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Ocho


Capítulo dedicado a: MariavaleriaUrdaneta mi hermosa copia❤

No estaba totalmente segura de lo quería, o si... Estaba confundida. Estaba segura de que quería a Noah, pero no estaba totalmente segura que si era el momento. Pero si me ponía a analizarlo, yo amo a Nlah y él me ama a mi ¿por qué no hacerlo? Ambos queríamos. Pero perder la virginidad era algo realmente importante y valioso para mi, algo que no se decide a la ligera, un asunto muy delicado; tengo 17 años, tal vez ya era lo suficientemente madura como para tomar una decisión así de importante y valioso, y que mejor persona para perder la virginidad que con el amor de tu vida, mi primer amor y prácticamente mi primer novio, ya que es la primera relación seria  y real que tengo. Además, Noah y yo cumpliremos un año de relación dentro de poco.

Así que sí, si era el momento, y si era la persona y lo más importante si lo deseaba.

Por un momento pensé que lo ideal sería que lo hiciéramos cuando cumpliéramos el año pero ¡ya basta de formalidades! Es hora.

El atardecer del cielo poco a poco iba convirtiéndose en noche. Hasta el cielo estaba a nuestro favor. Noah y yo nos acercamos a la orilla de la playa, había que admitir que estaba muy nerviosa, temía que algo saliera mal...

Noah me tomó la mano con delicadeza, su tacto me estremeció, era cálido y acogedor. Nos sentamos en la arena, a la orilla de la playa, yo realmente no sabía que hacer, estaba en cero, no tenía ni un poquito de experiencia con esto, y la verdad, mi mayor temor en este momento era hacer que todo resulte un desastre. Noah tomó el control de la situación, guiándome, nos miramos, él se veía mas tranquilo que yo, se apegó mas a mi y su calor me invadió, tranquilizandome. Relajé mi cuerpo, él colocó su mano en mi muslo y me dio un apretón, sin apartar su mirada de la mía.

—¿Estas segura de querer hacerlo? —susurró, su voz ronca

—Si —asentí, utilizando el mismo tono que él —Te amo, quiero hacerlo —aseguré

En un impulso me besó, como si ya no aguantara más, me besó ferozmente, yo le seguí de inmediato. Era el mejor de los besos, como si se hubiera contenido de besarme así desde que nos conocimos, un beso muy apasionado y lleno de hambre, de esos que te mojan las bragas en segundos, Noah movía sus labios de una forma impresionante, abriendo paso en mi boca con su lengua, con movimientos que me hicieron dejar de pensar tanto y atraerlo hacia mí. Sus manos acariciaban mi cuerpo de manera alocada, descontrolada mejor dijo, apretaba mis senos de manera que dolía, pero también era placentero, luego de mis piernas a mi trasero a mi cintura y seguían. Yo acariciaba su torso y abdómen, lo atraje hacia mí de manera que cayó encima de mi, metió sus manos en mi short, bajándolo hasta que lo sacó y lo tiro en algún lado, luego fue a mi blusa, acariciando mi cintura mientras la sacaba, una vez quedé solo en ropa interior dejó de besarme y se dedicó a mirarme, detallando cada curva en mi cuerpo, cada línea y lo que sea que le gustaba ver, luego se concentró en mi brasier, lo llevaba negro con detalles en rojo, y encaje, su modelo me levantaba los senos de manera favorecedora

—No sé si dejarlos o  arrancártelos —dijo, pensativo

Aquel comentario hizo que mi vientre, ya caliente, ardiera un poco más, luego sentí que me mojaba...

Despacio, y delicadamente me bajo la panty, era más como una caricia que como si me la estuviese quitando y ella. Me observó ahí lo cual hizo que me sonrojara... Mucho. De manera instintiva me tapé la cara, sentía nervios y hasta pena. Noah se recostó a mi, haciéndome sentir su bulto, su erección, haciéndome saber lo duro que estaba y las ganas que tenía de mi. Aquel acto, me hizo sentir fuego al contacto con eso. Acarició mis brazos hasta llegar a mis manos y apartarlas de mi cara.

—Eres hermosisima, Lena —aseguró —No hay nadie en este mundo con quien quisiera estar mas que contigo... Te amo ¡TE AMO! —soltó como si ya no se aguantara más y estampó su boca contra la mía, convirtiéndose en un beso mucho mas salvaje que el de antes.

