❄ 16 ❄
"Cada vez más lejos, cada vez más cerca... me alegra que comenzáramos a hablar. Quiero conocerte, qué inesperado que se juntaran nuestros caminos".
Ambos intercambiaron una mirada emocionada. Indiscutiblemente estaban en el buen camino.
—Ni si quiera necesitamos esa tonta lista, es uno de ellos —expresó Brandon sonriendo.
—¿Sí habías recortado la lista? Creí que lo habías olvidado.
—¿Crees que es trabajo de unos cuantos minutos? Clara, la estaba perfeccionando, por supuesto. Pero ya no sirve de nada, porque es uno de ellos. Ahora falta saber quién.
—Oh, no te había contado. Lorenzo me invitó a los trineos después de la fiesta.
—¿Y qué pasó con el otro chico?
—Le dije que después nos pondríamos de acuerdo... no lo sé. Creo que me dejó un mal sabor de boca lo de ayer, no creo que sea él, ¿o sí?
Brandon levantó los hombros y después suspiró fuertemente al reconocer las pisadas de Michelle acercándose.
Salió del escondite realizando una seña de respeto a Clara, al tiempo que se ponía el costalito al hombro y salía al encuentro con su jefa.
Era un peso menos en los hombros saber que estaban avanzando en la dirección correcta. A veces sentía que estaban perdiendo el tiempo al haber seleccionado específicamente a esos sospechosos, pero esa nota le devolvía la fe.
Mientras avanzaba su turno, se puso a fantasear sobre cómo se arreglaría al día siguiente. Los trineos era una actividad que nunca le había llamado la atención, tan solo darían una vuelta al hotel y los regresarían. Pero ahora que alguien la había invitado, no podía evitar mirarlo diferente. Al más puro estilo de "Gilmore Girls". Era su momento de ser Lorelai y Lorenzo sería Luke. Dibujó un café con corazones en su cuaderno.
Nuevamente el reloj, se había converido en una especie de aliado-enemigo, le ponía los pelos de punta. Provocaba palpitaciones de más en el corazón mientras admiraba el montón de adornos que estaban por colocar en el pequeño salón. ¡Tan solo la fiesta y tendría la primera cita con uno de los chicos! Estaba segura de que no pasaría lo mismo que con Ramiro, porque Lorenzo parecía el tipo de persona que cumple su palabra al pie de la letra.
Cerró el cuaderno de golpe, cuando notó que alguien se acercaba a la recepción.
—¡Adivina, adivina, adivina! —dijo Gino mientras aterrizaba cerca de la chica—. Seré el camarógrafo de este año. Para ponerlo en las redes sociales del hotel.
—Seguramente fue algo que te dieron orgánicamente, ¿verdad? —preguntó la chica sonriendo. Conocía a Gino y sabía que, seguramente, le dieron esa labor para que dejara de querer organizar todo en el hotel.
—Grabaré unas escenas increíbles, verás que será como una de esas películas navideñas.
Clara asintió enternecida y después lo vio alejarse de vuelta a la cocina. Sí, era probable que las cosas salieran increíblemente bien en esa fiesta.
—Hola, hola.
Dio un pequeño salto por la sorpresa, no lo escuchó llegar. La mirada de Ryan Kelsey le incitaba a hacer algún tipo de saludo secreto. Daba la impresión de ser de esos chicos que han sido tus amigos toda la vida. Compañeros de juegos, compañeros de aventuras, aunque tan solo lo conocieras de unos cuantos segundos.
—¡Hola! ¿Puedo ayudarte en algo? —respondió la chica animada.
—Siento que interrumpieron lo que estábamos haciendo en el último taller, ¿no lo percibiste?
—Sí, algo así... Todo por no revisar bien los asientos.
—Te juro que esa chica salió de la nada —afirmó soltando una risa—. Oye... mañana habrán unos trineos y...
—Oh... interrumpió ella antes de que pudiera terminar de formularlo—. Es que ya me invitaron.
Ryan levantó las cejas sorprendido y después tamborileó los dedos juguetón sobre el escritorio.
—Veo que no soy el único que se quedó con ganas de conocerte —comentó cambiando levemente la expresión. Ahora lucía abiertamente coqueto, aunque aquello duró apenas unos segundos, antes de que volviera al porte amistoso—. ¿Cuándo tendré la oportunidad de conocerte mejor?
Ella sonrió avergonzada, mientras miraba su cuaderno. Toda actividad, plan y taller fue borrado de su mente, como si la vida no quisiera que concretara algo con el muchacho en ese momento. Además, tenía ya el compromiso con Lorenzo, no quería sobrecargarse.
Recordaba de nuevo lo que le había dicho Brandon, si era mágico tenía que ser así, tranquilo, destinado, sin presiones.
—Bueno... encontraré un buen plan, y seré más rápido para la otra ocasión. ¿Sabes? Me sentí como Harry Potter, cuando invita a Cho muy tarde.
Clara soltó una risa y asintió.
—¿Te gustan los...?
—Las películas —aclaró y abrió los ojos avergonzado—. No soy lector.
Ryan comenzó a alejarse después de haberse despedido. ¿No era lector? ¿Eso significaba que no era el sospechoso de las notas? Entonces, ¿cómo había terminado en la lista de Brandon? Observó de nuevo la imagen del chico alejándose.
Ahora estaba intrigada, necesitaba hablar con él para entender por qué estaba en la lista de los sospechosos. Parecía tan agradable.
—Clara. —Nuevamente la había asustado. Era Michelle, acercándose intempestiva, con una gran sonrisa sobre el rostro—. Me alegra mucho que vaya a ser el primer año en el que nos acompañas —soltó la gerente revisando los alrededores—. ¿Qué tal te ha ido en los talleres? Noté que te gustaron tanto que hubo una excelente asistencia de tu parte.
Un gesto de haber sido atrapada llenó el rostro de la chica y después volteó a ver a su jefa avergonzada.
—Lo lamento mucho, sé que solo asistí a una clase y me salí. Es que...
—¿No te gustaron?
—Me encantaron... me dio algo de pereza asistir, pero en cuanto termine lo de la fiesta regreso a los talleres. te lo prometo, Michelle.
—Tengo un ojo sobre ti —anunció sonriendo—. Y acomoda esos llaveros que están todos desordenados.
La chica asintió y comenzó a cumplir las órdenes de la gerente. ¿Era su impresión, o en esos días parecía que estaba atada al reloj?
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