32. •¿¡YoonGi Min nervioso?!• ¹
[Parte 1]
Nunca me consideré una persona con mucha paciencia, mucho menos de seguir reglas o importarme mucho lo que los demás digan o hagan. Siempre y cuando yo estuviera bien y no me afectara todo bien. Habían casos exclusivos para personas exclusivas que no diré por ahora, que valían la pena. Ahora bien, a todo esto jamás en mis veinticinco años me imaginé las consecuencias de ser un egoísta de mierda con buen talento. No hasta que el puto karma quiso verme la cara de baboso. Estoy seguro que se ha de estar riendo de mis desgracias y por consecuencia mis actos inimaginables.
O sea, ¿Me?
Mejor traigan el papel higiénico, renuncio a la vida.
-Y-YoonGi-ah~ j-justo así... Ah~ ah, Dios...
-JiMin...
-N-no digas nada... ¡Ah!
Trago saliva tratando de calmar mis nervios. El sudor cae lentamente por mi frente perlada JiMin mantiene los ojos cerrados...
-¡YoonGi no pares!
-Deja... Deja de gritar tanto maldición. -gruño con la temperatura por las nubes. -Sé que no nos oirán pero eres muy ruidoso solo... Oh, Dios... ¿JiMin te estás orinando?
-Mmnh~ meow~ Min~ -se tumbó de espaldas mostrándome su panza (era un gato) -¿Quieres ayudarme?
Y solo pude sentir el tic en mi ojo derecho y mi cara arder completamente.
Aguarden allí un segundo. Sé lo que están pensado pero, antes de que me apedreen los hago entrar en contexto. No es lo que piensan y no es lo que se están imaginando puercos. Sí, JiMin está en celo y no, no le estoy ayudando. Bueno, algo, no completamente pero no me lo estoy follando y, para que entiendan regresemos a hace tres horas exactamente.
-¡Es mi puto celo!
Y una mierda.
Conducía fuera de lugar después de semejante información en plena autopista y con los pantalones apretados. JiMin no hacía sino quejarse en su forma de gato mientras yo zarandeaba el volante de aquí para allá llegando lo más pronto posible al apartamento. Y no lo hice por obedecer pues eso me caga. Fue más bien por su reacción y que aun me sentía mareado por los recientes hechos. Mi estómago daba vuelcos sin parar y mis labios cosquilleaban aun con el recuerdo tibio.
Si les era sincero; estaba jodido.
Jodido y asustado. No sabía que hacer en este preciso instante cuando, por voluntad propia tomé al híbrido en mis brazos subiendo al ascensor mientras este maullaba con los ojos cerrados.
Los nervios me carcomían cuando lo deposité en mi cama y me alejé rápidamente como si su cuerpo quemara.
-Y-yo... -¿¡Estoy titubeando!? Me aclaré la garganta. -Yo estaré en mi estudio. Tengo cosas por hacer. En ese cajón -señalé a su lado la mesita de noche -, están las pastillas para el dolor y... Te traeré agua.
Caminé a paso rápido bajando por las escaleras y doblé en el pasillo entrando a la cocina.
«Inhala, exhala, inhala, exhala YoonGi.»
Abrí la nevera encontrando la jarra de cristal y, con más cuidado del que debería, vertí el agua en el vaso de vidrio pasándolo a mis labios para refrescar el desierto que se había anclado a la garganta. Serví el otro vaso tomando la jarra de paso y quedando a mitad de camino. Devolví mis pasos dejando la jarra en la isla tomando con fuerza las orillas de las baldosas.
-¿¡Qué me sucede?! -golpeé con mis palmas mis mejillas varias veces. -¡El gran Agust D! ¿¡YoonGi Min nervioso?! No. Por supuesto que no. Un simple y estúpido híbrido no puede alterar mis sentidos solo por un estúpido beso. ¡Sé controlarme! -inhalo pesado mordiendo mis labios. -Lo odio. Entonces... ¿Porqué me preocupa el hecho de que... la esté pasando mal?
