éste salte para luego envolver sus piernas en la cadera del mayor, en tanto ambos ríen en medio de húmedos y suaves besos, aproximándose cada vez a su habitación... luego se lamentarían por no comer el desayuno que Jimin ya había preparado.
(...)
- Y entonces vamos a saltar al otro balcón... ¿cierto?
- Si, hyung. - afirma, rodando sus ojos ante la cobardía repentina de Yoongi.
- P-pero... ¿no es peligroso?
- Lo es, hyung. - responde de inmediato, mirando como Yoongi traga saliva en tanto ve hacía abajo - ¿cuál es el problema? ya saltaste para la vez que me hiciste mi nuevo jardín.
- Fue parte de la adrenalina, ni si quiera sentí cuando caí en la otra terraza.
- Oh vamos, hyung. Hemos hecho cosas peores. - dice, recordando cada uno de sus robos juntos - si no, saltaré primero.
- ¿Eso es una amenaza o un incentivo?
- Ambas, hyung.
- Jimin, creo que nuestra relación se está pareciendo mucho a la de Bonnie y Clyde - confiesa, suspirando levemente con dramatismo.
- Eres un exagerado.
Jimin quita de su camino a su pareja, no sin antes besarle los labios de manera casta y se sube al barandal de su terraza, siente las grandes manos de Yoongi sobre su cintura para que mantenga el equilibrio y eso sólo lo hace sonreír. Toma un poco de impulso y salta, cayendo con fuerza en la terraza de su vecina, el impacto había sido fuerte, pero no se había lastimado, solo esperaba que su vecina no lo hubiera escuchado.
Pronto escucha un fuerte golpe detrás de él, sabiendo que había sido Yoongi, lo que si no se esperaba es como su novio daba volteretas en el suelo para pasar "desapercibido".
Una vuelta por aquí, otra por ahí, para terminar detrás de una pared.
- Hyung... - susurra - ¿qué diablos haces?
Los ojos de Yoongi se achican y buscan entre la oscuridad alguna señal de vida en el apartamento y para comprobar que verdaderamente no hay nadie despierto, se pega a la fría puerta de vidrio, mirando al interior de ésta.
- Está despejado, Jiminie.
Jimin solo pudo asentir, riendo por las acciones de su chico, realmente amaba lo adorable que podía ser Yoongi sin ni si quiera saberlo, también realizaba muchas estupideces solo por él y eso debía reconocerselo, dejando eso de lado, vuelve a ponerse alerta, se pone de cuclillas y comienza a desenterrar todas las hermosas y caras flores de su vecina. Riendo silenciosamente al imaginar la reacción de la señora, Yoongi en cambio, toma las flores que son desenterradas por el menor y las pone en una bolsa; se supone que iban a dejarlas caer desde la terraza, pero decidieron no hacerlo ya que Jimin se puso a llorar pensando en lo cruel que sería matar a las bonitas plantitas sólo por venganza, así que se quedarían con ellas y quebrarían las macetas y tirarían la tierra desde lo alto.
Y así lo hicieron, botaron la tierra, rompieron las macetas y tomaron las flores, y justo cuando iban a saltar hacía la otra terraza, escuchan un agudo gruñido detrás de ellos.
- No puede ser...
Ambos movieron su cabeza hacía un lado y observaron por el rabillo del ojo, encontrándose con el diminuto perro chihuahua de su vecina. Se miraban incrédulos sin creer como el bendito perro había abierto la puerta de vidrio para salir.
- H-hyung... creo que no revisaste bien...
Y cuando menos se lo esperan, el cachorro corre hacía ellos, ladrando fuerte para asustarlos y saltando de un lado a otro, para poder ver mejor que parte podía morder.
Yoongi estuvo a punto de patearlo por el miedo que le producía, pero se privó de hacerlo, no podia ser tan cruel con un perro que solo quería proteger su casa, por lo que sin pensarlo tanto, lo toma entre sus brazos, lo esconde bajo su chaqueta negra, sintiendo como se retuerce debajo de su ropa, intentando escapar. Como pudo, corre con fuerza y se mete al apartamento de su vecina, tirando luego al perro en el amplio y costoso sofá de cuero negro.
