Capítulo 32.
El rubio se detiene justo frente a la puerta de la habitación de su novio, y no da un paso dentro cuando el moreno le hace señas para que lo haga.
Niall nunca ha estado solo con un chico en una habitación, por lo que esa situación lo pone muy nervioso e incómodo. Siente su pulso muy acelerado, aunque es consciente de que Zayn no es una persona peligrosa.
—No... No creo que sea correcto que entre. —Agacha la cabeza con timidez, jugando con sus manos y negando una y otra vez. Zayn sonríe con cariño, y da un paso hacia él.
—Hey, todo está bien. Es fin de semana, permiten visitas en los cuartos los fines de semana. —Niall sabe que es verdad, pero aún así se siente muy inseguro, sus manos están temblando y no sabe cómo controlarse. Seguro Zayn pensará que es un rarito, aunque lo es, pero no quiere que su novio se entere.
—Mejor me voy. —Zayn sostiene su muñeca cuando Niall da media vuelta con la intención de marcharse, evitando que el rubio se vaya.
—No haremos nada, absolutamente nada. No debes tener miedo de mí, no haré algo que tú no quieras, jamás lo haría. —Zayn realmente se siente muy mal por la poca confianza que Niall le tiene, lo menos que haría es hacerle daño o causarle incomodidades.
—Lo sé, no eres tú. —Niall se muerde el labio inferior con fuerza y se mueve de manera inquieta, Zayn lo nota enseguida, nota el temblor de sus manos y cómo se estremece en cada respiración que da, como si estuviera a punto de entrar en crisis.
—Hey, todo está bien. ¿Qué sucede? —Zayn lo envuelve en un abrazo suave, colocando su mentón sobre la cabeza del más bajo, tratando de calmarlo.
—No soy raro. —Niall lloriquea contra su pecho, dejándose envolver.
—Shh, no creo que lo seas. —Acaricia su espalda con cariño, suspirando profundo y pegándolo más a él.
—Eres el único chico que no se ha reído de mí, y el único que ha querido mi compañía... ¿Por qué me quieres a tu lado? ¿Acaso no te das cuenta de lo extraño que soy? —Zayn se aparta un poco para mirarlo, y levanta su mentón con cuidado para ver a través de sus ojos llorosos.
—De lo único que me he dado cuenta es que eres extraordinario y que tienes un corazón gigante. Eres una persona maravillosa, y eso es lo único que importa para mí. —Un puchero se forma en los labios del rubio, y vuelve a abrazarlo con necesidad, refugiándose en los brazos de su novio.
Finalmente Niall se siente lo suficientemente cómodo para entrar en la habitación con el moreno, mirando el lugar con profunda curiosidad.
—¿Cuál es tu cama? —Pregunta tratando de adivinar cuál de las tres camas pertenece a Zayn—. La de la sábana de superhéroes, ¿cierto?
Zayn suelta una carcajada, pero termina asintiendo con la cabeza, cruzándose de brazos y dejando que Niall observe sus pósters y sus figuras de acción que están sobre su mesa de noche.
—Me gustan los superhéroes también. Tienes una colección muy bonita. —Dice tomando una figura de Hulk—. Este es mi favorito.
El moreno sonríe en su dirección, admirando lo lindo y adorable que es su novio. Claro que ha notado sus diferencias, pero realmente no le importa cuál sea la condición de Niall, se ha enamorado perdidamente de él. Sabe que el chico es sumamente nervioso, pero tiene toda la disposición de ayudarlo en lugar de huir y rechazarlo como seguro muchos lo han hecho en el pasado.
¿Cómo alguien puede rechazar a una persona tan dulce? ¿Cómo pueden rechazar la pureza de una persona especial cuando son ellos los que tienen más amor para dar?
Zayn se siente muy afortunado de poder llamarlo novio, y poder formar parte de su vida.
×××
Ha pasado media hora desde que Liam y Mel comparten silencio en la plaza, y él de verdad quiere decir algo, cualquier cosa para animar a la chica, sin embargo no se atreve porque dígamos que no es muy bueno para dar palabras de consuelo.
