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17. Vacaciones

Capítulo 17

Desde ese día no hemos hablado. Pasaron 5 meses de aquello. Con Bambam hemos hablado más seguido. Tom me dejo de lado desde que esta con su nueva novia. Y con respecto a Jungkook, bueno, estuvo involucrado en varios rumores este tiempo. "Maknae de BTS en un bar". "¿Relación de Jungkook, un contrato?". "Jungkook visto con su novia en un parque de diversiones". "La novia de Jungkook, ¿una mentirosa? + Opinión del maknae". Y muchos más.

Aunque casi todos eran ciertos.

–¡Alen!–Mi madre abrió la puerta de mi habitación y me observo.–¿Tienes tus maletas listas?–Pregunta emocionada. Yo asiento sin ganas.–Ya nos vamos, así que baja.–Luego se retira. Recojo mi maleta del suelo y salgo de mi habitación.

Mi madre planeó unas vacaciones hacia otro país. Y si, era nada más y nada menos de Corea del Sur. Nos iríamos por una semana todos juntos a Seúl. Genial, ¿no? Bravo... A mi madre le había encantado Seúl, pero como solo fuimos por dos días, esta vez decidió que nos iríamos por una semana completa a Corea para poder visitar más detalladamente Seúl y sus alrededores.

Ahora estábamos en el aeropuerto esperando a que llamaran a nuestro vuelo. Poco después se escuchó la misteriosa mujer del altavoz anunciando nuestro vuelo.

Mostramos nuestros pasaportes y pasajes para luego caminar hasta llegar a las escaleras del avión. La azafata nos guío a nuestros asientos para luego alejarse.

Estas vacaciones no me emocionaban demasiado. A decir verdad, pensaba tirarme del avión y no volver. Suspiré cuando este empezó a despegar.

Aquí vamos, Corea.

——-*——-

Ahora nos encontrábamos en el aeropuerto de Incheon. Salimos del aeropuerto y al igual que la última vez, había gente por todos lados. Tuvimos que tomar un bus y de allí ir a Seúl.

El viaje parecía ser eterno, así que decidí dormir por un rato. Luego de unas horas, desperté porque mi hermana menor me estaba moviendo para despertar y bajar del bus. Desorientada, le hago caso a su orden y bajo del bus.

Caminamos por unas calles con nuestras maletas para ir al hotel en que mamá hizo una reservación hace unos días. Miro a mi alrededor y veo un montón de letreros y luces con nombres de restaurantes tal vez, y tiendas. Era temprano y vi algunos estudiantes con uniformes por las calles. Me sentía más desorientada que la última vez al escuchar otro idioma y no saber lo que dicen.

Me siento estúpida.

Luego de caminar unas calles, llegamos al hotel cerca del centro de la ciudad. Mi padre abre la puerta y los cuatro caminamos hasta el mesón en la recepción, en donde una mujer asiática nos recibe con una sonrisa.

Mi madre no tenía demasiados conocimientos en el inglés, a pesar que ha vivido casi 10 años en USA, su cabeza  no le da para poder aprender otro idioma, por lo que solo trabajaba con números. Tuve que ser la traductora de ambas mujeres para poder conseguir el número de las habitaciones.

El botones se ofrece a llevar nuestro equipaje por lo que aceptamos, pero yo no. Ya tenía mucho con empujar un carrito con 6 pesadas maletas, no agregaría una más así que la lleve en la mano. Tampoco era tan pesada. Llegamos al piso 9 y bajamos. La habitación 102 la compartiría con mi hermana y en la otra estarían mis padres. Ambas entramos a nuestra habitación luego de que el botones se fuera y nos tiramos en la cama.

Mi plan era dormir y quedar inconsciente por toda esta semana, pero mis padres arruinaron mis planes al entrar al dormitorio.

–¡Bien!–Mi padre alza la voz llamando nuestra atención. Moría de sueño.–No desperdiciaremos ningún día aquí, así que vamos, levántense. Iremos a recorrer.–Finaliza con una sonrisa observándonos.

Yo no me muevo mientras sigo con mi rostro pegado a la almohada. Siento los pasos de mi mamá acercarse y me tira de la pierna izquierda, atrayéndome hacia ella. Mis manos automáticamente se dirigen al respaldo de la cama y me agarro a ella fuertemente.

–¡Ya! Alen, iremos quieras o no.–Mi padre se molestó.

–Estoy cansada, fue un largo viaje y estoy mareada por haber estado a gran altura.–Estaba cansada, pero no tanto para no salir a recorrer, y no estaba mareada.

–Mentirosa, vamos.–Mi madre me suelta las piernas y se acomoda la ropa. Todos salen de la habitación y suspiro.

Me levanto de la cama y guardo mi celular en mi bolsillo junto con algo de dinero. Estoy segura de que querré algo y ellos no me lo comprarán. Me pongo un gorro y salgo del dormitorio. Luego de salir del hotel, caminamos por las calles sin saber a dónde ir, admirando el hermoso lugar en donde nos encontramos.

Mi madre había averiguado sobre Seúl y quería ir al Río Han que estaba allí mismo, por lo que luego de caminar un buen rato, llegamos y caminamos lentamente a un lado del gran Río. Siento mi teléfono vibrar en mi bolsillo, por lo que lo saco y veo que es una llamada de Bambam.

