Es el intento número siete y Harry todavía no está satisfecho con el resultado de los vídeos que ha grabado por sí mismo. Piensa que ninguno es lo suficientemente bueno para enviarlo a las universidades donde se postuló.

El saber que es el único que aún no ha sido admitido en ninguna universidad lo llena de frustración y lo pone muy ansioso no entender la razón por la que es tan complicado para él. Quisiera ser aceptado en la universidad de Yorkshire porque allí tendrá muchas oportunidades de crecer en la música, ese es su más grande sueño. La música le ha regresado las ganas de vivir, es todo lo que lo hace feliz ahora.

Tiene la videocámara colocada en la peinadora frente a él, lista para comenzar a grabar el vídeo número ocho, y Harry se siente muy nervioso porque no es fanático de las cámaras, o de los vídeos caseros. No logra concentrarse.

Mantiene la guitarra sostenida sobre sus piernas y suspira profundo antes de comenzar a tocar una melodía suave, moviendo sus dedos con profesionalismo recordando todas sus clases, tomando nota de los acordes correctos. Comienza a cantar con voz apenas audible, pero a medida que avanza la canción sube el volumen de su voz. Realmente no ha asistido a clases de canto en su vida, y no ha escuchado ninguna crítica respecto a su voz, espera que sea suficientemente buena para ser aceptado en la carrera de música.

Dos golpes en su puerta lo interrumpen a la mitad de su canción. Arruga la frente sintiéndose un poco enojado y al borde de la desesperación por la interrupción que le ha costado su séptimo vídeo, pero deja la guitarra sobre su cama y se levanta para abrir la puerta sólo para encontrarse a Gemma del otro lado.

Harry tenía mucho tiempo sin verla ya que ella sólo visita cuando termina el semestre y tiene algo de tiempo libre en la universidad. Su molestia se disipa y envuelve a su hermana en un abrazo fuerte, escondiendo su cara entre el espacio de su cuello. Ella se deja abrazar sintiéndose muy feliz por su reacción al verla. Lo había extrañado mucho, y al parecer él siente lo mismo, lo mejor es que se lo está demostrando, cosa que raramente ocurre.

—¿Cómo has estado, pequeño? —Le pregunta después de tomar un poco de distancia. Harry señala su guitarra antes de responder.

—Estoy grabando un vídeo para que puedan aceptarme en alguna universidad ya que mis cartas de postulación no fueron lo suficientemente eficaces para otorgarme un cupo. —Ella ladea la cabeza sintiendo un poco de pena por su hermano.

—No podrán negarse, tu voz es increíble.

—Ya sé, todos dicen lo mismo. —Gemma suelta una carcajada y sacude la cabeza ante su indiscutible modestia.

—Todo saldrá bien, ya lo verás.

Gemma termina siendo la que graba el vídeo final, diciéndole dónde debe colocarse y cómo debe respirar profundo y concentrarse únicamente en la música para olvidar por completo la videocámara. Eso ayuda mucho a que recupere la seguridad y su voz fluya como es realmente. Su hermana comenta que parece un cantante profesional al ver el resultado del vídeo, y honestamente se ve muy bien, Harry no se reconoce a él mismo porque parece una persona diferente y segura de sí misma.

Ella está feliz de ver el progreso que ha tenido su hermano menor después de todo lo que ha tenido que pasar debido a su condición. Él es muy fuerte, le sorprende su manera de sobrellevar las situaciones, aunque Harry realmente no demuestra cómo se siente al respecto y eso les hace pensar que puede superar cualquier situación. Es mucho más difícil de lo que se ve a simple vista, ¿pero cómo podrían saberlo? Harry es muy reservado.

Por primera vez desde que Louis se fue lo ve animado y concentrado en sus propias aspiraciones. Gemma ha evitado comentarle que vió a Louis en una cafetería cerca de su universidad hace ya cinco meses. El chico se mostró muy conmocionado al verla, pero Gemma había fingido no reconocerlo. Louis le había suplicado que le diera la nueva dirección de su casa y le juró que había estado buscando a su hermano durante casi un año, pero Gemma no le dió la dirección porque sabía lo mucho que su partida había afectado a su hermano y no deseaba arriesgar su corazón de nuevo. Le negó cualquier información referente a Harry, y Louis se vió muy afectado por el rechazo que le mostró cuando habían crecido siendo tan cercanos como hermanos.

Gemma sólo quiso proteger a Harry sabiendo lo difícil que había sido para él superar a Louis. Él ya lo había superado, aunque le tomó muchos años hacerlo. Al igual que toda su familia, ella sufrió de igual manera viendo cómo Harry decayó y retrocedió todo el avance que había logrado. Fue muy duro para todos verlo sufrir y caer en una profunda depresión, Gemma no está dispuesta a verlo retroceder por segunda vez ahora que está enfocado en cosas importantes como su futuro académico.

Lo ama demasiado y no vendería su felicidad por nada del mundo. Louis ni siquiera está seguro de lo que siente por él, toda su familia había atacado a Harry sin piedad por tener un pequeño crush con su hijo, y Louis no intentó defenderlo en aquel entonces. Gemma no quiere que Harry sufra su rechazo, no cuando sabe lo que realmente su hermano siente por él. Louis lo olvidará con el tiempo, pero Harry posiblemente jamás lo hará.

—Voy a enviarlo. —Dice con entusiasmo conectando la videocámara a su laptop.

Su hermana lo mira con una sonrisa llena de orgullo, pero también siente una enorme nostalgia porque en el fondo sabe que no ha sanado por completo, sólo intenta mantenerse de pie y distraerse con otras cosas, haciendo su mayor esfuerzo para no volver a caer.

—Estoy orgullosa de ti. —Harry deja de hacer lo que está haciendo para mirarla y sonreírle.

—Lo sé. —Gemma asiente con la cabeza.

—Nunca lo dudes.

Una semana después Harry recibe dos correos de diferentes universidades notificándole que su postulación ha sido admitida. Se había pasado día y noche verificando su buzón de mensajes durante toda la semana, no se apartaba de su laptop ni siquiera para comer o dormir, pero toda la espera ha valido la pena ya que ahora tiene dos cupos en diferentes universidades, puede elegir una de las dos opciones.

La universidad de Yorkshire es su opción favorita, pero queda muy lejos de casa, debe tomar el tren y viajar por dos horas para llegar allá. La otra universidad en la que fue aceptado es la misma donde estudia Gemma, pero sus amigos no estarán allí con él. Harry quiere estar con sus amigos y continuar con su banda de tres. Seguramente a su madre no le gustará la idea de que se vaya tan lejos de casa, pero eso es lo que Harry quiere hacer con su vida y ella deberá aceptar su decisión.

Todavía faltan tres semanas para iniciar las clases, y Harry está muy ansioso por mudarse y comenzar su vida de adulto joven con diecisiete años. Anne por su parte se siente muy nerviosa y aterrada porque nunca ha estado lejos de su hijo, estaba decidida a mudarse cerca de la universidad para poder estar cerca de él, pero Harry se negó totalmente asegurando que es lo suficientemente capaz de cuidarse por sí solo. Desde pequeño siempre ha sido muy independiente de sus padres, le gusta tener su propio espacio y privacidad. No hay nada que desee más que mudarse de su casa y vivir por su cuenta para demostrarles que es capaz de sobrevivir en un mundo lleno de malicia, no quiere que sus padres lo vean como un inútil que no puede defenderse del mundo exterior. No le gusta ser subestimado sólo por el hecho de ser diferente.

Además, Harry ha decidido comenzar de nuevo y actuar como una persona neurotípica, ocultando su síndrome al resto de las personas. No quiere que lo conozcan en la universidad como el chico raro con Asperger, quiere que lo vean como un chico normal. ¿Es mucho pedir?

Su condición no lo definirá como persona. Tiene otros planes para su vida, y no se dejará vencer por nada ni nadie.

×××

Está sentado en la sala de espera junto a Cora, esperando su turno para tatuarse. Harry había pedido permiso a sus padres con anticipación, y por más que ellos se negaron, él supo convencerlos asegurándoles que no le dolería porque es hiposensible al tacto y que todo era por una buena causa. Cuando era niño los doctores recomendaban mucho los abrazos fuertes para que fuese despertando su sensibilidad corporal, pero Harry apenas siente los abrazos como un roce, y suele apretar muy fuerte porque para él no es suficiente si no lo siente de verdad. Espera que al tatuarse pueda despertar algo en su cuerpo, está cansado de ser el chico que no siente nada.

Recuerda cómo una vez en la secundaria unos niños jugaban con fuego y lo invitaron a jugar porque sabían sobre su hiposensibilidad. Los niños encendieron un yesquero cerca de sus dedos esperando que Harry reaccionara, pero nunca se quejo incluso cuando sus dedos se comenzaron a incendiar también. No logró sentir nada. También recuerda cómo Louis intervino apagando el fuego de sus dedos con muchísima preocupación, y tomando el encendedor se lo llevo muy cerca a la cara de los niños amenazándolos con quemar sus rostros si no lo dejaban en paz. Se pregunta qué pensaría Louis si viera lo que está a punto de hacer.

—Siguiente. —La voz gruesa del hombre detrás de la cortina lo saca de sus pensamientos. Cora se pone de pie y Harry inhala profundo, llenándose de valor antes de seguirla.

Camina cabizbajo y se sienta en la camilla con una luz que lo ciega al momento de sentarse frente a esta. Harry cierra los ojos con fuerza y arruga la frente ante la intensa iluminación que hay en el lugar. Sus ojos son muy sensibles aunque su cuerpo no lo sea, al igual que sus oídos que son demasiado sensibles al ruido.

—Espera. —Cora saca los audífonos de su bolso junto a unos lentes de sol. Vinieron preparados para esto porque no es la primera vez que la chica entra a ese lugar. Conoce muy bien el procedimiento.

Una vez que Harry se ha colocado los audífonos azules y los lentes oscuros, se siente preparado para comenzar. El hombre lo mira con rareza porque no está acostumbrado a que los clientes usen lentes de sol dentro de la habitación, y mucho menos usen audífonos.

—Uhmm, ¿qué figura quieres?

—Dos golondrinas. —Responde Harry con seguridad. Cora se golpea la frente con una mano mientras su amigo le explica cómo quiere el diseño, pensando que la conversación que tuvieron hace unos instantes no funcionó para nada.

Harry está decidido a tatuarse dos golondrinas enfrentadas en el pecho, después de haber buscado mucho en internet, y haber visto diferentes diseños y figuras que podía tatuarse, finalmente escogió las golondrinas porque su significado quedaría grabado en su pecho para siempre. Leyó que las golondrinas sólo tienen una pareja para toda su vida y no se separan. Quiere que su tatuaje sea un símbolo de su amor, lealtad y fidelidad. Y sólo él sabe a quién va dedicado.

Como era de esperarse, no sintió la aguja, aunque el ruido proveniente de ella fue muy molesto y varias veces tuvieron que detenerse porque Harry odiaba el ruido de la máquina y no dejaba de retorcerse. Aún con los audífonos puestos el ruido se colaba de una manera ensordecedora, causándole un fuerte dolor de cabeza. Estaba muy inquieto, no dejaba de moverse y el hombre encargado de tatuarlo estaba a punto de rendirse y dejar el tatuaje por la mitad de no ser porque Cora lo amenazó con no pagarle el dinero acordado si algo salía mal.

Cuando finalmente ha terminado el trabajo, Harry da un salto fuera de la camilla, demasiado inquieto para quedarse en ese lugar por más tiempo.

—¿Qué le pasa? ¿Siempre es tan raro? —Pregunta el hombre cuando Harry ya ha salido de la habitación sin decir una palabra.

—Tu trasero es raro, cierra la boca Fred. —Ella le entrega el dinero y le guiña un ojo—. La próxima vez ten más cuidado con él.

Harry está caminando de un lado a otro frente a la puerta del salón, con sus manos sosteniendo cada lado de su cabeza cuando ella sale del lugar. Cora coloca una mano sobre su hombro para tratar de tranquilizarlo al ver lo nervioso que está.

—Todo está bien, ya no hay ruido.

—No volveré jamás. —Dice sin dejar de caminar de un lado a otro.

—Oye, fuiste muy valiente. Estoy orgullosa de ti. Ese tatuaje te quedó fabuloso. —Comenta para darle ánimos, pero Harry no deja de pensar en el horrible sonido que hace esa máquina y en lo tormentoso que fue para él.

Fue una hora que pareció una eternidad, se sintió como si hubiese viajado al infierno. Todavía siente un horrible pitido en sus orejas y todo lo que quiere hacer es arrancárselas de la piel para que dejen de molestarlo.

—Harry, ¿puedes mirarme? —Pide ella con suavidad, pero Harry es incapaz de prestarle atención a sus palabras.

—Quiero ir a casa, quiero ir a casa, quiero ir a casa. —Repite sin dejar de caminar y sostener su cabeza como si fuera a explotar en cualquier momento.

—De acuerdo, vamos.

Simplemente hay cosas que Harry no puede evitar, por más que trate de ignorar sus diferencias y disfrazarlas para minimizarlas, no puede controlar situaciones como estas donde sus sentidos hablan por él. No puede dejar de actuar de ciertas formas cuando algo lo aturde hasta el punto de ser insoportable. Se siente terrible porque es consciente de que las personas a su alrededor pensarán muy mal de su comportamiento, no quisiera causar mala impresión con sus crisis, pero es algo que no puede controlar cuando pasa.

—No te sientas mal, no fue tu culpa. —Cora intenta consolarlo una vez que están en su habitación y se ha calmado lo suficiente.

—Soy un tonto, no debí actuar así.

—No eres un tonto, se salió de control. Está bien, no volverá a pasar. —Le asegura, acariciando su hombro. Harry no es capaz de mirarla a los ojos, siente demasiada vergüenza y respira con dificultad.

—No volveré allí. —Repite por novena vez desde que salieron del salón de tatuajes.

—Lo sé, no tienes que volver si no quieres.

Después de unos minutos finalmente logra tranquilizarse por completo. Niall llega a su casa una hora después, cargando una bolsa de McDonald's después de haber pasado por allí para comprar hamburguesas para él y sus amigos. Por supuesto la cajita feliz es para Harry, aunque ahora como ha crecido mucho se compra dos cajitas para poder sentirse satisfecho.

La sorpresa de Niall lo pone de un muy buen humor, y todos están agradecidos con él por eso. Su madre los deja que se sientan cómodos en la mesa del comedor mientras ella se mete en la cocina para terminar algunas cosas rutinarias.

—Cora, dile a James que deje de escribirme. Sólo dile que no te interesa salir con él. —La chica comienza a toser repentinamente antes de golpear la mesa con su puño.

—No hablaré con él.

—Estoy cansado de ser su intermediario. —Cora pone los ojos en blanco y observa a Harry sólo para verlo muy distraído contando sus papas antes de meterlas en su boca.

—No me gusta James. —Susurra entredientes. Niall se encoge de hombros.

—Me obligas a tener citas pero nunca te he visto teniendo una. —El chico enarca una de sus cejas y sonríe con picardía.

—No hay nadie que me interese. —Habla ella con el ceño ligeramente fruncido y los labios apretados deseando terminar la conversación.

—Deberías intentar lo de Tinder. Igual tú, Harry. —El mencionado levanta la cabeza y parpadea unas cuantas veces antes de responder.

—No me gustan las redes sociales. —Dice con simpleza.

—¡Harry ya tiene su primer tatuaje! —Anuncia Cora con emoción, tratando de desviar el tema de las citas.

—Qué divertido. —Niall comenta con sarcasmo, pero Harry frunce el ceño y no se tarda en responder.

—No fue divertido en absoluto, el ruido me causó migraña y estuve a punto de vomitar. Todo daba vueltas en mi cabeza y mis tímpanos estuvieron a punto de explotar. Fue un total desastre, nada divertido. —Se altera un poco sólo con el recuerdo.

—Está bien, Harry, no le prestes atención. Fue sarcasmo. —Explica la chica con calma, pero Harry se altera mucho más.

—No uses sarcasmo. No estoy de ánimos para soportarte ahora. —Reprocha con la mirada fija en Niall, quien levanta las manos en señal de paz.

—Perdón, no lo volveré a hacer.

Harry vuelve a concentrarse en su hamburguesa, y al terminar de comer los tres vuelven a la habitación del rizado.

—Quiero ver tu tatuaje. —Dice Niall por quinta vez esperando que Harry le muestre el causante de su mal humor.

El rizado finalmente se quita la camisa con cautela para no dañar el diseño que todavía está cubierto con cinta transparente. Niall apenas puede ver las dos golondrinas.

—¿Por qué te harías eso en el pecho? —Pregunta totalmente sorprendido, aunque intenta mantenerse serio para no ofender a Harry.

—Por lo que simboliza.

—A ver, ilumina nuestras mentes. —Cora evita reírse, dejándose caer en la cama para tener una mejor vista desde allí. Niall repite su acción y Harry los mira con irritación porque odia que salten en su cama y dejen un desorden en las sábanas.

—Pues, es símbolo de amor, lealtad y fidelidad a una persona en específico.

Ambos chicos lo observan boquiabiertos, literalmente. Harry jamás ha tenido una pareja, al menos no que ellos sepan, pero justo en este momento se quiere desahogar porque el peso que siente en el pecho se está haciendo difícil de soportar, no puede lidiar con eso él solo.

—¿Hay una persona en la cual pensaste mientras escogías el tatuaje? —Pregunta el rubio con curiosidad, a lo que Harry asiente con rapidez. Cora traga saliva y se incorpora en la cama completamente incrédula.

—¿Quién?

—Alguien que fue muy importante para mí y que ya no está conmigo. —Niall y Cora comparten miradas al ver cómo Harry traza las golondrinas con un dedo.

No quiere dar detalles sobre su triste pasado, ahora todo lo que quiere hacer es avanzar en su vida, con ese tatuaje quiso darle fin a esa época tan dolorosa para él, dejándolo marcado para siempre. Con ese tatuaje sólo quiere dejar claro que sólo hay lugar para una persona en su corazón, a pesar de no estar a su lado. Harry sí cumplirá su promesa y se mantendrá fiel a su amor, pero también ha decidido avanzar y continuar con su vida con o sin Louis.

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Espero que les haya gustado el capítulo, el próximo será interesante ahdjsgajas

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