—¿Te gustaría tomar algo? Yo invito. —Suelta de repente, rompiendo el incómodo silencio.
Para ese momento Mel ha dejado de llorar, siente que sus ojos se han secado de tantas lágrimas derramadas, y honestamente no le quedaron lágrimas por soltar. Se siente un poco mejor después de haber llorado y haber sacado todo de su sistema, pero todavía tiene el corazón roto y una profunda tristeza.
—Si no quieres ir lo entiendo, sólo intento... —Ella lo interrumpe, poniéndose de pie.
—Lo lamento, prefiero descansar ahora, no tengo ánimos para tomar nada o tener una conversación, y tampoco quisiera contagiarte mi melancolía. —Intenta sonreír, pero sólo logra mostrarle una mueca.
—Está bien, lo entiendo. Si quieres hablar con alguien puedes buscarme... —Liam sacude la cabeza, cerrando los ojos y maldiciendo internamente—. Perdón, olvida que dije eso. No me buscarás en la misma habitación que quieres evitar, soy un idiota. Lo siento.
Mel no vuelve a responder, simplemente se aleja de Liam para volver a su residencia, deseando no toparse con Louis en el camino.
Se lleva una gran sorpresa cuando ve a Harry sentado en la puerta de su dormitorio, claramente esperando por ella.
Quiere ocultarse para no ser vista por él, pero es demasiado tarde cuando los ojos de Harry se posan en ella. Rápidamente se pone de pie y sacude una mano en su dirección como saludo. Mel no puede ignorarlo, no después de la relación que ha forjado con el chico. Se acerca con pasos cortos, intentando mantenerse fuerte frente a él, porque no planea desquitarse con Harry por lo que pasó, al contrario, le gustaría mucho escuchar lo que tiene que decir, tal vez pueda entenderlo mejor desde su punto de vista.
—Hola chico lindo. —Lo saluda con una sonrisa nostálgica, y Harry le devuelve la sonrisa al instante.
—¿Puedo entrar y hablar contigo? —Mel asiente con rapidez, dispuesta a escucharlo sin juzgar, deseando escuchar lo que Louis nunca se atrevió a contarle.
Cuando ambos están dentro de la habitación, Mel cierra la puerta para tener más privacidad, agradeciendo que su compañera de habitación está ausente.
Mel toma asiento en su cama, pero Harry se queda de pie sin intenciones de sentarse.
—¿Qué opinas de la canción? ¿Te gustó? —Pregunta con ilusión, y Mel intenta no lucir afectada a pesar de estar destruida.
—Sí, está muy hermosa. —Traga el nudo en su garganta para sonreírle a través de su dolor.
—Seguí tu consejo, y decidí seguir a mi corazón en lugar de hacer caso a los comentarios homofóbicos. Intenté muchas cosas para declarar mi amor, y creo que esta vez funcionó de verdad. —Mel se muerde el labio inferior, asintiendo con la cabeza incapaz de darle una respuesta.
Después de unos segundos se arma de valor para preguntarle eso que tanto quiere saber, por más dolorosa que pueda ser la respuesta.
—¿Louis te gusta? —Harry asiente sin pensarlo dos veces, y Mel desvía su mirada para no echarse a llorar frente a él—. ¿Desde cuándo?
—No lo tengo muy claro, supongo que desde que lo conocí. Me gustó mucho desde el primer momento, mi madre dice que nunca me gustó tanto una persona fuera de la familia hasta que conocí a Louis y quise acercarme por voluntad propia. También me convenció de ir a la escuela. Me había prometido no volver a la escuela porque las maestras me maltrataban mucho, igual que los niños, pero Louis prometió cuidarme y estar a mi lado siempre. —Mel le sonríe con cariño, porque es imposible hacer otra cosa.
—¿Qué edad tenías cuando eso pasó? —Pregunta con curiosidad. Louis le había contado que eran amigos de la infancia, pero eso fue todo lo que supo.
