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❰✎. .•.*。𝐀 𝐋𝐢𝐟𝐞 𝐖𝐢𝐭𝐡 𝐘𝐨𝐮❱

"Mierda.
Eso es la vida.
Una completa mierda.
Odio esto.
Sería más fácil si pudieras abrazarme como antes.
Me obligo a no llorar porque tú no querías eso, ni siquiera se por que hago esta estúpida carta. Pero tú lo pediste, así que aquí está...
Mi amor, recuerdo cuando te conocí..."

—Todoroki-kun, ¿pasa algo?

La voz de Uraraka se hizo presente.
Habían salido en grupo para comprar algunas cosas que faltaban en el departamento, por lo cual todos estaban en el centro comercial a obligación por parte de Aizawa.

El bicolor no dejó de ver a ese lugar.

Curioso por lo que pasaba, Bakugo volteó la cabeza para observar en que se había centrado su compañero. Seguía con la vista a una hermosa chica, tenía el cabello mitad rojo y mitad blanco, con ojos heterocromático. Como ver a un Shoto versión mujer. Pero sin su cicatriz.

Nunca en su vida pensó ver a alguien atractiva de esa manera. O mejor dicho, nunca pensó enamorarse de esa chica.

Frunció el ceño, totalmente confundido.

—W-Woah, esa desconocida es idéntica a ti, T-Todoroki-kun. —Obvió Kaminari—.

La mencionada estaba algo alejada, mas sus dos acompañantes -una chica peliazul y otra rubia- pareciera ser que si escucharon la conversación. Sonrieron un poco a Shoto y luego miraron a la tercera femenina. Le susurraron algo, provocando que esta volviera a ver al instante.
Mostrando su dentadura, se encaminó al Todoroki menor. Empero, tenía leves tics por todo su cuerpo.

«¿Qué demonios le pasa?»

—S-Shoto. —Mencionó al estar considerablemente cerca—.

Él alargó la comisura de sus labios y se acercó a ella, rodeándola entre sus formidables brazos.

—Temari... Pensé que seguirías en el intercambio.

—¡L-Llegué una s-semana antes-s!

«¿Por qué tartamudea...?»

—Todoroki-kun. —Midoriya llamó—. ¿Quien es ella...?

—Ella es Todoroki Temari, mi hermana gemela. —Respondió, pareciendo estar muchísimo más llevadero que normalmente con su frialdad—.

—¡U-Un gusto-o! —Saludo ella, haciendo un movimiento brusco con su cabeza hacia atrás. El albirrojo, acostumbrado a eso, apoyó su palma en la espalda alta de la mayor, evitando que se cayera por el peso de su cráneo—. L-Lo s-s-siento-to...

—¿oh? —Deku ladeó su cabeza, confundido—.

—Sufre de El Síndrome De Tourette; es una afección del sistema nervioso que hace que las personas produzcan movimientos y sonidos repetidos, que no pueden controlar. —Le dijo, rascando su nuca, algo incómodo—. Hime-sama. —La atención de su hermana quedó en él—. Tus amigas te llaman. —Dijo, señalándolas y mostrándole que lo que decía era real—.

—¡Oh! —Exclamó, para luego mover su mano en despedida—. ¡Y-Ya m-me te-te-tengo que ir! ¡Espero-o verlos o-otra vez!

Dicho eso, salió de la escena en dirección de sus acompañantes.

"Parecías retasada por lo nerviosa que te ponías... Aunque, vamos..."

Se escuchaban las risas leves de Todoroki en su habitación, poniendo confundidos a sus demás compañeros, quienes lo oían desde afuera.

—Jiro-san. —Llamó Midoriya—. ¿Podrías usar tu kosei...?

—Lo haré. —Respondió antes y conectó sus auriculares al suelo. Su cara era calmada, hasta que abrió sus ojos a más no poder y dejó de usar su poder—. Todoroki-kun está con una chica...

—¿Una chica...? —Repitió Yaoyorozu, confundida—. En ese caso, deberíamos dejarlos solos.

Haciendo el mínimo caso a las palabras de la pelinegra, Kaminara y Mineta abrieron la puerta de su cuarto de golpe.
Grande fue su sorpresa al notar que dentro de su dormitorio no estaba más y nada menos que su hermana, teniendo leves tics.

—¿Qué demonios...?

Shoto se levantó y caminó a paso amenazante hasta sus compañeros. —¿Se les ofrece algo?

—...

—Dije, ¿se les ofrece algo? —Su tono de voz ahora más autoritario, como si estuviera enojado—.

—Es que...

Mientras los aspirantes intentaban procesar alguna mentira creíble, Katsuki miró a la otra Todoroki, quien jugaba con una consola. La primera vez que la vió, vestía con un vestido rosado, y ahora con un short y crop-toc negros, totalmente diferente a lo que había visto antes.

Mas sin embargo, se veía igual de bien.

El albirrojo pareció notar una pequeña sonrisa en la amargada cara del cenizado, mirándolo con los ojos entrecerrados.

—¿Que tanto le ves a Temari?

La mencionada volteó, moviendo su cabeza de un lado para otro gracias a sus tics. Al darse cuenta de toda la atención que tenía sobre ella, sus tics se hicieron más y más fuertes, llegando a hacer chasquidos con la lengua o sonidos desconocidos, todo involuntariamente.

Shoto se acercó, algo preocupado, y se arrodilló frente a ella. Tomó su rostro entre sus manos, calmando un poco sus tics más violentos y trasladándolos a sus dedos, los cuales se empezaron a mover frenéticamente.

—Temari, linda, ¿te encuentras bien? —Preguntó, con serenidad en su voz—.

—E-Es tsk m-mucha ge-tsk g-gente... —Respondió con dificultad—.

—Tranquila, respira y cuenta hasta diez, como te enseñamos. —Dicho eso, besó su frente y observó a los demás estudiantes—. Váyanse, la ponen nerviosa.

"Creías que tu Síndrome nos pondría incómodos, cuando no era así"

—Tengo que i-irme, Sho-chan. —Le dijo su hermana, recogiendo las cosas—. Natsuo pa-pasará a recogerme.

