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Capítulo 36.

Como era de esperarse, Harry no pudo conciliar el sueño durante toda la noche repitiendo las palabras de Niall en su cabeza incontables veces. Su paciencia inexistente no lo ayuda mucho a controlar esos pensamientos.

El sábado en la mañana cuando sale el sol, Harry se da un baño con agua fría, como es usual, y peina su cabello con el copete de siempre. Escoge una camisa colorida para la ocasión, y unos jeans sueltos.

Niall lo escucha en medio de su sueño, pero decide ignorarlo porque esa es la rutina del rizado cada día, le encanta madrugar, cosa que él odia. Sin embargo, no le puede pedir que no lo haga, ahora son compañeros de habitación y tienen que aprender a convivir con sus extraños hábitos.

Después de tender su cama y cepillar sus dientes, Harry se sienta en una esquina de la cama, con sus manos sobre sus rodillas y su espalda recta, con la mirada fija en la puerta, contando los segundos para ver a Louis. Se muerde su labio inferior mientras mueve sus pies con desesperación, hasta que dos toques en la puerta lo hacen saltar fuera de la cama con entusiasmo.

La hermosa sonrisa de Louis lo recibe del otro lado de la puerta, y Harry no puede evitar sonreír de igual manera de forma involuntaria, metiendo sus manos en los bolsillos de su pantalón de forma rápida, lo que le parece muy adorable a Louis.

—Veo que ya estás listo. —Dice mirándolo de pies a cabeza, deteniéndose en su cabello húmedo, notando cómo algunos rizos caen a los lados de su rostro de forma hermosa.

—Sí. —Baja la mirada con timidez, mordiendo su labio inferior una vez más. Louis ladea la cabeza, deleitándose con esa reacción tierna del menor, sin dejar de sonreír con adoración.

—Te ves muy bien. Vamos, te llevaré a desayunar. —Le dice antes de moverse para cerrar la puerta de la habitación una vez que Harry está afuera.

Louis pudo haber esperado para salir a mediodía, pero conoce a Harry lo suficiente para saber que el chico no tendría la paciencia suficiente para esperar hasta más tarde para verse después de todo lo que le dijo antes de despedirse ayer, por lo que se aseguró de poner su alarma muy temprano para alistarse a tiempo y no decepcionarlo con su impuntualidad, porque sabe lo mucho que el menor odia a las personas impuntuales y no quiere hacerlo esperar más de lo que ya ambos tuvieron que esperar para estar juntos de nuevo. Aprendió que el tiempo vale oro, y aprovechará cada segundo de su vida para hacer que valga la pena.

—Oh, miren. Sólo hizo falta una canción para volverse marica. —Escucha la voz de uno de sus viejos amigos, y deja de mirar a Harry para mirar a los chicos que caminan frente a ellos con unas sonrisas burlonas mientras los señalan. Louis aprieta los puños con fuerza, colocándose frente a Harry para evitar que ellos se acerquen a él.

—Y sólo hace falta un puño mío para romperte la nariz. —Le responde con el ceño fruncido, deteniéndose frente a los tres chicos.

—¿Por qué tan agresivo? ¿Tienes miedo de que tu novio raro salga herido? —Louis deja de respirar por un momento, antes de empujar al chico con fuerza hasta hacerlo caer al piso sentado. Harry se estremece a sus espaldas al ver al chico caer, cubriéndose las orejas y cerrando los ojos con fuerza porque odia mucho los enfrentamientos.

—Si quieres herir a alguien más te vale que sea a mí. —Louis observa a los otros dos chicos con mucha ira, antes de girarse para mirar a Harry—. Todo está bien. —Le dice con un tono de voz calmado, logrando que el menor baje sus manos nuevamente.

Pasa un brazo por encima de sus hombros y ambos se apartan de la escena con rapidez, tomando el ascensor para bajar a planta y salir de las residencias.

Caminan en silencio después del enfrentamiento con los viejos amigos de Louis. Harry no sabe qué decir, piensa que todo ha sido su culpa por demostrar su amor en público cuando Louis le pidió que no lo hiciera.