Me desesperé, y procedí a quitarle la camisa, lo que impidió el beso pero no tardamos en unirnos otra vez. Él se desabrochó el jean y yo lo ayudé a bajárselo, estábamos desesperados por estar juntos de una vez por todas. Ya una vez desnudos, abrí mis piernas y él se posicionó en mí

—Tengo miedo —admití

—Tranquila, amor, yo te voy a cuidar —aseguró, con dulzura

Entonces, trató de entrar. Al sentir solamente la punta de su miembro dentro de mí, ardió, me dolió, era algo realmente doloroso, y mientras se hundía más, yo aguantaba las ganas de gritar, las lágrimas no faltaron, ardían cuando pasaban por mis mejillas. Él término de entrar y se quedó quieto, fue lento y delicado

—¿Puedo seguir? —preguntó, conteniéndose

En su rostro se notaba que se esforzaba por parar. Yo llevé mi mano a su mejilla y lo acaricié, en ese momento sentía que él era mi mundo, que no podía amar tanto a alguien como a él. Lo besé tratando de darle más vida y pasión al acto

—Sigue —le dije en medio del beso

Salió y entró, lenta y delicadamente, hasta que al cabo de un momento ya no me dolía tanto y deseaba más. Apreté mis manos en su cabello, jalándolo y pasé mis manos por todo su cuerpo hasta que toqué ese punto donde nuestros cuerpos se unían, y gemí con cada embestida. Él lo entendió y fue más rápido, llevándome a un nivel de placer extraordinario. Sentí que ya no estaba en este mundo. Noah gruñó en mi boca, y con cada embestida unos gemidos lo acompañaban. Y sus gemidos me  excitaban más. Sentí que ya estaba llegando al orgasmo, porque sentí demasiado placer y los gemidos salieron descontrolados de mí, siguiendo los de él. Estábamos muy sudados y Noah lamió el sudor de mi cuello, ayudando en mi orgasmo, ya no sentía dolor, pero si una pequeña molestia, Noah fué más rápido hasta que sacó su miembro de mi y empezó a salir fluido de su miembro, cayendo en la arena. Entonces yo también solté fluidos, lo cuál me extrañó, porque no pensé que las mujeres también botaban esa cantidad, yo pensé que era una mojadita y ya, pero al parecer no.

Al terminar, Noah se derrumbó encima de mi, y yo acaricié su cabello. Estaba realmente feliz. Ambos teníamos la respiración descontrolada, y estábamos bañados en sudor. Noah me acariciaba el muslo, mientras yo peinaba su cabello con mis manos, hasta que ambos recuperamos la estabilidad y decidimos bañarnos un esto en la playa.

Nos abrazamos en medio de la playa, sin decir nada, porque nuestras miradas lo decían todo. Esta vez, Noah me miraba mucho mas lindo que todas aquellas veces, más profundo...

—Te amo —dijo, añadiéndole mas sentimiento a su mirada

—Te amo, te amo demasiado —asentí varias veces

Nos quedamos así un buen rato, acariciándonos el uno al otro, luego Noah decidió hundirse en el agua, saliendo de mi campo de vista

Entonces me concentré solo en bañarme bien mientras él nadaba.

Sentí que algo me jaló de las piernas y me hundió, me cogió desprevenida, haciendo que el agua entrara en mi nariz y boca, así que me impulsé hacia la superficie y tomé aire, tosí descontroladamente, y Noah estaba a mi lado palmeandome un poco. Cuando me recuperé me llene de rabia y lo hundí a él en el agua, apoyando todo mi peso en él, pero era más fuerte que yo, claro

El señor salió rápido a la superficie y me lanzaba agua, a lo que yo también le  lanzaba, mis ojos ardían con el agua salada entrando a mis ojos, esperaba que el condenado también, a menos que entre sus cualidades lobinas también esté la resistencia contra este tipo de molestia, claro.

Al cabo de unos minutos nos aburrimos y Noah, con nuestra ropa hizo una especie de manta en la arena para que pudiéramos dormir, dejando su camisa para mí, aunque no haría falta ya que el calor de su cuerpo era suficiente para mi.

Me arrecosté en su pecho, concentrándome en su respiración y en los latidos de su corazón, él me acariciaba la espalda. Levanté la cabeza y lo miré, tenían la mirada pérdida pero maravillada

—¿En quien piensas? —bromeé

—En una chica —me siguió el juego. —Su nombre es Lena, y me ha hecho el hombre más feliz de este mundo justo esta noche.

—Te amo, Noah —nunca me cansaría de decírselo

—Te amo, más que a mi vida —me miró

Y yo sin pensarlo, me subí a horcajadas encima de él, me bajé la panty, y le bajé el bóxer a él. Le regalé una sonrisa pícara

—Repitamos lo de esta noche —propusé

Ahora, estaba más segura que nunca, de que no quería estar con nadie más en mi vida que con él... Noah White.

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