—¿No te quedarás a cenar? —El heterocromático la miró con un pequeño puchero—.

—N-No. Tus compañeros saben que e-estoy aquí y no quiero mo-molestar...

—Hime-sama, tu no nos molestas. Desde que te vieron me han pedido que te invitara a comer para que se conocieran mejor. Les caíste muy bien. —Lo último lo dijo con mucha felicidad de que sus amigos vieran a su hermana mayor como alguien sana—.

—Sho-chan, n-no puedo. M-Mis tics aumentan con m-mis emociones. A-Además, sa-sabes que no puedo comer b-bien.

—Tú puedes hacerlo, Hime-sama.

—¿Y-Y si se me cae l-la comida? No g-gracias, mi voy.

"Agradezco al virus que contagió a Aizawa-sensei, gracias a él logramos hablar por primera vez".

Katsuki pasaba por las calles de Tokyo, algo molesto con su maestro.
Aizawa se había enfermado, y como él fue el primero en terminar una tarea lo mandó a comprar unas pastillas a obligación.

Pasó al lado de una heladería con grandes ventanales, notando como en una mesa estaba Temari, moviendo su postre con una cuchara, sin ánimo. Él no pudo evitar sentir curiosidad, mas no paró su caminar.

Ya compradas las pastillas, decidió entrar al puesto de comida dulce. Pidió algo sencillo y rápido, para luego sentarse en la misma mesa que Todoroki.

—¿Q-Qué...? oh, compañero de Sho-chan. —Saludó ella, apretando sus labios y agarrando su cuello, que tenía movimientos violentos—.

—Bakugo Katsuki. —Recordó él—. Tú eres la hermana del mitad-mitad, Temari.

—Sí, un g-gusto. —La bicolor bajó la cabeza, esperando que sus tics no aumentaran por sus nervios—.

—¿Por qué no comes? —Preguntó él, chupando su helado—.

—M-Mi síndrome no m-me permite comer bien, y n-no quiero que tsk s-se me c-c-caiga la co-comida...

Al oír eso, el cenizado dejó su postre a un lado y tomó la cuchara del de ella, llenándola de helado y acercándola a la boca femenina.

—¿A-Ah?

—No seas maricona y abre el hocico. —Ella se sorprendió por como le hablaba, pero hizo lo dicho—.

El mayor notó como se manifestaban unos molestos tics en su cabeza. Suspiró y agarró su cabeza entre sus manos, trasmitiéndole tranquilidad. La heterocromática se sobresaltó.

—Cálmate, vamos. Estoy perdiendo mi dignidad. —Obviamente, lo último lo dijo con intención de hacerla reír, lo cuál funcionó. La de ojos desparejos soltó una leve risa, bajando sus tics hasta que solo la punta de sus dedos se movía—.

—Eres lindo c-cuando sonríes, Bakugo-chan.

El mencionado abrió sus ojos, por el hecho de que inconscientemente sonrió al verla feliz y por que le hablaba con un honorífico de confianza.

—Supongo que gracias, ex-... —Pensó bien en como se sentiría la contraria al llamarla extra—... Temari-chan.

"Tu hermano te comenzó a invitar con frecuencia a los departamentos, con la intención de que ganaras amigos"

—Buenas tardes, Temari-san. —Saludó Aizawa, quien era algo cercano a la chica—.

—¡Buenas n-noches, S-Shota-sama! —Movió su mano con una gran sonrisa—.

—Todoroki-chan. —Llamó Yaoyorozu—. Tu hermano nos contó que te gustaba mucho el Sushi. Así que preparamos eso para cenar.

—E-Es una buena i-intención, Yaomomo-san. —Su cabeza se movió de un lado para otro, gracias a sus tics—. P-Pero d-dudo comer a-algo.

—¿Ah...? ¿¡Por qué!? Trabajamos para que te sintieras cómoda y...

—¡Lo entiendo! Y lo a-agradezco mucho. P-Pero no quisiera i-incomodarlos por mis t-tics. —Comentó, cerrando sus ojos con fuera por los movimientos involuntarios y haciendo uno que otro chasquido con la lengua—.

—Nosotros lo entenderemos, Temari-san. —Le dijo Asui, tomándola de las manos para que se tranquilice—. Sabemos que debe ser muy difícil vivir con tu síndrome, por eso queremos hacerte sentir como en casa.

—... —La bicolor la miró con una sonrisa enternecida—. M-Muchas gracias, T-Tsu-chan. Gracias a t-todos...

"Comenzaste a gustarme, que digo, comencé a amarte"

—Temari, ven. —Llamó Bakugo, guiándola a su habitación—. ¿Quieres ver una película?

—¡Sí! P-Pero, puedo ser m-molesta por mis...

—Eres más molesta cuando insinúas ser molesta. —El ojirubí rodó los ojos—. Solamente, no le digas a nadie.

—¿Por qué n-no puedo?

—Porque me molestarán después.

—O-Oh...

—No pienses que me avergüenzo de estar contigo. —Vociferó, adivinando lo que la menor pensaba—. Simplemente que ellos son muy molestos.

La albirroja sonrió al ver tal gesto, para luego lazarse a abrazarlo.

(...)

Ambos estaban jugando videojuegos, como siempre lo hacían cuando Temari iba a la U.A. La bicolor celebró otra partida ganada.

—¡E-En tu c-cara!

El cenizado giró los ojos con una pequeña sonrisa burlona. Si supiera que él se dejó ganar por tercera vez solo para verla feliz...

—Hime-sama. —Se oyó la voz de Shoto detrás de la puerta—. ¿Estás ahí? ¿Puedo entrar?

—¡Sí! / ¡No!

Temari miró mal a Katsuki, quien solo le dedicó una mirada con mofa.

—E-Entra, Sho-chan; n-no le hagas c-caso a Kats-chan.

«¿Kats-chan?»
Se auto-preguntó el hermano en su cabeza.

