El Comienzo
_Juliette... - Henri se detuvo en seco a mitad del pasillo, se debatía en si su vista lo engañaba o no. Lyla, Clement y Jasmine se detuvieron anonadados, siguiendo con confusión la mirada azul del rubio.
_¿Henri? - Fue lo primero que pudo pronunciar la joven, cuando se volteó a mirar a la persona que pronunció su nombre.
Los jóvenes se quedaron mirando en silencio, por un instante que fue eterno. Era la primera vez en tres años que se veían, tres años ya.
72 horas antes...
_¡¿Eres tonta?! - Chilló a todo pulmón el chico, el cual estaba totalmente empapado y por su hombro se deslizaba un cubo de hielo.
_¡¿Lo eres tu?! - Chilló aún mas fuerte la castaña - Aún no eres ni la cuarta parte de lo que es una superestrella de verdad ¿y te atreves a tratarme así? Soy tu guitarrista, no tu sirvienta ¡Grábalo en tu cabeza! - Replicaba con sus ojos furiosos en el joven, al cual estaba siendo secado su asistente.
_¡Tocas super mal, mi voz no encaja con el ruido que produces con la guitarra! ¡Si quieres continuar aquí, mínimo sirve para hidratar mi garganta! - Le respondió con voz cínica el joven.
_¡¿Yo?! ¡Tu eres el que desafina! - Furiosa, Juliette le lanzó el mismo vaso cuyo contenido había vaciado minutos atrás en su cabeza. Desafortunadamente o por fortuna, el chico esta vez pudo esquivar el ataque. No contenta con el resultado, Juliette se abalanzó contra él con el posible objetivo de arrancar todos y cada uno de los cabellos que cubrían su cabeza. Sus manos rozaron la cara del joven cuando dos hombres la detuvieron, no eran ni mas ni menos que el resto de la banda.
_¿Que es todo este escándalo? - La manager, una mujer de mediana edad entró de repente en la sala de grabación y se quedó atónita al ver la escena. Abrió y cerró la boca varias veces antes de volver a formular la pregunta anterior. - ¿Qué es todo este escándalo? - Pero esta vez, con semblante enojado.
_Trent está teniendo algunas complicaciones para entonar... - Respondió el sonidista, el cual hasta ese momento se había mantenido al margen de todo.
_Eso no explica porque Trent está mojado - La manager se cruzó de brazos. Todos señalaron a Juliette sin dudarlo un segundo - ¿Algo para comentar, Juliette?
_Él tiene quien le traiga el agua y esa no soy yo - Sentenció la chica.
La manager suspiro fuerte antes de volver a hablar - Esta es la decima vez en lo que va del mes, cada vez se llevan peor...
_La próxima vez aprenderá a reconocer quien soy - La castaña aseguró mientras le dirigía una fría mirada a Trent.
_No habrá una próxima vez - Aseguró la manager - No me puedo arriesgar a que esto pase a mayores... Lo lamento Juliette pero estas despedida.
_¿Que? - Murmuró impactada la susodicha.
_ Pero... ¡Señora! Es una de las mejores, recomendada por el mismísimo Antoine.
_ Lo se, pero es un sacrificio que estoy dispuesta a aceptar. - Sentenció bajo la mirada atónita de los presentes menos la de Trent al cual se le escapaba una que otra risa.
_¿Sabes que? Buena decisión - Contrarrestó Juliette - Si conseguí tocar para este pelele, puedo conseguir algo mucho mejor. Misteria, Crowstorm, Jay, las posibilidades son ilimitadas. - Sonrió arrogante.
_Desearía estar tan segura de como soné... - Se dijo a si misma mientras se arrancaba el auto rumbo a la calle. ¿Qué haría ahora? Ese idiota era una gran oportunidad para expandir sus horizontes y poder vivir de la música, ahora todo eso se había echado a perder gracias a su mal genio ante la arrogancia - JA, ese idiota de Trent... Mi hermano es cien veces mas famoso y alardea cien veces menos... - Su sonrisa se desvaneció en un segundo. Su hermano, Jay... Henri... Hacía años que no lo veía ni hablaba con él y a decir verdad no era como si tuvieran una muy buena relación entre ellos, el divorcio de sus padres y sus temperamentos tan diferentes habían hecho que apenas se soportaran.
Estaba concentrada en el transito cuando su celular sonó, miró hacia el asiento del acompañante, donde se encontraba el objeto. "Mamá" se veía escrito en la pantalla que prendía y apagaba. Juliette decidió no contestar porque: 1) No se atiende cuando se está conduciendo y 2) Si la llamaba su madre era porque probablemente ya se había enterado de las noticias.
