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La razón por la cual Hoseok salió corriendo del lugar, fue porque al ver a su hyung así de enfadado por él y al oír claramente cómo decía que a pesar de que nunca se confesaría, no dejaría que otro se le acercara; le estaba dado falsas esperanzas pero al mismo tiempo lo confundía.

«¿Por qué si me quiere no le gusta que lo bese y esté cerca de él?»
«¿Por qué no me dice claramente lo que siente?»
«¿Por qué es tan complicado amar a Min Yoongi?» —era lo que se preguntaba mientras sollozaba dentro de uno de los cubículos del baño.

—Oye, ¿estás bien? —una voz que nunca había oído interrumpió su llanto, haciéndolo secar sus lágrimas rápidamente y sorber su nariz.

—Es... Estoy bien —musitó, pero no convenció al chico que estaba del otro lado.

—No tengas miedo, ¿vale? ¿Alguien te estaba molestando? ¿Estás herido? —insistió, Hoseok no quería que siguiera haciéndole preguntas, así que decidió abrir la puerta para que viera que estaba bien, encontrándose con un pelinegro alto y muy apuesto.

—Estoy bien, y nadie me está molestando —aclaró, observando cómo el mayor asentía—. Solo quería alejarme de todo y llorar, pero no estoy herido.

—Oh, vale. Solo me quería asegurar —este se acercó al lavabo para lavar sus manos y después aplicarse ligeramente un labial en sus abultados labios. Hoseok miraba con atención cada movimiento del chico en silencio, observando con más detalles cada una de sus facciones a través del espejo—. Aunque podrías disimular un poco, ¿sabes?

—¿Eh? —musitó, confundido. Este se giró hacia él con una sonrisa, apoyando su espalda baja en el mármol blanco del lavabo.

—Sé que causo una gran impresión en las personas cuando me ven, pero ya tengo novio, dulzura —se acercó para desordenar su cabello con diversión—. Aunque creo que podría adoptarte, luces adorable.

—Ah... No te miraba de esa manera, siento que me hayas malentendido —inclinó levemente su cuerpo en su dirección para disculparse—. Además, ya me gusta alguien. Por favor no te lo tomes a mal.

El chico no pudo evitar reír durante unos segundos, desconcertando al pelirrojo.

—No seas tan serio, ¿quieres? Me haces sentir viejo —llevó ambas manos a sus bolsillos, posicionándose frente a él—. Llámame hyung, a puesto que soy unos dos años mayor que tú, así que no seas tan formal, relájate. A partir de ahora serás mi protegido —demandó, pero Hoseok seguía confundido; apenas se conocían y ya creaba tanta confianza entre ellos, no estaba acostumbrado a eso.

—Pero... nos acabamos de conocer, hyung. Ni siquiera sé su nombre —en ese instante, el chico cayó en cuenta de que no se había presentado adecuadamente, así que estiró su mano hacia él para empezar de nuevo.

—Culpa mía. Me llamo Kim Seokjin, pero todos me dicen Jin. Y te aviso de antemano que soy muy popular y que no adopto a cualquiera —añadió, con aires de superioridad y un toque de diversión, Hoseok asintió lentamente y tomó su mano.

—Es un gusto, Jin hyung. Mi nombre es Jung Hoseok, soy de primer año y soy nuevo aquí —dijo con una pequeña sonrisa; realmente no conocía muy bien a ese chico, pero por alguna razón, creía que podría ser su nuevo amigo.

—Bien, ahora que nos presentamos, será mejor que volvamos a nuestras aulas, las clases comenzarán pronto  —mencionó, alertándolo de que podría llegar tarde en su primer día—. Yo te iré a buscar a la hora de almuerzo, ¿vale, cariño?

El chico dejó un pequeño beso en la coronilla de su cabeza, como solía hacer su madre todas las mañanas, y luego se despidió con una sonrisa, dejándolo estático en su lugar.

—¿Qué fue eso? —musitó, rozando la zona que tocó, sintiéndose muy extraño. Sacudió un poco su cuerpo, alejando todo mal pensamiento o sensación y se apresuró para ir a tiempo a su primera clase.

Obviamente ser el chico nuevo era difícil para él, y mucho más ahora que no tenía ánimos para socializar ni a Yoongi para estar con él. Pero en cada clase, en cada pasillo y a cada segundo, podía sentir múltiples miradas sobre él, tanto de chicas como de chicos. Pensaba que era por su cabello rojizo que resaltaba entre la multitud, así que lo dejaba pasar.

Como había prometido, Jin pasó a la hora del almuerzo a buscarlo para darle un recorrido por la cafetería, y de paso, para presentarle a su novio.

—Vamos, Hobi. Él me dijo que nos esperaría en el patio —mencionó brevemente, mientras lo guiaba hasta el lugar agarrando su brazo.

—Está bien, hyung —no podía responder otra cosa, ya que estaba prácticamente arrastrándolo.