—Lo siento mucho. —Rompe el silencio y Louis lo mira con sorpresa, deteniendo sus pasos, al igual que Harry.

—¿Por qué lo sientes? —Pregunta con preocupación, frunciendo el ceño.

—Fue mi culpa que te pelearas con tus amigos. Yo te metí en problemas por demostrarte mi amor en público cuando canté mi canción en el auditorio frente a todos. —Habla cabizbajo, y Louis se coloca frente a él con rapidez, negando con la cabeza y sosteniendo sus hombros.

—No digas eso, yo me equivoqué. Tú puedes mostrarme tu amor en público, me encantaría que lo hagas, Harry. Fui un idiota, dije mentiras para agradarles a esos chicos, pero estaba equivocado. Ellos no valen la pena, por eso ya no son mis amigos. —Harry lo mira fijamente, asintiendo.

—¿Estás enojado? —Louis se relaja un poco, y entonces sonríe con diversión.

—Claro que sí, pero no contigo. Estoy enojado con ellos. —Harry asiente nuevamente—. No dejes de mostrarme tu amor en público. A la mierda lo que piensen los demás, ¿de acuerdo?

—De acuerdo. —Responde mucho más tranquilo.

Louis sonríe mucho más, antes de alborotar la cabellera del rizado, quien frunce el ceño al recordar que se había peinado antes de salir.

—Me gusta tu cabello alborotado. —Le dice después de soltarlo, y Harry relaja sus facciones feliz por escuchar un cumplido de Louis.

—Gracias. —Louis realmente intenta mantener sus labios en una línea recta, pero no puede dejar de sonreír ante la actitud fría y seria del rizado. Le parece muy lindo, sin duda.

Louis lo lleva a desayunar en una cafetería cercana, y Harry se decepciona un poco porque no era lo que esperaba, sin embargo, está feliz de estar con Louis y comería cualquier cosa que él quisiera comer sólo para complacerlo.

—¿Quieres café? Hace frío. —Pregunta Louis sentado en la mesa frente a él. Harry no consume cafeína, pero se encuentra asintiendo con la cabeza con rapidez—. Oh, soy un tonto, olvidé que la cafeína te hace daño.

Louis se detiene a pensar por un momento, viendo cómo Harry había afirmado con la cabeza. Y ahora está reaccionando a que el menor no le ha negado nada desde que volvieron a encontrarse.

—Harry, no debes decir que sí a todo lo que te ofrezco. Puedes negarte, como antes. Tienes todo el derecho de negarte a lo que no quieras hacer, no tienes que complacerme en todo, ¿de acuerdo? —Harry lo mira con un poco de vergüenza, pero vuelve a asentir.

—Quiero una taza de chocolate caliente. —Dice finalmente, y Louis sonríe satisfecho con su respuesta, agradeciendo que tenga su propio poder de decisión.

—Está bien, voy a pedirlo. —Se levanta de la silla y se dirige a la caja para hacer el pedido, dejando a Harry en la mesa mirando a través del vidrio de la cafetería.

Louis lo mira desde allí, y sonríe ampliamente sin poder creer que está allí con él. Todavía parece muy irreal que pueda tener una cita con su crush de toda la vida.

La cajera se aclara la garganta esperando que Louis haga su pedido, notando su enorme sonrisa puesta en el chico de la mesa. Inmediatamente la mira con timidez, y hace el pedido con un poco de vergüenza. Ella sólo sonríe de vuelta mientras toma su orden, y le pide que espere sentado en la mesa.

Al volver a la mesa, Louis observa cómo Harry juega con sus manos por encima de la mesa, deteniéndose cuando el mayor se sienta frente a él. Hay muchas preguntas que quiere hacer, y sólo está esperando el momento adecuado para no sonar como un loco.

—¿Qué tienes? —Pregunta Louis al verlo tan distraído en sus pensamientos. Harry alza la mirada para mirarlo, mordiéndose el labio antes de romper su silencio.

—¿Ya tenemos algo más? —Pregunta manteniendo el contacto visual. Louis comienza a toser, ahogándose con su propia saliva mientras asimila la pregunta del rizado.

