001: Amistades Nuevas
La lluvia caía sin parar en las calles de Tokio, la gente caminaba o conducía a sus casas para descansar y poder dormir para que llegara un nuevo día y poder volver a trabajar o estudiar.
Kinju Hiroka caminaba por un parque con la mirada perdida hacia su hogar mientras fumaba un cigarro, su pelo mojado estaba pegado a su rostro, su uniforme estaba roto y cubierto con manchas de sangre un poco diluidas gracias a la lluvia, sus rodillas estaban cubiertas de rapones y heridas, las piernas llenas de hematomas esparcidos por todos lados y su cara, desde la frente se veía como caía la sangre hasta llegar a su barbilla, uno de sus ojos rojo debido a que una de sus venas de este se rompió, de su nariz escurría sangre, pero a ella no le dolía ya que era su rutina de todos los días.
Hiroka caminaba bajo la lluvia bajo las miradas de los peatones que pasaban por el parque (la mayoría de lastima), a ella no le importaban esas miradas y más cuando eran por lastima, ya que la mayoría pensaban que era maltratada por su familia, pero ¿cómo iba a ser maltratada por su familia? si ni siquiera tenía, su padre se encontraba diez metros bajo tierra, su madre se encontraba en un hospital psiquiátrico y su hermano se encontraba siendo feliz en Nueva York a 10830.44 km de ella; su vida nunca fue fácil mejor dicho desde que tenía 5 años su vida no era fácil, antes de cumplir los 5 años su familia era muy unida y feliz, quien iba a pensar que el día de su cumpleaños número 5 los problemas tanto familiares como mentales saldrían a flote.
Eran las 10 pm en punto, Hiroka había llegado a su casa o mejor dicho al lugar donde dormía ya que no lo consideraba un hogar desde hace mucho, la casa se sentía vacía y fría, mientras cocinaba un ramen instantáneo se cambiaba y tomaba sus pastillas para dormir.
Al día siguiente Hiroka se despertó con dolor en todo su cuerpo debido a los golpes del día anterior, como todos los días se bañaba, cambiaba, lavaba sus dientes, tomaba sus pastillas con café, tomaba sus audífonos, celular y mochila para después salir de su casa y partir a la escuela; en todo el camino estaba metida en sus pensamientos mientras escuchaba música, los pensamientos autodestructivos que tenía eran distorsionados gracias al alto volumen de la música.
Caminaba tranquila por las calles cuando sintió que alguien chocó con su hombro provocando que callera de rodillas al pavimento, la persona con la que choco se encontraba frente a ella cuando alzó la mirada, era un chico de su edad con el uniforme de su escuela, no oía lo que decía por los audífonos, se recargo sobre sus rodillas bajo la mirada o más bien mueca de dolor por parte del chico al ver que se recargaba en sus rodillas raspadas mientras se quitaba los audífonos.
-Discúlpame!! - dijo mientras la veía con preocupación revisando que no se hubiera hecho más daño - fue mi culpa no vi por donde iba, estaba distraído con mi teléfono y no puse mucha atención - la chica se encontraba confundida ante la reacción del chico, se veía demasiado nervioso aparte no le entendía ya que hablaba muy rápido - me llamó Rayne Murata.
-Kinju Hiroka - habló con una voz tranquila.
- ¿A esta chica lo importo que la empujara y más cuando ella tiene herida? - se preguntó Murata – y a todo esto, ¿por qué esta toda golpeada? ¿Sufrirá violencia familiar?
- Me disculpó nuevamente – el chico se paró para después extender su mano hacia ella – por lo que veo vamos a la misma escuela, déjame acompañarte.
La contraria acepto su mano y se levantó con toda la tranquilidad del mundo, pero había algo que sentía raro, un sentimiento que no tenía y sentía hace mucho, la calidez que sentía cuando tomo su mano, esa calidez que le daba su hermano al abrazarla o tomarle la mano, esa calidez era la misma que no sentía hace mucho tiempo, esa calidez que le decía que podía confiar en él.
En todo el camino a la escuela el chico hablaba sin parar de que estaba muy emocionado ya que era su primer día.
-Es muy emocionante entrar a una nueva escuela, ¿no? - la chica solo asintió - veo que eres de pocas palabras, pero tu tranquila yo te ayudare a conseguir amigos.
Amigos... es palabra tan rara para ella y no por el hecho de que no supiera que significaba, sino por el hecho de que no tenía amigos hace mucho, amigos con los cuales podría salir al cine, de compras o incluso a comer; llevaba 2 años en esa escuela este era su último año de preparatoria y en esos 2 años la ocupaban como un saco de boxeo o una mandadera.
Al llegar a la escuela el chico se encontraba emocionado mientras que la chica no sentía nada, ni una pisca de emoción o alegría nada.
-Qué emoción!! Vamos a conocer nuevas personas y aremos muchas cosas con ellos, seremos sus amigos e iremos al cine –gritaba y la abrazaba con mucha emoción.
- ¿Como es que este chico, tiene tanta energía? -pensó mientras era zangoloteada, por el contrario – es muy extrovertido, me agrada.
El chico de pelo negro con puntas amarillas iba a decir algo, pero chocó con alguien.
-Discúlpame, no veía por donde caminaba creó que hoy estoy muy distraído.
-Oh no te preocupes, yo también venía distraída, me llamó Dong-hua Zen'in un gusto.
-Yo soy Rayne Murata un gusto – se señaló así mismo – y ella es Kinju Hiroka.
-Hola, es un gusto conocerte - habló en voz baja mientras hacia un dos con sus dedos.
-Eres muy linda!!! - se acercó a abrazarla - seamos amigas Kinju y tú también Rayne
-Si!!
Los tres chicos (ahora amigos) fueron a su aula donde se sentaron juntos y platicaron entre ellos, aunque Kinju casi no hablaba por querer escucharlos y tomar notas mentales de los gustos de sus ahora amigos.
-Así que esto es la amistad - pensó Kinju - es... agradable.
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