Era tarde en la noche, los negocios cerraban y cada vez circulaba menos gente en la calle.

En un lugar alejado de la ciudad, en unos viejos vagones abandonados, comenzaba a acumularse gente. De lejos podía escucharse su música y ver sus luces, y un pequeño cartel que indicaba el nombre del lugar «El Vagón 62» 

Dentro del lugar, había una extensa barra luminosa donde se servían toda clase de tragos, que el barman preparaba con todas las botellas que se exibian detrás de él. Tenia mesas para que los clientes se sentaran a beber que de a poco se iban llenando. En una esquina había un pool que siempre estaba ocupado y con algunos manchones de cerveza. La visibilidad un poco turbia, por el humo de los cigarrillos de las personas del lugar, la música fuerte, y la escasa iluminación coordinaban en el ambiente. Era un bar con una no muy buena reputación, las personas que concurrían a ese lugar iban con amigos o solos, para pasar un buen rato, embriagarse, comprar alguna que otra sustancia y armar un poco de escándalo.

Un hombre un poco gordo y con escasa cabellera entra por la puerta principal, va vestido de camisa y unos buenos pantalones, en su muñeca derecha llama la atención un reloj dorado, seguramente muy caro.

—Buenas noches Giovanni ¿lo mismo de siempre?— le pregunta sonriente el barman, el hombre le contesta asintiendo con la cabeza y se sienta en la barra. Giovanni, es un ciudadano del lugar que suele frecuentar bastante seguido el lugar.

Saca de su bolsillo trasero los cigarrillos que siempre compraba, se puso uno en la boca y lo prende. Recibe algunas miradas a la lejanía, conocido por todos en el lugar, y todos sabían que con él no había que meterse.

De un pasillo que da a los baños aparecen y dos muchachos hablando. Uno muy flacucho y con una gorra en la cabeza entra fumando un cigarrillo, y el otro un chico mas bajo que el, con el cabello a rapado a los costados y luciendo una cresta unos tonos más claros, camina a su lado.

El viejo Giovanni los mira resignados.

—A ver si paran con esa mierda— les habla con la voz ronca— que esta viniendo Francis, y no quiero que se manden una cagada.

El muchacho flaco ríe.

—Ah Giovanni por favor que podría pasar ¿quien es este tipo?

—Viene de Inglaterra, el y su grupito lograron pasar varias cosas en el camino, y como es un viejo conocido mio, va a hacernos un buen precio.

—Ah así que un extranjero— comenta el muchacho mas alto mientras llama al barman para pedir una cerveza, el barman sabe que el chico no pasa los quince años pero son amigos y siempre le vende igual.

Ambos jóvenes se sientan en la barra a acompañar a su socio. El muchacho de la cresta toma la palabra.

—Eso significa trabajo esta semana. —comenta el muchacho mas joven.

—Para eso les pago par de vagos. —mira al joven de cresta mientras agarra su vaso de whisky y lo saborea, escucha el sonido de la puerta y reconoce una figura— Ya llegaron.