Capítulo 37.
Louis acaricia su mano levemente, disfrutando cada segundo que pasa a su lado, amando cada cosa que hace a Harry un ser único y especial.
Ambos permanecen acostados en la piscina de pelotas por varios minutos, mirándose fijamente, con sus manos entrelazadas y paz a su alrededor.
—¿Por qué te gusto? —La pregunta sin duda deja a Louis muy consternado.
En su cabeza no cabe duda alguna de que no hay persona más perfecta que Harry, aunque muy en su interior sabe que está lejos de ser perfecto para los ojos de muchas personas. Y ahora se encuentra ahí, en esa difícil situación, llenándose de mucho valor para poder afrontar sus miedos más profundos. Ha tratado de mantenerse sereno y no actuar como un raro obsesionado cuando por dentro sólo quiere explotar todo el amor que siente por Harry, sin embargo, sabe que el rizado no tomará bien el hecho de que sea tan empalagoso y sentimental. Tal vez debería calmarse un poco y optar la misma actitud del menor para no incomodarlo demasiado.
Y Louis ha intentado lo mismo desde la adolescencia.
Declararle su amor a Harry siempre ha sido demasiado complicado, porque nunca sabe cuál será su reacción, o qué pensará al respecto. Su miedo más grande es que se repita lo mismo de hace tres años cuando lo besó y Harry lo rechazó porque no era lo que esperaba.
—¿Por qué te gusto? —Vuelve a preguntar, llamando su atención.
Louis vuelve a mirarlo, dejando sus pensamientos tortuosos de lado para enfocarse en el presente. Sonríe con nerviosismo y el corazón muy acelerado antes de poder pensar en una respuesta, sintiendo un gran nudo en su garganta. Por suerte Harry no puede percibir sus emociones, de lo contrario sería muy vergonzoso. Él siempre está nervioso a su alrededor, desde que tiene memoria.
—Uhmm, porque sí. —Responde con torpeza, odiándose a sí mismo por ser tan idiota y no poder decir algo coherente. No ha dicho ni la cuarta parte de todo lo que le gusta acerca de Harry, y muy difícilmente será capaz de decirlo en voz alta algún día.
Harry ladea la cabeza, sintiendo curiosidad por la manera extraña de comportarse de Louis. Lo ha notado últimamente, su forma de removerse y aclararse la garganta, junto con el movimiento constante de su mandíbula y la mirada desviada... Sin duda son actitudes raras.
—¿Sólo porque sí? —Pregunta con confusión. Louis se rasca la nuca con nerviosismo antes de replantear su respuesta, sacudiendo la cabeza.
—Por muchos factores. —Se maldice internamente por no poder encontrar las palabras correctas. Hay tanto que quiere decir, pero no se atreve.
Harry asiente, aunque por dentro no logra entender realmente lo que eso significa.
—Encontraré la manera de decírtelo algún día. —Harry vuelve a mirarlo, esta vez con mucha ilusión. Louis se muerde la lengua nuevamente, decepcionado de sí mismo por su gran cobardía.
—De acuerdo.
De un momento a otro la zona infantil comienza a llenarse de niños, y Louis observa a Harry atentamente, esperando que el ruido de los niños no le cause ningún malestar.
Varios niños saltan dentro de la piscina de pelotas, y no es hasta ese momento que Harry nota su presencia, ya que estaba muy sumergido en sus propios pensamientos sin percatarse de que el parque había comenzado a llenarse de infantes.
Harry nota que uno de los niños se acerca mucho a ellos, pero jamás esperó que el pequeño saltaría directamente hacia su cuerpo, cayendo sobre su torso. Louis abre los ojos de forma brusca cuando observa la escena frente a él, y luego maldice entredientes cuando ve a Harry empujando al niño con mucha fuerza lejos de su cuerpo y espacio, sabiendo perfectamente el terrible caos que eso conllevará.
Como era de esperarse, el pequeño niño comienza a llorar de forma histérica después de ser empujado por Harry, quien se ha puesto de pie para evitar que alguien vuelva a saltar sobre él. Louis lo mira con preocupación, pero debe actuar como un adulto responsable, así que se acerca al niño para evitar que siga llorando y ocasione problemas mayores.
—Oye, está bien. Debes disculparlo, lo tomaste por sorpresa. —Dice con voz suave, poniendo a la altura del niño que sigue llorando frente a él.
—¡Mamá! —El grito que sale de sus labios sólo logra llamar la atención de todas las personas presentes en la zona infantil, por lo que Louis se siente muy avergonzado.
—No llores, no. Te compraré una cajita feliz si dejas de llorar. —Hace su mayor esfuerzo por convencer al niño, sin embargo, este no deja de llorar como si alguien hubiera muerto.
Harry se mantiene de pie, mordiendo su labio inferior y jugando con sus manos de forma nerviosa hasta que es sorprendido nuevamente cuando muchos niños comienzan a saltar sobre él, golpeando sus piernas con sus pequeños puños, acusándolo por haber empujado a uno de sus compañeros. Louis se gira en su dirección cuando escucha los gritos de los niños, y su corazón se detiene cuando ve a Harry cubriéndose las orejas con ambas manos mientras mantiene sus ojos cerrados con fuerza, claramente muy afectado.