Sin más entró.
Por más que no quisiera admitirlo, se sentía plenamente feliz de que alguien como lo era Bakugo tratara tan bien a su querida gemela.

—Hime-sama, ya debemos irnos a dormir.

—oh~ D-Déjame un ratito m-más, ¿qui-quieres? —Suplicó, intentando hacer un ceño entristecido, mas solo logró uno tierno gracias a sus fallas motoras—.

—No, Temari. Vamos a dormir. —Demandó el más alto—.

—Todoroki. —Llamó el otro masculino—. Que duerma aquí.

Los dos nacidos de la misma bolsa abrieron sus ojos a más no poder, completamente sorprendidos. Claro que no tardó mucho en reaccionar, cuando su hermana estaba con las manos juntas y teniendo leves tics en sus ojos. Realmente estaba emocionada, y no permitiría quitarle tal felicidad a su amada familiar.

—Bien... —Suspiró—. Está bien. Te traeré ropa, entonces.

—Yo le presto. —Volvió a decir el rubio—. No me molesta.

—... Buenas noches. —Se despidió, confundido por las acciones de su compañero y cerró la puerta. Confiaba en su hermana, sabía que no haría nada inapropiado con Bakugo por más que lo quisiera. Además de que, ella sabía defenderse bien; ya que, su sueño fue ser una heroína, pero su síndrome se lo impidió—.

—Ven, vamos a lavarnos los dientes. —Recomendó Katsuki—.

El cepillo de dientes limpiaba los impecables dientes blancos de la femenina, mientras Kacckan hacía lo mismo a su lado. Mientras pasaba los pelitos por su lengua, un tic en su nuca se hizo presente, haciendo que la punta de su instrumento higiénico rozara la punta de su campanilla y tuviera una arcada.
El ojirubí la miró asustado y dió pequeños y rápidos golpes en su espalda.

Estuvieron unos segundo en silencio... Antes de que estallaran en carcajadas.

—¿¡Qué mierda fue eso, Temari!? —Burló, Bakugo, entre risas—.

—¡N-Nunca me h-había p-pasado! —Exclamó ella, recuperando el aire—. ¡Se si-sintió bien feo!

—¿¡Que harás cuando se la chupes a alguien!? ¿¡Te vas a ahogar tú misma!? —Dicho eso por parte del mayor, las carcajadas de ambos incrementaron—.

—¡Cá-cállate, imbécil! —Respondió, perdiendo el aire de sus pulmones—.

—¡Te vas a morir solita! JAJAJAJAJA

"Cuando dormiste conmigo la primera vez y me diste un puñetazo dormida".

La espalda de ambos se rozaba, habían decidido dormir en la misma cama finalmente. Todoroki ya se encontraba dormida, pero dió media vuelta, abrazando a Bakugo por la cintura. Él se tensó un poco, peor luego repitió su acción y la abrazó por las caderas, mirándola detalladamente para no perderse ningún detalle en su perfecto rostro que parecía creado por los Dioses Olímpicos.

Pasó las yemas de sus dedos por la mejilla contraria y besó su frente, con calidez. En poco tiempo, todos habían notado el cambio que había tenido Katsuki gracias a aquella desastrosa mujer. Realmente la amaba demasiado, a pesar de conocerla apenas de hace seis meses.

Relajando su cuerpo, se terminó durmiendo en aquel abrazo mutuo sin miedo de despertar por los tics de su chica, ya que esta tomaba unas pastillas para dormir, aunque no siempre funcionaban de forma muy efectiva.

Estaba soñando con Temari, besándola con lentitud y sujetándola de la nuca en medio de la nada. La chica, sin ningún tipo de síndrome, paseó sus manos por el pecho del rubio, quien gruñó un poco. Y justo que iba a quitarle la camisa, sintió un fuerte golpe en la cara.

Se despertó sobresaltado, mirando confundido a su acompañante. Sin pensarlo mucho, la empujó para hacerla caer de la cama.

—¡Au!

Él carcajeó al oírla.

—¿¡Q-Qué mierda t-t-te sucede, mongolo!? —Le reprochó sobándose la nariz—.

—Me pegaste un puñetazo dormida, hijaputa. —Recordó, con gracia—.

—¡E-Eran m-mis tics, i-idiota! —Quejó, mientras se levantaba y volvía a acostarse, esta vez abrazando al masculino con un puchero—. A-Ahora debo v-volver a tomarme las p-pastillas.

—Lo siento. —Se disculpó sin ningún rastro de culpa y se estiró para alcanzar un tarrito de pastillas, pasándole dos—. ¿Quieres agua?

—Ya ten-tengo aquí, feo. —Vociferó, arrastrando con odio sus palabras y señalando un vaso con líquido trasparente—.

—Ya, ya. —Él rodó los ojos—. Duérmete bien, tonta...

"Nuestro primer beso..."

La Todoroki brincaba sobre la cama del rubio, quien la agarraba de la mano para evitar que se cayera.

—Tonta, te vas a quebrar el hocico, bájate.

—¡N-No! ¡Y-Yo quiero-...!

Y antes de terminar su frase, se resbaló gracias a un tics y cayó sobre el abdomen del contrario, quien jadeó al sentir sus cuerpos hacer fricción.

—¡Te dije, mono! —Regañó, dándole un zape—.

—¡D-Déjame! —Exclamó con algo de dolor—. ¡T-Tengo suficiente c-con m-mis t-tics! —Siguió alargando sus labios al frente—.

Ella seguía hablando, mientras Kacchan solo se dedicaba a mirar el movimiento de su boca, haciendo que su saliva se acumulara; tal presa sabroseando a su carnada.

Y en este caso, la caza fue victoriosa para el depredador.

Sus labios se juntaron, formando un inconsciente beso. La menor gimió de sorpresa, algo que aprovechó el ojirubí para morder levemente su músculo inferior y obligarla a abrir la boca para ingresar su lengua. De un momento a otro, ese lindo ósculo se había convertido en uno lleno de pura lujuria.
La fue recostando poco a poco en el suelo de su habitación, entrelazando sus manos sobre la cabeza de la bicolor, quien solo se dedicaba a corresponder el beso con lágrimas de felicidad acumuladas en sus ojos. Incluso, en ese momento, sus tics desaparecieron.

