Culpa
Y ahí estaba con mis hermanos aferrados a mi, aterrados que no era por menos.
Aquella mujer que llamaba madre solo por obligación me miró.
—Lo siento... —susurró para irse sin más.
Me quedé ahí sentada con mis hermanos hasta que Dani se quedó dormido de tanto llorar, lo acomodé a lado de Andy que seguía algo alterado.
—Iré por algo de leche tibia si —bese su frente.
—Tal vez un par de galletas no estarían mal —se aprovechó.
Asentí para ir a la cocina y prepararle algo para sentirse mejor.
Saber que solo fue una fractura me tranquilizo un poco pero no quitaba el hecho de que mi madre lo había lastimado.
—Bien ahora descansa —dije arropando al niño.
—Sofi lo que dijo Jake...
—Jake solo estaba molesto, lo que dijo...
—Es verdad —señaló— no es tu responsabilidad cuidarnos —susurró.
Me puse a su altura para tomar su mano entre las mías dándole un besito.
—No lo es, aún así lo hago con gusto porque son muy buenos niños —aclare besando su frente— ahora duerme que tienes terapia mañana.
—Ay no pasó —se quejó.
Negué para besar su frente y salir de la habitación, traté de dormir pero me fue imposible, lloré un poco pero ni eso me hizo sentir mejor.
Por la mañana mamá ya no estaba, es lo que hacía siempre, huir de sus problemas.
—Vamos Dani come un poco —le insistí al pequeño lo que era raro.
—No tengo hambre —susurró triste— ¿Dean esta bien?
—Si, le pusieron un yeso y esta bien —lo calmé sentándolo en mis piernas para darle de comer.
—Podemos... ir a verlo —pidió Andy.
—No lo se —dije no muy confundida.
—Si por favor —pidió Dani— y le llevamos galletas para que se sienta mejor.
—Chicos...
—Podemos darle el libro que no termino de leer —apoyo Ander.
—Si Sofi porfis —pidió el Niño.
—Bueno solo si te terminas el desayuno —acepté.
Así por arte de magia el bebé empezó a devorar su desayuno.
Después del desayuno preparamos la canasta para llevársela al chico en el hospital.
—Crees que Cami se enoje conmigo —dijo Dani triste.
—No lo creo porque él es un buen niño —asentí— entenderá que fue un accidente.
No lo despreocupo pero como dije el chico lo calmó de inmediato, salí del hospital con la cita de un chico lindo, un buen amigo y dos niños felices por comer helado.
Llegamos al hospital para que mi hermano tuviera su fisioterapia, una que sólo llegaba a tener dos veces al mes con suerte.
—Hola campeón —sonrió Jason, su terapeuta.
—No me diga campeón si me harás sufrir —se quejó.
El fisioterapeuta negó para revolver su cabello.
—Nos acompañas Dani —miró a mi hermanito que sólo quería correr a las pelotas para jugar.
—Si —sonrió feliz.
Ander había sido muy dedicado con sus terapias, sin embargo cuando noto que no volvería a caminar le ganó la flojera y las ganas.
Dani se ponía a jugar con cualquier niño que se encontrara y para las enfermeras él era todo un encanto así que lo cuidaban por mi para que me centrara en mi hermano.
—Vamos Ander no estes de flojo —lo regañó
—Me duele —se quejó— no me diría flojo si estuviera en mi posición.
—No te dolería si hicieras tus ejercicios —señaló.
—Estoy muy ocupado —negó cruzándose de brazos.
Negué viendo a mi hermano.
—Es muy flojo —suspiré.
Mi hermano me miró molesto para sacarme la lengua.
Continuamos con la terapia pero sin disposición no era posible.
Su terapeuta me apartó por un momento, ya venía la regañada.
—Su psicólogo que dice —me miró.
—Lo dejó hace dos meses —conté— he hecho de todo para que acepte regresar pero no quiere.
—Necesita ayuda —dijo lo que ya me sabía— se está dejando y se nota en sus músculos, a este paso las secuelas le cobrarán las cuentas.
Suspiré tenía un preadolescente, lidiar con eso no era fácil.
—Por ahora necesito que venga una vez por semana —mencionó.
—El estado solo cubre dos, tendría que pagar las otras pero bien sabe que el dinero no nos sobra —suspiré.
—Podemos hacer algo, yo doy las terapias gratis solo pagas lo mínimo por la instalación te parece —me sonrío.
—De verdad... —dije emocionada.
—Es mi chico no lo dejaré así, sin embargo necesito que me prometas que tratarás de hacer algo con esa actitud porque si no no podremos avanzar —pidió.
—Hablaré con él —asenti.
Dani llegó junto con un amigo de mucho tiempo, feliz de verlo como siempre.
—Sofi, Mason me invitó a su casa a jugar ¿Puedo ir? —pidió.
Mire a la mamá del niño que asintió feliz.
—Anda los llevaré a comer y luego a jugar un rato y te lo llevo a tu casa —ofreció.
—De acuerdo pero pórtate bien —dije abrazándolo.
Me lleno de besos para luego irse con su amigo feliz, fui por Ander que seguía molesto.
—Vamos te llevare a comer —lo calmé.
—Uh quiero comida china —afirmó— no mejor japonesa.
Terminamos comiendo su bendita comida China, mi hermano era muy selectivo y solo en pocos lugares le gustaba comer.
—Jason te agrada no es así —sonrei.
—Cuando no jode —se quejó.
—Que bien porque ahora vas a tener que verlo dos veces por semana —sonrei.
—¿Para qué? —se quejó irritado.
—Pues como que para que Ander, para que tus músculos no se atrofien, no tengas problemas de vejiga o no te provoques lesiones por estar todo el tiempo sentado —señale.
—Y de que sirve si al final no voy a volver a caminar —exclamó.
Las miradas recayeron en nosotros, terminamos de comer sin hacer una escena pero al llegar era momento.
—Vamos hablar si —dije acomodándolo a mi lado.
—No, me vas a regañar —se quejó.
—Vamos a hablar —tomé su manita— Andy, yo nunca te he mentido nene lo sabes, y desde el accidente recuerdas que te lo dije verdad cariño.
—Que no iba a volver a caminar —susurró.
—Así es hermanito —lo atraje abrazándolo— tu lesión fue muy grande... casi te pierdo Ander y que estés aquí es todo un milagro y no quiero perderte por una estupidez de acuerdo.
—Es que yo pensé... pensé que si me esforzaba yo podría caminar otra vez, pero ahora no le veo el chiste —susurro cansado.
—Pero lo hay Ander, tienes una vida entera que vivir —le recordé.
—En una silla —me miró triste.
—Si en una silla —le afirmé— porque eres asombroso, y de todos en esta casa tú eres el que puede lograr todo lo que se proponga.
—Yo quiero caminar —confesó cansado.
Abracé a mi hermanito que empezó a llorar, tenía doce y aunque era muy maduro para su edad seguía siendo un niño.
Lo abracé para calmarlo besando su frente y revolviendo su cabello.
—Eres joven y la medicina avanza rápido —traté de calmarlo— no te prometo que vuelvas a caminar pero es una posibilidad en un futuro y para eso necesitas estar bien.
—Pero me duele —se quejó.
—Yo lo se —bese su frente— pero siempre damos nuestro mejor esfuerzo no.
—Si —gimoteó.
—Te amo mucho —lo llene de besitos.
Se quedó dormido pues estaba cansado, lo acosté en su cama para que descansara, con casa libre me puse a ver tele por un rato.
Decidí llamarle a Dean para ver cómo estaba.
—Hola —saludé.
—Hola Sofi —dijo adormilado.
—Oh te desperté, yo lo siento —me disculpe.
—No, apenas estaba en eso —mencionó.
—¿Cómo estas? —pregunté tímida.
—Bien, Jeff me preparo mi comida favorita, Jake y Cam ya decoraron mi yeso —dijo con unas sonrisita.
—Y qué tal el dolor —pregunté preocupada.