—Oh. —Traga saliva después de recuperarse de la tos—. No, todavía no tenemos algo más.

—¿Somos amigos? Ese chico me llamó tu novio. —Louis abre los ojos en total asombro, intentando encontrar una respuesta clara para él.

—Bueno, él dijo eso porque asumió que éramos novios. Pero somos amigos. —Responde con una pequeña sonrisa para darle seguridad. Harry asiente, y vuelve a jugar con sus manos sobre la mesa. Louis quiere decir algo más, pero la chica de la caja se acerca a ellos para dejar su orden.

Louis le agradece y la chica le sonríe con complicidad, lo que no entiende en absoluto hasta que ella se retira y observa la forma en la que Harry mira su taza con rareza. Se inclina para ver que tiene un corazón hecho con espuma de leche. Louis se sonroja demasiado, ahora es capaz de entender la actitud de la chica que tomó su orden. Ella definitivamente pensó que eran pareja.

Se remueve en la silla mientras Harry sigue observando el extraño corazón en su taza de chocolate.

—Es extraño cómo tiene una figura muy parecida a un corazón. —Comenta ladeando la cabeza, todavía mirando la espuma. Louis traga saliva con nerviosismo, asintiendo.

—Sí, demasiado extraño. —No puede decirle otra cosa, está muy avergonzado en este momento.

Louis pidió panqueques, recordando lo mucho que a Harry le gustaban. Lo observa comer, notando que su costumbre de morder los extremos primero no ha cambiado desde la última vez que comieron eso juntos. Muerde los extremos hasta acabar con el círculo antes de comerse lo de adentro, a Louis siempre le pareció gracioso esa forma de comérselos, pero sin duda podría mirarlo todo el tiempo. Le trae mucha paz verlo comer. Aunque trae paz todo lo que hace, desde comer hasta respirar.

Seguramente su actitud da miedo. Debe dejar de actuar como un raro si no quiere espantar a Harry con su extraña forma de mirarlo, y la sonrisa que no puede eliminar de sus labios durante su presencia. Eso podría ser muy incómodo para cualquier persona.

Harry por su parte se concentra mucho en su desayuno, ignorando a Louis por completo mientras come y bebe de su chocolate caliente.

Al salir de la cafetería caminan un poco por las calles en completo silencio, Harry mantiene sus manos dentro de sus bolsillos, y Louis lo mira de reojo cada tanto tiempo, incapaz de controlar sus ojos. No puede caminar a su lado sin mirarlo, todavía no puede creer lo afortunado que es de tenerlo a su lado y poder mirarlo cuando quiera.

—¿Te gustó el lugar? —Le pregunta ocultando su diversión. Harry hace una mueca con sus labios antes de responder, todavía con la mirada fija en el camino sin perder la concentración.

—No. —Responde con frialdad, sin ocultar su decepción. No puede mentir, realmente no le gustó el lugar, pensó que Louis lo llevaría a otro lado que fuese de su agrado, sin embargo, agradece que lo haya invitado a desayunar.

Louis se cubre la boca para reír, algo qué pasa totalmente desapercibido por Harry, quien ni siquiera lo mira de reojo.

—Tengo una sorpresa más. —Dice con entusiasmo, llamando la atención del menor, quien se detiene la instante para mirarlo.

—¿Cuál sorpresa? —Pregunta intrigado. Louis asiente con una sonrisa llena de alegría.

—Ya lo verás, debes trabajar en tu paciencia. —Se burla, pero Harry no sonríe en absoluto, manteniendo su expresión seria.

—¿Cuándo lo veré?

—En unos minutos. Sigue caminando. —Harry asiente y sigue su camino, aunque realmente odia las sorpresas y tener que esperar para saber de qué se trata.

Ambos cruzan la calle, y Louis se muerde el labio con ansiedad pensando en la reacción que tendrá Harry.

En cuanto ve la gran "M" amarilla, Harry abre los ojos con entusiasmo, y se gira para ver a Louis sin ocultar su emoción.

—¿Es esta la sorpresa? —Pregunta con notoria felicidad. Louis le sonríe con cariño, asintiendo con la cabeza.

