El Fallo De La Discreción
Alex se encontraba recostado sobre su cama, con la mirada perdida en algún rincón del techo. En unas horas llegaría su novia a la casa, tendría que soportar las ganas de besarla o abrazarla frente a su familia.
Sonreía como un tonto, jamás creyó que llegaría el día en el que realmente deseara presentarle una chica a sus padres, sobre todo, soportar el gusto que le produciría a su madre cuando finalmente le diera la razón a todas esas veces que decía que cuando se enamorara de verdad iba a darse cuenta que no necesitaba cambiar de chica todos los meses, porque lo vería todo solo en una y así era. Alex lo veía todo en Juliette, no había mujer mas perfecta. Admitiría gustoso frente a un juez que era rehén de sus besos y prisionero de su risa, que trabajaba todos los días por ganarse ambos. Y que karma mas dulce, él, que en el pasado había frecuentado y despreciado a tantas chicas, ahora se desvivía por hacer feliz solo a una, una hermosa misteriosa que podría detener su mundo con un pestañeo. Sentía incluso que se la podría robar en cualquier momento y ella como buena compañera de locuras, lo seguiría al final del mundo, porque Alex sabía perfectamente que en una competencia de cordura ambos perderían, que ese rostro de ángel que tenía Juliette escondía una rebeldía y deseos de libertad inmensos.
Pero, una vez mas, quería hacer las cosas bien, ser paciente y terminar de destapar cada uno de sus secretos para finalmente gritar a los cuatro vientos lo loco que lo volvía ella. Sin embargo ese día no era hoy, ni mañana, tenía un lugar oculto en el calendario que no parecía querer rebelarse por el momento.
_¡Por Dios! - Exclamó Henri a la par que peleaba con el nudo de su moño - ¡Papá! ¿Me puedes ayudar?
_¡Lo siento hijo, estoy solucionado un asunto importante antes de partir al auditorio! - Le respondió desde algún lugar de la casa.
El rubio suspiró con pesadez. Generalmente, el moño de su smoking siempre estaba armado pero desafortunadamente, los de la lavandería lo habían desecho.
_¿Que te pasa a ti? - Henri se volteó a ver a su hermana, la cuál se encontraba apoyada en el umbral de la puerta de su habitación - No haces mas que gritar y maldecir... - Le sonrió burlona.
El rubio solo se limitó a señalar, con una sonrisa sarcástica, el moño desecho que descansaba al rededor de su cuello por tantas sacudidas.
Juliette rodó los ojos antes de acercarse para arreglar ese estropicio y Henri se dejo hacer.
_¿Tantos años participando de galas y estos aburridos recitales y jamás aprendiste hacer un simple moño? - Preguntó ella a la par que intentaba deshacer el nudo.
_Papá se encarga por mi, nunca tuve la oportunidad de hacerlo yo mismo...
_¡Que sorpresa! Existe algo que el superdotado de Henri no puede hacer - Comentó con sarcasmo.
_Hay cientos de cosas que no sé hacer... No soy ningún superdotado... - Se defendió - Y lo que mas me sorprende a mi es que hayas decidido dirigirme la palabra luego de días sin hacerlo...
Juliette lo miró con mala cara mientras tiraba de las orejas del moño recién hecho.
_No iba a evitarte de por vida...
_No te di razones para hacerlo...
_No tú pero tu ex si - Lo miró directo a los ojos.
_Lyla me contó que se cruzaron ¿Qué culpa tengo yo de lo que te pudo haber dicho Melanie?
_Ninguna, pero me hace recordar lo imbécil que puedes llegar a ser cuando quieres y hablado de eso... ¿Hacer que Jay coqueteara con Lyla? ¿Enserio?
_Eso no te lo dijo Melanie - Henri cambió su semblante enojado a uno aterrado.
_Claro que no fue ella, Lyla se vio obligada a explicarme el porque no detesta a esa zorra y tus estupideces fueron colaterales de la historia.
_Yo... ¿Estabas enfadada por eso? - El rubio miraba a la castaña como un niño que esperaba el regaño de su madre.
