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¿Destino?

Después de las fiestas tuve que volver a casa, no me hacía gusto pero era necesario.

Llegué para ser recibido por una pequeña cosita con orejas de Mickey aún.

—¡Dean! —exclamó corriendo a mí para abrazarme— te extrañe mucho mucho —saludo mi hermano llenándome de besitos.

—Yo más mi niño —bese su mejilla— ¿Cómo te fue?

—A que no adivinas a quien abracé —dijo emocionado— A Pooh —anunció feliz.

—¡Que bien! —señale.

—Mira ven, te traje muchas cosas, muchas —me jalo divertido.

No era mentira, el niño se había traído medio Disney al parecer, con muchas cosas para su amigo también y claro para su tío Jake.

Me puse al día con mi hermanito y claro los miles de regalos que me había traído Santa sin embargo las vacaciones se habían terminado ya.

Estaba nervioso por volver pues no había visto a Sofi desde navidad y aunque nos habíamos mensajeado no era lo mismo.

Llegué por Jake que salió con la pijama, con medio emparedado en la boca y su leche con chocolate.

—Me quedé dormido —dijo subiendo para besar mi mejilla.

—No ves a tu novio en semanas y así lo vas a recibir —negué burlón.

—Me ama por lo que soy no por lo que visto —aclaro acabándose su emparedado.

—Y vistes una playera de Batman —remarque.

—Eso lo dice todo no, soy Batman —guiño.

Negué, nos fuimos a la escuela para llegar por los cafés y las donas.

Al llegar al salón el enano no dejaba de temblar.

—¿Tomaste tu medicina esta mañana? —le miré nervioso.

—Se me cayeron al inodoro hace un par de días y aún no llegan —contó burlón— tendrás al  Jake original por todo el día.

Eso definitivamente no era bueno...

—Me hubieras dicho —dije más nervioso.

—Hubieras huido de mi —señaló molesto.

Asentí, no soy muy fan del pequeño hiperactivo... pero que se le hace.

Harry llegó y antes de que pudiera si quiera cruzar la puerta ya tenía al niño colgado de él.

—Harry te extrañe —lo lleno de besos.

—Oh yo más —dijo respondiendo.

Harry lo cargo hasta nuestro lugar para abrazarlo y sentarlo en sus piernas.

—Toma —sonrió poniéndole un gorrito— ese es uno de los miles regalos que te traje.

—Yo solo quiero uno —dijo desabrochando su camisa.

Harry negó divertido para besarle.

—Yo que tú me andaba con cuidad —señalé— no tomó su pastilla para el TDAH.

—Es verdad —dijo el enano risueño.

—Mantenlo alejado del fuego —me adelanté.

—Estará bien por un día que no lo tome —me calmó.

—Eso dijimos en sexto grado y terminamos todos sin cejas por una explosión en el laboratorio —conté recordando.

—Un accidente —dijo Harry nervioso.

—Yo terminé con las dos piernas rotas por otra vez —añadí.

Harry lo miró serio para abrazarlo con fuerza.

—Hoy no te vas de mi lado —ordenó.

—Por mi está bien —asintió recargándose en él.

Sofi llegó con esa linda sonrisa, la chica los miró para negar.

—Derraman amor —dijo asqueada.

—Celosa —atacó burlón— se arregla muy rápido, este de aquí está libre.

Me puse rojito como siempre.

Ella me sonrió para sacar su libro.

—Por cierto quería decirte que Cami le trajo muchos obsequios a Dani —avise para que no le sorprendiera.

—Es muy tierno —sonrió ella.

—Y yo que —se quejó Jake empujando mi silla.

—A ti también —lo calmé.

Al final de la clase termino tirándome tres veces de la silla, uno de los profesores lo mando a correr a ver si con eso se calmaba. 

A la hora del almuerzo le prohibimos comer azúcar... Jake con azúcar y sin pastillas iba a explotar la escuela.

La asistente del director nos llamó a su oficina a los tres.

—¿Como han estado? —nos saludó el director sonriente.

—Ocupados podemos adelantar esto —insistió el enano.

—Seré breve —asintió— las calificaciones han estado muy cerradas así que de última acción quiero que me entreguen un ensayo de porque consideran que merecen esta beca.

