Noche Especial
_¡Hey! - Tommy la saludó una vez ella entró al estudio.
_¡Hola! Ha pasado el tiempo - Juliette se acercó a él y le extendió uno de los dos vasos de café que llevaba - Lo prometido es deuda - Le sonrió.
_¡Oh! ¿Es uno doble? - Preguntó a modo de evaluación.
_Y sin azúcar - Completó orgullosa.
_Estoy impresionado, nena - Aplaudió burlón - Después de todo éste tiempo...
_Jamás olvido los gustos de mis amigos, menos sí se trata del vocalista de Misteria ¿Te imaginas cuanto podría valer esta información? - Dijo Juliette socarrona.
_Eres una pequeña plaga - Se carcajeó el joven - Ven, toma asiento.
_Debo decir que estoy impresionada - Comentó observando el lugar - Este estudio es impresionante.
_No es nada comparado con el que tu bien conoces en Paris, pero algo es algo...
_Como olvidarlo... - Sonrió nostálgica.
_Mmm... Creo que alguien está rememorando tiempos de antaño - Sonrió Tommy.
_Claro que si, fuiste tu quien hizo que me interesara por el rock y la pasión por la guitarra eléctrica - Le correspondió la sonrisa.
_¿Quien lo diría? Se podría decir que yo cree a ese monstruo - La señaló con una leve risa - Como olvidar cuando te conocí... La hija de quince años del manager de la, en ese entonces, estrella en ascenso Jay, se coló en mi camerino y estaba deslumbrada ante mi guitarra personal.
_ Recuerdo que Jay iba a ser tu telonero en ese festival de música... ¡Pero no me hagas recordar algo tan vergonzoso! A día de hoy no puedo creer que haya sido tan atrevida de entrar a un camerino sin permiso...
_¡Oh vamos! ¡Ni siquiera me enfadé! Solo quedé impresionado de ver a una niña tan linda junto a mi preciado instrumento - Dijo con intención.
_¡Cállate! Era una niña, pervertido ¡Y tu tenías veinte años! - Reaccionó con humor Juliette y Tommy soltó una sonora carcajada.
_¡Siempre te vi como una hermana menor y lo sabes! - Se defendió entre risas - Pero ya enserio, desde la primera vez que te vi supe que tenías talento, mas aún cuando me contaste que te gustaba tocar instrumentos. Cuando te oí tocar con tanta facilidad casi tuve que suplicarle a tu padre que me dejara enseñarte la eléctrica.
_Creo que papá se arrepentirá hasta la muerte de que hayas sido mi mentor, gracias a ti me volví toda una alternativa hecha y derecha casi toda mi adolescencia y una muy rebelde por cierto - Respondió entre risas.
_Fue una etapa de la que estoy muy orgulloso - Dijo con el mentón en alto - Además, no se puede quejar ¡Mírate ahora! Eres una mujer bellísima y con el mejor estilo del mundo, debes confesar que las secuelas de tu adolescencia te han hecho lo que eres.
_No puedo negarlo, no podría vivir sin mis botas negras de cuero - Se carcajeó.
_¿Y bien? ¿Qué haces en esta ciudad? Se que ahora estás con tu padre aquí pero... - Juliette lo interrumpió.
_Todo pasó muy rápido, no me llevaba para nada bien con Trent y me tuve que largar, mamá tuvo que viajar a Londres y el guitarrista de Jay sufrió un accidente - Explicó brevemente ella.
_Si tengo que conectar todo eso diría que ahora tocas para Jay - Juliette asintió - Bueno, puedes decir que ese idiota de hizo un favor, trabajar con Jay es todo un lujo, por mas que no sea tu estilo.
_Si, pero solo soy el reemplazo, luego volveré a vivir de audición en audición.
_Claro que no, para cuando quedes libre ya tendrás nuevas propuestas, créeme, los caza talento siempre están atentos y... Tienes a Misteria de tu lado... - Le lanzó una guiñada.
_Sabes que nunca acepté ese tipo de ayuda de tu parte, Tommy. Me gusta hacerlo por mi cuenta, no por contactos influyentes - Lo miró decidida.
_Lo sé, pero siempre existe la opción de un pequeño empujón - Sonrió rendido ante la discusión - A propósito, ten - Le extendió un gran sobre con el logo de Misteria - Aquí tienes tu edición especial, pequeña caprichosa.
_¡Ah! ¡Muchas gracias! Esta vez si que te debo una - Exclamó alegre a la par que aceptaba el paquete - ¿Cuánto te debo? - Lo miró impaciente.
