Qué puedo decirte…
Si me enamoré de ti
fue porque me di cuenta
de que ya no tenía nada que perder.

Si me enamoré de ti,
fue porque quise
que el último capítulo de mi vida
llevara tu nombre.

Si me enamoré de ti
fue porque supiste abrir puertas
que otras sólo vinieron a cerrar.

Y fue triste saber
que para ti no fui más
que otra vida en la que
sólo estuviste de paso.

Ojalá hubiera sabido quererte
de la forma que esperabas,
y no de la que supuse
que era la correcta.

Qué puedo decirte ahora,
si ya te has llevado las palabras,
después de mostrarme
que yo no tenía nada que perder
hasta que llegaste;

te juro que no le he contado a nadie
que te has convertido en el amor de mi vida
luego de haber sido la vida de mi amor;

tampoco he sabido curarme las heridas
del accidente que tuve
en tu boca
aquel día en el que te marchaste
por las puertas que abriste,
dejándome
con un futuro
que ya no tenía razón de ser.

Te has convertido
en la canción más triste de la historia,
en el poema que dejé incompleto,
y en el epílogo que nunca supe cómo encajar
en el último capítulo de mi vida.