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❀ Beautiful goodbye

❀ OST: Beautiful goodbye - CHEN
❀ 2050 palabras
❀ drama, angst. 

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La primavera por fin había llegado a la ciudad, las flores se veían radiantes por todos los caminos del parque cercano a casa, así como la mayoría de los lugares por los que KyungSoo transitaba. Se sentía bien, sentir los suaves rayos del sol tocando su piel después de que las gruesas nubes del invierno se hubiesen instalado por tanto tiempo sobre la ciudad y probablemente también sobre su corazón.

KyungSoo no sabía realmente lo que debía esperar, mientras caminaba, dando un paso tras otro y se arrastraba a diario a su departamento que lo recibiría con la frialdad a la que ya estaba casi acostumbrado, después de todo lo que había ocurrido.

Y es que no podía entenderlo del todo, ¿cuándo fue que las cosas habían llegado a ese punto? ¿Cómo fue que no pudo percatarse de que todo comenzaba a desmoronarse frente a sus ojos?

Probablemente nunca sabría cuándo fue que comenzó, pero estaba consciente de que sí había visto las alertas, y se había esforzado un tanto en atenderlas, en darles la prioridad que necesitaba para que su relación no llegara a un punto crítico. Sin embargo, ahora comprendía muy a su pesar, que se necesitaban dos personas para que una relación funcionara y él no podía cargar con todo en la espalda y en su pesado corazón.

KyungSoo no siente que sea una víctima, sabe que probablemente también tenga parte de culpa en todo, sin embargo, prefiere no pensar en ello para no sentirse más miserable de lo que se ha venido sintiendo los últimos meses, cada que se veía en el espejo y notaba que sus labios estaban resecos, incapaces de sonreír sin el dolor sobre ellos.

No había llorado aún, porque no habían aclarado las cosas todavía, pero estaba en un punto en el que necesitaba hacerlo, en el que no podía más. Llegar a casa y encontrar el departamento vacío, en completa penumbra, lo hacía sentir que todo en la vida era un fallo, que sus pasos habían sido en vano, que las palpitaciones de su corazón herido eran cada vez más lentas y que le costaba trabajo respirar, porque cada vez que inhalaba sentía que su interior ardía, sus pulmones se quemaban a fuego lento y sus manos se sentían un poco temblorosas, abrazado por la soledad de su cama entre las sábanas limpias, blancas como su estado mental cuando finalmente se rendía al sueño.

KyungSoo se esforzó por enviar aquel mensaje, por pedirle a JongIn que tomaran un café, en el que fue su lugar favorito, cuando eran más jóvenes e inexpertos, cuando pensaban que las sonrisas y los sonrojos del contrario eran todo lo que necesitaban para seguir respirando.

Y ahora estaba ahí, afuera de aquel lugar, con la esperanza de darle a esa situación una buena solución, una que ambos necesitaban. El hombre de baja estatura respiró profundamente, sintiendo la cálida brisa de primavera y el aroma a las flores que se mantenían brillantes en la florería del costado, tan pintorescas como su corazón se había sentido un día, hacía mucho tiempo atrás.

JongIn ya estaba ahí, estaba sentado en la mesa del rincón, alejado de la que fue su mesa favorita, sonriendo a la pantalla de su móvil mientras tecleaba apresuradamente y después se detenía por completo, subiendo la mirada hacia él, para recibirlo en completo silencio y seriedad.

El hombre de veintiséis años se levantó de inmediato y se acercó a él como de costumbre, JongIn era más alto que él, no demasiado pero sí lo suficiente como para que se inclinara por inercia y le dejara un beso en la mejilla, como todos los días que habían sido buenos.

El bajito tomó asiento frente a él y JongIn hizo lo propio, KyungSoo se sintió repentinamente nervioso al verlo, pero también tranquilo, demasiado tranquilo. JongIn era así, pese a que pudieran haber peleado, pese a que pudieran tener diferentes pensamientos, era tan cálido que hacía su corazón estremecer de tal manera, que sin que lo fuera, se sintiera amado con el mínimo roce de sus manos sobre el mantel.

Los dedos de JongIn eran largos, KyungSoo los había apreciado siempre, al igual que todo en su cuerpo moreno, el bajito recordaba haberle dicho que su color de piel era la más hermosa cuando lo conoció, y JongIn se veía tan inseguro por ello. Pero aquello era un recuerdo, y pertenecía a ese precioso lugar, a esa caja enterrada en el fondo de su corazón, donde solo de vez en vez pudiera abrirla.

