—¡Ella me recordó!—ladré de la felicidad—. Fue muy cariñosa conmigo.

—El sándwich está muy bueno.

—¡Es de pollo! Y no está rancio, ¡está delicioso! Daene es la mejor.

—Pero te arriesgaste otra vez. Estoy seguro de que quieres conseguir otra paliza, Firulais.

Observo a Zeus con mis ojos entrecerrándose. Siempre tiene que buscarle el lado malo a las cosas.

—Despidieron a Willis.

—Hay muchos Willis en este mundo, Firulais. Te tienes que cuidar de todos los humanos, porque cualquiera puede ser un Willis.

—¿Y cómo sabré que es un Willis si no me dedico a conocer al humano?

—No tienes que conocer a humanos, debes sobrevivir a las calles, eres un Firulais, no un perro con pedigree.

—Tú eres un perro con pedigree y estas en las calles, así como un Firulais.

Al salir esas palabras de mi hocico quiero retractarme. No debí decir aquello. Los ojos de Zeus se apagaron e incluso dejó de lado el pedazo de sándwich de pollo que le había traído.

—Lo siento—susurré por lo bajo—. Es solo que quiero que entiendas que no todos los humanos son malos. Hay almas puras por ahí, son pocas, lo sé, hay que tener cuidado, pero no debemos estar con miedo las veinticuatro horas del día, no es vida.

—Vivir en las calles ya no es vida, Firulais—dijo en voz cansado.

—Pero ya no estas solo, estas conmigo. Podemos conseguir un nuevo hogar, podemos dejar las calles.

Zeus no responde, solo cierra sus pequeños ojos y coloca su cabeza entre sus patas delanteras. Cuando pienso que no va a decir nada, aun manteniendo su postura dijo:

—Hay cosas que no te he dicho y cosas que te dije que están un poco lejos de la verdad.

Mis orejas se levantan con curiosidad, me gustaría saber qué es lo que oculta Zeus, pero... ¿Será prudente presionarlo? Si no me ha dicho ciertas cosas o las ha modificado un poco será por algo.

—¿Puedes contarme un poco?

Zeus levanta su cabeza y sus ojos marrones me observan.

—Tenía un humano, se llamaba Harold, era un buen humano, tal vez un alma pura de esas de las que hablas siempre.

—¿Tenias un alma pura? —mi cola se mueve con emoción pero de repente se detiene. Si era un alma pura, ¿qué hace Zeus en las calles? —. ¿Qué pasó con él?

—¿Recuerdas aquella vez que te dije que los humanos no eran cien por ciento puros?

—Me dijiste que todos tenían al menos una mínima parte de maldad en su interior.

—Exacto, Harold era bueno conmigo, me amaba, era como un hijo para él. Pero también era alguien malo para los demás humanos.

—¿Qué quieres decir?

—Harold siempre tenía visitas en casas, hombres, mujeres y hasta algunos niños, siempre le daban dinero y él a cambio le daba cosas—explicó Zeus—. ¿Oiste hablar de las drogas?

¿Drogas?

—Son esas cosas que pueden dormir a las personas e incluso a los animales.

—Exacto, esas cosas son malas. Harold le hacía daño a los demás mientras que yo era un rey en ese hogar. Era un perro consentido, casi como tú, pero él dañaba a la sociedad. Dime Firulais, ¿Harold podría considerarse un alma pura?

No, no podría.

—Un día lo descubrieron, se lo llevaron de casa y a mí me mandaron a la perrera.

Sé que no quiere contarme más cuando lo veo apoyar su cabeza de nuevo hacia el asfalto.

—No todos son como parecemos verlo. Tal vez esa humana sea buena contigo, pero... ¿Es realmente buena con los demás?

No puedo asegurarlo, tampoco lo puedo averiguar. Pero tengo el don de ver el alma de las personas, Zeus nunca lo tuvo. No pudo ver el alma de Harold.

—Mañana iré a ver a Daene—digo ignorando su pregunta—. ¿Quieres ir conmigo?

—¿No escuchaste nada de lo que te acabe de decir?

—Escuché cada palabra, amigo, pero sé lo que estoy haciendo. Mi corazón me dice que debo ayudar a esta humana. Quiero que finalmente viva su amor sin que su padre se lo prohíba, que sonría, que ría. Quiero hacerla feliz.

—¿Y cómo lograrás eso, Firulais?

—Muy fácil, quiero que hable. Tiene algo estancado en su corazón, algo que la atormenta... Debe dejarlo salir para que pueda ser feliz y pueda darle una oportunidad a la vida.

Zeus me observa, no me dice nada, solo se queda ahí con sus pequeños ojos fijos en mí.

—¿Quieres ayudarme? —pregunto con algo de miedo. Quiero que me apoye en esto, quiero que Zeus también vea que no todos los humanos son malos, que hay un poco de luz entre tanta oscuridad.

Zeus no dice nada, en cambio se enrolla en su lugar y sin darme una respuesta se queda dormido.

Mis orejas bajan de la tristeza. Quiero hacer esto por Daene, pero también quiero hacerlo por Zeus. Es mi amigo, es un verdadero amigo, me ha enseñado todo lo que sé de ser un perro, se lo debo.

Me echo en mi lugar y cierro los ojos, imaginando como sería un mundo perfecto, imaginando que habría sido de mí si no hubiese pedido aquel deseo a las estrellas.

Las estrellas me dieron la oportunidad de descubrir si lo que pensaba desde mi primera vida era verdad, pero todo tenía un precio. Tal vez nunca podría ser feliz, tal vez mi castigo por querer averiguar cosas que estaban fuera de mis patas era el no poder descansar en paz.

Amaba vivir, pero muchos animales que apreciaba ya no están aquí, mi hermanos ya no están aquí, mis madres tampoco lo están.

Pero yo sí, sigo vivo, año tras año de animal tras animal.

Amaba vivir, sí, pero quería descansar.

Era eso, estaba cansado.

La mañana siguiente desperté con mi estómago entre gruñidos, estaba algo perezoso pero sabía lo que pasaría hoy. Pondría en marcha un nuevo paso de mi plan Felicidad para Daene.

Abro mis ojos y suelto un chillido asustado. Zeus estaba muy cerca de mí mirándome con atención.

—Ya es tarde—mencionó algo fastidiado.

—¿Tarde? ¿Para qué?

—¿No vamos a ir a ver a tu humana Diana?

—Daene—Corrijo levantando mis orejas y moviendo mi cola rápidamente de un lado a otro con felicidad—. ¿Irás conmigo?

—Si cachorro, iré contigo. Creo que... Debo darte una última oportunidad.

—No te arrepentirás amigo.

Esta vez no.

Cumpliendo por esta semana, aquí les dejo capítulo :) Espero que les guste un montón <3

Este capítulo está dedicado a SharonMarin2510 espero te guste <3 el próximo lo elegiré al azar así que comenten mucho 👀

Hasta el próximo domingo, los quiero x