—Ah no tan mal —afirmó— pero no te preocupes, por cierto como le fue a tu hermano en su terapia.
—Anda de rebelde —bromeé.
—Niños —dijo el con una risita.
Esa risita que era contagiosa.
—Él solo... aún no acepta que no volverá a caminar —suspire.
—Deve ser muy difícil para él —mencionó.
Me quedé unos segundos pensando.
—Nunca te conté como fue el accidente verdad —dije no sé porque.
—Bueno es algo que no se cuenta a la liguera, solo si estás lista puedo escucharte —me calmó su tono de voz tan calido.
—Fue cuando éramos una familia feliz, vivíamos en México y bueno Dani era solo un bebé de dos añitos y Andy tenía ocho —conté— veníamos de una fiesta, eran las dos o tal vez tres de la mañana.
Recordarlo aún me dolía demasiado.
—Nos habíamos ido en dos autos así que yo iba con mi mamá y Dani, mi papá y Ander venían en el otro auto —continué— el semáforo dió en verde y mi papá avanzó delante de nosotras... un niño rico alcoholizado al parecer no vió que su semáforo estaba en rojo, terminó golpeando el auto de mi padre con demasiada fuerza.
Solo recuerdo aquel ruido... un ruido único.
—El auto dió muchas vueltas, ambos terminaron saliendo disparados del auto —suspiró— recuerdo que mamá detuvo el auto y corrió directo a papá, llamé a emergencias y bajé con mi Dani aun dormido pues no lo quería dejar en el auto...
Un liguero sollozo salió de mi.
—Llegué a mi hermanito y estaba realmente grave, había demasiada sangre por todos lados, fui con mamá para avisarle y ahí estaba mi padre en sus últimas —recordé— él me dijo que cuidara de mis hermanos y que me amaba, fueron sus últimas palabras.
Podía sentir la tensión en esa llamada.
—Las ambulancias llegaron, incluso cuando tenía que ir con mi hermano en la ambulancia ella prefirió quedarse con mi padre muerto —suspire.
—Debió ser horrible —susurró.
—La muerte si, el funeral fue difícil pero creo que a sido lo más sencillo —confesé— mi abuela la mamá de mi papá llegó para cuidar de mi y de Dani, mamá estaba muerta en vida así que sus hermanas la cuidaron, mi Abue siempre nos cuidó, hizo esos meses en el hospital fueran más llevaderos.
—Puedo preguntar —pidió Dean.
—Claro —Asentí extráñamente liberada.
—¿Por qué se mudaron? —preguntó por fin.
—Mi hermano pasó tres meses en coma y cuando despertó seguía en un estado crítico, necesitaba una cirugía que solo hacían aquí, así que el padre del niño Rico nos hizo un trato —me quejé— nos darían una buena suma y nosotros guardábamos silencio, ningún abogado nos quería representar así que aceptamos , venimos aquí, se pagó la cirugía, alcanzo para esta casita así que nos quedamos.
—Es por eso que quieres ser una abogada —concluyó.
—Así es —sonreí— ¿y tú? Aún no nos has dicho —dije cambiando el tema.
—Yo... no hay que ponernos exigentes verdad —se quejó.
—Ay Dean —negué divertida.
Mientras hablábamos una vocecita nos detuvo.
—Es Dani, déjame hablar con Dani... hola Dani —gritó el bebito riendo.
—Cam porque estaría yo hablando con Dani —le dijo a su hermanito riendo.
—Deja que hable con su novia Cam —dijo esa voz conocida.
—¡Jake! —exclamó— yo, lo siento ya despertaron, te hablo después descansa.
—Descansa —sonreí.
Dani llegó al poco rato, feliz como siempre, algo que admiraba de él, a comparación de nosotros dos él no llevaba esa bella infancia sin embrago nunca dejaba de sonreír.
—Te amo Sofi —besó mi mejilla acurrucándose.
—Yo más Dani —dije dándole mimos.
Apesar de las circunstancias yo siempre cumpliría esa promesa... siempre cuidaría de mis hermanitos.
La escuela me está matando Help 🥴
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