Capítulo Único.
A L O N E.
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Esta es la historia sobre un chico roto, el cual durante toda su vida fue odiado por todas las personas que pasaban a su alrededor, miradas de rencor se dirigían hacia su persona en cada paso que daba en el pavimento, solían lanzarle lo que tuvieran a su alcance con la intención de solo hacerle daño. Él cada que se sumergía en su soledad empezaba a preguntarse "¿Por qué?"
¿Por qué lo despreciaban?
¿Por qué lo alejaban?
¿Por qué lo miraban como Menos?
¿Por qué le hacían daño?
Tantas preguntas sin respuestas surcaban su mente sin descanso alguno mientras que el dolor se acumulaba en su pecho, dolía, dolía saber que no contaba con nadie en su vida, desde muy corta edad tuvo que apañarselas solo, sin nadie más. Viviendo día a día con el desprecio de las personas a su alrededor, deseaba con fuerza que cada día fuese diferente, sin miradas de odio, sin insultos, sin tener que lastimarlo físicamente, esos eran sus mayores deseos aquellos que escondía en lo más profundo de su ser, deseaba que todo cambiará, que todo el dolor que sentía día tras día fuese desapareciendo.
Deseaba que las lágrimas dejarán de correr por sus ojos.
Deseaba que los cortes de aquellas dagas o kunais dejarán de aparecer en su piel.
Deseaba que su vida fuese normal.
Realmente, ¿Qué había hecho para ganarse el desprecio de todos en aquel lugar? ¿No tener padres? ¿Ser huérfano? ¿Era eso suficiente para que te alejaran, para que te... Odiaran?
Necesitaba respuestas a cada una de esas preguntas pero nunca llegaban, se sentía Perdido, alejado, tan... Solitario.
Muchos lo veían como un chico enérgico, alguien molesto, todos pensaban que él no tendría futuro alguno y que moriría en alguna misión, era comprensible, apenas tenía trece años y muy pocos gennin sobrevivían a esa edad. Lo que no contaban era la soledad que se escondía detrás de aquellos ojos brillosos y esa sonrisa tan risueña que decía a gritos "¡Voy a ser Hokage-ttebayo!" ¿Alguien conocía realmente como se sentía él? ¿Alguien sabía la soledad que se encontraba en aquellas cuatro paredes en ese frío apartamento en el cual vivía desde que tenía uso de razón? La respuesta era no.
Nadie lo conocía.
Nadie era capaz de ver a través de la máscara que el con el pasar de los años fue creando, ¿Valía la pena seguir luchando por un sueño vacío? Quería ser reconocido, eso quería, pero... ¿Valía la pena? Podría abandonar la aldea como había hecho aquel Uchiha por el cual siempre habían luchado por regresar. Si él hubiera huido de la aldea... ¿Lo buscarían con tanta fuerza y esperanzas de traerlo de vuelta como lo hacían con el azabache? ¿Lo harían?
La respuesta seguía siendo no.
¿Quien buscaría a un demonio como él? Nadie, Entonces.. ¿Por que seguía luchando por ser reconocido por esas personas?
Con el pasar de los años logró y perdio muchas cosas, salvó y conoció personas, había conseguido un maestro que lo quería, había logrado salir de esa aldea por tres años y viajar por gran parte del mundo Shinobi, logro hacerse más fuerte, había conseguido ser reconocido como el héroe de Konoha, pero al mismo tiempo perdió a la persona que tanto había admirado, al Sanín de los sapos aquel en tan poco tiempo le había mostrado lo que era ser querido, había encontrado la figura paterna que siempre quiso pero por su propia debilidad lo perdió y aunque derrotó al causante aún seguía sintiendose inútil, aún seguía sin poder traer de vuelta al uchiha. Quizás si valió la pena pelear contra Nagato, porque conoció a su padre, supo que si lo querían, que no lo habían abandonado, pero...