_¿Por quien me tomas? Esto solo te costará una confesión - La miró con intención.
_¿Como dices? - Preguntó anonadada.
_¿Crees que soy tonto? Se que esto no es para ti, este tipo de ediciones no te interesa y si la quisieras, con el padre que tienes hubieras conseguido una sin llamarme - Explicó - Así que habla o no te llevas ese vinilo - Bromeó.
_Es un regalo de navidad para mi novio - Confesó sin titubear mientras que Tommy casi se caía de su asiento.
_¿Tu... Que? - Pregunto atónito.
_Lo que oyes - Sonrió serena.
_¿Cuanto puedes amar a alguien como para regalar semejante detalle? - Sonrió burlón.
_Créeme que demasiado y se lo tiene merecido, le estoy ocultando mucho - "Cosas que ni te imaginas" completó para sí.
_¿Ocultar? ¿Qué le ocultas? - Preguntó con curiosidad.
_Principalmente, lo de Jay. Alex lo odia y no sé como reaccionará - "Ni él, ni Jay, que por cierto ¡Es mi hermano Henri, que a la vez es novio de SU hermana!".
_Ok... Visto la cara que pones, es un tema algo sensible. Aún así, como consejo, no dejes que tu relación avance sin contarle algo que te identifica, Juliette. Eres una artista de la música.
_Ya lo sé y él ya lo sabe, está al tanto de que toco para un cantante famoso, solo que aún no sabe quien es.
_Debes apurarte, el próximo concierto de Jay está en puerta y esta vez si que no pasarás desapercibida.
_Sin contar que próximamente grabaran el video de una de sus últimas canciones y tengo entendido que planean sacar a la banda - La castaña suspiró con pesadez.
_En todo caso, mucho ánimo - Tommy le sonrió benevolente y luego miró hacia el sobre que había encima de la mesa - De todas maneras, si tu novio es fanático de Misteria, tiene mi bendición - Bromeó a la par que tomó el objeto.
_¿Que haces? - Preguntó extrañada la joven.
_Le doy un regalo indirecto de mi parte - Sacó la caja con el vinilo y tomó un rotulador negro para dejar su autógrafo - Y que agradezca que no utilizo éste medio para escribirle una advertencia de muerte por sí te llega a hacer daño - Comentó con humor.
Juliette miraba a su amigo enternecida cuando su celular sonó.
_¡Es él! - Le comentó a Tommy antes de contestar.
_¿Diga? - Atendió animada.
_Hola... - La voz de Alex sonaba desconfiada, como si intentara tantear el terreno. Luego ella recordó que horas atrás le colgó el celular en la cara.
_Alex ¿Ocurre algo? - Preguntó la castaña, intentando sonar neutral, pero lo cierto era que no podía estar enojada con él demasiado tiempo.
_Quería... Quería disculparme contigo - Soltó de un tirón y luego suspiró.
_¿De que hablas?
_De nochebuena. Claramente no tengo ningún plan pero tampoco se me ocurrió invitarte a pasarla conmigo...
_Alex yo...
_Déjame terminar. Lo que quiero decir es que no fue a apropósito, es solo que no estoy acostumbrado a tener novia y no sé me ocurrió que...
_¡Alex! - Exclamó y el chico guardó silencio - Lo entiendo, supuse que era por algo así, no te sientas tan culpable - Sonrió Juliette al otro lado de la línea.
_No es suficiente para mi. De verdad quiero pasar esa noche contigo. Así que... ¿Qué dices?
_¿Que digo de que? - Preguntó nerviosa, la chica no se vio venir la propuesta.
_Tu... Yo... Cita... El veinticuatro - Alex respondió con humor pero su voz aún denotaba nerviosismo.
_Claro que si - Contestó entre risas ella - Pero ¿A donde vamos?
_Tu solo acepta y yo me encargo de todo - Sentenció seguro de sí.
_De acuerdo - Juliette no podía ocultar su emoción.
_¡Bien! Entonces paso por ti mañana por la noche - Informó emocionado.
_Hasta mañana - Se despidió la castaña sonriente.
_Si, hasta mañana - Colgó el joven.
_Hmm... Esa cara de tonta significa buenas noticias ¿Verdad? - Preguntó Tommy burlón y Juliette sólo se limitó a rodar los ojos con una sonrisa sarcástica.
_¡Ya me voy! - Exclamó Henri, a la par que tomaba las llaves de su auto.