—Cinco años, era mi cumpleaños ese día. Conocer a Louis fue mi mejor regalo de cumpleaños, mucho mejor que el muñeco de Spiderman que recibí. —Recuerda con una gran sonrisa.
—¿Alguna vez fueron novios? ¿O fueron algo más que amigos? —Harry sacude la cabeza de inmediato, y Mel puede sentir un poco de alivio al saber que Louis no mintió al respecto. Al menos no mintió sobre eso.
—No, pero Louis me ama, y él me dijo que volveremos a ser lo que éramos antes y mucho más. —Agrega rápidamente. La chica lo mira boquiabierta, pero trata de actuar indiferente ante esa nueva revelación—. Louis me pidió tiempo para hablar contigo y sanar, pero yo ya no puedo seguir esperando. Ha pasado mucho tiempo y necesito estar con él porque lo extraño más que nada, he esperado muchos años y ya no quiero esperar más.
Harry se muestra inexpresivo, pero detrás de su voz hay mucha ansiedad y desesperación, y también sufrimiento. Mel siente mucha pena, pero a la vez empatía porque entiende lo que es esperar por alguien, y no es muy agradable la espera.
—Yo vine a hablar contigo porque Louis tiene miedo, dijo que se le hace muy difícil decirte la verdad, y quiero ayudarlo. Necesito ayudarlo. —Mel lo escucha con profunda nostalgia, viendo lo importante que es todo esto para él. ¿Cómo podría culparlo?
—Lo siento, Harry. Nunca quise causarte daño o ser un impedimento para que estés con Louis. Yo no sabía cuál era su historia, Louis nunca me dijo nada al respecto... Yo nunca sospeché nada. —Harry asiente.
—Louis tiene miedo, está bien. No te contó sobre mí porque estaba asustado de sus padres. Sus padres le preocupan mucho, le hicieron daño. —Una lágrima resbala por la mejilla de la rubia, y Harry lo pasa por alto—. Eres una buena persona, yo sé que no le harás daño a Louis.
—No lo haré, Harry. Jamás le haría daño a Louis. —Él asiente, profundamente agradecido.
—¿Podrás ayudarlo a no estar asustado?
Lo que le pide es muy difícil, él no se imagina lo increíblemente difícil que es para ella ayudar a su anterior novio a salir del clóset. Pero de nuevo, ¿cómo podría saberlo? Harry no tiene idea, está tan enfocado en sus asuntos que no puede ver lo mucho que todo esto le afecta a Mel.
—Tal vez. —Responde con un gran nudo en la garganta.
—¿Eso es un sí? —Ella simplemente asiente con la cabeza, manteniendo sus lágrimas al margen—. Muchas gracias.
Harry se marcha, y entonces Mel se siente en libertad para llorar y desahogarse a solas, recordando las palabras de Harry y sintiendo mucha pena por no haber sido capaz de notar el dolor de Louis. Siente mucha culpa porque no pudo ayudarlo, estaba frente a ella y nunca pudo notar su sufrimiento.
Sólo desea de todo corazón que Louis pueda alcanzar la felicidad, aunque no sea a su lado. Y desea lo mismo para Harry, porque ambos merecen ser felices. Realmente lo merecen.
×××
Ha pasado una semana desde que todo se aclaró, y Harry está cada vez más desesperado y más ansioso por saber de Louis. No se han visto en una semana, y aunque ha querido tocar su puerta en muchas ocasiones se ha contenido porque Louis le pidió tiempo y entiende que debe mantenerse alejado mientras se recupera, lo cual es muy difícil para él.
—¿Cuánto tiempo llevará eso? —Pregunta en voz alta.
Niall abre un ojo desde su cama, frunciendo el ceño porque Harry aún mantiene la luz del cuarto encendida.
—No lo sé. ¿Puedes dormirte ya?
—No me gusta esperar, no quiero seguir esperando. —Repite, y Niall sinceramente no sabe qué más hacer para lograr que se duerma.