La aldea no lo sabía, no sabían que sus padres querían que lo reconocieran como el salvador de aquel lugar, entonces.. si los aldeanos supieran aquella historia ¿Hubiera pasado por la misma soledad? No lo sabía.
No sabía si su vida hubiera Sido diferente al saber la historia detrás de su nacimiento, con los años el había aprendido que los aldeanos de Konoha solían llegar a ser más hipócritas de lo que aparentaban, sus perjuicios aparecían en sus mentes impidiendoles preguntarse qué historia abría detrás de cada persona que juzgan sin saber, pero, si está persona las salvaba ellos la alaban como si de un dios se tratase... Entonces ¿Cual era la realidad que quería seguir? ¿El Respeto de personas que en cualquier momento podrían darle la espalda? ¿O su propia felicidad alejada de aquellas personas las cuales solo le han ocasionado daño? No lo sabía.
Realmente era masoquista.
—¿Cuál camino... Será el correcto?— se preguntó en voz alta, su mirada se encontraba perdida, vacía, sin ningún tipo de emoción alguna. Cualquiera que lo viese en esa situación pensaría que ese joven frente a ellos no era el rubio de sonrisa risueña, en esos momentos el de ojos azules parecía una persona totalmente diferente a la máscara que solía mostrar frente a los demás.
A sus ahora cortos dieciséis años ya era conocedor de la mayoría de las preguntas que se había hecho en su niñez, pero, también había adquirido nuevas dudas. Dudaba sobre si había hecho lo correcto en seguir en aquel lugar, dudaba sobre la lealtad de esas personas, dudaba de muchas cosas pero de quién más dudaba era de si mismo, dudaba de lo fuerte que era, dudaba de todo su ser, dudaba... Sobre su propia felicidad, de aquella la cual aparentaba en frente de las personas que llama amigos.
Ahí se encontraba en el suelo frío de ese solitario apartamento, el cual se encontraba en oscuridad total como aquella que lo consumía lentamente. Lo había perdido todo, al único que consideró su mejor amigo y rival, a su maestro que más que eso lo veía como un padre, había conocido finalmente a su verdadero padre pero todo había Sido tan efímero dejando un hueco en su corazón, realmente quería verlo de nuevo aunque sabía que eso no sucedería, sus amigos cada vez se alejaban más y más de él.
Había empezado a tener el reconocimiento de las personas de la aldea, pero ese reconocimiento solo era parte de la hipocresía de esas personas que años atrás lo golpeaban sin piedad, ¿Nadie recordaba eso? ¿Nadie recordaba el dolor que le hicieron pasar con su desprecio y golpes?
Le habían hecho daño, física y sentimentalmente durante años, aunque el rubio los haya perdonado al menos esperaba una disculpa de su parte, pero no la obtuvo.
Había cambiado su forma de vestir por un pantalón ninja negro también cambiando su escandalosa chaqueta por una negra con capucha dentro de esta el interior era de un color naranja claro pero mayormente era negro el exterior.
Un suspiro abandonó su cavidad bucal, realmente había cambiado mucho y nadie parecía notarlo, se estaba hundiendo en una oscuridad que el mismo no reconocía.
Con los ánimos por el sueño decidió lavantarse, tomar su chaqueta e irse a caminar por la solitaria aldea puesto que eran aproximadamente las 2 AM, al salir por su puerta sintió la fría brisa chocar por su rostro, sin importarle siguió su camino sin rumbo alguno, solo vagando por el lugar con la mirada perdida.
En unos escasos segundos miro hacia el cielo nocturno lleno de estrellas y la gran luna brillando en el centro, todo se veía en una paz absoluta pero él era otra historia, sentía un remolino de emociones dentro de sí, se le dificultaba un poco la respiración por el nudo que desde hacía horas se había formado en su garganta.
Inconscientemente empezó a cantar una canción muy conocida para el, silbando el tono para luego iniciar con el coro.
