Aveces me pregunto...

¿Cómo serían estos pendejos en humanos? ¡Vayamos a otro pinche universo!

Error seguía siendo el mismo estúpido de siempre, solamente que era un humano de tez morena, pero bien morena, con unas lagrimitas raras en las mejillas.

Estaba echando la hueva en el suelo, tirado como pendejo mientras le acariciaba la panza al perrito de Ink, el animalito sólo movía su colita de un lado a otro, alegre.

Todo chico, todo contento. Hasta que escuchó algo caerse junto con un “¡Me lleva!”

—¡Rompelo! —gritó el glitch.

—Tú cierra la pinche jeta, pendeja. —insultó, mientras recogía algunos libros y un “champú”

—¿Qué tanto haces, pué'? —preguntó sin mirarle.

—Voy a bañarme.

—Ya era hora, apestas ¡No! ¡Hiedes!

—Ay, y tú muy limpio, ¿no? —le arrojó unos calzones con el rostro de una cabra masculina (¿), de seguro del wey ese de su telenovela—. Ya llevas como cuatro pinches días con esa mugrosa ropa, wey. ¡Ya quítatela!

—Ahorita.

—No seas mamón.

No se dejaría encabronar por ese pendejo, es malo pa' su hígado.

En fin.

Agarró un shampoo cualquiera y se lo echó en el cabello. Error le arrebató el envase.

—¿Por qué te echas esta cosa? Si tu cabello esta bien pinche sedoso y suave.

—¿Cómo la vez? Puro Head and Shoulders. —Ink le guiño un ojo a Error, en un intento de coqueteo falso, el moreno soltó un “Este pendejo”.