Inconscientemente, una de sus piernas se subieron a la cadera del mayor, disfrutando del momento. La unión en sus manos fue algo apretada por el cenizado, que sonrió en medio del beso.

La puerta se abrió.

Y ellos no se separaron.

Ni locos pensaban hacerlo.
Habían esperado mucho tiempo para esto y ahora, quien sea, debería esperar.

Shoto se cruzó de brazos, mirando con una ceja levantaba a su hermana. Fingió aclarar su garganta, para que esos dos se separaran. Lo cuál funcionó.

La de ojos impares se avergonzó, abrazando con fuerza al mayor, para evitar que su mellizo la viera roja y con los labios levemente hinchados. Escondió su rostro entre el cuello varonil, sintiendo como éste aceptaba con una pequeña sonrisa enternecida el abrazo.

Todoroki, al ver eso, alargó un poco la comisura de sus labios y caminó a la salida de la habitación. —Ya está el almuerzo.

"Tuve que necesitar la ayuda del bastardo mitad-mitad para saber como pedirte ser mi novia. ¡Perdí mi dignidad por ti, fea!"

—Esto seguramente será muy idiota, ya que tu hermano me lo aconsejó, pero lo diré de igual forma. ¡Me gustas, tonta! Y quiero que seas mi novia.

—¿Q-Qué...? —La chica, que vestía con elegancia por la cena que habían tenido hace unos momentos, lo miró incrédula—. E-Esto de-de-debe tsk ser u-una bro-broma, Kats. No s-seas a-así. —Sus sentimientos le estaban dando una mala jugada con su motora nerviosa, creando diferentes movimientos alrededor de todo su cuerpo con violencia—.

—¿Ah...?

—N-Nadie s-s-saldría conmigo, y tsk m-mucho m-menos se en-enamoraría de a-alguien tsk como yo, que tiene t-t-tics con los cuales tsk vi-vi-vivir s-siempre.

—¡Temari, cálmate! —Exclamó asustado al ver como su cuello meneaba su cabeza hacía atrás, casi provocando una caía si no hubiera sido por la mano del chico, que la sujetó antes de que se golpeara—. ¡Fea, relájate! ¡Por favor! ¡Te harás daño y no quiero ser responsable de que lo te pase!

Lágrimas comenzar a descender por las mejillas de la menor, quien intentaba soltarse del agarre del chico que adoraba. El ojirubí la sostuvo entre sus brazo, y finalmente unió sus bocas en un beso. Gruñó al sentir como su labio era mordido con fuerza, seguramente por los movimientos motores de la muchacha, quien lloraba desconsoladamente. El mayor sintió como sus ojos se cristalizaban, seguramente por la impotencia de que no le creyera. Apretó sus caderas, sintiendo como los líquidos salados de ambos se juntaban en sus labios. Se separó, sin dejar de abrazar a su chica.

—Por favor... Créeme... Yo te amo demasiado, quiero estar a tu lado. Solo déjame hacerte sentir querida...

Aquello dió un vuelco en el pecho de Temari, provocando que aceptara su propuesta con mucha inseguridad de que pudiera pasar en un futuro. Sus sentimientos por él estaban claros, pero el hecho de que alguien con un rango de poder que tenía Bakugo, ¿fijándose en ella? La hacía dudar.

"Ganarme tu confianza para la relación fue complicado, pero valió la pena"

—Respira... —Dijo Kacchan, agarrando las mejillas de su novia—. Eres inteligente, pasaras el examen, ya verás que sí. —Apoyó, con una pequeña sonrisa—.

—Me c-cuesta estudiar con m-mis tics. —Comentó ella, abrazando sus piernas—. Odio tanto tener e-esta mierda...

—Hey. —Llamó el rubio, sacándole la punta de la lengua—. No te desanimes, yo te amo así. Incluso el bastardo de tu hermano. Anda, fea, sigamos.

(...)

—Fea. —Habló Bakugo, dejando de jugar con la consola. Su pareja rechistó por haberla hecho perder la partida—. Cállate y escucha, tonta. ¿Cuando conoceré a tu madre?

La pregunta dejó en blanco a la Todoroki.

—¿...eh...?

—... —Al ver la seriedad en la cara del masculino, rascó su brazo nerviosa—.

—Pues... Cuando conozca a los tuyos.

Katsuki quedó perplejo, ya que nunca había pensado en presentársela a sus padres como su pareja. No se confundan, la amaba y se sentía orgulloso de eso, más no sabía como iban a reaccionar sus progenitores. Y aunque le importaba una mierda lo que ellos pensaran, tenía miedo de que la dañaran.

—...

(...)

La puerta de la casa de los Bakugo fue abierta, dejando ver al menor de los mencionados agarrado de la mano con Temari, quien producía tics de los mismo nervios que tenía.

—¡Bruja! —Exclamó el rubio—. ¡Ya llegamos!

—¡Engendro del demonio! —Saludó su madre, saliendo de la cocina—.

—Vieja, ella es Todoroki Temari, mi novia. —Presentó, esperando que su mayor no dijera nada grosero sobre su síndrome—.

—Un gusto, señorita Temari. —Dijo la ojirubí, estirando su mano—.

—El p-placer es mío, señora. —La albirroja correspondió al saludo, esperando no tener ningún tic en su palma—.

—¡Vamos, adelante, la cena ya está servida!

(...)

—¡... y Katsuki se cayó! —Finalizó Mitsuki—.

Las risas del lugar resonaron, obviando a Bakugo, quien no podía burlarse de él mismo.
Su novia había tenido el visto bueno por sus padres, ya enterados de su enfermedad motora. No les molestaba en absoluto el hecho de que su hijo saliera con alguien con Tourette, lo veían como una buena intención.

—Y dime, Temari-san. ¿Cual es su particularidad? —Preguntó Masaru—.