_No. Yo siempre estoy enfadada contigo pero saber eso me puso triste... - Juliette lo miraba angustiada - ¿Cómo es posible que hayas cambiado tanto? No te reconozco... Bueno... No es como sí te reconociera siempre.
_Ya pagué por ese error, no lo vuelvas a mencionar - Henri se acercó al espejo para acomodarse el traje y de paso huir de la mirada de su hermana.
_¿Hasta cuando seguirán esos errores? - Le preguntó con reproche.
_Ese fue el último ¿No me ves? - Se señaló a sí mismo - ¿No era esto lo que querías? Ya no hay lentes ni gomina en el pelo, ni ropa pasada de moda...
_No era eso lo que te pedía que regresara...
_¡¿Entonces que es lo que querías?! - Preguntó irritado.
_¡A mi hermano! - Le gritó Juliette roja de la ira y Henri abrió los ojos de par en par.
El joven se acercó a su hermana rápidamente y la tomó por ambos brazos, obligándola a mirarlo.
_¿De que estas hablado, Juli? ¡Mírame! Yo soy tu hermano, jamás me fui - Henri la miraba preocupado, su voz se había suavizado.
_¿Y donde estuviste todo este tiempo "hermano"? No. ¡Mi hermano me debe una disculpa porque él sabe ver sus errores! Tu eres un idiota que no se arrepiente de haberme hecho sufrir - Soltó la chica entre lagrimas para luego empujarlo y salir corriendo del lugar.
_¡Wow! - Antoine esquivó a su hija para que no le pasara por encima - ¿Qué eran todos esos gritos? - Le preguntó a su hijo.
_Muchas cosas... - Respondió Henri mientras se sentaba en su cama abatido - Y lo peor es que estoy a nada de creer que Juliette está loca... Aún no entiendo sus reproches - Miró a su padre angustiado - Me dice que lo que ella quería devuelta era a su hermano ¿De que habla?
Antoine se sorprendió ante las declaraciones de Henri y luego se volteó a mirar a la puerta, por donde había salido huyendo su hija. Sonrió empático.
_No son locuras, Henri - El hombre se sentó junto a su hijo - Te pidió a su hermano ¡Devuélveselo! - Sonrió.
_¿Tu también? - Lo miró enfadado.
_Analiza sus palabras... ¿Cuáles eran las cosas que hacían feliz a tu hermana cuando estaban juntos?
El rubio miró los ojos de su padre mientras intentaba recordar.
_¿Volar cometas? - Preguntó burlón - No lo sé, a Juliette le encantaba hacer cualquier cosa conmigo...
_¿Que cambió las cosas?
_... Jay - Respondió y Antoine suspiró con pesadez.
_Eres un gran tonto cuando quieres, hijo - Le sonrió su padre pero Henri sabía que de algo se estaba perdiendo.
Once años atrás...
Una niña pequeña lloraba desconsoladamente en el medio del parque, no veía a su familia por ningún lado y comenzaba a desesperarse.
_¿Juli? - Una voz sonó a sus espaldas y ella se volteó esperanzada.
_¡Hermanito! - Corrió hacia los brazos del niño para abrazarlo y este le correspondió a la par que acariciaba su cabello.
_¿Donde estabas? Mamá está con un ataque de nervios - La miró acusador.
_Es que... Es que... Quería ver que había por allá, nunca vamos para ese lado del parque ¡Hay muchos patitos!
_Pero no puedes ir sola - la regañó - La próxima vez avísame y vayamos juntos - Le sonrió.
_¡Si! - Los ojos de la pequeña brillaron.
_Ahora, vamos con papá y mamá, están muy preocupados... - Henri tomó la mano de Juliette y se dirigieron a la salida del parque.
Actualidad...
Juliette se encontraba terminando de guardar sus cosas para ir la casa de Lyla, cuando alguien tocó su puerta. Dudó antes de invitar a pasar, luego de lo que ocurrió con Henri, no tenia ganas de hablar con nadie. Pero finalmente accedió.
_Adelante - Su padre entró a la habitación.
_¿Estás lista? - Preguntó dulce.
_Si - Se giró para sonreírle, sin embargo su estado de animo era evidente.
Antoine se acercó para abrazarla y eso la tomó por sorpresa.
_Sobre lo que ocurrió con tu hermano... Quiero decirte que, hasta esta tarde, no sabía con exactitud cual era tu disgusto... - Le sonrió - Yo estoy de tu parte, aunque como padre siempre apoyé a Henri, reconozco que nunca fui fan de su idea de "pasar desapercibido" pero no tenía idea de lo mucho que te había afectado a ti... Henri no debió perder su actitud contigo también. Supongo que nunca lo noté porque para ese entonces tu y tu mamá ya vivían en Paris. Lo siento, princesa.
_No papá - Le sonrió comprensiva - No me debes ninguna disculpa, esto es entre él y yo... - Juliette abrazó nuevamente a su padre.
El timbre de la casa sonó.
_¡Debe ser Juliette! - Exclamó Lyla y se apresuró para abrir la puerta.
Alex tragó grueso. "Inhala, exhala, no te la comas con la mirada y finge ser solo su amigo, solo su amigo" Se repetía mil veces por segundo.
_¡Hola! Adelante - Su hermana la invitó a pasar.
_Hola, con permiso - Juliette entró en la casa.
_¡Bienvenida, Juliette! Es un placer conocerte por fin - Caroline le ofreció una radiante sonrisa.
_El placer es mío señora... - La mujer la interrumpió.
_Caroline, nada de señora, me haces parecer una anciana - Bromeó la mujer y Alex no pudo evitar voltearse a mirar la escena, su novia sonreía incomoda y no solo eso, se veía algo mas en sus ojos ¿Tristeza? Supo de inmediato que solo él la conocía lo suficiente como para notar eso, ni su madre ni Lyla sospechaban si quiera que no estaba del todo bien.
_Mamá, déjala respirar y que pase por lo menos a la sala de estar... - Intervino el joven y por primera vez en la noche Juliette cruzó su mirada con él.
_¡Perdón! Tienes razón cariño, es que tenía muchas ganas de conocerte Juliette - Explicó la madre.
_Descuide, yo también me alegro de conocerla - Era un hecho, algo le pasaba, Alex sabía perfectamente que su novia era mucho mas extrovertida de lo que demostraba.
_Hola Alex - Lo saludó con una lave sonrisa cómplice.
_Hola Juli - Le devolvió el gesto. Esas dos palabras nunca habían sido tan difíciles de pronunciar, estuvo practicándolas varias veces en su cabeza para que no se le escapara ningún apelativo cariñoso.
Luego de que la castaña saludara a su padre, las chicas subieron a la habitación de Lyla y la tención desapareció, o eso creyó Alex.
_Es un encanto... - Comentó Caroline y su esposo asintió con una sonrisa - Y ¿Se fijaron lo preciosa que es? Claramente le veo cierto parecido con su hermano ¿Tal vez la nariz?
_¡¿Que?! De ninguna manera se parece a su hermano - Intervino Alex enfadado ¿Cómo se le ocurría a su madre hacer semejante comparación? Casi podría vomitar si lo oyera de nuevo.
_Claro que ella es una chica y tiene los rasgos mucho mas delicados pero puedo ver el parecido... Como Lyla lo tiene contigo - Explicó su madre.
_¡Tonterías! - Exclamó el joven - Estás comparando a una rosa con un cardo.
Ante este último comentario, Caroline y Albert soltaron una sonora carcajada.
_Podemos deducir que aprecias mucho a Juliette ¿No es así, hijo? - Preguntó su padre.
_¿Q-Que? - Los ojos del chico se abrieron de par en par "¡Que tonto eres! ¿Por que tenias que entrar en esta conversación?"
_¡Vamos! No nacimos ayer ¿Crees que no te hemos visto corretear de un lado para el otro en esta última hora? - Su madre lo miró enternecida y Alex se sonrojó - Tranquilo, haremos de cuenta que no vimos nada - El joven se levantó del sofá abochornado.
_¡No sé de que hablan! - "¡Maldita sea! Me descubrieron" - Me voy a mi habitación, no estoy de humor para sus conclusiones absurdas - Dijo a la par que se dirigía hacia las escaleras, bajo la mirada socarrona de sus padres.