Harry no ha dormido bien durante toda la semana que pasó, se ha pasado todas las noches pensando y contando los minutos y las horas, esperando el momento en que Louis aparezca por la puerta y le diga que ya ha logrado sanar. Él piensa que será así de rápido y así de fácil, y Niall ha tratado de explicarle que ese proceso toma mucho más tiempo y que debe ser paciente sin presionar a Louis.
—Harry, debes entender que para Louis es más lento el proceso. Él es diferente, no es como tú, o como yo. Nosotros queremos resolver todos los problemas al instante, y no nos gusta tener que esperar tanto tiempo por una solución, pero hay personas que les cuesta mucho trabajo resolver sus propios asuntos, y hay que respetar su tiempo. —Harry asiente, jugando con la pulsera en su muñeca.
—Respeto su tiempo, he respetado su tiempo por casi dos meses, y otros tres años y medio. —Niall le sonríe con cariño, le provoca mucha gracia cómo Harry intenta mantener la calma sin mucho éxito.
—Lo sé, has esperado mucho, pero cada vez estás más cerca, ten un poco de esperanza.
—Tengo esperanza. Uso colores en mi ropa. —Dice con orgullo, mirando hacia abajo hacia su pijama de colores. Niall sonríe mucho más.
—Me alegra mucho verte usando colores, te lucen muy bien. —Harry asiente.
—Lo sé. Me gusta el azul.
—Duérmete ya, mañana será otro día. —Lo ve ponerse de pie para apagar la luz, y agradece mucho que haya sido capaz de convencerlo.
—Buenas noches, Niall. —Dice volviendo a su cama para dormir, mucho más tranquilo después de entender la explicación de su amigo.
—Buenas noches.
A la mañana siguiente cuando Harry va camino a su salón, un grito a sus espaldas lo hace detener sus pasos. Voltea con mucha ilusión al reconocer la voz de Louis, aunque están en clases diferentes.
Louis está de pie en el pasillo de la facultad de música, y en su mano lleva dos cajitas felices de McDonald's, sosteniéndolas frente a él.
—¿Te gustaría comer esto conmigo? —Una sonrisa amplia se abre paso en los labios del rizado, y camina en dirección a Louis aunque la clase esté a punto de empezar.
Nunca ha faltado a clases, no ha tenido motivos para faltar, pero no quiere perder una oportunidad de estar con Louis, no después de haber esperado tanto tiempo para que Louis se acerque voluntariamente.
—Sí, me gustaría. —Responde cuando está frente al mayor.
Louis le sonríe igualmente, y mirando en todas las direcciones, sale corriendo fuera de la facultad de música.
—¡Oye! —Harry lo llama, pero enseguida corre detrás de él, aunque mucho más lento porque no es muy amante de las carreras.
Ambos corren en dirección a la plaza, hasta el banco más apartado de todos, y Louis se sienta en él, dejando las cajitas encima y colocando sus piernas a cada lado del banco para quedar sentado frente a Harry, quien se sienta de la misma manera con sus piernas abiertas frente a Louis, dejando la comida en el medio de los dos.
—¿Recuerdas el día que nos conocimos? —Pregunta con una gran sonrisa feliz, Harry lo imita, dejando a la vista sus dos hoyuelos.
—Siempre.
—¿Empezamos de nuevo? —Harry no entiende la pregunta, tampoco entiende por qué empezarían de nuevo, pero se encuentra asintiendo antes de poder hacer cualquier pregunta.
—Sí. De nuevo. Muchas veces de nuevo.
Louis suelta una risita dulce antes de abrir su cajita, sacando su hamburguesa y esperando que Harry haga lo mismo con la suya. Luego ambos chocan sus hamburguesas, como solían hacer de niños, y riendo dan el primer mordisco a su hamburguesa, sintiéndose extremadamente felices en compañía del otro.
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Fin.
Okno 🤣🤣🤣🤣 eso pareció un fin, pero sólo fue el final del capítulo, no se crean.
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Voten bebés ⭐⭐⭐
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