—Mi-Mitad caliente, mitad frío; la misma que mi he-hermano y compañero de Katsuki, Todoroki S-Shoto.

—Oh, claro, el chico que quedó en segundo lugar en el Festival Deportivo. —Recordó la casada—. ¿Significa que eres hija de Endeavor?

—S-Sí, señora. —Respondió con algo de desagrado—.

—Espero no incomodarte con mi cuestión, Temari-san, pero... —Kacchan comenzó a matar mentalmente a su padre—. ¿Naciste con el síndrome? —Y ahora su esposa lo quería matar de igual manera—.

—Sí, s-se supone q-que Shoto también d-debió nacer c-con Tourette, m-mas él logró s-salvarse. —Al parecer el tema no era nada molesto para la menor, lo hablaba sin problema alguno—. Asímismo, no me g-gustaría que él lo s-sufriera...

"A tu madre casi le da algo cuando se enteró que salías con alguien, Natsuo me quiso matar y Fuyumi lloró de la emoción. Tu familia realmente es muy rara".

—¿Te g-gusta esta? —Le habló su novia, probándose una falda—.

—Lo importante es que te sientas cómoda, Temari. —Le aconsejó él—. Si eso te gusta, yo te lo compro.

—Lo a-agradezco, Kats; pero y-yo misma puedo pa-pagarlo. —Comentó, entrando al probador y volviendo a ponerse el pantalón con el que venía—. O le robo la tarjeta a mi papá...

—Oi, fea. —El cenizado llamó su atención cuando ya salió de la cabina—. Ahora que lo pienso, ¿tu padre sabe que andamos?

—No, s-s-seguramente reaccionaría i-igual que-e Natsuo, y y-yo no pienso v-volver a s-salvarte.

—Pero, ¿no que Endeavor te caía mal? —Ladeó su cabeza, realmente no entendía la relación progenitor-hija que tenían esos dos—.

—N-No lo o-odio, pero t-tampoco l-lo amo. ¿E-Entiendes?

—Sí... ¿y entonces que te impide decirle que soy tu novio?

En resumen, Bakugo no le tenía miedo a la muerte.

"No se como describir nuestra primera vez, ¿sabes? Fue genial, pero también gracioso".

La piel desnuda de Temari rozaba el pecho de Bakugo, quien la penetraba sin descanso alguno. Movían sus caderas a un ritmo rápido, tocando cada punto sensible de la chica, que se dedicaba a gemir de placer.

No había ni una sola pizca de dolor, solo era satisfacción.

El glande del rubio golpeó sin ninguna compasión el punto G de la muchacha, manteniendo la velocidad. El mayor abrazó a la bicolor por la cintura y dio una vuelta en su mismo eje, provocando que ahora Todoroki quedará sobre él. Se agarraron de las manos, entrelazándolas para poder ayudar a la chica a dar saltos sobre el falo del masculino.

Gracias a un tic en su espalda, rodaron hasta caer del foro donde estaban teniendo relacionadas. La menor se quejó, sobando su cabeza, mientras que el contrario despojaba una sonrisa enternecida. Subió una de sus piernas a la cadera del otro, y las embestidas continuaron.

—Eres una torpe. —Le dijo en broma—.

—C-Cállate. —Gimió la heterocromática—. Sigue, maldición...

—Quien diría que la pequeña chica tics pediría a gritos mi cuerpo, eh. —Jugó, jadeando al sentir aún más apretada a su novia—. Incluso tus movimientos motoros se calmaron.

—S-Siguen estando ahí. —Murmuró ella, mordiéndose el labio y cerrando sus ojos, sintiendo como la lengua del ojirubí rodeaba todo su pezon izquierdo—. S-Solo se t-trasladaron a m-mis dedos...

—Esperemos que sigan así —se oyó por parte del aspirante a héroe—, por que será una larga noche...

"Endeavor es detestable".

—Yo no tengo una cicatriz tan tsk grande como la de mi hermano, —Habló Temari, levantando su camisa hasta la primera costilla. Ahí había un tatuaje, pero si se veía mejor, simplemente era tinta intentando tapar una marca de quemadura— pero recuerdo q-que casi muero por entrenar mi lado de fuego aún teniendo t-tics. Enji me obligó.

Bakugo la miró en silencio, abriendo sus ojos un poco más de lo normal. Sin decir nada, la abrazó y rodeó su delicado cuerpo entre sus formidables brazos.

—Prometo... Prometo que yo voy a cuidarte mientras estés a mi lado...

"Puedo presumir libremente que yo cumplí mi promesa".

—¡Chica tics! —Alguien vociferó tras la Todoroki—.

Ella volteó, encontrándose con tres de sus compañeros. Instantáneamente se arrepintió de haber salido tarde ese día. Retomó su camino en trote, con miedo de que le podían hacer aquellos maleantes.

—Maldición chica tics. —Dijo Samuel, el líder de ese trío—.

Niko y Huko, sus dos perros falderos, la persiguieron hasta agarrarla de ambos brazos. Burlándose de ella y sus movimientos motores, la arrastraron hasta una caseta abandonada de el colegio. La tiraron en el piso de tierra y taparon su boca con una pedazo de tela.

—A ver niña... —Empezó a decir Samuel—. Juegas a ser muy inteligente y genial solo por ser hija de Endeavor, pero, ¿quien va a salvarte ahora, eh? —Jugó él, desabotonado su camisa y tirándola a cualquier parte—. Tu papi no va a rescatarte, mucho menos tu odioso hermano.

Sus amigos rieron mientras la sostenían para mantenerla inmóvil. Niko la golpeó en el rostro cuando sintió un tic brusco en su mano, seguido de Huko pero en el abdomen.

—Que divertido... —Cantó Samuel, bajándose la bragueta del pantalón y arrodillándose frente a ella—. A ver, a ver...

Llevó su mano hasta las bragas de la chica, quien lloraba desconsoladamente al no poder defenderse por sus tics. Los que la sometían reían a carcajadas cerradas, repitiendo burlas que constantemente le decían a Temari.
Justo antes de que los dedos de Samuel tocaran la tela de su ropa interior, unas fuertes explosiones se oyeron detrás de él.