—¡Hey! No hagan eso. —Se pone de pie para acercarse a Harry y tratar de salvarlo del acoso de los infantes, levantándolos en el aire antes de apartarlos uno por uno, notando cómo los niños vuelven a él para que vuelva a alzarlos—. Basta, no estoy jugando.
Un grito ensordecedor alarma a Louis, al igual que a todas las personas presentes en el lugar, quienes rápidamente corren hacia ellos para tomar a sus niños y mirar a Harry de forma acusatoria, quien no ha dejado de gritar mientras cubre sus orejas.
—¡Llamen a seguridad! ¡Saquen a esos locos del parque! —Exclama una de las mujeres mientras recoge a su hijo de la piscina de pelotas. Louis inmediatamente la detiene del brazo.
—No es necesario, no tienen que llamar a nadie, lo tengo controlado. —Le asegura, tratando de ser muy cordial, antes de caminar en dirección a Harry nuevamente.
Las mujeres los miran con irritación, esperando que los dos chicos se salgan del juego infantil para que sus hijos puedan divertirse tranquilamente. Alguna que otra sigue susurrando cosas groseras sobre Harry, pero Louis las ignora para no entrar en discusiones.
—Harry, todo está bien. —Le habla con voz suave y calmada, sosteniendo sus manos para apartarlas de sus orejas—. Nadie te hará daño, sólo son niños.
—No me gustan los niños. —Dice todavía con los ojos apretados. Louis sonríe con timidez, tratando de ignorar el hecho de que hay muchas personas viéndolos y escuchando lo que dicen.
—Tampoco me gustan los niños, me hacen recordar la infancia que tuvimos, ellos realmente fueron malos contigo. —Susurra, y Harry abre los ojos para mirarlo con calma, sintiendo cómo entrelaza los dedos de sus manos—. Pero somos adultos ahora, debemos ser tolerantes.
—Ellos me golpearon. —Responde de forma acusatoria, frunciendo levemente el ceño. Louis lo admira con adoración, sonriendo con diversión ante sus palabras.
—Tenemos que salir de su zona de juegos. —Harry lo mira todavía con el ceño fruncido, y honestamente se siente muy molesto, además de sentirse ansioso y muy asustado por todas las miradas a su alrededor. Él agacha la cabeza y vuelve a cerrar los ojos mientras tararea una canción, deseando que todos desaparezcan, ignorando todo lo que lo rodea. Louis suspira profundo reconociendo esa conducta, y se gira para mirar a las personas a su alrededor—. Es autista, el contacto físico lo pone muy nervioso, y también el acercamiento social. ¿Podrían ser amables y darle su espacio? Saldremos de aquí pronto.
En cuanto las personas comienzan a dispersarse, siendo conscientes de la condición de Harry, Louis siente que se ha quitado un peso de los hombros, agradecido de que todavía existan personas empáticas en el mundo.
—Vamos por unas cajitas felices. —Le susurra con un suave toque en su brazo. El cuerpo de Harry está muy tenso debido a la incómoda situación que le hicieron pasar. Se siente muy tonto y avergonzado siempre que pierde el control de sus acciones.
Mueve su brazo con brusquedad para esquivar el contacto físico con Louis, y el ojiazul se entristece mucho cuando nota la indiferencia que le muestra el rizado. No había sido rechazado por él desde aquella vez en el auditorio, y le había roto el corazón ese día.
—Perdón, saldremos de aquí. Todo estará bien. —Dice con nostalgia, tratando de hacerse creer a sí mismo que Harry sólo tuvo esa reacción por todo lo que sucedió con los niños interfiriendo en su espacio personal. O tal vez se molestó porque Louis divulgó su condición frente a todas esas personas.
No tiene forma de saberlo.
—Llevaremos dos cajitas felices. —Harry lo escucha hablar mientras se acercan a la caja registradora.
Después de recibir la bolsa con su orden, Louis paga con su tarjeta y agradece a la persona que lo atiende, girándose hacia él con una gran sonrisa
—¡Para llevar! —Exclama con emoción, pero luego se entristece cuando ve la expresión fría de Harry.
Caminan en silencio de nuevo hacia la universidad, y la verdad es que ambos se sienten muy apenados por lo ocurrido en el restaurante. Harry no soporta la vergüenza, siente mucha culpa por inmiscuir a Louis en sus problemas de integración.
—¿Te sientes bien? —Esta vez Louis rompe el silencio, deseando que Harry no esté enojado con él.
El rizado sacude la cabeza, dando a entender que no se siente nada bien.
—¿Necesitas algo? ¿Te duele la cabeza? —Harry vuelve a negar con la cabeza, caminando con las manos dentro de sus bolsillos—. ¿Estás enojado?
—No. —Responde, y Louis lo agradece mucho porque es la primera palabra que dice desde que salieron del McDonald's.
