Capítulo 4.
Harry finalmente se siente cómodo al caminar por el pasillo de la escuela, los audífonos en sus oídos se sienten muy bien y le producen cierta paz. Está acompañado de Louis, quien no suelta su mano hasta llegar al salón.
Louis tiene un buen presentimiento porque Harry no tendrá dificultades para integrarse y jugar con otros niños ahora que ha logrado que el ruido no le afecte, al menos eso piensa. Quiere que su amigo se divierta y sea feliz como todos en el salón, tal vez él puede ayudar a que eso sea posible.
Harry vuelve a situarse en su mesa, apartado de los demás, y eso le causa mucha tristeza a Louis, así que decide levantarse y tomar su mochila para sentarse junto a Harry en su mesa. Observa cómo la profesora se acerca con rapidez y está muy seguro de que le traerá problemas, pero sólo quiere acompañar a Harry para que no esté tan solo.
—Louis, vuelve a tu mesa. —La mujer señala con su dedo hacia el lugar que ella escogió para él, pero Louis se niega.
—Quiero sentarme con él. Es mi amigo.
—Harry necesita silencio y tranquilidad. —Louis sacude la cabeza, convencido de que ella entenderá su situación esta vez.
—Ya le regalé unos audífonos para el ruido. —Señala el objeto en las orejas del menor antes de volver a mirarla—. Él me necesita siempre a su lado porque soy su protector. Nada malo le pasará conmigo.
—De acuerdo, está muy bien. Dejaré que te sientes con él, pero a la primera molestia que le causes volverás a tu mesa.
Louis sonríe con alegría, victorioso, y se gira hacia su amigo para anunciarle la noticia, aunque Harry está muy distraído para notarlo.
Cuando llega la hora del recreo, Louis da un brinco fuera de su silla, muy lleno de energía y dispuesto a jugar hasta agotarla por completo. Sin embargo, Harry no muestra ninguna emoción, aunque ya Louis está acostumbrado a su indiferencia y le importa muy poco, la verdad.
—Vamos Harry. —Dice tomando una mano del menor, dispuesto a arrastrarlo hasta el patio si es posible porque no se quedarán en el salón como ayer. Eso no es divertido para Louis, y tampoco cree que sea divertido para Harry. Le enseñará cómo divertirse, y le mostrará que la escuela sí puede ser genial.
Harry por su parte no sabe si podrá tolerar toda la energía de Louis. Es un niño muy hiperactivo, a veces simplemente es mucho para él, y no puede seguirle el ritmo como quisiera.
—¿Qué esperas? Ven, vamos a jugar.
Finalmente se rinde ante la insistencia de Louis y decide acompañarlo al patio para jugar un poco y así ahorrarse tanta súplica del niño. Honestamente Louis no se detendría si Harry llegara a negarse. Y Harry ya lo hubiese golpeado si no se tratara de Louis. Así funciona su amistad.
No se quita los audífonos en todo el día, y se sorprende de lo divertida que puede ser la escuela al lado de Louis. Él sí que sabe hacerlo reír con sus tonterías
No es hasta que un niño robusto empuja a Harry hasta hacerlo caer al piso frente al tobogán, que Louis empieza una fuerte discusión en su defensa. Harry observa todo desde el piso, limpiando sus manos que se ensuciaron de tierra al igual que su pantalón nuevo.
—¿Por qué lo has empujado? —Louis grita, empujando al niño de la misma manera.
—Porque está sordo y no se quita del medio. —Responde el otro niño, mirando a Harry con molestia.
—¡No vuelvas a tocarlo! ¡Harry es especial y no te hizo nada malo!
Harry muerde su labio inferior y se balancea de un lado a otro tratando de no entrar en pánico. No quiere que Louis se haga daño por su culpa, tampoco quiere que peleen frente a él.