Eran las 8:00 p.m. del veinticuatro de diciembre, nochebuena, y todos en la casa se aprontaban par salir.
_¿Tan pronto? - Le preguntó Antoine a su hijo.
_Si, recuerda que debo pasar por Lyla, de hecho, estoy bastante atrasado - Explicó mientras se dirigía al umbral de la puerta - Hasta mañana - Se despidió.
Una vez solo en la sala, el hombre se dirigió al segundo piso y se detuvo frente a la habitación de su hija.
_¡Juli! ¿A que hora te irás tu? Al igual que tu hermano, yo también estoy por salir - Dijo él.
_No te preocupes, puedes irte, un amigo pasará por mi en un rato - Respondió la joven mientras se hacía bucles en el cabello.
_¿Estás segura? Puedo esperar a que te recojan si quieres.
_Estoy bien, papá. Puedes irte, yo te mando un mensaje cuando me haya ido de aquí - Dijo ella.
_De acuerdo, pero recuerda avisarme ¿Si?
_¡Que si! - Respondió ella con humor. Y luego de estas palabras oyó a su padre alejarse rumbo a la planta baja.
Decir que Juliette no estaba nerviosa, sería mentir descaradamente pero tampoco podía negar la emoción que sentía. Iba a ser la primera vez que pasara esa fecha con un chico, aunque no con cualquiera, sino con Alex, el único que había logrado conseguir robarle el sueño y unos cuantos suspiros. No dudaba por un segundo que esta noche sería increíblemente especial.
La joven se miró al espejo conforme con el resultado. Su cabello se veía reluciente, por sus hombros caían los suaves bucles que acababa de hacerse y como siempre, su cerquillo tupido de costado lucía perfecto. El maquillaje era esfumado pero sutil, con colores oscuros, salvo los labios, y el rímel le había dejado las pestañas infinitamente largas.
Por último, se acomodó el vestido. Este era de manga larga, apretado y le llegaba hasta la mitad del muslo. Era de color rojo y con escote en V acordonado. Para compensar lo corto del vestido, llevaba unas largas botas de gamuza color negro.
Conforme con el resultado, se volteó a tomar su abrigo y una bufanda, además de su bolso y el regalo para su novio.
Bajó las escaleras y depositó todo en el sofá para cerciorarse de que no le faltaba nada.
Su padre ya se había ido, así que la casa estaba en un silencio total.
Poco tiempo después oyó la bocina del auto de Alex. Juliette se abrigó rápidamente y tomó su bolso para luego atravesar la puerta.
Al salir de su casa se topó con Alex esperándola con un ramo de rosas frente a su puerta. Juliette se sorprendió en un principio de encontrarlo tan cerca pero luego su atención se centró en las flores y sonrió.
_Hola - El joven la saludó sonriente y le ofreció el ramo que ella aceptó enseguida.
_Hola - Le correspondió y miró las rosas que ahora ella cargaba en sus abrazos - Son hermosas, muchas gracias...
_Me alegra que te gusten, tenía planeado traer tus favoritas, pero cierta novia loca me colgó el teléfono cuando intentaba averiguarlo... -Comentó burlón.
_ ¿No eran para tu mamá? - Preguntó la chica desconcertada y él negó con la cabeza.
_Las flores favoritas de mi madre son los lirios, todo el mundo sabe eso - Respondió.
_Lo siento tanto, yo... - Intentó excusarse pero Alex la interrumpió.
_De todas formas fui un patán, no se me ocurrió invitarte a salir, te hice sentir mal - La defendió de ella misma.
_No, claro que no... ¿Y si mejor olvidamos todo eso? Digo, ya se solucionó... Y además, las rosas son mis flores favoritas.
_Tienes razón... Y me alegro - Sonrió y luego se acercó para depositar un beso sobre sus labios.
Ambos de subieron al auto. Alex comenzó a conducir hacia un destino que Juliette desconocía, pero ella estaba tan contenta de estar a su lado que poco le importaba a donde la fuera de llevar. Aprovechó ese momento para enviarle un mensaje a su padre como había prometido.
Unos quince minutos mas tarde, el joven estacionó frente a un edifico de apartamentos, Juliette lo miró extrañada y él solo se limitó a sonreírle sereno, gesto que la liberó de sus preocupaciones.
Subieron hasta el tercer piso del lugar. Luego de abrir la puerta, él se hizo a un lado para dejara pasar.
_¿De quien es este lugar? - Preguntó ella a la par que observaba el apartamento.