Mientras subía rumbo a su habitación, vio como Lyla entraba al baño, llevaba una toalla consigo así que probablemente se iba a bañar, era ahora o nunca.
Abrió lentamente la puerta del cuarto de su hermana para no hacer mucho escándalo.
Juliette luchaba con el cierre del vestido, Lyla se había ido a terminar de exfoliar su cara para el maquillaje así que no la podía ayudar.
_Maldita cosa... - Murmuró.
_¿Necesitas ayuda? - La voz de Alex la sobresaltó y se giró hacia él, apretando el vestido contra su pecho.
_¿Que haces aquí? - Lo miró sorprendida.
_Mi radar de damiselas en apuro se activo, supuse que la mas hermosa de ellas necesitaba ayuda con su vestido - Respondió burlón, sonriendo de medio lado y Juliette juró que se iba a derretir en ese preciso instante.
_Ja Ja, muy gracioso, Romeo - Le dijo sarcástica a la par que se volteaba para que Alex le subiera la cremallera del vestido.
Juliette corrió su pelo, ahora con bucles, hacia adelante para darle mas facilidad y el joven se quedó mirado su espalda desnuda que contrastaba tanto con el negro del vestido.
Alex pasó su mano por la tersa piel de su novia y notó como ésta se estremecía bajo la yema de sus dedos.
_¿A-Alex? - La joven lo miró sonrojada mediante el espejo de pie que tenia enfrente y él joven le sonrió dulce para luego comenzar a subir el cierre del vestido - ¿Me vas a contar que pasó ahora con Henri? - La pregunta sorprendió a la chica.
_Lo de siempre... - Respondió.
_¿Que es "lo de siempre"? - Y ante el silencio de Juliette, volvió a hablar - Dijiste que no me ocultarías nada de ti y que responderías cuando yo tuviera la necesidad de preguntar.
_Pero este no es un buen momento... Lyla podría entrar y...
_Si Lyla entra, ya se me ocurrirá alguna escusa. Quiero saberlo, creo que no podré pegar un ojo en toda la noche si no lo sé, si no me lo cuentas ahora, un día me hartaré de verte así y barreré el piso con él...
Juliette suspiró.
_Hubieron ciertas cosas en el pasado que hicieron que Henri tomara la mala decisión de modificar su forma de ser con todo el mundo, por temor... Pero nunca esperé que un día ese cambio fuera tan rotundo hasta el punto que se cerrara por completo a mi, cuando venía de visita ni siquiera me hablaba y cuando lo hacía era esquivo, como sí fuera una desconocida, ya no quedaba rastro físico ni emocional del que fue alguna vez mi hermano y discutimos en el intento de hacerle entender, pero él nunca entendió, decía que era necesario hacer esto... Se le olvidó que yo siempre estuve allí y que lo necesitaba... - Juliette sonrió melancólica - Después de todo, creo que sigo siendo una niña que admira a su hermano y quiere compartir con él, sentir la protección y contención que sólo un hermano puede dar, eso que extraño... Es ridículo ¿No?
Alex terminó se subir el cierre del vestido y besó su hombro antes de mirar ojos de la chica a través del espejo y abrazarla por la espalda.
_No es para nada ridículo - Le sonrió comprensivo - Siento que Lyla se pondría igual si yo la ignorara y abandonara en los peores momentos, no puede vivir si mis helados de consolación - Bromeo e hizo reír a Juliette - Así que hazle saber al idiota de tu hermano que está incumpliendo con su papel, no importa si se tiene que llevar un par de puñetazos por el camino - Alex giró a su novia para que lo mirara a los ojos directamente - Y sobre todo, no dudes en venir a llorar sobre mi hombro las veces que quieras, no te hagas la fuerte conmigo - Finalizó mientras removía una lagrima del rostro de ella.
_Te quiero, Alex - Le confesó antes de envolver sus brazos al rededor de su cuello para besarlo.
_Yo también te quiero, bonita - Le respondió entre besos.
Un sonido sordo sonó en la habitación y la pareja se separó rápidamente.
La mandíbula de Lyla estaba desencajada, no daba crédito a lo que estaba viendo.
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