—Ah Perfecto por fin me puedo librar de esto —añadió Jake— no espere mi trabajo.

—Jake sabes lo que...

Sin más el chico ya se había ido.

—Puedes hablar con él —me pidió el director.

—Dudo que recapacite —señale.

—Pues bien aún quedan ustedes dos —nos miró— mucho éxito.

Sofi estaba más que feliz y considerablemente ella tenía una mejor historia que contar, pero tenía que intentarlo... tenía que asegurar mi futuro.

—Con uno fuera me quedas tu —sonrió ella.

—Así es —afirmé— es una lástima que Jake lo deje a un  lado.

—Ah lo terminará haciendo —negó ella— no tienen una competencia ustedes dos, una en nombre de sus hermanos.

Asentí, nos paramos en frente de la repisa de premios para verlos.

—Ese de ahí es tu hermano no —sonrío viéndolo— era muy guapo.

—Lo era —afirmé— también está un cabron de primera.

Ella asintió mirando la foto, si no fuera por esos rulos Hope probablemente no sabría quién era Cade.

—El hermano de Jens sigue igual —dijo divertida.

—Creció cinco centímetros —lo apoyé.

Aunque era verdad seguía igual que hace cinco años.

—Mi prima se llevó la beca en su generación —conté— aunque todos sabemos que se la debió llevar Jens pero se mudó así que mi prima la rechazó.

Ella asintió considerándolo.

—Debería ser genial poder renunciar a una beca así —murmuro— algunos de nosotros no podemos.

Asentí pues era verdad, este sería mi último año de niño rico porque en cuanto huyera nada sería igual.

La morena se fue a una de sus clases, entré al salón donde estaba Jens molesto con Harry tratándolo de animar.

—¿Qué pasó? —pregunté confundido.

—Dijo que ya no me ama —se quejó Jake.

—Nunca dije eso —corrigió— dije que no podíamos tener sexo en cualquier salón.

—Es lo mismo —señaló irritado.

Negué divertido, para sentarme a su lado.

—Te amo —aclaró Harry dándole un beso en la mejilla para irse a su casa.

El niño suspiró para tomar sus cosas.

—Me voy a casa —bufó.

—Pero Jake...

—Estoy cansado, todo me da vueltas, no me concentro  y tengo hambre que me puedo comer una vaca —atacó— así que me voy antes de que me manden a correr.

Suspiré para seguirlo pues no quería dejarlo ir solo.

Al salir nos topamos con Sofía hablando con un moreno, uno que odio admitir era guapo.

—Ahora vuelvo —dijo Jake caminando hacia él.

Lo jale de la mochila para detenerlo.

—Déjalos son amigos probablemente —señale.

—No con esas sonrisas —señaló intentando huir.

—Eh que si yo estoy tranquilo no te pongas de celoso —lo calmé— o lo que es peor de machito.

—Tienes razón —tomó aire— ella puede hablar con quien quiera... pero no con un muerto.

Lo cargue para sacarlo antes de que hiciera algo indebido.

Lo llevé a comer porque teniendo la boca ocupada también mejoraba su estado de ánimo.

—¿De verdad vas a rechazar la beca? —pregunté inseguro.

—Ya lo hice —asintió.

—Pero y la universidad es algo caro y...

—Eso es cosa de mis padres no crees —señaló— además tengo planes de vida y en esos planes no entra esa beca.

Mire al chico algo nervioso.

—Y... en esos planes entró yo...

Jake me miró para sonreír y abrazarme.

—A ti no te dejo ni a putazos —estableció— pero te diré cuales son cuando me digas qué planes tienes tu.

—Yo —dije confundido.

—Si, qué quieres estudiar, que quieres hacer —mencionó— ya le pedirás a Sof que sean novios o segiras huyendo de eso.

—Es que si me dice que no...

—No te dirá que no, pero si te tardas —añadió— llegará un Latino y después de eso...

—Jake —lo detuve— para ya de acuerdo.

—Lo siento —suspiró acostándose en la mesa— me llevas a casa, me duele el hombro.

—Claro —palmee su espalda— no debiste tratar de abrir la puerta con tu cuerpo.

—Pero eso hacen en las películas —me recordó haciendo puchero.

