❥ 13
Jeongin saltó rápidamente de la cama, apresurado y al mismo tiempo asustado; se puso de pie y se alejó del agarre de Chan. No tenía que encender las luces de la habitación, para darse cuenta que su amigo tenía razón y que estaba duro. Se había excitado por Chan y eso estaba jodidamente mal. Justo lo que sabía, no debía pasar, sería malo para su amistad.
—Deja de molestarme —advirtió, pero el tono de voz que utilizo fue nervioso y tímido—. ¿Por qué me tocaste? —preguntó, no pudiendo ocultar su enojo.
Chan estaba sobrepasando línea de lo insano. No quería involucrarse, aún más, de lo que ya estaba: sabía que iba a terminar llorando.
—Lo siento —Bang se disculpó—, lo siento Jeongin. No quería hacerte sentir mal, sólo, no sé qué me pasó, regresa a la cama por favor: es noche.
—No, me iré a casa —el mayor se movió por la habitación para encender la luz; sin embargo, antes de que pudiera darse cuenta, Chan tomó el brazo de Jeongin y jaló de él.
—No la enciendas.
—Suéltame Chan, he dicho que me iré a casa —trató de alejarse de su mejor amigo, pero el menor, tomó la otra mano de Yang con fuerza, e hizo que la palma de su mano, tocará su entrepierna. Entonces, Jeongin, se dio cuenta de que no era el único excitado.
—También lo estoy. No es nada del otro mundo, completamente natural, no me avergüenzo de tener una erección, eso demuestra que estoy completamente sano —sonrió de forma descarada, como si hablara de una cosa sin importancia.
Jeongin dejó pasar saliva por su garganta y empezó a mover su mano sobre la tela que cubría la erección de Chan, de forma instintiva.
—Eso se siente bien —susurró Bang—. Tambien lo haré por ti.
—Regresemos a la cama —pidió el mayor en un susurro. Siendo consciente de que estaba a punto de arruinar su amistad.
—¿Jeongin, puedo darte un beso?
—Ya me has besado varias veces, ¿en serio vas preguntar?
—Treinta y nueve.
—¿Treinta y nueve?
—Ya nos besamos treinta y nueve veces, Innie.
No pudo evitar un sonrojo en el rostro. Las palabras de Bang, el simple hecho de que contará sus besos, eran demasiado para procesar. Ambos volvieron a la cama y se besaron muchas más veces, de lo que lo habían hecho antes.
Cuando Jeongin se levantó de la cama, Chan seguía durmiendo, se preguntó qué rayos les pasaba a ambos, para comportarse como lo había hecho a media noche.
Tocar el pene del otro, hasta que se corrieran, definitivamente no estaba en el acuerdo verbal que habían tenido. Los besos eran una cosa, meramente pasable y no tan grave, pero lo que habían hecho esa noche podía considerarse como: sexo.
En ese momento no había pensado detenidamente. Yang se había dejado llevar por el momento, la excitación y el placer que el causaban las manos de Chan en su cuerpo. Aún recuerda la sensación de caer en la cama, con el cuerpo de Chan encima, ambos calientes y tocándose por todas partes; su novio de mentiras, incluso, había lamido su pecho mientras él no podía dejar de gemir. Tampoco habían dejado de besarse. Había sido intenso y al mismo tiempo, prohibido.
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