Volteando algo sobresaltado, se encontró a Bakugo con la respiración agitada y una capa de sudor cubriendo su cuerpo. El trío se levantó y se posicionaron frente a la menor, con intención de pelear.

Muy mala decisión.

(...)

Katsuki golpeaba repetitivamente el rostro del líder de aquel grupo, dejándolo de tal forma muy irreconocible. Ya llevaba bastante tiempo en eso, tal vez unos diez minutos, pero no se detenía por más que sus manos ya temblaban, sangraban y probablemente una se haya fracturado de los fuertes golpes. Finalmente paró, solo cuando escuchó la voz de su novia sollozar su apodo.

—K-Kats...

Éste dirigió su vista a ella, notando como sujetaba la tela con la que taparon su boca con miedo. Se levantó, cambiando inmediatamente sus fracciones molestas a unas preocupadas. Corrió a ella y la abrazó con fuerza, sintiendo su corazón estrujarse cada vez que los tics de la femenina se hacían presentes.

—¿No lograron hacerte nada? —Preguntó, apretando su agarre—.

—N-No...

—Bien... La próxima vez yo vendré a recogerte, ¿sí? —Tomándola por sus mejillas, plantó un beso en su nariz—. Te amo....

"Tú eras la envidia de todas las chicas. Por Dios, sus caras de estúpidas cuando pasaba por ti eran geniales".

—¿Ese es Bakugo Katsuki? —Se oía entre tantos murmullos—.

—Escuché un rumor que su novia estudia aquí, en esta academia.

—Yo lo vi con Todoroki Temari, la chica de los tics.

—¿Serán pareja?

—Que celos que le tengo a esa mocosa de primero, joder.

—Tanta suerte tiene esa chiquilla.

"Si supieran que en realidad era yo el que tenía suerte por tenerte...".

—Kats, así no se hace. —Corrigió ella, pasando entre los musculosos brazos de su novio y poniéndose frente a la cocina—. Mira, debes de mezclarlo así o si no el caramelo se va a quemar. Tsk.

—Lo siento, no soy bueno para la repostería. —Reconoció él tranquilamente, apoyando el mentón sobre la cabeza de su pareja y abrazándola por la cintura—. ¿Por qué no mejor vamos a comernos entre nosotros? ¿Qué te parece?

—¡Pero el Flan va a quedar f-feo! Tsk ¡Primero lo terminamos y luego podemos hacer lo que quieras!

(...)

—Amor, mi-tsk mira. —Enseñó ella, mostrándole a Bakugo una fotografía que se habían tomado los dos junto a Shoto—. Por fin salen sonriendo en una fo-foto.

—Cállate perra. Borra esa mierda ya. —Amenazó él, dejando su tarea de lado y mirándola acusadoramente—.

—No quiero... ¡No, a-aléjate! ¡Tsk!

—¡Vas a morir!

—¡Kats, cosquillas no-! Hahaha

(...)

Los Todoroki y Bakugo se encontraban en un campamento en medio del bosque, todos sentados en unas sillas alrededor de una fogata. Fuyumi y Temari reían a carcajadas por las ocurrencias de Natsuo, Shoto los miraba con una sonrisa y Bakugo cuidaba que su novia no se cayera por sus tics.

—Una vez Shoto le tiró agua fría con hielos en la cara a Enji. —Conmemoró el albino, agarrando su estómago que comenzaba a doler por tales carcajadas—. ¡Se le apagó la barba y el antifaz!

Mientras la bicolor llevaba la lata de cerveza a su boca, tuvo un brusco tic en su columna vertebral. Con fuerza su cabeza se dirigió hacia atrás, levantando la parte delantera de su silla en el acto.
Katsuki reaccionó con rapidez y puso una mano en su espalda, empujándola levemente para adelante

—¡Temari! —Vociferó Fuyumi, antes de volver a reírse como loca—. ¡P-Perdón, pero no p-puedo evitar reírme!

Los otros tres la siguieron, mientras la gemela de Shoto los observaba avergonzada y llena de cerveza.

"Fueron casi tres años de pura pasión y amor... Llenos de promesas vacías"

—Deberías ponerte este traje para tu graduación. —Recomendó Temari—. Es elegante y se te vería bien. —Dijo mientras sacaba el esmoquin negro del armario de su novio—.

—¿Y tú que te pondrás? —Preguntó él, mirándola desde la cama—. Mi acompañante debe de lucir sexy.

—¡C-Tsk! ¡Cállate! —Exclamó con un sonrojo—. Y yo me pondré un vestido de lentejuelas rojas.

—Mmmh, ¿y en la noche te lo podré quitar?

—¡Cállate maldita sea! —Vociferó aún más roja, tirándole una camisa cualquiera—.

—Ya, ya. —Pronunció el chico, entre risas—. Pero... Hablando enserio...

La femenina la miró con una ceja levantada. Dejando las prendas en su lugar, se acercó al mayor y se sentó sobre su pelvis, con cada pierna rodeando la cintura masculina.

—¿Hablar de qué?

—Cuando nos casémonos. —Empezó el rubio, sobresaltando a la chica. Éste posicionó un brazo bajo su cabeza y su otra mano la llevó al muslo de su amante, mirando al techo—. ¿Te gustaría que fuera por iglesia o privado?

—K-Katsuki. —Tartamudeó la bicolor, llevando una mano a su boca—. ¿A ti... te gustaría casarte?

—Realmente, no creo en el matrimonio. —Informó, acariciando la piel de su pareja con suavidad—. Pero, uno de tus sueño es casarte, ¿no?

—Sí... Pero-...

—Nada de peros. —Calló él—. Me casaré contigo cuando cumplamos 20 años y punto. Ah, y tendremos una mini Temari.

—¿¡Qué!? —Casi gritó la contraria—. Tsk. ¡Pero yo no quiero tener una hija, quiero un niño!

