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Happily ever after

"¿Por qué vi a Erik salir de tu habitación a las 6 de la mañana?"

Charles se congeló, dejó caer la pluma sobre el montón de papeles en su escritorio. Sus planes de tener un par de días para explicarles a los demás acerca del bebé murieron estrangulados a manos de Raven cuando ella se sentó a su lado, un brillo de diversión en sus amarillos ojos.

"¿Qué estabas hacienda tú a las 6 am?"

"Erik y yo vamos a correr cada mañana," dijo Raven sin darle importancia, como si no acabara de relatar el secreto del hobby que compartía con Erik.

"No sabía que hacían eso," dijo él. Una sombra incómoda de celos llenó su mente. Lo cual era tonto, por supuesto. Erik y Raven podían pasar tiempo juntos sin tener que informarle antes.

Sólo era que... una semana o algo así antes de Cuba, Raven le había confesado que ella había logrado acercarse a Erik de una forma... intima. Ella se lo contó como si fuera algo gracioso, pero Charles pudo darse cuenta que ella había notado sus sentimientos y se sintió culpable por todo lo que pasó. No pasó nada más allá de un beso muy dulce, le aseguró ella. Pero aun así... él me hizo sentir que yo no era horrible cuando yo lo necesitaba.

En ese punto, Charles y Erik coincidían. Él fue un gran idiota por siquiera dejar que Raven se sintiera mal acerca de su apariencia.

"Probablemente no sabías que existía algo llamado 6 de la mañana," jugó Raven. Cuando él no respondió inmediatamente, ella se acercó un poco más. "No te preocupes. Ya terminé de intentar robarte a tu hombre."

"Él no es mi hombre." Objetó Charles en un sonrojo. "Erik puede salir con quien quiera que le guste."

"Uh huh," siguió ella con sarcasmo. "Y es por eso que el salió de tu habitación esta mañana." Charles siguió con la mirada en sus papeles y Raven suspiró. "Bueno, sólo digo, no debes preocuparte por mí. Pasé toda la mañana intentando quitar pelaje azul de mis sábanas."

Le tomó un momento, pero cuando las palabras tomaron sentido, Charles se giró hacia ella casi instantáneamente, sus ojos y sonrisa amplios. "No me digas," dijo alegre. Y no sólo porque Raven fuera en serio con su falta de interés en Erik. Charles nunca supo qué pasaba realmente entre ella y Hank, pero sí se sintió decepcionado cuando las cosas no funcionaron. "¿Cuándo pasó esto?"

"Nop, lo siento," susurró, saltando en su asiento. "No hasta que tú me cuentes primero."

Maldición. Charles de verdad quería saber lo ocurrido, y eso requeriría que él hablase porque, si alguna vez se metía en la mente de su hermana, estaba seguro de que nadie encontraría su cuerpo. ¿Qué más hacer en esta situación? Llevó una mano hasta su estómago. La conciencia del bebé pareció complacida ante el gesto.

Ella se enteraría tarde o temprano.

"Bien," dijo Charles con los nervios de punta.

Momentos después, la voz de Raven pudo ser escuchada haciendo eco por todo el tercer piso.

"¡¿Estás qué?!"

"¡Shhhh! Vas a tirar la casa sobre nosotros y no puedo lidiar con eso justo ahora," dijo Charles, mirando la puerta que debió haber cerrado. Por buena suerte nadie apareció.

"Pero... pero... ¿embarazado?" Se quejó Raven. "¡No puedo creer que Hank no me lo dijera! ¡Sólo observa, no dejaré que ese cara de idiota se meta en mi cama nunca más!"

Si Raven se parecía a su hermano en cuanto a dejar que los idiotas se metieran en su cama, Hank estaría bien.

"No era su secreto para revelar," expresó Charles.

"Okay, okay," dijo ella, acercándose para mirar su vientre. "No te ves diferente. ¿De verdad hay un...? Espera, oh, ¡oh, dios mío! Acabo de darme cuenta de que... ¡tuviste sexo con Erik!"

Charles se alegró de que Raven no gritara, pero esos susurros escandalizados no eran mejores tampoco. Se apretó el puente de la nariz. "Sí, quizá soy un mutante, pero no puedo hacer bebés de la nada.

"¿Pero... cuándo?"

"Ah, sí, eso." Se sintió nervioso. "¿Recuerdas cuando, en Cuba, te quejaste porque Erik y yo tardamos mucho en los vestidores?"