—No quise mencionar lo de tu condición, lo hice porque no quería que esas mujeres siguieran gritando y acusándote. Lo siento mucho. —Se disculpa, esperando que Harry no se sienta mal debido a eso.
—No. Yo lo siento, Louis. Soy un idiota que pelea con niños. Me siento muy avergonzado, no estoy orgulloso de muchos de mis comportamientos, pero aún no puedo controlarlo.
—Harry, escúchame. —Louis se detiene en medio del camino, colocándose frente a él para tener toda su atención. Harry levanta la cabeza, mirándolo con mucha pena—. Sé que lo has intentado durante toda tu vida, pero hay cosas que simplemente escapan de nuestras manos, y posiblemente jamás podremos controlarlas por mucho que lo intentemos. Sé que es difícil escucharlo, pero es mejor que lo sepas ahora y que no te sigas presionando a tí mismo por algo que no eres capaz de cambiar.
El menor aguanta la respiración por unos segundos, siendo muy difícil de procesar las palabras de Louis. Se ha esforzado, todos los que lo conocen saben lo mucho que se ha esforzado toda su vida para actuar como una persona normal y no tener ataques de ansiedad en público. Ha puesto todo su esfuerzo para cambiar esas actitudes que tanto lo avergüenzan, pero simplemente no puede evitarlo cuando todo llega al límite de su capacidad.
—Yo nunca seré normal. —Louis quiere llorar cuando esas palabras salen de los labios de la persona que más ama en el mundo. Cada vez que lo escucha decir eso siente que una parte de su corazón se rompe en pedazos.
Louis tenía esperanzas de que Harry ya hubiese superado esas inseguridades y que ya no tuviese esos pensamientos, pero saber que sigue pensando eso lo hace sentir muy miserable.
—Eres normal. Ya te lo he dicho muchas veces, tu condición no te hace anormal, sólo tienes un ritmo diferente de vida, una forma diferente de interactuar, y un modo especial de entender las cosas. Pero nada de eso te hace anormal, cada persona es diferente y eso está bien, nadie puede ser exactamente igual a otra. Las diferencias nos hacen únicos.
Las palabras de Louis realmente era todo lo que necesitaba escuchar en ese momento, y había extrañado mucho su manera tan hermosa de hacerlo sentir especial y menos raro. Sólo él tiene ese poder de hacerle sentir que encaja perfectamente en la sociedad a pesar de todas sus diferencias e imperfecciones.
—Gracias.
×××
Fer trata de animar a Melissa, llevando su portátil hasta la habitación de la chica para ver una película en Netflix juntas.
—Te agradezco por venir. —Dice con una amable sonrisa al recibirla en la puerta.
—Nada de agradecimiento, para eso están las amigas. —Le rodea en un fuerte abrazo, y Mel lucha contra sus ganas de echarse a llorar porque ha pasado los últimos días en eso y ya no soporta la sensación de tristeza que la embarga cada vez que piensa en lo sucedido.
Las chicas toman asiento en la cama de Mel, y Fer comienza a hacerle bromas, arrojándole almohadas para hacerla sonreír.
—¿Qué ha pasado con tu compañera? —La pregunta de Melissa la toma por sorpresa.
—Oh, ella ha estado bien. Un poco callada, pero bien. Fue un caos en el bar, no volveré a llevarla a esos lugares concurridos. —Dice con una mueca, afligida por cómo terminó la noche.
—¿Has hablado ya con ella? —Los ojos de Fer se amplían ante la pregunta de Mel.
—No. No quiero incomodarla, además te dije que ella no sabe todavía cuál es su orientación sexual.
—Pero puedes ayudarla.
—Eso hago, o al menos lo intento. Pero no funcionó lo del bar, ella no descubrió nada allí. Todavía no sabe lo que quiere, y no voy a interferir en su decisión. Ya es bastante difícil para ella, no quiero causarle más confusión. —Habla con la cabeza gacha y una expresión nostálgica.
—Pero te gusta, y si te gusta debes decírselo. —Fer alza la cabeza para mirarla con mucha vergüenza, tragando saliva antes de hablar.
—No quiero alejarla. Intento que ella tenga confianza en mí, si le digo lo que siento entonces no querrá estar cerca de mí. Es muy pudorosa, ya sabes lo que te he contado, a veces siento que es de esa manera porque conoce mi orientación sexual y eso le provoca más incomodidad al compartir habitación.
—No debes sentirte mal por lo que eres.
—Pero no puedo decirle. —Mel toma sus manos, sonriéndole con cariño.
—Deberás hacerlo tarde o temprano, no te guardes todo lo que sientes, ya pasé por esto con Louis, no quisiera que pase lo mismo contigo. —Fer la mira con tristeza, antes de suspirar profundo y asentir.
—Lo intentaré cuando la sienta preparada.
>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>
Holisss ❤️❤️ Espero que hayan tenido una feliz Navidad 🥰 Les deseo lo mejor!
Acuérdense de votar, mientras más votos hayan más pronto actualizo. Meta: 600
Síganme en Instagram: lafingida ✨
Copyright © yafanfiction
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro