Octubre 19
"En el bus de mi último viaje vi a una chica que se parecía mucho a ti. Similar forma de vestir, gestos breves, manera decente al hablar y una forma casi imperceptible de observarlo todo.
Tenía una mirada que hablaba a gritos, aunque su boca permanecía en silencio. Revisaba el móvil con frecuencia, y me miraba descuidadamente, discretamente cuando me daba la libertad de observarla sin reservas. No hablé nunca con ella, aunque confieso que ganas no me faltaron. Hasta tenía el mismo color de tu cabello. Quise preguntarle en dónde aprendió a imitar tan bien a la perfección, porque me recordaba a alguien y ése alguien eras tú. Vale, sé que no te gustan las comparaciones, pero en aquel momento fue inevitable pensar que tenía el mismo aire condescendiente que tienes tú cuando pasas más tiempo en tus pensamientos que en el mundo real.
A veces cruzábamos miradas y sonreía por lo bajo, sin yo poder dejar de preguntarme cómo era posible que me permitiera a mí mismo sentirte a través de otra persona. Era ilógico, por no decir absurdo. Cuando conoces a alguien tan próxima a la perfección, la conviertes en el centro de tu universo, la haces una réplica exacta de algo que tú mismo te inventas para creer que aún hay esperanza en este mundo, y aquéllo le confiere un valor inigualable.
No podrías encontrar a nadie igual ni aunque recorrieras por los cuatro puntos cardinales del planeta. Nunca. Yo lo supe, pero lo comprendí cuando la miraba. Que nadie, joder, nadie, podía estar a tu altura. Siempre has sido superior, yo te conferí aquella idealización y eso no puede quitártelo ninguna casualidad. Siempre, de entre un montón, tú supiste hacer una diferencia abismal, y aunque por un instante haya llegado a encontrarle a esa chica algún parecido contigo, que sepas que todo el tiempo fui consciente de que tenía un vacío que no cuadraba, un valor, algo, que no la hacía suficiente.
Quizá sus ojos, o algún detalle que no supe identificar en aquel momento, hizo que dejara de buscar en ella algo que sólo podía encontrar en ti. Luego de mirarla por última vez volví mi vista hacia la ventana, imaginando que aquel bus me llevaba a la ciudad en la que vivías, y que yo no regresaba a mi casa, que iba a la tuya, a hacer mi hogar echando raíces a tu lado.
D.S.N.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro