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10. Kunpi... ¿Qué?

Capitulo 10

-¡Oye! ¡Espera! -El tailandés gritó, llamando la atención de ambos adolescentes besándose a unos cuantos metros de distancia.

Los ojos de Jungkook transmitían sorpresa y angustia al momento en que lo observé. Le doy la espalda y comienzo a correr lo más rápido que puedo, alejándome de ellos. Escucho y siento como ellos corren detrás de mí para alcanzarme, aunque me niego a parar.

-¡Espera! -Me niego a voltear para que vea mis ojos cristalizados. Me niego a que me vea destruida. Le había tomado cariño a Jungkook, y si tenía novia pudo habérmelo dicho, ¿no? Tonta y mil veces tonta.

Llego a una plaza, grande y llena de árboles. Me detengo un segundo para saber a dónde dirigirme, pero solo eso bastó para sentir como alguien me tomaba del brazo y me daba vuelta.

-¿Qué pasa? -Me alivio al saber que es el "chico de las drogas" que me haya encontrado. Su voz detonaba preocupación al igual que sus ojos. Tal vez nunca habrá visto a una chica en ese estado o no lo sé.

-Quiero irme...-Murmuro con la voz rota. Tomo su brazo y lo alejo de allí cuando noté el rostro de Jungkook sobresalir entre los demás. Mis dedos secan mis lágrimas mientras sigo corriendo con el tailandés pisándome los talones.

Era muy bueno para ser real.

Obviamente tendría que tener novia. Es guapo, inteligente y sabe cantar y bailar. ¿Quién no lo invitaría a salir? Y si son chicas hermosas, obviamente él aceptaría. Me siento feliz de haberlo visto, aunque no puedo gozar de la felicidad al haberlo visto en esa situación. Yo me engañé a mí misma pensando que el "te quiero" que me había dicho, era real. Solo me ve como una amiga, eso es todo.

Estúpida, idiota e ingenua es lo que soy.

Creo que si fuera lo suficientemente valiente, hubiera ido y lo hubiese golpeado en el rostro. Pero...soy una cobarde. Una completa cobarde.

Luego de algunos minutos, caminamos por una calle que está cerca del hostal en el que me estoy hospedando. El camino era silencioso y notaba como él quería hablarme, pues abría y cerraba su boca muchas veces. Tal vez pensaba en que puede decirme.

-Si quieres, puedes contarme lo que te pasa. -Se saca sus lentes, permitiéndome ver sus ojos castaños. Miro hacia mis zapatillas, todas sucias, y abro la boca para hablar.

-No te quiero molestar. -Mis lágrimas ya habían parado y, a pesar de que el nudo seguía allí, pude hablar con claridad. -Lamento haberte traído hasta aquí. Perdón por gastar tu tiempo en esto, de seguro debías hacer otras cosas. -Me disculpo por todo. Noto como su rostro forma una sonrisa ladina.

-Descuida, no es nada... -Su sonrisa se borra y su cabeza se agacha para encontrar mi mirada.-¿Puedes... contarme? -Pregunta inseguro, tal vez temiendo mi reacción.

-De verdad no es algo...Oye, tú tienes que decirme tu nombre-Lo observo con una sonrisa y trato de evadir el tema.

-Bien, no me lo digas. -Sabía lo que tramaba, aunque de todas formas sonríe. -Pero mi nombre es muy difícil de pronunciar. -Bufa como un niño y yo río.

-No creo que sea tan difícil de pronunciar.-Alargo la palabra 'tan' mientras sonrío. -Dímelo, por favor. -Pongo mi mejor cara de cachorrito.

-Kunpimuk Bhuwaku.-Responde, dándose por vencido.

-Kum...¿Qué?-Pregunto mientras me río por aquel extraño nombre. Él ríe mientras se tapa el rostro con una de sus manos para después bajarla.

-Solo dime Bambam. -Y menciona otro nombre más raro.

-Kunpi suena mejor que Bambam. Porque si me dicen "Bambam", pensaré en alguna barra de chocolate. -Me encojo de hombros y él ríe para después asentir.

-¿Y cuál es tu nombre?-Pregunta mientras me mira.

-Mejor compremos algo, tengo hambre. -Esquivo su pregunta y cruzo la calle para entrar a un negocio. La puerta emite un sonido al momento en que entro y segundos después escucho el sonido otra vez.

-No camines tan rápido. -Bufa mientras mira la tienda.

-Tú caminas muy lento. -Saco una bebida del pequeño refrigerador que está a un lado de la puerta y unas galletas de un estante.

-¿Algo más?-Para mi sorpresa, la mujer de más edad que esta frente a mi habla en inglés. Niego mientras le sonrío y ella me la devuelve con amabilidad. Me dice lo que debo pagar y yo le doy un billete, pues no tengo ni la más remota idea de cuánto debo pagar.

-Dame. -Bambam me quita el dinero que tengo en la mano junto con el billete que deje en la mesa y él termina pagando. Luego nos vamos de la tienda mientras yo tengo las cosas en mis manos.

-Gracias y ten. -Le agradezco mientras le entrego la botella de bebida. Él se niega pero lo obligo a tomarla, hasta que cede. Ese momento me recordó a Tom, en la dulcería.

¡Tom!

Abro mis ojos al recordar al chico. No le había avisado que vendría a Corea. Lo peor es que justo no estoy cuando él está pasando por una mala situación. Soy una terrible amiga. Muy mala amiga.

-¿Qué ocurre?-Pregunta el tailandés con una sonrisa. Saco mi teléfono y llamo a Tom, la llamada internacional era demasiado cara.

-¡¿Por qué no me dijiste que te ibas?!-La voz de Tom sonaba extremadamente enojada y fuerte, por lo que tuve que alejar el teléfono de mi oído por unos segundos hasta que dejara de maldecirme por ser la peor amiga del mundo.

-Ya, ya lo siento Tom.-Me disculpo mirando hacia el suelo bajo la atenta mirada de Kunpi.

-¿Y dónde estás?-Pregunta él más calmado.

-En... Corea... -Cierro mis ojos, esperando a que grite.

-¡¿Qué estás en dónde?!-Exclama Tom desde el otro lado. Aleje mi teléfono de mi oreja mientras veía como Bambam se reía. -¡¿Cómo...?!

-Tranquilo Tom, volveré mañana... -Contesté relajadamente y vi como el semblante del tailandés de volvía serio. -Sí, de acuerdo, me cuidare, adiós. -Respondí rápidamente sus últimas preguntas y corté. Se me iría todo el saldo en esa llamada.

-Y bueno... ¿Cuál es tu nombre?-Pregunta con una media sonrisa.

-Alen. -Respondo simplemente. Abrió la boca ligeramente para decir algo pero lo corté.-Si, lo sé, parece nombre de chico... Pero también es de chica.-Lo apunté con mi dedo índice y el rio.

Durante todo el camino hacia el hostal, Pimuk me hizo olvidar el incidente que había ocurrido a las afueras de la empresa. Hablamos un poco sobre nuestras vidas, para poder conocernos un poco mejor. Era alguien muy divertido, y sobre todo con los extraños gestos con el rostro que hacía. Y luego nos despedimos, claro que sin antes intercambiar números de teléfono, y él se fue por su camino.

Cuando entro a la habitación, saludo a mi madre y comenzamos a hablar. Me comenta sobre cómo está el resto de mi familia en USA y sobre lo que pensaba hacer más a futuro con toda la familia. Me siento en la cama mientras la escucho hablar y, como mi Skype siempre está abierto, lo primero que veo es un mensaje de Jungkook.

"GoldMak97: Lo siento, de verdad lo siento. No te quiero explicar lo que ocurre por mensajes, así que por favor ve a la plaza principal a las 6:30, por favor."

Estaba desconectado. Era temprano, así que no me preocupe demasiado. Pero no quería verlo. Tengo un pequeño defecto, y es que cuando me hacen daño -ya sea física o emocionalmente- no quiero volver a ver a esa persona. Mi ánimo decae y eso contagia las personas que están a mí alrededor. Y como no quiero que mi madre comience a criticar mi estado de ánimo, prefiero ir y tratar de arreglar las cosas con Jungkook.

La hora llega y salgo del hostal, diciéndole a mi madre que iría a recorrer la ciudad. Ella decide ir también, ya que quería comprar algunas cosas. Nuestros caminos se separan y ella va a un centro comercial mientras que yo me dirijo a la plaza.

Lo busco con la mirada mientras camino por el lugar, hasta que lo encuentro. Su cabello negro estaba tapado con un gorro gris y sus ojos estaban cubiertos por unos lentes de sol, a pesar de que las nubes tapaban el sol. Estaba sentado en el pasto, al lado de unos arbustos y debajo de un gran árbol.

Me acerco con pasos lentos hacia él, debatiéndome si debería ir o volver e ir con mi madre. Suspiro y con pasos decididos, llego frente a él. Levanta la mirada y me sonríe, aunque yo no le puedo corresponder si no con una sonrisa rota. Jungkook se para y me abraza, aunque no le puedo devolver el abrazo.

-Hola. -Murmura en mi oído.

-Hola. -Digo mirando hacia otro lado.

Esto no fue lo que esperé.

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