Al llegar a un espacio bajo un gran árbol, alejado de la multitud, encontraron una manta de cuadros en el suelo con diversos platos de postres y frutas; que eran los favoritos de Jin. Del árbol colgaban pequeñas fotografías de ambos, que reflejaban años de una bonita y algo caótica relación. Él estaba impactado ante lo que veía, preguntándose el motivo de la sorpresa que le había preparado su romántico novio. Sin embargo, al verlo salir con un ramo de flores de atrás del árbol, se dio cuenta de que había olvidado una fecha muy importante.

—Feliz aniversario, amor.... —dijo con una amplia sonrisa, pero su expresión cambió cuando su vista se posó en Hoseok, sorprendido—. ¿Hobi? ¿Qué haces aquí?

—Yo también quisiera preguntar lo mismo, Nam hyung. ¿Acaso eres el novio de Jin? —interrogó con asombro, observando cómo sus mejillas se sonrojaban levemente al asentir.

—¿Ustedes se conocen? —preguntó Jin, tratando de desviar la atención del hecho de que había olvidado su propio aniversario.

—Solíamos ser vecinos, pero luego nos mudamos de ciudad. Ahora que Hoseok entró en esta universidad nos volvimos a encontrar, aunque no fue de la mejor manera —explicó brevemente para ponerlo al tanto—. ¿Has visto a Yoongi después de lo que pasó?

Le preguntó al pelirrojo, este negó con la cabeza en respuesta; había intentado por todos los medios no encontrarse con Yoongi, así que no sabía absolutamente nada de él.

—Ya veo. Y tú.. —esta vez, se dirigió a su novio, acercándosele a paso lento con el ceño levemente fruncido; había notado algo de confusión en su rostro y eso solo significaba una cosa—. Lo olvidaste otra vez, ¿cierto?

—Ah.... ¿Cómo crees, amor? —trató de endulzarlo con caricias en sus mejillas —. Si hasta adopté a un niño para nosotros.

Mencionó con una sonrisa divertida, refiriéndose a Hoseok. Namjoon suspiró sonoramente, alejándose de él, sintiéndose dolido por ser el único que recordaba las fechas importantes y el único que tomaba en serio su relación.

—¿Por qué siempre eres así? Llevamos tres años juntos y nunca cambias, Jin. ¿Acaso piensas que no me duele ser el único al que le preocupa nuestra relación? —dijo conforme se le comprimía el pecho, estaba cansado de esforzarse por mantener vivo su amor mientras que a Jin solo le importaba la intimidad y que lo consintieran de vez en cuando.

Aunque también le gustara esa parte de la relación, no quería que todo se centrara en eso.

—Amor, hablemos de esto más tarde, ¿si? —dijo tratando de calmarlo, volviéndose a acercar—. Hoseok aún está aquí, en casa te doy tu regalo, ¿vale? No te enfades conmigo, Nam.

Lo intentó convencer, dejándole un leve beso sobre los labios, pero este se mantenía con el semblante serio.

—Ah... creo que será mejor que me vaya —intervino Hoseok, despidiéndose con una reverencia—. Nos vemos luego.

—No, espera, ¡Hobi! —quería seguirlo pero Namjoon lo detuvo.

—¿En serio te irás? ¿No te importa en lo absoluto lo que estoy diciendo?

—Por favor, Nam, no actúes de esta manera aquí. Sabes que no tengo buena memoria y que tú eres el que siempre lo recuerda todo. Prometo  compensarte pero, ¿no puedes esperar a que estemos solos para hablar de esto? —el contrario no creía lo que escuchaba, siempre sintió que Jin no lo valoraba lo suficiente, que en él recaían las consecuencias de salir con un chico que no se preocupaba literalmente por nada.

Sin embargo, quería seguir creyendo que solo necesitaba tiempo para cambiar, para apreciarlo; diciéndose internamente que exageraba ante los descuidos de Jin. Pero cada vez que algo así sucedía, se daba cuenta de que eso nunca pasaría.

—Bien, entonces quédate solo. De cualquier manera nunca me prestas atención ni te importa lo que siento —lanzó el ramo de flores al suelo y se dio la vuelta para marcharse, sintiendo unas inmensas ganas de llorar.

—Nam, ¡Nam, no te vayas! —este lo ignoró, alejándose más y más—. ¡Maldita sea!

Expresó con frustración, pateando sin darse cuenta el ramo en el suelo, y de este sobresalió un sobre morado que contenía una carta y un par de anillos de oro con sus nombres grabados.

Para mi Jinnie:

Amor, sé que hemos pasado por muchas cosas y que casi siempre peleamos por asuntos insignificantes. Pero quiero que sepas, que hoy se cumplen los tres años más felices de mi vida. Disfruto cada día y cada noche a tu lado, adoro verte ser alguien sin preocupaciones y muchas veces un narcisista sin sentimientos, pero eso no disminuye lo que siento por ti, aunque hay veces que realmente no te entiendo. Sé que no soy lo suficientemente bueno y no puedo darte todo lo que te mereces, pero me esfuerzo para mantener nuestra relación a flote y hacerte el hombre más feliz del mundo, porque así es como me siento cuando estoy contigo. Estoy consciente de que no te gusta lo cursi que soy en muchas ocasiones ni que te exija un poco más de atención, pero mi boca solo formula lo que he estado sintiendo por ti desde la primera vez que te ví. Así que espero que permanezcamos juntos por muchos años, por eso compré estos anillos, para jurarte una vez más, que te amaré hasta que un día ya no me vuelva a levantar.