Y antes de que el perro se le ocurriera perseguirlo, corre en puntillas hasta llegar a la puerta de vidrio, no sin antes meter en su bolsillo un reloj que estaba en la mesa de centro y que se notaba a kilómetros de distancia lo costoso que sería. Cuando sale del apartamento, Jimin cierra la puerta justo a tiempo, Yoongi cae de cara pero no fue nada grave, sólo se levanta y se ríen silenciosamente del perro que sólo les gruñe del otro lado del vidrio.
- Holly si me hubiera alcanzado, perro perezoso - le habla el pálido al pobre perro que no entiende nada. - suerte para la próxima.
Cuando ven como una de las luces del lugar se enciende, pronto se preocupan y se tiran al otro balcón de la vecina para seguir con sus travesuras.
(...)
-
¿Traes la camita de Holly?
- Claro, cielo. No podría olvidarlo.
- O-ok... - responde Jimin, tomando entre sus brazos las tres cajas llenas de objetos pesados, ya siendo las últimas cajas que faltaban empacar - V-vamos...
Y aunque Jimin se negara a recibir ayuda de su novio, tuvo que aceptarla, cuando la caja que llevaba encima de las otras dos se mueve y amenaza en caerse. Yoongi corre hacía su chico y acomoda de nuevo a la caja en su lugar, terminando en tomar dos de las cajas que Jimin llevaba y a pesar de que eran pesadas, a Yoongi le quedaban fuerzas para propinarle una nalgada juguetona a su novio, obteniendo un ceño fruncido y un gruñido.
Ambos salieron de su antiguo apartamento, sin mirar atrás; habían pasado muchas cosas juntos en ese lugar, pero estaban más emocionados por ir a su nuevo hogar que por despedirse de su anterior casa. Ambos atesorarían esos hermosos recuerdos, ahora solo debían disfrutar de su nuevo comienzo.
Aquella burbuja de risas y toqueteos que la pareja había creado mientras salían del apartamento, es reventada, por el molesto grupo de vecinas que lloraban desconsoladas, en tanto miraban como los trabajadores del edificio sacaban tierra y partes de macetas quebradas en carretillas de sus apartamentos.
Y Jimin no pudo esconder su gran sonrisa de satisfacción, aunque claro, tuvo que disimular a pesar de que casi se le hiciera imposible no sonreir, no querían que aquellas molestas mujeres sospecharan de él.
- Señorita Kang... ¿pero qué está pasando? - pregunta un preocupado Yoongi, ayudando a su menor a dejar las cajas en el suelo para luego seguir fingiendo que le importaba y que no sabía lo ocurrido - ¿se encuentra bien?
- Querido Yoongi... ¡este edificio ya no es seguro! - grita con dramatismo, levantando sus brazos y fingiendo caer, haciendo que inconscientemente Yoongi la sostenga para que no caiga - nuestras bonitas flores ya no están.
- Ouh, lo siento por ustedes, Kang. - comenta Jimin, reprimiendo la risa para cambiar su expresión drásticamente por una preocupada - el que lo hizo, es un maldito.
- Uno muy guapo, de seguro. -asegura el mayor, guiñandole un ojo a Jimin en signo de picardía, el chico sólo pudo golpear su hombro juguetón y tirarle un beso volador al final.
La chica los observa con confusión por sus acciones sospechosas y no duda ni un segundo en fulminar con su mirada a Jimin, haciendo que el menor le devolviera el gesto sacandole la lengua y frunciendo su ceñito.
- Ahora que lo pienso... ¿no le pasaron nada a tus flores, Jimin-ah? - pregunta, sintiendo como Jimin la empuja un poquito para que se aleje de su novio, viendo como Yoongi terminaba refugiándose detrás Jimin. La mujer lo vio como un acto posesivo de parte de Jimin, pero en realidad, el mismo Yoongi le había pedido de favor a su novio que le quitara a la chica de encima - digo, es muy raro que solo a las tuyas no les haya pasado nada.