—¿Para qué? —Cuestionó con obviedad Kacchan—. Los hombres no sirven para nada. El único hombre que vale la pena soy yo. —Recordó, con una media sonrisa bastante narcisista—. Y Kirishima, pero el tampoco sirve para nada.

—No hables así de tu mejor amigo. —Regañó la menor, soltando una risita—. Está bien. Entonces, será una niña. Pero, ¿que pasa si sale niño?

—Lo abortamos y volvemos a intentar. —Respondió como si fuera lo más lógico—.

La heterocromática soltó una carcajada, antes de bajar su abdomen y besar rápidamente los labios de su chico. Él rozó sus narices con una sonrisa boba, como todo un adolescente enamorado.

—Bien... Por ahora solo concentremos en graduarnos, ¿sí? Tú serás el mejor héroe número uno y yo la mejor doctora.

—...—Bakugo sonrió de lado—. Me parece bien.

"Eras una persona que cumplía todo lo que se proponía, maldición... Graduarnos, casarnos, tener una niña y vivir juntos; simplemente fueron juramentos en blanco"

—Deben de saber que la operación va a ser complicada. —Habló aquel doctor, arrastrando preocupación en su voz—. Hay un 80% de posibilidades que Temari-san no sobreviva.

Shoto volvió a ver a su hermana con la respiración agitada. Negó mientras sus ojos se llenaban de lágrimas e intentó agarrar su mano para hacerla cambiar de opinión, más sin embargo ella la apartó con rapidez.

—Lo haré, Doctor. —Decidió ella, sacándole un ronco suspiro al señor—. No m-me importa el hecho de poder morir, simplemente quiero intentar borrar todo rastro del síndrome de Tourette de mi c-cuerpo, ¡tsk!

—Está bien. —Dijo él, marcando en su horario el día de la operación—. Pueden retirarse.

(...)

—¡Temari por favor, entiende! —Gritaba Todoroki con su familia detrás, persiguiendo a la mencionaba por toda la casa que compartían—. ¡Vas a morir si intentas ser sana! ¡El mismo doctor no quería hacerte la operación!

—¡Soy sana, maldita sea! ¡Tsk!—Exclamó ella, volteando de golpe y enfrentando a sus familiares—. ¡L-Lo haré po-por que todos uste-ustedes tu-tuvieron el maldito privilegio de nacer s-saludable y sin ningún tipo de sí-síndrome! ¡Tsk, tsk!

—¡Hija, no! —Lloraba desconsoladamente Rei—. ¡No puedes simplemente ir y jugar tu vida!

—¡Claro que puedo!

—¡No puedes, Temari! —Devolvió el gritó Natsuo—. ¡Nuestra familia volvió a ser la misma hace apenas unos meses! ¡Simplemente la vas a destruir! ¡Eres una egoísta!

—¡No soy egoísta por querer ser normal! —Interrumpió la bicolor, llorando sin ningún reparo—. ¡Maldición, maldición, maldición! ¡Tsk! ¡Tsk!

Un tic brusco en su cabeza hizo que la gemela de Shoto cayera al piso sentada. Su hermano menor caminó rápidamente a ella, se puso de cuchillas, tomó sus manos y las apretó.

—Temari, cálmate... Por favor... —Pedía él, dejando caer lágrimas de impotencia—. Sé que no quieres seguir viviendo a punta de tomar pastillas para dormir y relajarte. Sé que quieres formar una familia sin que tu hija tenga Tourette. ¡Lo sé perfectamente! Pero no puedes ir a, prácticamente, matarte en el quirófano.

—¡Cállate! —Vociferó ella, retrocediendo y apartándose de su gemelo—. ¡Se suponía que tú debías nacer con Tourette también y no paso! ¡Tuve que aguantar esto sola! ¡Joder! —Tiró de su cabello, golpeando su cabeza con sus nudillos gracias a sus movimientos motores—. Me llaman a mí egoísta... Pero ninguno de ustedes m-me ayudo cuando mis tics d-despertaron... ¡Me llaman egoísta y ninguno de ustedes tuvo la valentía de salvar a Touya! —Gritó lo último. Fuyumi de forma veloz tapó los oídos de su madre y la abrazó—. ¡Tsk!

—¡No lo menciones! ¡Mamá ya logró superar sus traumas y tu los están volviendo a recordar!

—¡Cierra la boca, Fuyumi! —Vociferó entre tics vocales—. ¡Todos ustedes mataron a Touya! ¡Todos ustedes crearon a Dabi! ¡Todos ustedes provocaron que mamá perdiera la cordura! ¡Todos ustedes provocaron que mi síndrome se presentara! ¡Todos ustedes lastimaron a Shoto! ¡Todos ustedes rompieron la familia! —Lloró, para después levantarse y correr a su habitación—. ¡P-Púdranse!

Luego de eso, un portazo.

(...)

Temari miraba a la nada, acostada en su cama. Sonó muy egoísta y malcriada al pelear con su familia, pero ella tenía razón. Sabía y estaba muy consciente del riesgo que iba a tomar, no iba a cambiar de opinión; era mejor intentarlo. Además, la muerte tarde o temprano la alcanzaría, a ella y a todos los que habitaban aquel planeta.

Despertó de su viaje astral cuando escuchó unos golpecitos en su ventana. Ella se levantó confundida y fue a abrir, dejando a la vista a Bakugo. Agradecía que su casa era de un piso, o si no su novio probablemente ya estaría en el suelo moribundo.

—¿K-Kats? —Pronunció sorprendía—.

—A ver tonta, déjame pasar.

Haciéndose a un lado le dejó el campo suficiente a su pareja para que entrara, lo cuál hizo en cuestión de segundos.

—Explícame por qué el imbécil del mitad-mitad me llamo preocupado y me contó todo.

La menor levantó los hombros, sabiendo que probablemente se acercaba la segunda pelea del día. Se dirigió con pereza a su cama, se dejó caer y abrazó un peluche de los dormían con ella.

—¿De verdad quieres hacerte esa operación? —Preguntó Kacchan, sentándose a su lado y agarrando una de sus manos—.

—Sí. —Respondió secamente—. Tsk.