–¿Hola?–Pregunto. Mis padres seguían caminando junto a mi hermana más adelante, sin darse cuenta de que faltaba.

–¡Alen! ¿Por qué no me dijiste que estabas en Seúl?–Su voz se escucha enojada, aunque sé que está sonriendo.

–¿Cómo lo sabes?–Pregunto riendo.

–Date la vuelta.–Se que sonríe.

–Si me doy la vuelta y no estas te golpeo.–Sonrío. Me iba a dar la vuelta pero me arrepiento y sigo hacia adelante. –Sé que no estas, no juegues conmigo.–Me río. Escucho su risa y luego corta. Miro el teléfono con el ceño fruncido.–Pesado.–Lo voy a guardar cuando unos brazos me rodean desde atrás. Doy un pequeño salto.

–La idea era que giraras, me miraras y corrieras hacia mí para abrazarme. –La voz del tailandés se escucha en mi oído. Sonrío y me doy la vuelta. Este se separa y me mira sonriente. Traía puesta una chaqueta, un gorro y lentes de sol, a pesar de que hacía algo de frío.

–No, niño mono.–Le doy un golpe con mis dedos en la frente y este cambia su sonrisa por una mueca de dolor.

–Oye... –Se queja mientras se soba la frente.

–Lo siento.–Digo riendo. Este sonríe y me abraza otra vez.

–Hola Alen.–Saluda mientras su cabeza está apoyada en mi hombro.

–Hola Kunpi... algo.–Digo graciosamente aceptando su abrazo y este ríe. Se separa de mí y me pongo a su lado mientras me doy la vuelta.

–¿Y qué haces aquí en Seúl?–Pregunta mientras pone sus manos en la chaqueta y yo en mi abrigo.

–Vacaciones familiares, pero al parecer me olvidaron.–Con mi cabeza hago una seña hacia mi familia que está riendo más adelante.

–Entonces te raptaré y te llevaré a comer.–Dice decidido y yo río. Me doy cuenta de que mi hermana menor gira y me mira. Sonríe y la mía desaparece.

–Tendrá que ser después, nos vemos niño mono.–Le doy un pequeño beso en la mejilla y me acerco lo más rápido que puedo a mi familia, impidiendo que mi hermana le diga a mi madre lo que vio. Esa mujer me haría preguntas hasta que muera.

Seguimos caminando y de vez en cuando me doy vuelta para observar al chico con cara de bebe, quien todavía sigue tras nosotros. De vez en cuando paramos para tomarnos fotos y todo ese tipo de cosas. Le pido a mi mamá si puedo ir a comprar algo para comer, por lo que me deja ir con tal de que vuelva rápido.

Subo unos pequeños escalones cuando siento que toman mi muñeca. Me doy la vuelta y veo que es Bambam.

–Deberías tomarte una foto conmigo también. –Sonríe y hace un gesto tierno a lo que me río. Asiento y él feliz saca su teléfono, poniendo la cámara frontal y poniéndola frente a nosotros. Me acerco a él en puntas y él se agacha un poco.

El problema de las que medimos menos de 1.60cm.

Toma la foto con el fondo del Río Han a nuestras espaldas.

–La subiré a Instagram.–Dice con una sonrisa mientras teclea algo en su teléfono.

–Ahora me toca a mí.–Me quejo y también tomo una foto de nosotros, esta vez haciendo caras tiernas.

Reímos y cruzamos la calle para ir al negocio de al frente. Con su ayuda –otra vez–, compro algunas galletas y dos botellas de bebida. Le doy una a él y uno de los paquetes de galleta para que coma.

–Gracias, pero yo debí comprar.–Dice mientras abre el paquete de galletas.

–Descuida–respondo–, ¿es tu día libre?–Pregunto cuando estamos fuera de la tienda. Robo una de sus galletas y me la como.

–¡Oye!–Protesta–Eras mías, y sí, tenemos hoy y mañana libres.–Responde mientras cruzamos la calle.

–Yo las compré–Le saco la lengua.– Y genial.–Le robo otra galleta.–Ahora me voy antes de que me coma toda tu comida. Mis padres deben estar esperando. Ahora ve a hacer otra cosa productiva, cara de bebe.–Me despido de él con una seña de manos y me alejo mientras él sonríe. Llego hasta dónde está mi familia y estos estas tomando fotografías.

–Tengan. –Les tiendo los paquetes con galletas y ellos la reciben. Luego seguimos nuestro camino y finalmente vamos a comer a un restaurante. Luego de terminar seguimos recorriendo y volvemos al hotel pasadas las 12 de la noche.

Sostengo mi teléfono que esta frente a mí. Entro a Instagram y veo la foto que Bambam posteó antes. Le doy me gusta y veo los comentarios, preguntando quien era, por qué estaba con él y comentarios de odio y otros comentarios bonitos. Usaba mi fan-account ya que mi cuenta personal no la habría demasiado.

Luego de ver un rato Instagram me aburrí, por lo que abrí mis otras redes sociales. En Facebook estaba lo mismo de siempre. Estados diciendo lo feliz que eran, estados suicidas, fotos tristes, videos graciosos y demás. Pero vi algo que me llamó la atención, era otro rumor de la misma página de siempre.

"Jungkook de BTS llora a mitad de concierto". ¿Qué?

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