ㅡ ¿Cómo has estado? ㅡ Preguntó él, mordiéndose el labio grueso como habitualmente hacía cuando estaba nervioso.

ㅡ Bien, ¿y tú? ㅡ la voz de KyungSoo sonó tranquila y JongIn asintió con serenidad.

ㅡ También... nos ha hecho bien, el separarnos un tiempo. Te ves... muy guapo.

Ah, KyungSoo asintió con una leve sonrisa, con el corazón palpitante mientras recordaba aquella noche en que su novio, después de regresar de un largo viaje, le hizo el amor con todo el ímpetu que le era posible, con todos los besos húmedos esparcidos sobre su piel caliente, haciendo que su corazón palpitara al máximo y se desplomara en sus brazos de felicidad y excitación. Aquella noche en que lo besó con tranquilidad después de hacer el amor, le dijo que había estado pensando que quizá necesitaran más tiempo separados.

La idea era hacer cosas diferentes, permanecer un tiempo separados para poder volver a estar juntos de aquella manera, que pudieran verse sin el pesar de estar atados cada día a la rutina. El corazón de KyungSoo colapsó ese día, fue del cielo al infierno en cuestión de segundos, conforme las palabras de JongIn emanaban de sus recónditos.

Y aún con ello, sudoroso después del sexo y con la opresión de su pecho, KyungSoo se guardó las lágrimas para después y asintió, con media sonrisa temblorosa en sus labios gruesos, porque JongIn si bien no quería separase, había insinuado que estaban mejor separados.

Y lo amaba, lo amaba tanto que le había dicho que estaba bien, lo dejó ir al día siguiente y ahora ahí, sentados frente a frente, después de un tiempo sin verse, KyungSoo seguía enamorado de la manera en que sonreía aunque no fuese precisamente a él, seguía enamorado de la comisura de sus labios y de su nariz, de la forma estrecha de sus ojos y la manera en que sus cabellos caían con parsimonia sobre su frente. KyungSoo lo amaba en cada pedazo de su ser, lo quería tanto, que estaba dispuesto a dejarlo ir una vez más.

ㅡ Tienes razón... creo que estamos mejor separados. ㅡ KyungSoo finalmente se decidió a hablar, intentando con todas sus fuerzas que su voz no se quebrara, porque necesitaba ser fuerte en ese momento.

ㅡ Pero no por completo hyung, puedo volver a casa si me necesitas. ㅡ JongIn sonrió y la mano le tembló sobre la de KyungSoo.

El bajito negó con tranquilidad y JongIn dejó de sonreír, observando los ojos brillantes del hombre que había amado por tantos años.

ㅡ Hablemos... de nuestra ruptura, JongIn ㅡ al bajito le costó un mundo que cada palabra saliera a flote, pero finalmente lo había logrado. ㅡ Vamos a separarnos, sin resentimientos, vamos a separarnos tranquilamente, terminemos lo que el tiempo y nosotros mismos comenzamos sin darnos cuenta.

El moreno lo observó sin moverse por un par de segundos, o quizá por minutos, con las palabras inundando su pecho, haciéndolo sentir extraño, viendo los ojos llenos de lágrimas de aquel hombre que había amado tanto por tanto tiempo y que sin embargo, había pasado poco a poco a segundo plano.

JongIn no sabía cómo había llegado a eso, no lo sabía con exactitud y no sentía que debiera ponerse a pensar en ello, ni siquiera podía intentarlo, cuando el teléfono vibraba constante sobre la mesa, y la razón estuviese en una notificación insistente.

ㅡ Gracias por amarme y por enseñarme valiosas lecciones... ㅡ KyungSoo prosiguió, bajando la mirada con una sonrisa tristona ㅡ espero que puedas volver a sonreír de nuevo, espero que encuentres a alguien que te haga sonreír de nuevo, que te ame con la misma o mayor intensidad que yo lo hice.

JongIn tragó saliva, sintiendo sus mejillas enrojecer y asintiendo en completo silencio, bajando en automático la mirada porque no podía ver a su hyung a los ojos nuevamente, no después de todo lo que había pasado, no cuando fue él quien prácticamente se había mudado fuera y se había encargado de ser quien pusiera fin a todo lo que sentía.

KyungSoo merecía más que eso, merecía amor y cariño, merecía comprensión, alguien que lo hiciera reír y no llorar de aquella manera, alguien que no lo hiciera esperar noche tras noche y que lo pusiera en primer plano en su vida. Alguien que cultivara las flores de su amor y que las regara a diario con paciencia y dedicación.

