Temporada de Brujas
Nueva Orleans , Lousiana 5:00pm
La cálida fragancia del pan recién horneado impregnaba el pequeño local. Entre los estantes llenos de hogazas doradas y pastelillos, una joven pelirroja atendía a los clientes con movimientos mecánicos. Su rostro, de unos veinticuatro años, estaba marcado por una melancolía que ni el bullicio del lugar podía disipar.Una campanilla resonó cuando la puerta se abrió. Marina levantó la mirada y vio entrar a una mujer alta, de porte elegante, con una presencia que parecía llenar toda la habitación. Era Freya Mikaelson.
Freya: "Mia... hola de nuevo."
Mia(seca): "No me llames así. Largo."
Freya suspiró, acercándose con cautela, como si se aproximara a un animal herido.
Freya: "Entiendo que estés molesta... No pudimos hacer nada para salvarlo."
Mia(apretando los dientes): "No es eso... Me molesta que, cuando finalmente logramos tener un poco de paz, algo o alguien lo arruina. Davina... Ese maldito hechizo que usó para atraparlo en su cuerpo, todo para complacer a Kol. ¿Por qué ellos merecen ser felices y yo no puedo serlo con Finn?"
La voz de Mia se quebró al mencionar su nombre. Freya dio un paso más, tratando de alcanzar su mirada.
Freya: "Si algo he aprendido con los años, es que el perdón llega con el tiempo. Podemos... ¿hacer las paces?"
Marina se quedó inmóvil por un momento, sus ojos verdes clavados en los de Freya. Luego, dejó escapar una risa amarga.
Mia: "Claro... Lo siento... ¡QUE NO SEAS LO SUFICIENTEMENTE PODEROSA PARA HABERLO SALVADO!"
Antes de que Freya pudiera reaccionar, Mia se movió con una rapidez inhumana. Sus manos se clavaron en el pecho de Freya, que solo pudo soltar un jadeo ahogado al sentir cómo algo vital le era arrancado.
En cuestión de segundos, Mia sostuvo en su mano un corazón brillante, carmesí, que latía débilmente, mientras Freya, inexplicablemente, seguía en pie, tambaleándose y mirándola con horror.
Mia(susurrando): "No vas a morir... Pero desearás poder hacerlo."
Freya intentó moverse, pero su cuerpo no respondía. La sonrisa de Marina se torció en algo oscuro, peligroso.
Mia: "Ahora tengo tu corazón. Por lo tanto, te controlo, Freya. Es hora de que los que me hirieron paguen por lo que me hicieron. Y tú... tú me ayudará
La panadería, un silencio pesado inunda el lugar tras el ataque de Marina.]
Freya se tambaleó, mirando a Mia con incredulidad, mientras intentaba comprender lo imposible. Su corazón, brillante y palpitante, seguía en la mano de la bruja pelirroja, pero su cuerpo continuaba vivo.
Freya (jadeando): "¿C-Como... es esto posible? ¿C-Cómo sigo viva sin mi corazón?"
Mia(con una sonrisa irónica): "Magia, querida. Parece que vivir más de mil años no te ha hecho más inteligente."
Freya intentó levantar una mano, murmurando un hechizo para atacar, pero Mia reaccionó antes. Sus dedos apretaron el corazón, y Freya se congeló en el acto. Un escalofrío recorrió su cuerpo mientras sentía el peso de la magia que ahora la subyugaba.
Mia(murmurando al corazón): "El valor del corazón... su esencia... es poderoso. Tu vida está en mis manos, literalmente. Ahora te controlo, puedo obligarte a decir lo que yo quiera, y, por si fuera poco, también puedo ver a través de ti."
Freya, incapaz de moverse, logró apenas susurrar, con lágrimas de impotencia en sus ojos.
Freya: "¿Por qué? ¿Cómo es que cambiaste tanto?"
Mia dejó escapar una carcajada amarga, sus ojos brillando con un destello oscuro.
Mia: "¿Quieres saber cómo?"
Hizo una pausa, jugueteando con el corazón entre sus dedos antes de continuar, su voz cargada de desprecio y dolor.
Mia: "Después de que Finn sucumbiera a la mordida de Lucien, Elijah me llamó para explicarme todo. Me contó cómo Davina, en su infinita arrogancia, atrapó el alma de Finn en un cuerpo mortal... todo para complacer a Kol. Estaba devastada, claro. Salí corriendo para calmarme, y en mi desesperación, tomé mi bicicleta. Pedaleé sin rumbo hasta que, por evitar un autobús, me desvié, rodé por una colina y perdí el conocimiento. Una hora más tarde, cuando desperté... lo recordé todo."
Freya la miró con confusión, y Miase inclinó hacia ella, susurrando como si compartiera un secreto íntimo.
Mia : "Tuve una revelación. Una vida pasada, Freya. Aprendí cómo intercambiar el alma de un vivo por el alma de un muerto. Volví a casa, revisé mis mensajes, y ahí estaba: iban a cremar a Finn. Fui, claro, y me despedí de él como una buena amante, para que nadie sospechara. Pero en realidad... cambié las cenizas de la urna por una mezcla de harina quemada y cacao alcalino."
Freya jadeó, horrorizada por lo que escuchaba.
Mia (con una sonrisa torcida): "¿Mi plan? Es simple: usar un nexus vorti y la magia ancestral para traer a Finn de vuelta. Pero para que funcione... Davina tiene que morir. Y cuando eso suceda, Kol sufrirá tanto como yo sufrí. Por culpa de su amada, ahora él también pagará el precio."
Freya luchó por controlar su respiración, pero la fuerza de Mia era abrumadora.
Freya (débilmente): "Estás... consumida por el odio."
Mia (riendo amargamente): "Oh, querida, no es odio. Es justicia."
un silencio de 10 segundos en la cafeteria
Mia (con tono desafiante, inclinándose hacia Freya):
"Vamos, chica. Sabemos que quieres vengarte por lo que esa mocosa le hizo a tu hermano. A tu primer amigo. ¿O acaso todas esas palabras sobre querer a tu familia unida fueron solo mentiras?"
Freya trató de apartar la mirada, pero el control de Marina era absoluto.
Mia (sonriendo con malicia):
"Bueno, tengo una propuesta para ti. Sé que descubriste cómo derrotar a Lucien. ¿No es cierto? Usar el mismo poder ancestral que los Ancestros emplearon para convertirlo en ese vampiro mejorado. Y, ¿quién tiene más conexión con los Ancestros que nadie? Exacto... Davina Claire. Esa pequeña mascota de los muertos."
Freya entrecerró los ojos, pero Mia no le dio oportunidad de replicar.
Mia: "Gracias a que los Ancestros obligaron a Kol a matarla, ahora ella no es más que un receptáculo. Todo lo que queda es tomar su poder y su alma... para nuestros planes.Piénsalo, Freya. Podrías darle a tus hermanos la victoria que necesitan para acabar con Lucien. Lo sé, él es guapo, y te aseguro que besa bien..."¿Admito que el tipo es guapo? Sí. ¿Admito que besa increíble y que me acosté con él por despecho y tristeza? También. ¿Disfruté cada segundo de eso? Por supuesto."
Dejó escapar una risa maliciosa antes de continuar:
Mia: "Pero ese no es el punto. El punto es que, con tu ayuda, terminaremos con esta profecía absurda sobre la caída de los Mikaelson. Tus hermanos saldrán victoriosos, y yo... yo traeré de vuelta a Finn, mi hombre, mi todo. Todo esto tiene sentido, ¿no crees?"
Freya la miró fijamente, intentando procesar cada palabra, mientras Mia, con el corazón de Freya aún brillando en su mano, esperaba su respuesta con una sonrisa satisfecha.
Mia (con una sonrisa burlona): "Así que dime, Mikaelson... ¿qué opinas? ¿Es un plan completamente sensato, verdad?"
Freya respiró profundamente, intentando contener la mezcla de emociones que la invadían: indignación, miedo, y un ápice de culpa.
Freya (con voz firme, aunque temblorosa): "Es un plan... desesperado. Pero viniendo de alguien que ha perdido tanto, no me sorprende. Mia, Finn te amaba. No te habría querido así, consumida por la venganza y el odio. ¿De verdad crees que traerlo de vuelta de esta manera te devolverá lo que perdiste?"
Mia(arqueando una ceja): "¿Eso crees? ¿Que estoy consumida? No, Freya. Estoy iluminada. Finalmente entiendo lo que significa ser fuerte. Finn no era solo mi amor; era mi razón. Y si traerlo de vuelta significa ensuciarme las manos, entonces que así sea."
Freya apretó los dientes, luchando contra la presión invisible que Miaejercía sobre su cuerpo y, más directamente, sobre su corazón.
Freya: "Y Davina... ¿de verdad crees que destruirla traerá algo más que más sufrimiento? Kol jamás te lo perdonará."
Mia (riendo suavemente): "¿Kol? ¿El eterno niño malcriado? ¿El que ha tenido todo lo que quería sin levantar un dedo? Si piensa que puede salirse con la suya después de lo que le permitió a Davina hacer, está muy equivocado. De todas formas, ¿qué es un poco de sufrimiento para los Mikaelson? Es su moneda de cambio favorita, ¿no crees?"
Freya intentó hablar, pero Mia levantó su mano, sosteniendo su corazón con más fuerza, interrumpiendo.
Mia: "No intentes sermonear, Freya. Este plan no es negociable. Finn regresará, y los que me lastimaron pagarán. Lo único que importa ahora es: ¿estás conmigo o en mi contra?"
Freya la miró fijamente, su mente trabajando frenéticamente para encontrar una salida, mientras Marina esperaba, disfrutando de la tensión y sabiendo que, al menos en este momento, tenía el control absoluto
.Mia(sonriendo mientras juguetea con el corazón de Freya): "Bueno, no es que tengas opción de rechazarlo, ¿verdad? Tengo tu corazón... y te obligaré a hacer lo que quiero."
Freya intentó moverse, pero el poder de Miala mantenía en su lugar como si fuera una marioneta, mientras esta continuaba hablando con una confianza aplastante.
Mia: "Primero, convenceremos a Elijah, el eterno defensor de su 'hedionda' familia. Seguro que él verá el 'honor' en este plan, ¿no crees? Aunque, claro, no sabrá toda la verdad. Solo la versión que necesito que escuche."
Mia se inclinó un poco más cerca, sus ojos brillando con malicia.
Mia: "Y lo mejor, Freya, lo realmente hermoso de todo esto, es que cuando termine y decida devolverte tu corazón... no recordarás nada de lo que hiciste. No sentirás culpa alguna por traicionar a Kol, ni por lo que hagamos con Davina. Todo lo hiciste, después de todo, por tu familia."
Freya sintió un escalofrío recorrer su cuerpo.
Freya (susurrando): "Mia... no puedes... esto es..."
Mia (interrumpiendo): "¿Cruel? ¿Inhumano? ¿Ir demasiado lejos? Por supuesto que lo es, pero así es como juegas cuando estás en el tablero de los Mikaelson. ¿Sabes qué es lo mejor de todo esto? Lo harás creyendo que protegías a Hope, tu preciosa sobrinita, el futuro de tu linaje."
Mia apretó suavemente el corazón en su mano, lo suficiente para que Freya sintiera una punzada de dolor.
Mia: "Así que, querida, prepárate. Vas a ser mi pieza más valiosa en este tablero. ¿Y sabes qué? Ni siquiera vas a odiarte por ello cuando todo haya terminado."
Freya la miró, sus ojos llenos de impotencia y un destello de rabia contenida, mientras Marina giraba sobre sus talones con una sonrisa triunfal
Boston, Nueva York
Frente a la puerta 407, Regina Mills, conocida como la Reina Malvada, se encuentra inquieta. A su lado están Emma Swan, la Salvadora, y Lilith, hija de Maléfica y amiga de Emma de su tiempo en hogares temporales. Ambas mujeres, ahora en sus 30 años, comparten miradas expectantes mientras Regina golpea la puerta con firmeza.La puerta se abre, revelando a un hombre alto, atlético, de ojos azules y mandíbula definida: Robin de Locksley, conocido como Robin Hood. Su expresión mezcla sorpresa y emoción al verla.
Robin (sorprendido): "¿Regina? ¿Qué haces aquí?"
Regina (con suavidad): "Te extrañaba."
Robin (sonriendo, mientras la abraza): "Yo también te extrañé. ¿Qué sucede? ¿Por qué estás aquí?"
Regina (con seriedad): "Te lo explicaré todo... pero primero dime, ¿dónde está Marian?"
Robin: "Hmm... salió a comprar algo para la cena."
Regina (susurrando): "Bien, aún hay tiempo."
Las tres mujeres entran en el apartamento. Lilith se apoya contra una pared, cruzando los brazos, mientras Emma observa en silencio, dejando que Regina tome la delantera.
Regina (urgente): "Robin, debemos irnos antes de que vuelva. Marian no es quien dice ser. En realidad, es Zelena."
Robin (confundido): "¿La Bruja del Oeste? Pero... todos sabemos que está muerta."
Regina: "De algún modo, nos engañó. Viajó en el tiempo, Robin. Volvió para asesinar a Marian e intercambiar lugares con ella... todo para vengarse de mí."
Robin (sacudiendo la cabeza): "No... eso no puede ser."
En ese momento, la puerta se abre. Marian entra, cargando bolsas de compras, con una expresión de molestia al ver a Regina. Deja las bolsas sobre la mesa y se acerca a Robin, colocando una mano protectora en su brazo.
Marian (mirando a Regina con desdén): "¿Qué está pasando aquí? ¿Y qué hace ella aquí?"
Regina (con firmeza): "Se acabó, Zelena. Todos sabemos la verdad."
Marian (frunciendo el ceño): "¿De qué verdad hablas? ¿Y quién es Zelena?
Robin: (con preocupación) Regina, estás asustando a Marian.
Regina: (con furia contenida) Muy bien. ¿Dónde está la magia? Usaste algo para que este disfraz funcionara. ¡Muéstrate! ¡O vas a sufrir como nunca has sufrido antes! (alzando la voz con amenaza).
Robin: (gritando) ¡Regina, basta! Escucha, sé que todo esto es difícil, pero esta es nuestra realidad ahora. ¡Estoy con ella, con Marian!
Marian: (con un tono gélido) Bueno... en realidad, no exactamente.
En un movimiento inesperado, sacó un collar con un pequeño frasco que contenía un trébol brillante. Al sostenerlo, su voz cambió, y su forma comenzó a desvanecerse. Frente a ellos ya no estaba Marian, sino una mujer de piel blanca, cabello pelirrojo y ojos azules: Zelena, la Bruja del Oeste.
Robin (retrocediendo, atónito): "No... no puede ser..."
Desde el fondo de la habitación, Lilith observó la transformación con incredulidad.
Lilith (susurrando a Emma): "¿Qué? qué fue eso?"
Emma (sin apartar la mirada de Zelena): "Eso fue magia."
Zelena (sonriendo con satisfacción): "Hola, querido esposo."
El impacto de la revelación dejó a Robin paralizado, incapaz de procesar lo que acababa de suceder. El aire en la habitación era espeso, cargado de emociones encontradas: traición, sorpresa, y una ira contenida.
Regina (urgente, tratando de mantener la compostura): "Vamos, tenemos que sacarlos a ti y a Roland de aquí."
Ella miró fijamente a Robin, quien permanecía inmóvil, con la mirada perdida.
Regina (alzando la voz): "¡Robin! Ve por Roland y vámonos ya."
Zelena (cruzando los brazos, con una sonrisa maliciosa): "Yo creo que quiere quedarse."
Regina (volteándose hacia Robin, su voz quebrándose): "Robin... ven conmigo. Ya lo sabes todo. Por favor, podemos arreglar esto... juntos."
Pero Robin no se movió. Sus labios temblaron, y sus ojos se llenaron de culpa.
Robin (titubeante): "N-no puedo... no puedo abandonarla."
Regina (en shock): "¿Qué?"
Zelena (dando un paso al frente, con una expresión triunfante): "¿Se lo dices tú o se lo digo yo?"
Regina (mirando a Robin, con los ojos encendidos de furia y confusión): "¿Qué cosa? ¿Qué me estás ocultando?"
Robin (bajando la mirada): "Está... está embarazada."
Un silencio mortal cayó sobre la habitación. Regina retrocedió un paso, como si acabara de recibir un golpe físico. Su mente corría tratando de procesar esas palabras, mientras Zelena observaba la escena con evidente satisfacción.
Zelena (burlona): "Oh, querida hermana, ¿no es encantador? Tu ex amante y yo estamos formando una familia. ¿Quién lo hubiera imaginado, eh?"
Regina (mirando a Robin, con los ojos llenos de lágrimas): "Dime que esto no es cierto. ¡Dime que esto es otro de sus trucos!"
Robin (susurrando, casi inaudible): "Es verdad... lo siento, Regina."
Regina (al borde del llanto, pero con una rabia creciente): "¿Lo sientes? ¿Eso es todo lo que tienes que decir? Después de todo lo que hemos pasado..."
Zelena (interrumpiendo, con un tono teatral): "Oh, no seas tan dramática, Regina. Vamos, seamos realistas. Él es un hombre bueno, y yo soy... irresistible."
Emma (finalmente interviniendo, con un tono serio): "Zelena, ya basta."
Zelena (riendo): "¿Basta? Apenas estamos comenzando, querida."
Regina apretó los puños, tratando de controlar la tormenta de emociones que la consumía. Dio un paso hacia Zelena, su voz fría como el hielo.
Regina: "Disfruta este momento mientras puedas, Zelena. Porque cuando termine contigo, ni siquiera las fuerzas del tiempo podrán salvarte."
Zelena (arqueando una ceja, con una sonrisa burlona): "Oh, hermana, siempre tan dramática. Bueno, me encantaría quedarme y charlar más, pero tengo cosas que hacer. Un bebé que preparar y un marido que conquistar, ya sabes."
Ya cómodamente sentada en el sillón del apartamento, con una taza de té en las manos. Cruzó las piernas con una elegancia calculada, disfrutando del impacto que sus palabras causarían.
Zelena (con una sonrisa maliciosa): "Esto les gustará aún más... Robin, deberías sentirte orgulloso. Ser padre por tercera vez es todo un logro."
El silencio que siguió fue absoluto. Robin quedó completamente congelado, incapaz de procesar lo que acababa de oír.
Robin (confundido, balbuceando): "¿Tercera vez? ¿De qué estás hablando?"
Zelena tomó un sorbo de té antes de responder, disfrutando cada segundo de la incomodidad en el aire.
Zelena (con una sonrisa de superioridad): "Oh, querido, fue mucho antes de que te casaras con Marian. Digamos que me hiciste una pequeña visita en Oz... y, bueno, sin darte cuenta, pum, bebé milagroso."
Las palabras de Zelena cayeron como una bomba en la habitación. Robin dio un paso hacia atrás, completamente aturdido. Regina, que estaba luchando por controlar su furia, la miró con incredulidad.
Robin (titubeando): "No... eso no puede ser. Estás mintiendo."
Zelena (riendo suavemente): "Oh, Robin, ¿de verdad crees que inventaría algo tan delicioso? Una hermosa pelirroja con el carácter de su padre y la mente brillante de su madre... mi dulce mia. O, como la conocían en su mundo, la Bruja Cruel del Este."
La mención de ese nombre hizo que Regina diera un paso hacia adelante, con los ojos llenos de incredulidad.
Regina: "¿La Bruja Cruel del Este? ¿Qué clase de juego estás jugando, Zelena?"
Zelena (encogiéndose de hombros, con falsa inocencia): "Oh, querida, no es un juego. Y, por si tienes dudas, no, no le cayó una casa encima, como en esa ridícula mala interpretación de 1939."
Emma (arqueando una ceja): "¿Está diciendo que esa historia es real? ¿Oz y todo eso?"
Zelena (con una sonrisa burlona): "Oh, querida salvadora, hay más verdad en los cuentos de hadas de lo que crees. Pero lo mejor de todo es esto: tengo la teoría de que Mia fue atrapada en la primera maldición de Regina, la que trajo a todos a Storybrooke. Aunque, claro, cuando llegué después del segundo hechizo y les borré las memorias a todos... bueno, no pude encontrarla."
Robin (recuperando un poco la voz, en un susurro): "¿Entonces... ella está aquí? ¿En este mundo?"
Zelena (asintiendo, complacida): "Así es. Y va siendo hora de que la conozcas. Oh, y Regina..."
Se inclinó hacia adelante, deleitándose con la sorpresa y el desconcierto en el rostro de su hermana menor
Zelena (con un tono de falsa dulzura): "Te dará felicidad saber que tienes una sobrina. Cuando se fue de nuestro mundo, estaba en sus veintitantos. Y si piensas que yo estoy demente... bueno, ella es mucho peor. No podría estar más orgullosa de mi pequeña Mia ."
El nombre quedó flotando en el aire como una amenaza. Regina apretó los puños, luchando por contener la explosión de emociones que se agitaba en su interior.
Zelena (mirando a Robin con burla): "Deberías agradecerme, Robin. Te hice olvidar ese pequeño desliz de infidelidad que tuviste con moi mientras estabas comprometido con Marian. Todo por el bien de tu conciencia, claro."
Regina (furiosa, dando un paso hacia Zelena): "¡Ya basta, Zelena! ¿Qué más planeas hacer? ¿Destruir lo poco que queda?"
Zelena (levantándose lentamente, con una sonrisa venenosa): "Oh, querida hermana, esto no es destrucción... es el comienzo de algo mucho más grande. Marina está aquí, y pronto, todos conocerán lo que significa ser mi hija."
Con un movimiento teatral, Zelena dejó la taza de té en la mesa y desapareció mientras se dirige a su habtiacion dejando a todos sumidos en el caos emocional que había desatado
Tres semanas después.
La noche era espesa en Louisiana, y la brisa cargaba el aroma húmedo del pantano. En una bodega oculta a las afueras de la ciudad, Mia se encontraba junto a los ataúdes de los Mikaelson. Klaus, Rebekah , Elijah y Kol descansaban inconscientes, sus cuerpos atrapados bajo el influjo de su magia. La bruja pelirroja caminaba con calma alrededor de ellos, disfrutando del momento, como una reina admirando sus trofeos.
Pov Mia
Todo salió como lo planeé. Freya, bajo mi control, hizo su parte: convenció a Elijah de robar el poder de Davina para acabar con el guapo de Lucien. Aunque, claro, eso iba en contra de los deseos de Klaus, que siempre encuentra alguna excusa para proteger a Kol. Pero, ¿qué importaba? Lucien murió, Elijah, con su arrogancia intacta, terminó asesinando a Marcel... sin darse cuenta de que él había tomado el suero del vampiro mejorado.
¿El resultado? Una tormenta que los Mikaelson jamás vieron venir. Marcel les dio una paliza tan brutal que dejó agonizando a Elijah y Kol. Klaus, en su infinita gloria, terminó castigado como se merecía, atrapado bajo el hechizo de la daga de Papa Tunde, condenado a sentir un dolor interminable incluso mientras duerme.
Freya, con su corazón devuelto y creyéndose la heroína de su familia, intentó salvarlos. Ató las vidas de sus hermanos restantes a la de Klaus en un intento desesperado de mantenerlos con vida, aunque eso significara condenarlos a un sueño profundo. Los Mikaelson que quedaban... simplemente se desvanecieron en la oscuridad.
¿Y Hayley? Ah, sí, la loba fiel. Está a punto de salir de la ciudad con Hope y los ataúdes a cuestas, huyendo como una ladrona en la noche, mientras Marcel proclama su victoria y echa a los Mikaelson de Nueva Orleans.
¿Y yo? Sip, conseguí lo que quería. Finn está de vuelta. Mi amado regresó a la vida gracias al sacrificio de Davina. Pero no solo eso: su gen de bruja fue extraído y transferido a Finn. Ahora, él es algo completamente único: un híbrido de vampiro que puede practicar magia. Klaus ya no será el único "especial" de su familia.
Por ahora, Finn sigue dormido. No podía arriesgarme a despertarlo todavía; tenía que encargarme de algunos detalles menores.