—Si en películas, hombres grandes no niños de uno setenta y que pesan como cincuenta kilos —le recordé.

—Mido uno setenta y tres y peso sesenta kilos —aclaró — que soy Jens para estar en los huesos.

Negué riendo, terminé por llevarlo a casa mientras dormía un poco.

—Ya llegamos —lo desperté.

—Cárgame adentro —pidió.

—Ya que —me quejé.

Cargue al niño para entrar en su casa botándolo en el sillón.

—Listo caballero ahora me voy —informe pues quería volver a la escuela.

—No, quédate —pidió jalándome— Veamos una película

—Bien solo un rato que me toca ir por Dani hoy —acepté.

El chico asintió acomodándose sobre mi.

Terminando viendo Cars por alguna extraña razón.

—Vaya ironía no crees —contó riendo— vemos autos y yo tengo miedo de conducir.

Le miré algo asombrado por lo dicho.

—Pensé que estabas castigado—recordé inseguro.

—Me liberaron el castigo pero... aún así yo —dije nervioso— yo tengo miedo.

—¿Por qué? —pregunté confundido.

Él me miró un poco serio.

—Te mentí —susurró— no deje el auto que se fuera solo —contó— tuve un ataque de ansiedad y me subí al auto... no recuerdo mucho pero me estrellé contra el granero y atropellé un par de gallinas... y casi a mi hermano.

Me quedé mirándolo confundido.

—Y ahora cada que me subo al auto me acuerdo de Nugget 1, Nugget 7 y pancho —contó triste— ¿Soy un desastre?

—No creo —dije revolviendo su cabello— eres alguien asombroso.

—No nos engañemos Dee Dee —negó con los ojitos llorosos— lo dices porque eres mi mejor amigo, pero si no lo fueras...

Me quedé mirándolo por un segundo, no había visto que mi amigo sufría.

—Cuando éramos niños y ya sabes me odiabas y querías casi matarme —conté— solía pensar que había una razón, todos decían que eras así solo porque si pero yo sabía que no.

—No entiendo —me miró confundido.

—Eras un desastre —afirme— ibas por ahí hiriendo a las personas, lanzando pintura o lo que se te metiera en tu camino pero has madurado, fijaste un camino y lo has seguido pero no pasa nada si un día pierdes ese camino, siempre puedes volver a él.

El chico sonrió para abrazarme con fuerza y llenarme de besitos.

—Serias un buen psicólogo —mencionó.

—No creo, me pondría a llorar con el paciente —afirme riendo.

—Probablemente —confirmó divertido.

Seguimos viendo la película hasta que llegó su padre con la bendita medicina, me fui a recoger a mi hermanito más tranquilo sabiendo que la medicina le ayudaría.

Ahí salió Dani con una bolsa llena de regalos para dársela emocionado a su hermana.

—Gracias Cami —lo abrazó con fuerza.

—No es nada —lo abrazó de vuelta— mira Dean, Dani me regaló uno de sus paw patrol.

—Es muy lindo —mire al perrito— les parece si los llevo a comer.

—¡Hamburguesas! —exclamaron al unísono.

Sofi me sonrió para negar.

—Será para la próxima si, Ander tiene su terapia hoy —se negó Sofi por una buena causa.

Los nenes se despidieron felices para irse.

Llevé a mi hermanito a comer como prometí.

—¿Cuando veremos a los bebés? —preguntó mi hermano comiendo sus papitas.

—Pronto, cuando crezcan un poquito más —lo calmé pues estaba muy emocionado.

—Dean cuando tengas bebés les puedo poner el nombre —pidió emocionado.

—Si, pero debe ser uno bonito de acuerdo —acepté ante él como siempre.

Mi hermano asintió emocionado para abrazarme.

—Dean... ¿tu también te irás? —me preguntó— como nuestros hermanos mayores.

—Bueno... cuando vaya a la universidad no me verás por un tiempo pero te llamaré lo prometo y visitaré muy seguido —afirmé.

Cami me miró para abrazarme con fuerza.

—Quisiera que no te fueras nunca —susurro— pero si te hace feliz está bien.

Las palabras de un niño de seis años eran las más puras que podía escuchar.

Sin embargo aún no sabía que quería hacer de mi vida...

Que le deparará a nuestro bebé 🧐

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