_Es el apartamento de Sebastien, vive solo pero no estará aquí hasta el final de las vacaciones. Me pide que lo ventile mientras no está y este año se lo pedí prestado... - Explicó - Aún así cerró su habitación con llave, dice que no confía en nosotros dos - Agregó entre risas a la par que ella se volteó sonrojada.
_No te molesta ¿Verdad? - Se acercó preocupado.
_No, claro que no. Este lugar se ve cómodo y organizado - Le sonrió y el semblante de Alex se suavizó.
_Eso es porque lo ordené yo mismo - Explicó sonriente mientras se quitaba su chaqueta - Sebastien no es el amo de la limpieza - comentó mientras su novia lo imitaba sacándose el abrigo.
Le entregó sus cosas a Alex, quien las colgó en el perchero junto a la puerta. Al voltearse a verla, quedó sin palabras. A sus ojos, estaba tan hermosa que ni siquiera reparó en disimular el hecho de que se la comía con la mirada.
_Estás... - Tragó saliva - Estás preciosa... - Dijo en un hilo de voz y ahora entendía porque su mejor amigo insistió tanto en trancar su habitación.
_Gracias, tu también estás muy guapo - Sonrió a la par que se acercó para besarlo.
"¡No, por favor, no! No me hagas esto ¿No te das cuenta que estamos a oscuras en un apartamento vacío y estás irresistible?" Exclamó internamente él mientras la separaba suavemente de sí para guiarla a comedor.
Al llegar a la sala, Juliette se quedó sin aliento. Toda la habitación estaba alumbrada por velas y las cortinas del gran ventanal estaban abiertas de par en par, dejando ver el firmamento.
_¿Muy cursi? - Preguntó nervioso. Ella negó con la cabeza.
_Perfecto - Afirmó y se abrazó al torso de su chico.
Pasaron a la mesa y Alex sirvió la cena. Transcurrieron la velada contado anécdotas y riendo, la química era perfecta y el ambiente tan distendido que todos los nervios previos a la cita, se habían disipado.
_¡¿Que?! ¿Entonces entrarás el año próximo a la universidad? - Preguntó Juliette mientras degustaba el postre.
_Así es, tengo que reconocer que el año pasado no tenía idea de nada. Por eso me quedé con algunas materias del técnico superior pero ahora estoy seguro de lo que quiero - Confesó orgulloso.
_¿Y que carrera seguirás? - Interrogó curiosa.
_Fisioterapia - Respondió algo tímido.
_¡Alex, eso es genial! Sabía que tu vocación iba por la salud física, me alegro tanto - Exclamó emocionada.
_Gracias... Eres la primera a quién se lo cuento ¿Sabes?
_No deberías esconderlo, estoy orgullosa de ti - La chica tomó su mano para darle aliento.
_¿Y que hay de ti? - Preguntó él.
_¿A caso no es obvio? - Sonrió socarrona - Musicología, está claro. Es mi pasión en la vida.
_Claro, había olvidado que mi novia es toda una guitarrista profesional ¿Qué otros instrumentos sabes tocar?
Juliette se detuvo a pensar.
_La guitarra en todas sus versiones, el piano, el violín y un poco el violonchelo, gracias a Henri -Contestó pensativa, como asegurándose de que no olvidaba ninguno - Pero la guitarra es mi pasión, mi especialidad, en especial la eléctrica... - Explicó mientras Alex la oía con atención. Sentía que podía escucharla por horas siempre y cuando observara sus ojos relucientes por la emoción, de esos que solo aparecen cuando hablas de algo que amas.
Pasaron al sofá para hablar mas cómodos y Alex sacó una caja pequeña de atrás de su asiento.
_Feliz navidad - Sonrió. Juliette miró el reloj en la muñeca de su novio, efectivamente, ya era navidad. No podía creer lo rápido que había pasado el tiempo en su compañía.
_Feliz navidad - Le dijo sonriente antes de depositar un beso en sus labios - ¿Qué es eso? - Miró con curiosidad la caja negra.
_Tu regalo - Puso la pequeña caja en sus manos.
La castaña se quedó mirando la caja con curiosidad y luego miró a su novio sonriente antes de abrir el regalo.
Ante sus ojos había una piedra energética, que a juzgar por su color violeta intenso, podría jurar que era una Amatista, estaba perfectamente tallada con una forma oval. Cuando la sacó del empaque notó como estaba colgando que una cadena de terciopelo negro.
Dirigió de nuevo la mirada a Alex emocionada.
_Gracias - Le susurró conmovida.