¡Su madre la iba a matar! "¿Qué será de mi ahora?" se preguntó. Recomendada por su padre o no, ella había pasado esa audición por su cuenta, había logrado que su madre la dejara faltar a clases esos días por ello ¿para que? ¡para nada! Su madre esperaba mucho de ella y la había decepcionado, estaba claro que ella jamás seria como el genio de su hermano, al cual todo le salía redondo, una estrella pop mundial, excelente violonchelista y un alumno modelo, es decir, todo lo que ella no era. Juliette solo tenía un talento: tocar la guitarra, no importaba si eléctrica o acústica, era lo único en lo que era mejor que Henri y estaba orgullosa.
Pasó exactamente lo que supuso que pasaría. Helene no sabía como reaccionar.
_No pude hacer nada... Ya sabes como soy... - La joven se cruzó de brazos, como si fuera a hacer una rabieta.
_Te habían avisado que esto pasaría si no te comportabas - La rubia daba vueltas por toda la habitación.
_¡Pero es que esta vez fue demasiado lejos! - Se defendió Juliette.
_Me dijeron que estabas dispuesta a pelear a puño limpió con él - Ante la respuesta de su madre, la chica se sentó dramáticamente sobre el sofá sin argumentos - Escucha Juli, yo... - No pudo continuar con su sermón puesto que su celular comenzó a sonar - ¿Diga?... Oh, hola Antoine... - "Oh, no" pensó Juliette - Así que ya lo sabes... - "OH, NO" se volvió a repetir para si misma - ¿Qué? ¿Lo dices enserio? ¿Y Henri que opina?... Ah. De acuerdo, se lo diré - Y finalmente colgó.
_¿Que quería Antoine? - Preguntó curiosa.
_Se enteró de tu altercado... - Respondió con serenidad Helene.
_Ah... ¿Está muy enfadado? - Volvió a interrogar, estas son las cosas que el perfecto y responsable Henri no haría, así que supuso que en comparación esto era todo un escándalo para él.
_Dice que no pudiste haber escogido un mejor momento - Le sonrió su madre.
_Claro, supuse que... ¿Mejor momento has dicho? - Juliette se levantó bruscamente de su lugar, provocando que su madre retrocediera sorprendida.
_Si... El guitarrista que toca para tu hermano tuvo un accidente y no volverá a tocar en un buen tiempo así que estaba como desesperado por encontrar un remplazo para el concierto del próximo viernes, en otras palabras, tus locuras le vinieron bien. A partir de ahora eres la guitarra principal del equipo Jay.
_No, no, no... ¡Eso si que no! - Contestó enfadada.
_Lo siento cariño pero esta vez no estamos pidiendo tu opinión. Esta es una oportunidad única y tu hermano te necesita. Además... - Helene dudó en si continuar.
_Además... - Su hija la incitó a continuar.
_Me llamaron de Londres, tendré que permanecer allí por unos meses y tu tienes que ir a la escuela - Confesó - Por lo tanto, no tienes opción, pasarás este año en la casa de tu padre.
_¿Que? - Juliette se volvió a sentar en el sofá, esta vez mas delicadamente - ¿Te irás?
_Ven aquí bonita... - Helene se sentó junto a su hija y le dio un abrazo - Yo también te extrañaré bebé, sabes que no me iría si no fuera importante.
Todo pasó muy rápido y sin saber como ni cuando, el avión en el que viajaba Juliette estaba aterrizando en la ciudad donde vivían su padre y hermano.
Al final de cuentas, ella era una chica bastante comprensiva con su madre. Era consiente de que era una mujer muy ocupada y pese a todo siempre buscaba tiempo para que estuvieran juntas. Su madre siempre la apoyaba y permanecía junto a ella sin importar la situación. Juliette estaba completamente segura de que si Helene tomaba esta decisión era porque no había otra solución y esto sería lo mejor.
La última vez que vio a su padre fue el año pasado, por navidad. Él había ido a París a verlas. Pese a divorcio, sus padres se llevaban muy bien y eso siempre hizo las cosas mucho mas fáciles para ella y supone que para su hermano también. Aún así, estaba algo nerviosa, un año es bastante tiempo y además estaba en una ciudad que no conocía.
Buscó a su padre con la mirada pero el aeropuerto estaba repleto.
_¡Juli! ¡Juliette! - Su nombre resonó fuerte y la joven buscó con prisa de donde provenía la voz. Finalmente pudo divisar a su padre agitando las manos velozmente para llamar su atención. Juliette se acercó de prisa a él con sus pertenencias. Una vez lo suficientemente cerca, se abrazaron fuertemente.