Pufff... ¿esa chica pensaba de que iba a ponerlo nervioso por esas preguntas?, ¡Já! hablaba con Park Jimin, tenía todo planeado.
- Pues tienes razón, a mis lindas flores no les pasó nada. - confiesa con seguridad, alzando su barbilla y cruzando sus brazos sobre su pecho - ¿por qué la pregunta?
- Pues solamente me parece muy sospechoso que entre los apartamentos de este piso del edificio, el tuyo salió intacto. Parece que fue venganza, por lo de tus flores.
Todas las señoras apoyan a Kang, asintiendo y cuchicheando entre ellas, pero ninguna con el valor de agregar algo más a la conversación, porque eso eran, chismosas que hablaban cuando les convenía y callaban cuando les afectaba.
- ¿Me estas acusando de haberlo hecho yo? - la chica abre su boca para contestar pero Jimin la interrumpe - no respondas, ya veo que esto es más personal. Yo nunca haría algo como eso, en mi hermoso cuerpo no cabe ni una pizca de venganza y si aún no me crees, te explico, a mis flores no les ocurrió nada porque nos mudamos y ayer me llevé mis flores para mi nuevo hogar, fue más suerte que otra cosa de que no les ocurriera nada.
Y la chica, al contrario de lo que Jimin esperaba, muerde su labio inferior y sorbe su nariz.
- ¿Asi que se irán?... ¿se irá? - pregunta, refiriéndose a Yoongi, mirándolo con ojos de cachortita, acción que le causó naúseas al pálido - no lo sabía.
- Pues no es necesario que lo sepa. - responde Yoongi, tomando la cintura de su novio y besándole la cabeza por impulso - hoy nos vamos.
Un incómodo silencio envuelve al pasillo, todas las mujeres junto a sus esposos se dispersan un poco, pero sin dejar de poner atención a los movimientos de la pareja. A lo lejos, se escucha un fuerte estornudo, haciendo que todos reaccionen y sigan con lo suyo.
- Ummm, bueno Yoongi. Espero que salgas adelante con tu carrera musical y...
- Si, si. - interrumpe Jimin, tomando de nuevo las cajas entre sus brazos - ya nos vamos.
- Y respecto a tus flores, todo debe haber sido producto del karma. - comenta Yoongi a la joven mujer - por haberte burlado de mi chico.
Y ambos caminan, dejando a la chica sin nada que decir. Ella odiaba a Park Jimin porque tenía a Min Yoongi y lo que más le dolía es que ese chico de abultados labios era mejor que ella en todos los sentidos y todavía no entendía como podía ser así de bonito. Sí, lo odiaba por ser demasiado lindo para este mundo, demasiado lindo incluso para Yoongi, según su manera de ver las cosas. Y ahora, estaba confundida, no sabía ni si quiera de quién estar enamorada. ¡Ahg! en fin, los odiaba a ambos.
- Disfruta la vista, cariño. Porque ésta será la ultima vez que verás a Yoongi. - suelta por último el menor, guiñandole el ojo a la chica, sintiéndose incluso un poco asqueado por su comentario - adiós.
Jimin y Yoongi solo pueden reír juntos por el bufido que la chica había dejado salir por la molestia. En realidad, la chica no era ni fue ningún dolor de cabeza para ellos ni para su relación, igualmente, amaban molestar a las personas.
Ese se convertiría en otro de sus pasatiempos favoritos.
Así es la sala del nuevo apartamento de Mimi y Yoon.
Es un extraalgo flojo y sin sentido, pero aquí está. Me costó un montón escribirlo porque he tenido un gran bloqueo, además de mis clases y tareas de la universidad que me han mantenido ocupada, pero igual, ya pude terminarlo.
Les iba a decir algo, pero se me olvidó xd
Los errores los editaré luego u.u
Ah, por cierto, pasense por mis otras historias, igual son chafas, pero pueden hacerles pasar el rato xdxd
No se olviden de comentar y dejar sus votos que me hace muy feliz :3
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