_Sabía que era muy de tu estilo, pero - Alex hizo un ademán con el dedo - Dala vuelta - Juliette no dudó en hacerle caso. En la cara posterior había grabada una frase que decía " No habrá fuerza sobre humana que..." y el resto, al parecer lo debía continuar ella.
_... Que cambie mis sentimientos - Murmuró, repitiendo esa frase, que él mismo le había dicho unos días atrás, mirándolo a los ojos y Alex sonrió.
_No lo olvides jamás - Susurró sobre sus labios antes de besarla.
_¿Me lo puedes poner? - Le preguntó impaciente.
El de ojos verdes tomó el collar de sus manos y ella se volteó corriendo los bucles de su cuello y espalda. Alex no tardó en colocárselo, la cadena dejaba descansando a la piedra por encima del inicio de su pecho.
Juliette se volteó para besarlo apasionadamente.
_¡Yo también tengo un regalo para ti! - Exclamó ella sonriente sobre su regazo, sonrisa que se convirtió en una cara de horror - No puede ser... Lo olvidé en casa - Volteó a mirar por todos lados, con la esperanza de equivocarse.
_¿Que? - Preguntó Alex entre risas.
_¡No lo puedo creer! ¡Que tonta soy! - Se golpeó la frente con la palma de la mano.
_Me lo das después - Dijo él mientras la acercaba a su cuerpo.
_¡Claro que no! ¡Vamos a buscarlo! - Se levantó de las piernas de su novio - Nadie vendrá a casa en toda la noche, no habrá inconvenientes.
Alex solo se limitó a pararse del sofá sonriendo. Cuando lo quería, Juliette podía comportarse como una niña pequeña y eso le gustaba ya que formaba parte de su encanto.
_¿Lo ves? - Le preguntó la castaña con aire triunfante - No hay ningún auto estacionado, te dije que no vendrían aún.
_Bien, pero de todas formas, estacionaré un poco mas adelante, nunca se sabe - Respondió Alex desconfiado.
Una vez fuera del vehículo, Juliette arrastró a su novio hacia adentro de la casa con humor.
_Estoy segura de que lo dejé por aquí... - Murmuró mientras buscaba la bolsa con el regalo en la sala de estar.
Alex mientras tanto, exploraba la casa. Siempre traía a su hermana aquí pero jamás había entrado, esa casa era mucho mas lujosa y grande que la suya ¿A que se dedicaba esa gente? se preguntó al instante pero sus pensamientos se disiparon cuando sintió a su novia acercarse.
_¡Aquí está! Feliz navidad - Exclamó alegre ella. Alex le sonrió e intentó tomar el regalo que le ofrecía pero Juliette lo alejó al instante - Mejor en mi habitación, quiero dejar las rosas y el abrigo allí.
Su novia lo guió hasta el segundo piso y rápidamente abrió la puerta de su habitación, invitándolo a pasar. Otra zona de la casa que era muy espaciosa y modernizada, según él. Sentía que cada parte de su casa le hacía adentrarse en la realidad de la joven, en su trabajo y su familia, todo aquello que, para él, era territorio desconocido.
_Ahora si, todo tuyo - Le dió finalmente el regalo mientras el se sentaba sobre la cama para abrirlo.
Juliette aprovechó que Alex estaba ocupado para guardar su abrigo y poner las flores en un jarrón que tenía por allí.
El joven sacó el paquete con el logo de Misteria y miró anonadado a su novia que ahora estaba sentada junto a él.
_Vamos... - Lo incitó a seguir abriendo.
_¿Esto es...? - Los ojos del castaño se abrieron de par en par - ¡¿Y esto es...?! - Exclamó al mirar que la caja del disco estaba autografiada por el mismísimo vocalista del grupo. Miró impactado a su novia quien sonreía complacida ante su rostro desencajado.
_Así es... Sé que lo querías y no lo pudiste conseguir - Explicó ella con una sonrisa dulce.
_Pero... ¿Como?
_Tengo mis contactos, no preguntes - Respondió - El punto es que ahora es todo tuyo...
_No sé que decir... En comparación, mi regalo no vale nada... - Comentó apenado a la par que sostenía con fuerza lo que, para él, era el mejor regalo del mundo.
_¡No te permito decir eso! - Exclamó enfada mientras presionaba la piedra de su collar contra su pecho - Esto lo elegiste para mi y pensando en mi, es perfecto y muy importante, así que no digas tonterías - Le espetó enfadada.
Alex sonrió enternecido y dejó su regalo sobre el baúl que estaba a los pies de la cama para acercarse a su novia.