—...Está bien... —Suspiró el aspirante a héroe, dejando confundida a Temari—.

—¿A-así de tsk rápido lo aceptaste? —Cuestionó incrédula—.

—Te conozco mejor que nadie, Tema. —Recordó. Se quitó los zapatos y se acostó sobre el abdomen de la bicolor—. Nada ni nadie te hará cambiar de parecer.

Ella sonrió, pasando una de sus manos bajo el mentón de Bakugo y acariciando a éste como si de un perro se tratase. Él sonrió levemente y cerró sus ojos, sintiéndose lleno de paz gracias a los toques de su novia.

—Me conoces más que mi propio g-gemelo. —Rió—.

El rubio volvió a verla, notando como lágrimas caían de sus ojos impares.

—Yo... Kats... Seguramente no s-sobreviva, pero aún así quiero hacerlo.

—Lo entiendo. —Sonrió él, mientras su vista se ponía cristalizada de tan solo pensar en la muerte de su amante—. Te apoyaré, siempre estaré para ti.

—Gracias... Gracias... De verdad, Katsuki.... Te amo...

—Yo te amo mucho más. —Admitió, besando el torso de la mano femenina—.

"Nuevamente, pasó... A la persona que más admiraba, cayó"

—¿Estás lista? —Preguntó Bakugo, sosteniendo la mano de Temari—.

—¡Sí! —Contestó con emoción—. Tsk, algo ner-nerviosa, ¡pero preparada!

El ojirubí soltó una risita enternecida.

—¿No quieres decir nada antes de entrar?

—De echo... —Alargó la menor, antes de asentir—. Si algo sale mal, di-dile a mi familia que lamento ha-haberme comportado como me comporté aquel día. Y también, qui-quisiera tener un deseo.

—¿Cuál es? Prometo que yo lo cumpliré.

—E-Escribe una carta demostrando tus sentimientos hacia mí, como de-despedida.

Kacchan rodó los ojos con gracia.

—No morirás, perra tonta.

—Sé que viviré, Kats. —Afirmó ella, con una sonrisa—.

—¿Lo prometes? —Habló el mayor, estirando su dedo meñique; él sabía que para su pareja el Pinky Promise era sagrado—.

—¡Lo prometo! —Finalizó el juramento entrelazando sus dos dedos pequeños—. ¡O si no me cortaré el dedo!

—Ya debemos pasar al quirófano. —Dijo el doctor, tomando la camilla donde se encontraba la Todoroki—.

—¡Genial! —Exclamó ella. Se sentó y abrazó al rubio con fuerza—. Cuídate, Katsuki.

Finalmente, unió sus labios en un sencillo y dulce beso, compartiendo sus emociones con Bakugo, sin saber que ese sería el último beso que compartirían.

El adolescente vió como su novia se retiraba en la camilla, esperando a que salieran totalmente de su vista. Tiró su cabeza hacia atrás y suspiró, suplicando mentalmente que todo saliera como Temari lo esperaba.

Tenía que salir viva, era su obligación.
Aún tenían que graduarse, casarse y abortar a un bebé varón para tener a una preciosa niña de ojos rubí y cabello bicolor, ella lo había prometido.

Ella debía vivir.

Desde aquí comenzaré a narrar en primera persona, ya que no sabes lo que sucedió.

Mis esperanzas subían y bajaban, era como un juego de niños. Tu hermano me envió un mensaje preguntando el cómo estabas, no le respondí por la presión. Pero, era más que obvio que tú estarías bien, ¿verdad...?

No fue hasta que el cirujano salió de la sala con un aura de pesadez. Mi mundo se derrumbó ahí mismo.

—Lamento informarle que la señorita Todoroki ha fallecido...

Con lágrimas deslizándose por mis mejillas sin descanso alguno corrí a tu casa. Ahí me abrió ru madre, quien al ver mi estado supuso lo que sucedió y me abrazó mientras sufríamos tu perdida.

Al tiempo Natsuo se asomó y preguntó. Ninguno respondió. Él, con una idea de lo que pasaba, se dirigió en shock hasta el sofá, donde lloró junto a Fuyumi.

Estar en brazos de tu madre me hizo recordar que mi bruja nunca me había consolado así... Me hizo recordar que tu fuiste la única que me vió de este modo.

Nadie logró parar al bas... A Shoto cuando se enteró, quemó una parte de la casa y tiró todo al piso; Estaba igual de devastado que yo.

Joder, no habían pasado ni una semana cuando ya extrañaba tenerte en mis brazos. Volver a abrazarte mientras mis tics me golpeaban con suavidad. Volver a besarte y sentir como me mordías involuntaria. Maldición, te amo, te amé y te seguiré amando.

Y ahora, mi amor, te doy esta carta en este día tan importante para mí, ya que tu no pudiste leerla. Con un intenso dolor en el pecho, con lágrimas cayendo y con un autoestima de la mierda, me autodenomino el amor de tu vida y tu alma gemela. Pero también, el que te perdió. Porque no tengo la valentía suficiente para decírtelo a la cara. Porque no pude cuidarte como tú lo hiciste conmigo. Porque te tuve en mis brazos, y te dejé ir. Simplemente...

—Porque te amo. —Finalizó Bakugo, acariciando la lapida de su novia—.

Shoto lo miró desde atrás con los ojos enternecidos. Se acercó a él, se arrodilló y apoyó su mano sobre el hombro de su amigo con la intención de apoyarlo. Ambos se levantaron, y antes de retirarse, hicieron una reverencia hacia Temari.

—Te regalo mi botón, Temari. —Susurró Katsuki, enterrando el botón de su camisa escolar sobre la tumba de su amante—. Pero debes de saber que por ti, yo daría mi corazón.

Secando sus lágrimas, los chicos salieron del cementerio en dirección a U.A., donde estarían celebrando su último día ahí. Su graduación, después de tantos obstáculos, oficialmente se convertirían en héroes profesionales.

Bakugo suspiró, antes de acariciar su dedo meñique, donde había un tatuaje de un hilo roto.

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