Las lágrimas corrían por las mejillas de Jin y los sollozos no paraban de surgir. En ese momento, su pecho le comenzó a doler demasiado, como si cada palabra que leía fueran un recordatorio de lo imbécil que fue con él. Si bien él tomaba las cosas a la ligera todo el tiempo porque estaba seguro de que siempre lo tendría ahí, cerca de él, sin importale su comportamiento. Ya que, aunque no solía demostrarlo, Namjoon era lo único que realmente le importaba. Pero no sabía que lo estaba lastimando tanto al no demostrárselo.

—Nam... de verdad lo siento...

Mientras Hoseok daba un paseo por los alrededores de la escuela, encontrándose con paisajes agradables de los alrededores de la institución, de repente alguien lo tomó del brazo y lo llevó a la parte trasera del la cafetería. El pelirrojo trató de zafarse de aquel agarre, pero al notar que quien sostenía su mano era Yoongi, no puso mucha resistencia.

—Ya detente, hyung —dijo a su espalda, ya cansado de caminar, provocando que su andar cesara—. Si quieres decir algo, dilo. Aún no he comido nada y tengo que volver para mi siguiente clase.

Apenas terminó de hablar, el pelinegro lo acorraló contra una las paredes del lugar desierto, colocando ambas manos a cada lado de su cabeza, mirándolo fijamente, como si quisiera decirle todo lo que guardaba a través de sus ojos.

—¿Yoonie...?

—¿Por qué huiste de mi? —preguntó en un suave susurro, que reflejaba algo de dolor—. ¿Sabes lo preocupado que estaba por ti? Te estuve buscando por todas partes, Hoseok.

—Tú fuiste el que pidió que me alejara —recordó, tratando de mantenerse lo más serio posible—. ¿Acaso no debería darte espacio?

—¿¡De verdad crees que eso me gusta!? —gritó, exaltando al pelirrojo y acortando más su distancia—. ¿Crees que puedo soportar ver a otro chico tocarte con libertad? No puedo permitir que lo hagan, Seok.

—Entonces, ¿¡qué quieres que haga yo!? —le preguntó alzando la voz, enfrentándose a él con los ojos cristalizados—. Hoy me dijiste que tomara distancia de tí, que dejara de actuar impulsivamente porque no querías que nos malinterpretaran. Sin embargo, ahora, dices que no te gusta que me aleje. ¿¡Podrías decirme claramente qué es lo que quie...!?

Sus palabras se quedaron en el aire cuando Yoongi se inclinó para apoderarse de sus labios al llevar la mano hasta su mentón, acercándolo. Hoseok no estaba seguro de qué hacer; a parte de tener sentimientos encontrados, los besos que había experimentado con su hyung eran con el simple roce de sus labios, pero este era nuevo, más íntimo e intenso. Al sentir como el mayor lo profundizaba cada vez más, mientras su mano rodeaba su cintura con posesividad y sus corazones latían con la misma fuerza, intentó seguirle el ritmo imitando sus movimientos con torpeza.

Nunca pensó que llegaría a sentirse tan feliz y a la vez tan perdido entre los brazos de Yoongi. Tenía el ligero presentimiento de que ese beso era la demostración de que el amor que sentía por él, no era de solo amigos, sino que sentía algo más íntimo y profundo: un amor de pareja. Pero simplemente no quería admitirlo.

Yoongi se apartó primero para que ambos tomaran algo de aire; pero no dejó en libertad su cintura y tampoco detuvo la acción de acariciar su mejilla.

—Si pudiera decirte todo lo que siento, créeme que lo haría —susurró con algo de agitación en su voz, notando el ligero brillo en los ojos del pelirrojo. Yoongi dirigió la mirada nuevamente a sus labios y rozó el inferior con su pulgar, viendo como estaba levemente inchado y aún más suave—. Pero no tengo permitido quererte como más que un amigo, no puedo hacerte daño y tampoco quiero que me alejen de ti.

—¿De-De qué estás hablando, Yoonie? ¿Quién te prohibió quererme? ¿Por eso es que quieres que me aleje? —interrogó con desesperación, pero Yoongi no respondió, sino que lo abrazó con fuerza.

—Por favor, no me preguntes, de verdad no puedo responder —dijo contra su cuello—. Solo quiero que te quedes conmigo. No me importa si no puedo volver a tocarte, pero por favor no me abandones...

Hoseok no tenía idea de cómo Yoongi sufría en silencio por algo o alguien que le prohibía acercarse a él. Pero en ese instante, se propuso a averiguar quién se estaba interponiendo en su felicidad.

¡gracias por leer!

✨💋 Muakis para ustedes 💋✨

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