_Muchas gracias, el regalo es genial - Le susurró sobre los labios.
_Me alegro que te guste tanto como a mi el mío - Le susurró también antes de besarlo.
El joven la tomó por la cintura para estrecharla aún mas a él y ella lo tomó de la nuca, enterrando sus dedos en su cabello. El beso se tornaba mas y mas apasionado, era la tensión que había estado presente durante toda la noche o, mas bien, la que siempre había existido entre ellos y ahora estaba siendo imposible de controlar.
Alex se alejó unos milímetros de sus labios para observarla, con los ojos dilatados, los labios hinchados y la respiración alterada, exactamente lo mismo observaba ella en él. Sabía que estaban en la misma sintonía.
El joven la empujó suavemente para que se recostara sobre la cama, acción que logró y luego se recostó sobre ella para basar su cuello. Juliette sintió sus labios en esa área y cada una de sus manos en puntos opuestos de su cuerpo, una acariciaba uno de sus muslos y la otra su hombro cubierto por la tela del vestido. Ella solo se limitaba a acariciar su cabello y aferrarse a su espalda hasta que su novio volvió a unir sus labios con los suyos mientras tiraba del lazo del cordón que tapaba su pronunciado escote de manera cruzada, liberándolo así y dejándolo visible todavía mas.
Una vez, el joven sintió que la parte superior del conjunto se había aflojado, comenzó a descender sus besos, primero por su barbilla, luego de nuevo a su cuello, después por su clavícula y bajado. Podía sentir el corazón de su chica latiendo de manera muy acelerada, tanto o mas que él. Ella no estaba nerviosa, en su tacto la sentía cómoda y segura con él, eso para Alex era, ya de por sí, el mayor de los placeres, el saber que sus sentimientos y la confianza eran tan grandes que incluso no se avergonzaba de que la tocara. Lo comprendía a la perfección porque él se sentía igual.
Alex se detuvo sus besos en el lugar exacto donde comenzaba a formarse el escote de Juliette. Sabía que no podía continuar sin decírselo, es mas, necesitaba decirlo para poderse entregar por completo a ella.
El chico se separó lo suficiente como para verle el rostro sonrojado que la hacía ver tan bonita en conjunto a ese vestido que él mismo había desarreglado.
_¿Que pasa? - Le preguntó curiosa y con la respiración entrecortada.
_Te Amo - Alex se lo confesó mirándola directo a los ojos y esas palabras aturdieron los oídos de Juliette. Su mirada se perdió en las verdes orbes del joven.
La castaña abrió la boca para responder.
_¡Henri! ¡Juliette! ¡¿Quien llegó a casa?! - El corazón de ambos se paró por un segundo y saltaron como un resorte de la cama.
_¿Que hacemos? - Preguntó ella mientras arreglaba su vestido y él alisaba su ropa.
_No lo sé... - Respondió alterado.
_¡¿Juliette?! - La llamó su padre, lo oía subir por las escaleras.
_Abre la ventana - Le ordenó Alex apurado.
_¿Que? Estamos en un segundo piso - Le informó, por sí no se había dado cuenta.
_Estuvo nevando, eso amortiguara mi caída - Explicó mientras se ponía la chaqueta rápidamente.
_¿Estás seguro? - Le preguntó desconfiada mientras corría las cortinas para abrir la ventana.
_Cualquier cosa antes que tu padre me mate - Respondió mientras se acercaba a su escape con su regalo de navidad ya guardado en su bolsa - Te llamo luego - Le sonrió él antes de darle un corto beso en los labios y lanzarse hacia la nieve.
Juliette observó como aterrizó con su espalda sobre la gruesa capa blanca para luego correr rápidamente hacia su auto, agradeciendo que su habitación diera a la calle.
_¡¿Juliette?! - Sintió a su padre llegando a la puerta y se apuró a cerrar la ventana y correar las cortinas como pudo.
_Juli... - Su padre entró al cuarto sin tocar, atrapándola justo en mitad de la habitación.
_Pa... - La joven intentó explicar algo que aún no sabía que era pero notó que su padre se tapó los ojos y cerró la puerta de inmediato.
_Lo siento hija, no sabía que te estabas cambiando - Explicó el pobre hombre al otro lado de la puerta.
La chica bajó su mirada al escote aún abierto del vestido y ahogó una carcajada.
_No pasa nada papá, ya bajo a saludarte - "Y me alegro que hayas notado mi pecho pero no las marcas que hay en él" se dijo a sí misma.
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