Ella entrecerró los ojos mientras lo apuntaba con un dedo al rostro. "Sabía que lucías diferente cuando saliste de esa habitación."

"¿Diferente cómo?"

"Diferente como... como si hubieras estado besuqueándote con un espeluznante hombre alemán," declaró.

"En serio, Rave-"

"Así que es por eso que Erik se mudó." Siguió ella, por fin fuera del shock inicial. "Te diste cuenta que vas a tener un bebé y eso hizo que Erik entendiera que no puede vivir sin ti. ¿Van a fingir que están casados y a criar a un montón de pequeños mutantes y a vivir felices para siempre?"

Parece que Raven había pasado tiempo entre sus novelas también.

"No, no, no es nada como eso," dijo Charles intentando mantener la tristeza fuera de su voz. "Él sólo quiere estar cerca en caso de que algo pase."

Raven lo miró por un largo rato, sonando las uñas contra el escritorio. Su mirada insistente hizo que Charles sintiera como si fuera ella la de los poderes mentales. Ciertamente ella sabía muchas cosas que él tardaba mucho tiempo en aceptar.

"Basura." Dijo finalmente.

"¿Disculpa?"

"No tiene que dormir en la misma cama que tú para mantenerte a salvo," y siguió subiendo la voz aunque Charles ya le había dicho que no lo hiciera, "Y no me digas que no duerme en tu cama. Sólo tienes una. Él podría simplemente quedarse en la habitación de enfrente y-"

"Discúlpame por ser demasiado precavido, pero quizá olvidas que Charles es un hombre embarazado."

Ambos hermanos saltaron de la sorpresa, ninguno había notado a Erik acercarse hasta que él estuvo en serio dentro de la habitación. Raven se recuperó primero. Charles sólo se sintió aliviado de que fuera Erik quien los sorprendió y no uno de los niños.

"Oh, ya veo." Dijo ella, levantándose de su silla y mirando a Erik con una mueca. "Tienes que estar ahí, ¿eh? ¿En caso de que algo suceda?"

"Raven," regañó Charles, con un nuevo sonrojo en su rostro.

"No lo molestes," dijo Erik. Intentó darle una mirada para asustarla, pero Charles sabía que no funcionaría. "No necesita que lo estreses. No es bueno para el bebé."

"¿De verdad vas a pretender que esto es sólo por el bebé?" Su mirada se movió de Charles y su silenciosa plegaria para que guardara silencio a Erik y su tormentosa furia.

Charles no quería que ella presionará más el asunto porque no quería que Erik confirmara que todo esto era sólo por el bebé. Le agradaba el apoyo, no tenía por qué ser más que eso.

"Bien, de acuerdo," dijo Raven, dándole la espalda a Erik y sorprendiendo a Charles con un abrazo. "No puedo creerlo," murmuró en su oído. "Voy a ser tía."

Charles sintió que su garganta se cerraba. Acarició su suave cabello rojo. Raven no era nada a medias. Más allá del apoyo de Erik, sabía que iba a necesitarla a ella si continuaría con esto. "Vas a chiquearlo horriblemente, ¿no es así?" dijo él. Ella rio y le dio un beso en la frente.

"Puedes apostar que sí," prometió. Se giró y le dio un golpe a Erik en el pecho. "Y tú. Será mejor que lo cuides bien, Magneto. O quien seas."

Todos en ese cuarto sabían que Erik no era blando con nadie, pero ninguno se sorprendió cuando éste bajó la cabeza para guiñarle con el ojo. Ella podría ser incapaz de hacerle daño físicamente, pero nadie dudaba de que pudiera molestarlo como el mismo infierno.

"Los dos saben que soy perfectamente capaz de cuidar de mí mismo, ¿no?" dijo Charles. Era lindo que los dos se preocuparan por él, pero también le provocaba dolor de cabeza. "Gracias... gracias a los dos, pero váyanse por favor. Tengo trabajo que hacer." Señaló a Raven. "Y no creas que te escapaste de contarme sobre Hank."

Raven le sopló un beso al salir por la puerta, pero Erik se quedó ahí, mirándolo trabajar por un rato más hasta que su mirada fija hizo que Charles se molestara y lo encarara.

"¿Qué?"

"No le dijiste a Raven que mantuviera esto como un secreto."

Oh, demonios.

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