"Buenos días, enano"
Una tenue luz artificial iluminaba pobremente el rostro de un peliazul aun fuertemente aferrado a la cama. Las farolas de la calle permanecían encendidas pues aun a esa hora la cuidad permanecía bajo la oscuridad de la madrugada. El reloj de pared hacía sonar su mecanismo según pasaban los segundos en aquella habitación marcando con sus manecillas las 7:20 am.
El joven peliazul gustaba de esa habitación que solo tenía una cama con sus respectivas sabanas que cubrían la delgada figura del durmiente, una cómoda de cuatro cajones de un desgastado color café donde el morador de la habitación guardaba la poca ropa que tenía y lo demás eran varios objetos decorativos que tenían un fuerte lazo sentimental con el más joven de los Nightmare. Eran pequeños detalles que guardaba con mucha ilusión. Era quizá lo más importante para él.
El soñador era observado desde la puerta por unos ojos anaranjadas que recorrían todo ese pequeño cuerpo, no podía hacer más que mirarlo a esa hora del día pues el peliazul tenía la costumbre de dormir hasta la 8:01 am desde que ingresaron a la High School y no importaba cuanto tratara, el menor se negaba a separar los parpados para mostrar esos hermosos ojos esmeralda. De cierto modo al gigante de 1.96 cm le hacía gracia ver como permanecía completamente inmóvil al dormir, aunque su piel no era de un tono blanquecino como la porcelana sus facciones le hacían ver como una muñeca de ese material. El zorro no podía hacer más que contener la risa pues el menor era todo menos delicado, su cuerpo pequeño y delgado no le hacía justicia a su personalidad.
Una pequeña nota se veía entre los dedos grandes del fortachón, una nota para ese peliazul que se negaba a despertar e insistía en llegar tarde a las clases aun si estaban a pocos metros de la escuela. Avanzo con calma a pesar de que sabía que por mucho que gritara este no se despertaría, de cualquier forma no iba a arriesgarse, le conocía, sabía que le gritaría en cuanto lo viera en su habitación. Se sentía muy tonto haciendo eso, pegar esas notas adhesivas no cambiara nada, además el menor ya sabía que se trataba de él, no era un idiota. Aun si le parece raro que no le haya dicho nada por las notas, ni siquiera se las muestra.
"Puede que si sea un idiota"
Una pequeña sonrisa se mostró en los labios del pelianaranjado mientras ese pensamiento pasaba por su cabeza, dejo la nota pegada en la ventana de Onnie y luego se retiró, esa ventana era fácil de abrir desde fuera, de cualquier modo el menor nunca la cerro, no desde que recibió esa pequeña primera nota con un infantil "Ola k ace", al mayor le hacía gracia pero el destinatario nunca le comento nada a su remitente de aquella nota.
"No pensara que está siendo acosado, ¿verdad?"
Esos ojos de color naranja volvieron su atención al rostro del pequeño aunque rápidamente soltó un suspiro y salió de la habitación dejando atrás cualquier suposición de lo que esté pensando el más joven con esas inocentes notas que no eran más que frases cortas o un simple saludo. Sin nada pendiente más que dejarle un buen desayuno al pequeño, Oxy partió a la HS.
Las horas pasaban y el cuerpo de Onnie le pedía abrir los ojos y ponerse en marcha, como de costumbre al ver su celular eran las 8:01 am, estiro sus brazos y dio un largo bostezo mientras se sentaba en la cama y terminaba de asimilar que ya era momento de abandonar la calidez de esas sabanas. Nunca había tenido problemas para levantarse así que fue rápido y se vistió, miro hacia la ventana de su cuarto encontrándose con esa nota adhesiva que el anaranjado había dejado en su cuarto.
"También hoy..."
El menor estiro su mano para alcanzar la nota y se sentó tranquilamente, sabía que no sería más de un corta oración y aun así prefería ponerse cómodo para leerla. Dio un suspiro y saco una caja de debajo de su cama. No era más que un saludo pero el pequeño se daba la tarea de guardar todas las notas hasta ese momento, en total eran 30, se preguntaba quien se daría el trabajo de durante un mes ir a su casa de madrugada y poner una nota corta en su ventana.
Puede que sea la intensión de buscar una aventura pero se negaba a ver lo obvio. Acomodo aquella nota y volvió a guardar la cajita acariciando algunas de las pegatinas que tenía en la misma, se levantó y termino de arreglarse. Vio el desayuno sobre la mesa, era otro de los misterios para Onnie, ¿Maggie, Deuz, Oxy? Podría ser cualquiera de los tres para el más pequeño quien tenía un notable problema con preguntar las cosas.
Había pensado en dejarle alguna nota a su remitente pero sabía que si dejaba una nota Oxy le preguntaría y se preocuparía, no quería problemas así que se debía conformar con el misterio hasta que su remitente se dignase a aparecer.
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