—¡Busca a otro niño para empujar! Vamos Harry. —Louis extiende su mano y Harry la toma de inmediato, evitando mirar a todos los niños que se han detenido a su alrededor para observar. Lo ayuda a levantar del piso y también lo ayuda a limpiar su pantalón, sacudiéndolo con sus manos hasta que queda totalmente limpio—. ¿Estás bien?
Harry asiente con la cabeza, pero no es capaz de levantar la mirada.
—No te preocupes, ya me hice cargo de él. Hay niños muy malos, pero no tengas miedo, yo te cuido. —Louis deposita un corto beso en su cabeza y Harry se estremece, dando un paso atrás.
Ahora lo mira con ojos muy abiertos, pero en cuanto Louis le sonríe sabe que todo está bien y no tiene de qué preocuparse. Louis tampoco sabe respetar su espacio personal, y Harry no está muy acostumbrado a esas demostraciones de afecto, sin embargo, lo dejará pasar porque Louis es su mejor amigo.
Sus madres los esperan fuera de la escuela a la hora de la salida y deciden visitar la casa de Louis después de haberse instalado con toda la mudanza hecha.
Resulta que viven a sólo cuatro calles de distancia, se encargó de contar las calles, por supuesto. La casa es muy bonita desde afuera, Harry la detalla completamente, contando la cantidad de ventanas que tiene y alcanzando a ver el número de la puerta. Es el número veintiocho, no lo olvidará nunca. Es de un hermoso color beige, y las ventanas tienen el marco de color negro. Se encuentra encantado con la casa.
—¿Te gusta, cielo? —Pregunta su madre abriéndole la puerta del carro para que pueda bajar y observar mejor.
—Sí. —Responde con simpleza antes de caminar hacia la puerta de la casa.
Johannah ha preparado varios bocadillos para recibirlos en su casa por primera vez. Está emocionada por que conozcan su hogar, se siente orgullosa después de haber decorado todo a su estilo.
—Louis, ve a mostrarle tu habitación a Harry. —Louis obedece rápidamente, acercándose a Harry para tomar su mano y arrastrarlo con él hasta las escaleras sin siquiera pedir su permiso.
Anne sonríe con cariño viendo cómo los niños se llevan tan bien en tan poco tiempo.
—Es increíble cómo Harry no pone resistencia al contacto de Louis. Ni siquiera me permite tomar su mano sin previo aviso. —Johannah hace una seña con su mano, restándole importancia.
—Los niños se llevan mejor entre niños. Harry está comenzando a socializar, y siente que no puede rechazar ninguna cosa para no arruinarlo. Es normal que no se comporte como lo hace contigo. —Anne asiente con la cabeza, aún sintiéndose un poco melancólica.
Arriba en la habitación de Louis, Harry está muy interesado en conocer el espacio personal donde pasa la mayoría de su tiempo. Las paredes son de un azul cielo, y las sábanas tienen un estampado del escudo de Superman. Al lado de su cama hay una pequeña lámpara de Buzz light year, y muchos carritos sobre la mesita. Sonríe al ver los diferentes peluches sobre su cama, luciendo muy acogedora.
—¿Te gusta mi habitación? Mi mami la arregló como era en mi antigua casa. Extraño mucho esa casa, pero ella hizo que quedará todo igual.
—Es muy bonita. —Recorre toda la habitación, detallando cada cosa a su alrededor. Louis lo observa en silencio hasta que Harry parece haber terminado su inspección—. ¿Dibujas?
Pregunta señalando otra mesita donde Louis tiene sus crayones y un blog de dibujo. El mayor camina en su dirección y toma el blog en sus manos.
—Sí. ¿Quieres saber lo que estoy haciendo ahora? —Pregunta con entusiasmo. Harry asiente con la cabeza y Louis sonríe mientras abre su blog para mostrarle sus dibujos recientes.
Lo primero que le muestra es una cara sonriente. Harry no sabe de qué se trata, pero Louis ha trabajado toda la semana en eso.