_¡Antoine! - Exclamó alegre durante el abrazo.
_¡Papá! - Corrigió dándole un suave golpe en la nuca a su hija. Lo cierto era que Juliette nunca tuvo inconvenientes en llamar "Papá" a Antoine, pero para molestarlo ella decidió llamarlo así, tanto que incluso adoptó esa costumbre - ¿Qué tal el viaje? ¿Muy agotador?
_Demasiado, tengo mucho sueño - Le confesó a su padre.
_Entonces mas vale que nos apuremos, tenemos mucho que hacer - Dijo el hombre mientras agarraba las maletas que Juliette había dejado en el piso.
Llegaron a la casa, ésta era muy bonita. Juliette jamás había estado allí por lo cual le llamó mucho la atención el lugar.
_Ven... Te enseñaré la casa y tu habitación - Le dijo su padre, señalando hacia las escaleras.
Le mostró lo obvio, lo básico: donde estaba el baño, el cuarto de él, el cuarto de Henri y finalmente, su propio cuarto.
_Wow, para el poco tiempo que tuviste, este cuarto está muy completo - Le comentó mientras exploraba la habitación con la mirada.
_Eso es porque no la preparé en tres días - Respondió y su hija lo volteó a ver interrogante - Está hecha desde que nos mudamos, siempre tuviste un lugar aquí... - Continuó - Aunque... Está bastante neutro, no sabia cuando vendrías a visitarnos así que opté por pintar las paredes de blanco y adornar con negro y violeta el resto.
Y en efecto, la habitación era justo así. Las paredes eran blancas, los muebles eran blancos y negros, las cortinas eran violetas al igual que el cubre camas. Las estanterías estaban medio vacías pero las pocas cosas que habían también eran de esos tres colores. Sin querer Antoine había acertado, la habitación era perfecta.
_Si no te gusta, puedes cambiar lo que quieras - Dijo el hombre.
_¡No! Está bien así - Respondió de inmediato, girándose hacia él bruscamente a lo que su padre sonrió complacido.
_¡Muy bien! Última parada: La escuela - Anunció energético.
_¿Ya? - Preguntó Juliette alarmada.
_Claro, hace una semana que comenzaron las clases, ya estas retrasada. Arreglé una cita con la directora ayer, me dijo que fuéramos a la hora de la salida y eso va a ser el unos quince minutos así que ¡Andando! - Dijo mientras se dirigía hacia la puerta - Tal vez nos crucemos con Henri allí - Agregó.
Si había algo para lo cual Juliette no estaba preparada era para volver a ver a su hermano. Recordaba esa discusión hace tres años, de la cual no estaba segura de estar del todo orgullosa. Ambos se habían dicho cosas feas y después de todo este tiempo será un reencuentro muy incómodo. Pero Juliette no le dijo nada a su padre, no podía cambiar lo inevitable, tarde o temprano lo vería de nuevo, después de todo, vivirían en la misma casa, así que ella preferiría que fuera temprano, sacarse el peso de encima cuanto antes. Ya tenían dieciocho y diecinueve años, no creía que fueran a arrancarse los ojos de buenas a primeras, no sin una buena escusa al menos.
Luego de un corto trayecto, llegaron al lugar. En efecto era la hora de la salida, poco a poco los estudiantes iban saliendo de la institución. Entraron al lugar, ésta escuela era un poco mas pequeña que a la que asistía en París, pero aún así no estaba nada mal, es más, le parecía un alivio que el lugar tuviera menos alumnos que la anterior.
Llegaron al despacho de la directora para iniciar la inscripción y cuando comenzaron a hablar del tema "Juliette: la guitarrista de Jay" que por motivos especiales tendrá que faltar y no asistirá a las clases de gimnasia, ella decidió que era momento de esperar a Antoine afuera.
_Juliette... - Su nombre resonó en el pasillo y por un momento todo se congeló, ese no podía ser él, de ninguna manera ¿Y el peinado anticuado? ¿Los lentes? ¿La ropa holgada? ¿La postura antisocial y aterradora? ¡¿Que había pasado con ese disfraz de "tonto Henri"?!
Pero finalmente se convenció de que era él.
_¿Henri? - Preguntó, una parte de ella no se lo creía.
Se hizo un silencio que pareció eterno, todos los sonidos parecían secundarios y todas las personas al rededor parecían haber desaparecido. Hacía tres años que no veía esos ojos azules tan parecidos a los de su madre, hacía tres años que no veía a su hermano mayor y parece ser que se había perdido de una gran historia.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro