La lluvia era muy mala.

Otro día lluvioso en Holmes Chapel.

Estaba bajo el techo de la escuela, junto con otros doscientos estudiantes. Era la hora de la salida, pero todos estaban agrupados bajo lo seco, esperando a que la casi tormenta bajase de intensidad.

Moría por ir a casa y dormir un poco, pero su monumental auto estaba en el estacionamiento, el mismo donde se encuentran los coches de los otros estudiantes.

Solo algunos valientes (ridículos) corrían bajo la intensa lluvia por todo el campus hasta llegar a sus carros, pero la gente normal decidían esperar.

Louis suspiró.

──¿Están lloviendo perros y gatos verdad? ──preguntó una aterciopelada voz. Se quedó estático, quieto, pensando en las probabilidades de que su mente le estaba haciendo una mala jugada. Una mano suave tocó su hombro──. ¿Louis?

Sonrió, al menos no se estaba volviendo loco. Giró para encararlo. Estaba tan guapo como siempre, con su suéter azul y su pantalón de mezclilla informal. Sus ojos verdes, tan grandes y hermosos como el amanecer, estaban clavados en él. Su boca estaba formando una media sonrisa, torcida.

──H-Harry... ──tartamudeó.

Louis no pudo ser más obvio acerca de su pequeño, o quizás grande, enamoramiento con Harry. Se recriminó en su consciencia, dándose un golpecito mentalmente.

──Louis ──sonrió. Pasó su mano por sus desordenados cabellos color chocolate, perfectos como todo él──. ¿Vaya clima, no?

──S-sí ──tartamudeó de nuevo. Al parecer simplemente Louis no podía formar una oración coherente cuando estaba cerca del rizado. Las manos empezaron a sudarle.

Sintió un empujón. Lauren y Paul se abrieron paso entre la multitud (Louis terminó siendo parte de la multitud), y se posesionaron en medio del campus. Corrieron por la lluvia y pararon en seco, tomaron sus caras y se besaron ferozmente. Las manos de Lauren bajaban por todo el cuerpo de Paul y este tenía una mano debajo de la camisa empapada de Lauren.

Si bajaran la intensidad del beso, dejaran de manosearse y se guardaran sus lenguas para ellos y no se las mostraran al público, sería romántico.

Un beso bajo la lluvia.

Suspiró de nuevo.

──Eso fue... ──comenzó Harry mirando a Lauren y a Paul.

──... asqueroso ──terminó Louis por él. Harry rió, con una exquisita risa.

──Iba a decir intenso, pero tu palabra describe mejor la situación ──volvió a reír y Louis se unió a su risa.

Después se quedaron en silencio. Los dos volteando a la nada, viendo la lluvia caer.

──Louis, yo... ¿puedo preguntarte algo? ──parecía nervioso.

Asintió sin dejar de ver como la casi tormenta quería pasar de nivel a una gran tormenta.

──Alguna vez has... ¿besado bajo la lluvia?

El castaño dejó de respirar, su aliento se atascó en su garganta. Sintió como la sangre abandonaba su cuerpo para centrarse en sus mejillas. También dejó de parpadear. Bueno, en realidad se quedó más quieto que una estatua; se giró robóticamente hasta encararlo y ver que estaba sonrojado como él.

──Yo... no... ──miró al piso. Esto definitivamente es lo más vergonzoso que le pudo haber pasado.

A continuación, la cálida mano de Harry tomó la de Louis y entrelazó sus dedos. El aire se atascó en su garganta de nuevo y de pronto se vio caminando hacia la lluvia.

El agua golpeaba ferozmente su rostro, empapándolo por completo. Pero con la mano de Harry sosteniendo la suya, bien podrían estar caminando sobre piedras calientes y para Louis sería el mismo paraíso.

Se paró en medio del campus y soltó su mano, para llevarlo a la cintura de Louis. Se pegó a él, pecho con pecho.

Y la vista estaba endemoniadamente bien; Harry estaba totalmente empapado, tanto como él, pero el rizado parecía recién sacado de un comercial. Su ropa se pegaba a él, dejándole ver y sentir sus músculos.

──H-Harry... ──dijo al sentir como aproximaba su rostro al suyo.

──Shh... ──susurró y sintió como su cálido aliento golpeó su cara. Cerró los ojos y aspiró profundamente, queriéndose llenar de él. Olía a menta, delicioso. Louis sonrió y cuando abrió los ojos notó que él lo miraba intensamente. Se acerco más y cerró los ojos. Lo imitó, esperando que pasara lo que tuviera que pasar.

Y entonces... Harry paró en seco. Se quedó a menos de un milímetro de él, quieto. Sus narices se tocaban y sus respiraciones se mezclaban, pero nadie se movía, nadie hacía nada.

"Te toca a ti" una voz en su interior le gritó, supuso que su sentido común.

Louis se paró de puntitas, ignorando la lluvia golpeando, su pelo escurriendo, su posible aspecto de rata mojada, su ropa empapada y el violento viento que soplaba y pegó sus labios a los suyos.

Suaves, magníficos, exquisitos, perfectos.

Fue mágico. Como sus labios y los de Harry encajaban perfectamente, como si hubieran estado hechos para que se besaran entre ellos. Harry movió sus labios contra los de Louis y este hizo lo mismo, sintiendo como lo apretaba un poco más de una manera cariñosa contra él. Entreabrió los labios y compartió su oxigeno. Louis se sobresaltó un poco, y Harry en respuesta sonrió contra el ojiazul.

Louis comprendió que sus brazos caían flácidos hacia los costados. Rodó los ojos para sí mismo y con delicadeza movió sus manos hacia el cuello de Harry, donde las depositó. Inconscientemente, su pie se elevó un poco.

Una de las manos de Harry abandonó su cintura y se dirigió a su cuello. Buscó a tientas una de sus manos y cuando la encontró, la bajó de su cuello y entrelazó sus dedos con los de Louis.

Y de pronto, Louis sintió su lengua acariciar su labio inferior. Por tercera vez en el día, el aire se atascó en su garganta. Se quedó quieto, paralizado. Pero no por disgusto, no, claro que no, si estaba prácticamente en el cielo, si no porque no sabía qué hacer. Harry malinterpretó su rigidez y comenzó a separarse de él.

Louis susurró un «no» y con su mano en su cuello lo atrajo a él de nuevo. Harry sonrió contra Louis. El castaño imitó su último movimiento; pasó su lengua tímidamente por su suave labio inferior. Abrió su boca y su lengua entró en ella. Pero entonces Louis se dio cuenta que no sabía qué hacer, otra vez. Sin embargo, Harry lo entendió y con su lengua buscó la de él, empezando un baile único, un baile dulce, tierno y perfecto.

Sin embargo, debían parar por el maldito aire, ¿por qué era necesario respirar?

Louis se separó jadeando y bajó su brazo de su cuello, solamente para envolver su torso y abrazarlo. Puso la mejilla contra su corazón y escuchó sus latidos. Estuvieron así hasta que sus respiraciones se regularizaron.

Sonrió.

Lo besó. Besó a Harry Styles. Su amor platónico desde tercero de primaria.

No fue un asqueroso beso como el de sus amigos. No, fue dulce, apasionado, pero dulce, tierno y simplemente perfecto.

──Paró de llover... ──susurró Harry.

Louis se movió un poco, solo lo suficiente para poder ver el cielo. Y efectivamente, ya no llovía, pero eso no era todo, si no que también el cielo estaba despejado y había sol.

──Vamos, necesitamos volver ──dijo Harry y quitó la mano de su cintura. Caminaron en silencio, aún tomados de la mano, hasta el estacionamiento, donde todos los estudiantes estaban. No podía parar de sonreír.

Llegaron al monumental auto de Louis y cuando alzó la vista para despedirse, vio que Harry estaba muy cerca. Peligrosamente cerca. Mirándolo a los ojos fijamente. Se sonrojó. Tomó su otra mano y la entrelazó con sus dedos.

──Louis, yo... ──dijo mirando sus manos ──Tengo que decirte que──cerró los ojos y tomó una gran respiración──me gustas, me gustas mucho -alzó la vista y miró a esos ojos azules. ──Me gustas desde que éramos unos niños. Estoy enamorado de ti, y te quiero como a nadie...

Todas las mariposas del mundo se agruparon en el estómago de Louis, sonriendo como idiota. Su amor platónico le estaba confesando que estaba enamorado de él. Eso le hizo sonreír más.

──... Y quiero hacerte una pregunta ──susurró──. ¿Quieres... quieres comenzar a intentar esto?

Si es por que fuera físicamente imposible, Louis ya se abría derretido. Las piernas le estaban fallando, y sentía su cuerpo como gelatina. Quiso hablarle, quiso decirle que sí, y que él también lo quería, pero no encontraba su voz.

Harry malinterpretó su silencio y miró al piso, con expresión triste. Louis soltó una de sus manos de su agarre y levantó su barbilla para que lo mirara. No sabía de dónde sacó el valor, pero se acercó y le dio un dulce beso en los labios.

──Te quiero, Harry ──susurró Louis cuando se separó, tenían pegadas sus frentes-. Y sí, claro que quiero.

El rizado esbozó una sonrisa y se acercó a darle un abrazo.

──Te quiero ──susurró en su oído. ──Te quiero tanto, Louis.

Cuando se separó, Harry miró directamente a sus ojos azules y después acercó sus labios a los suyos, fundiéndose ambos en un beso más intenso y bonito que pudieron experimentar.

Después de todo, la lluvia no era tan mala.