(La canción es en inglés pero ahí tienen la traducción)
"Esta es una historia sobre un chico roto
This is a story 'bout a broken boy
Con sus auriculares puestos solo para bloquear el ruido
With his headphones in just to block out the noise
De todos a su alrededor diciéndole el camino a seguir
Of everyone around him telling him the way to go
Entonces camina por el mundo solo
So he walks the world alone
Preguntándome si mejorará
Wondering if it gets better
O si siempre se sentirá vacío para siempre
Or if he's always gonna feel empty forever"
Soltando un pequeño suspiro coloco sus manos en sus bolcillos de su chaqueta, por un segundo vuelve a mirar hacia arriba centrándose de nuevo en la luna, aquella que brillaba sobre la oscuridad no dejando ser consumida por esta, una lágrima tras otra rodaban por sus mejillas, soltando gemidos lastimeros junto sollozos de dolor, soltando todo el dolor que había dentro de el. Esas caminatas nocturnas se hacían cada vez más frecuentes llorando en silencio en cualquier lugar de la aldea.
Esas noches donde se derrumbaba por completo solían suceder cada que la soledad llenaba por completo su ser y a la misma vez ayudaba para poder desahogar aquel dolor que impedía su descanso, ayudaba a calmar su ser aunque sea unas horas.
Para muchos, el era el sol pero nadie sabía que en realidad el era una luna pero no como la que brillaba sobre cualquier cosa sin importar la oscuridad que le rodeaba, el era como una estrella fugaz, iluminando la oscuridad de otros pero perdiéndose a si mismo en su propia oscuridad desapareciendo poco a poco sobre la vista de los demás en el oscuro cielo por el que vuela, pero, por más que la veías brillar y moverse hacia un lado la estrella fugaz solo descendía, nadie era capaz de verla después de que se hundía en la oscuridad.
Eso era lo que lentamente empezaba a suceder con el rubio.
Nadie notaba que se estaba perdiendo a si mismo, cada día y noche que pasaba hundido en su soledad solo lograba que la luz que él irradiaba fuera desapareciendo.
Porque el no era una luz fuerte, no, el solo era una luz artificial la cual el mismo encendía pero que está se apagaba con el pasar del tiempo.
Por más que intentaba ahogar sus sollozos no lograba hacerlo, su vista se veía nublada por las gotas que de aquellos azul cielo brotaban, su corazón se sentía contraído mientras que el nudo en su garganta se hacía cada vez más fuerte con su solo caminar. ¿Cuánto había aguantado él en realidad? ¿Cuando dolor guardaba en su interior? Mucho
Sabía que se estaba perdiendo a si mismo, era conciente de ello, pero también era conciente que no podía permitirse caer, no por sus propios ideales, si no porque sabía que se acercaba una guerra, que había que luchar porque esta era ocasionada para capturarlo. De solo pensar en morir en manos del enemigo y dejar a todos a su Merced lograba que el nudo en su garganta se hiciera cada vez más grande. Las dudas sobre si era necesario luchar por convencía para los demás era buena idea, siempre había cargado con todo lo que ocasionará dolor en otras personas sin preocuparse por su propio bienestar, entonces...
¿Era necesario cargar con el dolor de todos lo que aparecían a su alrededor?
No lo sabía.
Llorar todas las noches fuera de su apartamento, desahogando todo su dolor en una noche para al día siguiente seguir mostrando esa sonrisa que solo escondía el mar de sentimientos negativos que él era se había convertido en su rutina diaria.
Deseaba que todo cambiará, que pudiera dejar de fingir su dolor, pero era conciente de que eso no podía pasar, no podía permitirse mostrarse débil porque por más que nadie más lo supiera el contaba con su orgullo y no quería retroceder en todo lo que había avanzado con tal de ser aceptado por los demás... ¿Cuando se había convertido en eso? En una persona que solo piensa en complacer a las demás, no lo sabía.
Pues el sabía que por más que lo intentará... Él seguirá caminando solo por el mundo.
E N D
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