—Hice muchas caras para enseñarte las diferencias en las expresiones. —Harry lo mira fijamente, y luego mira la cara sonriente en el blog—. Esta es una cara feliz. Cuando las personas sonríen así significa que están muy felices o dijiste algo gracioso.
Pasa a la siguiente página donde dibujó una cara triste. Louis imita la cara, haciendo un leve puchero que Harry ignora por completo.
—Esta es una cara triste. Las personas lucen así cuando algo les duele, o cuando están a punto de llorar. —Harry ladea la cabeza, pensando que eso no luce como una persona en absoluto. Sólo son líneas y círculos.
La siguiente hoja muestra una cara sorprendida, con la boca abierta. Louis lo imita también.
—Esta es una cara de sorpresa. Cuando alguien pone esta cara significa que está muy sorprendido, o asustado.
Harry no entiende muchas cosas de los dibujos de Louis. Su psicóloga ha trabajado con él las expresiones faciales, pero en lugar de mostrarle dibujos simples, usa fotografías de personas reales haciendo expresiones cotidianas. Los dibujos de Louis le causan cierta confusión porque no son muy detallados y así no lucen las personas en la vida real.
—Sólo tengo tres porque no sé cuáles otras expresiones dibujar. Espero que te pueda ayudar.
—No. Me confunde más. —Louis lo mira con asombro, y luego hace un puchero, sintiéndose muy triste y decepcionado.
—¿No te gusta? —Harry asiente.
—Me gusta porque tú lo hiciste. Pero no lo entiendo. —Confiesa, haciendo sonreír a Louis—. Mi doctora usa fotografías, no dibujos.
—Oh, entiendo. Me voy a tomar muchas fotos y le diré a mi mamá que las imprima, así podré ayudarte como lo hace tu doctora, y tendrás mis fotos también.
Harry está feliz de escuchar eso. Le gusta cómo Louis siempre hace cosas para ayudarlo, es muy bueno. Suele ser muy intenso a veces, pero también está muy agradecido por todo lo que hace por él.
Ambos se reúnen abajo con sus madres nuevamente, y Louis comenta algo que alerta a Anne.
—¡Hoy me dejaron sentar en la mesa de Harry! —Dice con entusiasmo. Anne no lo entiende, y esa información la pone muy incómoda.
—¿Cómo? ¿Todos los niños tienen mesa propia?
—No. Todos nos sentamos en grupos, pero Harry tiene una mesa para él solo. La maestra dice que necesita tranquilidad y que ningún niño lo moleste.
Johannah puede notar la incomodidad de Anne enseguida, tosiendo para llamar su atención.
—Cariño, ve a jugar con Harry. Muéstrale tu colección de juguetes. —Trata de distraer a los niños para tener una conversación privada con Anne.
Louis toma un último bocadillo antes de volver a su habitación con Harry.
—Tuvimos una conversación muy específica con el director de la escuela. Le pedimos amablemente que lo trataran igual que cualquier otro niño, lo único que cambiaría sería su didáctica para enseñarle. ¿Cómo se les ocurre sentarlo solo en una mesa apartado de todos los demás? ¿Por qué hacen eso? Lo inscribí en la escuela con el único propósito de que pudiera adaptarse y convivir con otros niños de su edad para que tenga una vida normal.
—Tranquila, podemos resolverlo. Mañana podemos ir juntas a hablar con las maestras. Estoy segura que podrán entenderlo.
—Sólo es un niño, ¿por qué lo apartan? —Pregunta todavía muy consternada. Johannah coloca una mano sobre su hombro, sintiendo su molestia. Cualquier madre se molestaría si su hijo sufriera alguna discriminación por ser diferente.
—Todo se resolverá. Confía en mí.
×××
Al día siguiente Anne se dispone a tener una reunión con los directivos de la escuela, muy molesta por la situación en la que está expuesto su hijo. Johannah la acompaña para darle apoyo moral y también para evitar que se altere demasiado.
El hombre encargado de la institución las ve entrar en su oficina y se pone de pie para recibirlas.
—Buenos días, mi nombre es Anne Styles, soy madre del niño con Asperger, y tengo muchas cosas que decir.
El director las invita a sentarse, pero Anne no tiene planes de hacerlo.
—He venido porque me ha llegado la información de que a mi hijo lo sientan apartado del resto de la clase, y me gustaría saber cuál es la razón. Específicamente di instrucciones de que debía ser tratado con igualdad.
—Señora, todo estará en orden. Llamaremos a la maestra para que resuelva la situación personalmente con ella.
Anne espera pacientemente hasta que la mujer entra en la oficina. Es muy joven, por lo que puede ver no debe tener muchos años de experiencia en el área.
—Mi nombre es Flor, soy la maestra de Harry. —Ella estira su mano en dirección a Anne, pero ésta se niega a tomarla.
—Querida Flor, estoy muy indignada con el trato que se le está dando a mi hijo. Creí haber explicado muy bien cuáles eran sus necesidades. Entonces quiero que alguien me explique por qué tienen a mi hijo aislado de los demás niños.
—Señora, pensé que para su comodidad el niño estaría mejor...
—Escúcheme bien, Flor, mi hijo necesita adaptarse como cualquier otro niño, sin distinciones. Sólo tiene un trastorno del desarrollo, no tiene lepra o algo que se le pueda contagiar a los otros niños. ¡Me parece una falta de respeto que lo coloquen en una mesa aparte como si fuera un jodido fenómeno!
Johannah trata de calmarla, pero Anne está muy furiosa porque ya ha tenido que lidiar con esto antes, y siempre tiene que explicar lo mismo para que su hijo reciba un trato igualitario y justo.
—Imaginense cómo se sentirían ustedes si los apartaran y los hicieran a un lado como si fuesen contagiosos. ¡Ahora imaginen cómo se siente mi hijo de cinco años al ser apartado de esa manera sin saber la razón! No pueden actuar así, no es nada didáctico de su parte.
—Pensé que le gustaba estar solo... —Anne la interrumpe nuevamente, sin darle oportunidad de explicarse.
—Sé que le gusta aislarse y que es su método de defensa, pero no pueden cumplir sus caprichos. Tal vez Harry no tenga problemas con eso, pero su doctora y yo queremos que se integre y que empiece a socializar con otros niños. Ese fue el principal motivo por el que decidí inscribirlo en esta escuela. Ahora exijo un trato igualitario para mi hijo, es parte de su desarrollo personal y no voy a permitir que retroceda su enorme progreso. No pueden prohibirle tener amigos, eso es completamente inaceptable y ofensivo. —La maestra la mira con profunda vergüenza, pero cuando intenta volver a hablar sólo aumenta la furia de Anne.
—Pensamos que por su enfermedad...
—Oh, ¿cómo se atreve? —Pregunta indignada mirando a Johannah en busca de apoyo—. El Asperger no es una enfermedad, es una condición. Mi hijo no está enfermo, está perfectamente bien y es un niño sano como cualquier otro. Deberían aprender un poco más sobre el tema antes de actuar de la manera equivocada y decir cosas como esas.
Johannah sostiene su hombro antes de tomar la palabra.
—Disculpen, sólo queremos que el niño pueda integrarse con normalidad a esta nueva rutina. Louis es mi hijo, son buenos amigos, Harry puede sentarse con él. No tendrán ningún problema si se sientan juntos, él lo ayuda con sus crisis y lo ayuda a ser más tolerante. No sería bueno apartarlo de lo único que lo hace sentir cómodo en un lugar nuevo como este.
Con eso último queda clara la petición que hacen. Anne se siente un poco más relajada después de desahogarse y gritar lo que tenía atorado en la garganta. Es muy frustrante para ella ver todas las restricciones que le ponen a Harry por ser diferente. Odia eso. Luchará toda su vida por una igualdad de condiciones para él.
—Perfecto, haremos exactamente eso. Pido perdón por el malentendido. —La maestra hace una pequeña referencia, disculpándose, y finalmente Anne se siente aliviada por haber resuelto el problema.
—Muchas gracias. —Dice antes de retirarse de la oficina sin decir otra palabra.
Ese día Harry es situado en la mesa que Louis comparte con otros niños. Aunque estar rodeado de otras personas lo pone increíblemente incómodo y no le permite concentrarse, Louis está a su lado y lo mantiene distraído hablando de cualquier cosa que se le ocurre, espantando sus miedos. También los audífonos lo ayudan mucho a soportar el ruido que hay en el salón, y fuera de él.
Odia las rutinas nuevas, pero debe obedecer a su doctora y por consecuencia no le queda otra opción que asistir a la escuela. Al menos no se siente solo como en su colegio anterior donde todos lo ignoraban y lo hacían sentir muy abandonado. Aquí tiene a Louis, quien nunca lo abandona.
—¡Tengo algo para ti! —Louis llama su atención una vez que todos los niños se han levantado de la mesa para ir al recreo.
Harry observa con atención mientras Louis abre su mochila y saca un pequeño sobre blanco. Lo pone en la mesa para que Harry lo tome por su cuenta, y eso hace.
Al abrirlo puede notar que son varias fotografías, entonces mete la mano y saca todas las fotos con cuidado para mirar con claridad. Sonríe sin darse cuenta, mirando las distintas caras de Louis en cada una de las fotografías. Siente mucha alegría en su corazón al verlas.
—¿Te gustan? —Pregunta Louis con curiosidad, mordiéndose el labio de forma desesperada incapaz de controlar su emoción.
—Sí. Mucho. —Responde el menor sin dejar de mirar los ojos de Louis en la fotografía que tiene en frente. Ahora puede verlos sin necesidad de apartar la mirada, y está fascinado con ellos.
Louis casi salta de su asiento debido a su felicidad. Valió la pena sacarse muchas fotos frente al espejo haciendo diferentes expresiones, aunque sus padres no entendían el motivo de aquello. Louis no era muy amante de las fotografías, sin embargo, haría lo que fuera por Harry.
El menor no deja de mirar las fotos, ha quedado muy fascinado. Ni siquiera tiene ganas de salir al patio ahora que ha encontrado algo más interesante en qué ocupar su tiempo. Y Louis no dice nada, simplemente lo acompaña en silencio. No sabía que a Harry le gustaría tanto su regalo, pero se siente muy complacido por la reacción que tuvo.
Esa misma noche antes de dormir, Harry se sienta en su cama y coloca las cinco fotos sobre el colchón, tratando de adivinar las expresiones de cada una. Intentará grabárselas para tener una mejor comunicación con Louis y saber lo que está sintiendo. Definitivamente se siente entusiasmado por aprender y toda su atención gira entorno a esas fotografías. A ese niño.
Es increíble que no puede apartar los ojos de ellas.
—Harry, amor, es hora de dormir. —Dice su madre entrando en su habitación al ver la luz encendida.
El pequeño asiente con la cabeza antes de apagar su lámpara y colocar las fotos sobre la mesita de noche.
—Buenas noches, cariño. —Anne le sonríe con adoración y sale nuevamente de la habitación.
Antes de cerrar los ojos para dormir, Harry sonríe de forma involuntaria sintiendo una gran alegría en su corazón.
—Buenas noches, Louis. —Susurra mirando en dirección a la mesita donde dejó las fotos del niño anteriormente. Entonces se deja llevar por el sueño.
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Último capítulo de la etapa de niños 🥺🥺 vamos a extrañar a estos pequeños, lo sé 😭 Pero podrán leer su etapa adolescente 🥳🌟🌟
¿Qué esperan de la próxima etapa?
Capítulo dedicado a:
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