Mia (riendo para sí misma): "Todo salió según el plan. Los Mikaelson están rotos, Klaus ha caído, y mi Finn... mi Finn está de vuelta, más poderoso que nunca. Ahora, el tablero está completamente a mi favor."
Flashback
Enfrentarme a Marcel fue más fácil de lo que pensaba. Sabía exactamente cómo jugar mis cartas. Apelé a su odio hacia Klaus y su deseo de control. Le ofrecí algo que no pudo rechazar: sacar a Klaus de la ecuación, llevarlo a un lugar donde no pudiera hacer nada, donde no representara un peligro ni para él ni para Nueva Orleans.
El lugar en cuestión... El Bosque Encantado. Mi verdadero hogar, el lugar de donde realmente provengo. Un lugar que Klaus no conoce y jamás podría entender. Cuando mencioné la idea, Marcel dudó al principio, pero la promesa de librarse de Klaus definitivamente fue demasiado tentadora para dejarla pasar.
Mia (sonriendo): "Te doy mi palabra, Marcel. Allí estará completamente aislado. Sin forma de regresar, sin amenaza para nadie. Solo el gran Klaus Mikaelson... perdido en un mundo que no puede controlar."
Marcel aceptó. El trato estaba hecho. Klaus sería mi prisionero, aunque él nunca lo sabría.
Pero mi trabajo no termina ahí. Ahora, solo me queda un paso más: robar los ataúdes de Elijah, Kol y Rebekah de Hayley. Pobrecita, piensa que está a salvo, que está protegiendo a su preciosa familia. Pero no hay lugar donde pueda esconderse de mí.
Mia (pensando): "Es una pena que Hope crezca sin su padre, pero siendo honesta... Klaus no habría sido capaz de protegerla de todo al final. El fracaso está en su naturaleza, y yo solo le estoy ahorrando el sufrimiento."
La idea me hace sonreír mientras me preparo para mi próximo movimiento. Todo está cayendo en su lugar. Los Mikaelson están más débiles que nunca, y yo tengo el control
regresando a la actualidad
En su cuello, un collar brillaba con un tenue resplandor verde: una habichuela mágica, pequeña pero poderosa, que prometía abrir un camino a un lugar que cambiaría todo.
Mia (murmurando para sí misma, mientras acaricia el collar): "Aquí no me eres útil... pero hay un lugar donde sí. Storybrooke... la ciudad de los cuentos de hadas."
Hizo una pausa, mirando los ataúdes, como si se dirigiera a los cuerpos inertes de los vampiros originales.
Mia (sonriendo con frialdad): "Oh, sabrán lo que significa molestarme. Cuentos de hadas, brujas, héroes... no importa. En Storybrooke todos conocerán el significado de la verdadera crueldad. Mi crueldad."
Se inclinó sobre el ataúd de Klaus, observándolo con una mezcla de desprecio y satisfacción.
Marina: "Y tú, el rey autoproclamado, ¿qué harás cuando despiertes y descubras que tu reino no es más que un sueño? Cuando te encuentres en un mundo donde no eres más que un monstruo entre cuentos de hadas. Vamos a ver cómo sobrevives sin tu preciada familia para sostenerte."
Con un movimiento decidido, Mia cerró el collar alrededor de su cuello y dejó que la magia de la habichuela hiciera su trabajo. Frente a ella, un portal comenzó a abrirse, girando como un remolino verde y dorado que iluminó la bodega con una luz irreal.
Mia (mirando el portal): "Es hora de cambiar las reglas del juego. Que comiencen las historias nuevas... y que terminen las viejas."
Con un gesto de su mano, los ataúdes flotaron tras ella, sumergiéndose en el portal mientras Mia daba un paso al frente, atravesándolo sin mirar atrás. Louisiana quedó atrás en un susurro de viento, y el portal se cerró, llevando consigo a la bruja y a los vampiros originales hacia el mundo de Storybrooke.
En la distancia, un búho ululó, como si anunciara la llegada de algo oscuro e imparable.
FIn
Hola se que esto parece rapido porque lo es, ya queria estrenar esto y salir...bueno nos vemos luego, hare capitulos mas cortos para darles mas
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