❥ 10
—Mamá ha pedido que te invite a casa, para que vayas a cenar con nosotros —mencionó Chan a Jeongin, apenas se encontraron en la escuela. El castaño aligero los hombros, tratando de quitar el estrés de su sistema. Su amigo sólo le daba malas noticias y problemas.
Yang no quería estar cerca de Yuri, o convivir con ella, la mujer parecía que olía la mentira en el aire. Jeongin siempre estaba nervioso a su alrededor, pensando en el momento justo, en el que, lo echara todo a perder. Entonces su mejor amigo, iba a tener que casarse con Miyeon.
—Esto se está saliendo de control, Chan. Mi mamá me ha lanzado una serie de preguntas incomodas, que no supe cómo responder. No quiero mentirle a mamá, y lo hago sólo por ti: soy un mal hijo.
El mayor llevo su mano a si frente, como sinónimo de lo cansado que estaba y que; necesitaba con urgencia, paz mental.
—Sólo tenemos que aguantar un poco más —Chan continuó nervioso. Jeongin parecía molesto y no significaba nada bueno—. Pronto mi mamá desistirá de la idea de casarme: todo volverá a la normalidad.
Jeongin frunció el entrecejo y dejo sus libros en su lugar, golpeando al mismo tiempo, la paleta de madera de la silla. Bang Chan era un ingenuo.
—Nada volverá a la normalidad Chan. Todos los que nos conocen, creen que somos homosexuales. No era muy popular entre las chicas, antes de esta obra teatral, en la que me metiste, ahora lo soy menos. Algunos chicos me molestan llamándome marica y culo dulce.
—¿Qué es un culo dulce? —preguntó el menor.
—No lo sé —respondió Jeongin incomodo—, pero no me gusta, es obvio que me están ofendiendo, así que esto tiene que terminar.
—No —Chan declaró y Jeongin no pudo decir más, porque el salón empezó a llenarse, por sus compañeros. No sería bueno hacer una escena frente a ellos, eso sólo provocaría chismes innecesarios; dramas con lo que no quería lidiar y; finalmente, más argumentos para que Yuri no les crea sus mentiras.
Pero al chico Yang, no le hizo gracia escuchar la negativa por parte de su novio... su amigo. A veces, ya sea por la costumbre o lo que fuese; se le olvidaba, a su mente, pensar en Chan como su mejor amigo, y terminaba pensando en él, como su novio; eso no podía pasar: era un desastre, muy malo.
Su amistad, la que tuvo desde que tiene memoria, pendía de un hilo muy delgado, que podría romperse en cualquier momento.
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