—¿Te gustaría entrar? —Harry asiente, pero luego frunce el ceño.

—Pero ya comimos. —Responde con confusión después de recordar que comieron. Louis se cubre la boca para reír, antes de volver a hablar.

—No tengo pensado durar poco tiempo allí. Pasaremos el resto del día. —Los ojos de Harry se amplían y un brillo aparece en ellos, indicándole lo feliz que esa noticia lo hace sentir. Louis no puede estar más satisfecho con esa reacción.

—Sí.

—Sabía que te gustaría. —Comenta sin dejar de sonreír. Harry también sonríe, mostrando sus hermosos hoyuelos, sintiendo cómo su corazón se acelera debido a la ansiedad.

Al cruzar la entrada del McDonald's, Harry se paraliza, mirando todo con profunda atención, notando que es muy diferente al restaurante que estaba cerca de su casa, al que solía llevarlo su madre todos los días. Sin duda este McDonald's es mucho más grande.

—¿Te gusta? —Pregunta Louis, mirando cómo Harry observa todo con curiosidad.

—Es muy diferente y más grande. —Responde sin dejar de mirar todo a su alrededor. Louis lo mira mientras Harry se deleita con el lugar. Espera que se sienta lo suficientemente cómodo allí, así que no lo presiona mientras el rizado se adapta al nuevo lugar.

—Sí, todos los McDonald's tienen pequeñas diferencias, no es igual al que está en casa, pero sigue siendo divertido y tiene la misma comida. Te gustará.

Harry no está acostumbrado a otros McDonald's, después de mudarse su madre lo seguía llevando al mismo restaurante sin importar que tan lejos quedaba de su nueva casa.

—Aquí he comprado las veces que te he llevado cajitas felices a la universidad. Las hamburguesas son iguales. —Le explica, y Harry finalmente se relaja al recordar el sabor de las hamburguesas que Louis le ha llevado últimamente.

—Sí, son iguales.

—¿Quieres ver el parque? Es muy grande. Tiene la piscina de pelotas más grande que he visto en mi vida. —Eso sin duda llama la atención de Harry, quien lo mira con emoción, asintiendo con euforia.

Louis sonríe y lo toma de la mano de forma inconsciente antes de arrastrarlo hacia la zona del parque infantil del restaurante. Al llegar allí Harry se queda boquiabierto, con ojos brillantes mirando todo con las emociones a flor de piel.

—Oh, no hay niños a esta hora. ¿Te gustaría entrar? —Harry observa a Louis con mucha sorpresa, antes de asentir.

El mayor suelta una carcajada mientras se quita sus zapatos y ve a Harry repitiendo su misma acción. Ambos dejan sus zapatos a un lado y corren directamente a la piscina de pelotas, saltando dentro de ella como cuando eran dos niños sin ninguna preocupación en su vida.

—¡Si! —Grita Louis, viendo cómo Harry no puede dejar de sonreír mientras se hunde en las pelotas, acostado a lo largo de la piscina. Louis lo imita, acostándose a su lado. Ambos suspiran, y Louis se atreve a tomar su mano nuevamente, girando su cabeza un poco para mirarlo—. Nos conocimos así, ¿te acuerdas?

Harry también lo mira, dejando de sonreír al recordar ese momento exacto.

—Tomaste mi pie. —Louis suelta una carcajada recordando el bochornoso momento.

—Sí, era un niño muy travieso. Pero agradezco haber sido de esa manera porque de lo contrario no te habría gustado. —Comenta perdido en sus pensamientos sin prestar atención a sus palabras.

—Sí, me gustaste mucho siendo así. —Responde sin dejar de mirar al chico risueño a su lado—. Todavía me gustas mucho.

Louis deja de sonreír, sintiendo el calor apoderándose de su rostro, y vuelve a mirarlo con asombro y su respiración muy acelerada, incapaz de actuar con normalidad.

—Tú también me gustas mucho.

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Llegué tarde 🤭 Sorry! Espero que hayan disfrutado este capítulo 100% Larry 🥺

¿Parte favorita? No se vale todo lol.

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