Él no podía ser esa persona, independientemente de todo, de haberse dejado llevar por sus propios pensamientos, de sentirse egoísta por querer más libertad para salir con sus amigos, para conocer otras personas y viajar con alguien más.

JongIn lo había sacado de su vida sin pensar demasiado en ello y sin darse cuenta, hasta que se sintió completamente un estorbo, hasta que lo sintió como un obstáculo que debía quitar de su camino.

Su amor había muerto en el proceso, se había marchitado en algún punto del otoño o quizá en el frío invierno, enterrado bajo capas y capas de nieve, sepultado en los recónditos de su corazón. JongIn había creído que todo estaría bien, que dejarse llevar estaba bien, entonces ¿por qué le dolía tanto en ese momento?

KyungSoo sonrió una vez más y retiró su mano cuando el moreno intentó tomarla con la suya. Porque no podía darse el lujo de volver a tocarlo, porque no era tan fuerte como él para lograr hacerlo y salir ileso, saldría más herido de lo que ya estaba en ese momento.

ㅡ Espero que seas muy feliz con alguien más, Kim JongIn.

KyungSoo comenzó a ponerse de pie y el más alto hizo lo mismo, con las palabras atoradas en su garganta, con su corazón dando tumbos porque necesitaba desearle felicidad al hombre que le hizo tan feliz y sin embargo, con los ojos llenos de lágrimas lo dejo ir, incapaz de decirle algo más, incapaz de sentirse tranquilo en ese momento en el que todo colapsó en su interior.

JongIn se dejó caer en el asiento y KyungSoo se alejó, desvaneciéndose en la luz del sol fuera de la cafetería, perdiéndose en la multitud de la gente apresurada que transitaba por la ciudad. KyungSoo salió de su vista y era para siempre, lo echaría al olvido y a JongIn le espantaba demasiado esa palabra, era tan abrumadora, que no podía siquiera articularla, pensarla lo agotaba.

Pero se había ido y no había más que lo que tenía frente a él, una silla vacía y un puñado de recuerdos enterrados en su memoria y su corazón.

KyungSoo caminó por las bulliciosas calles de la ciudad, con el corazón roto una vez más, con la certeza de que sería la última vez que Kim JongIn lo rompería de esa manera, porque habían dicho adiós, se habían despedido de una buena manera.

Su amor había florecido hacía varias primaveras atrás y el otoño pasado le había cobrado la factura a tanta felicidad, y mientras caminaba de regreso a su departamento, observando la calidez de los brillantes colores en el cielo despejado, el bajito supo que era lo mejor.

Que no habría amor como ese, pero que quizá el tiempo lo repondría de nuevo, que quizá un día despertaría y se daría cuenta que su amor por JongIn había terminado de caducar, que se había ido su recuerdo para siempre y dejaría de existir, que sería un recuerdo brillante y preciado de su pasado. Y nada más que eso.

JongIn había dado el primer paso y él había decidido terminar el recorrido por ambos, porque ambos lo necesitaban y porque él necesitaba sentir que no pertenecía a JongIn ya, que no era parte de él.

JongIn y KyungSoo terminaron en abril, con la primavera en la ciudad y la certeza de que aunque lo intentaran, no hubiesen llegado a algún lado de nuevo, de que no tenían escapatoria.

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Notas:

Hacía tiempo que quería abrir un libro para recopilar historias tristes, cuando tenga ganas de escribirlas, así que este libro quedará en emisión para eso mismo. 

Esta historia (solo este OS) participa en una dinámica que hice con mis amigas de mi grupo de whatsapp, el último de los 3 OS consecutivos de los últimos 3 meses, que consta en la soltería, bueno esta es una muy triste manera de quedarse soltero pero así quise hacerlo. 

Hace tiempo quería escribir algo así, y cuando salió la canción de mi marido JongDae, pensé que se ajustaba a lo que quería, así que la hice también basado en ella. 

Si llegaste hasta aquí, gracias por leer, porque no todas las historias de amor, por muy valiosas que sean, tienen finales felices, pese a que a mi me encanta pensar que es así y me gusta escribirlos. 

Me basaré en canciones, experiencias que he visto o sentimientos que he tenido para escribir aquí, cuando mi estado de ánimo no esté del todo bien. 

Gracias por darle una oportunidad. 

besos posholatosos

🌠ary. 

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