Abro mucho mis ojos procesando lo que acabo de decir y llevo mis manos a mi boca. ¡Soquete!
¿¡Lo dije en voz alta?!
Artemisa, no.
Eso no es cierto. Él no me importa.
Solo- ya estoy diciendo disparates.
¿Ven lo que hace el estrés? No fumen amigos.
Inhalo profundamente todo lo que dan mis pulmones y me encamino hacia la habitación donde se encuentra JiMin. Subo las escaleras paso a paso y doblo la esquina que me conduce a la puerta. Abro con el pie pues la dejé semi abierta y busco con la mirada al pelimorado.
No está. Volteo rápidamente en dirección a la ventana verificando si se ha escapado. No está. Deposito la jarra en la mesita y le doy un vistazo a las esquinas del cuarto. Nada. Un "meow" bastante bajo y ronco se escucha arriba de mí y después un peso cae desde arriba en mi cabeza.
-Ah... ¿JiMin?
-Meow~
-¿Qué haces? ¿Te sientes mejor?
-M-meow...
-¿Podrías bajarte? Te dejé el agua allí. Tengo que... Ir a... ¿Trabajar... Qué haces?
Otro maullido por respuesta. Subo mis manos a mi cabeza y atrapo el cuerpo violeta del felino entre ellas. No es pesado y sus dos colas se mueven en sincronía mientras me ve con la mirada oscura. Es extraño. JiMin me molesta, si. Pero su mirada siempre ha tenido ese... -nosequé- que me hace tragar saliva a lo desgraciado.
De pronto deja de verme y se lanza al suelo mirándome desde abajo. «Vamos que lidiar con personas no se me da, ahora mucho menos con un mitad animal.» ¡No le entiendo! ¿Qué quiere de mí?
Con mucha lentitud se acerca a mis pies restregando su cuerpo en mis espinillas. Se serpentea meneando su pequeño violáceo cuerpo entre mis pies sin dejar de pasar sus colas con mucha suavidad. Casi parece querer... ¿Seducirme?
Oh.
Es eso.
Me aclaré la garganta antes de hablar, tenía su atención sólo en mí.
-¿Ya no te duele el vientre o... Lo que sea que te doliera?
Asintió suave.
-¿Te duele? -asintió de nuevo.
-¿Puedes cambiar? -negó volviéndose a pasear por mis piernas. -¿Pretendes dejar tu olor en mí o qué?
Bromeé a lo que él ladeó su cabeza maullando. ¿Eso era un sí?
Ay.
-Yo me tengo que ir. Así que suerte con tu... Celo. Amm. Hasta luego híbrido.
-¡Meow! -chilló de repente cuando estuve de espaldas.
Por mis huevos.
-¿Y ahora qué quieres JiMin? -asevero con cierto desdén.
-D-duele... -gimió adolorido aun siendo felino. -Duele aquí -. Señaló su panza con su pata. -Cárgame.
Ja. Ja. Ja.
No. No, no, no y no.
Gruñí con los puños a mis costados.
-Me las pagarás, ¿Lo sabes? -negó y yo me agaché tomándolo en mis brazos. Me senté en la cama girando mi cabeza a un lado y dejándolo en mi regazo. Sin tocarlo con mis manos obviamente. -¿Feliz? Sólo serán unos minutos. Tengo que irme a trabajar.
Su ronroneo hacia que quisiera salir corriendo por más raro que sonara. No ayudaba nada que mis manos picaran por acariciar su pelaje y me abofeteé mentalmente por mi estupidez. Tenía sus ojos cerrados cuando maulló exigiendo algo con la mirada a la vez que veía mi mano derecha.
-Olvídalo. No te acariciaré -gruñó -. ¿No te basta? Vamos JiMin deja eso y cambia. O al menos háblame me estoy exasperado y- ¡Auch! ¿¡Qué te pasa?!
Me mordió, en la mano.
-¡¿Y eso porqué?! ¿Quieres que me arrepienta y te lance por la ventana? Por Dios. ¡Ya cambia o háblame! Y ni se te ocurra morderme de nuevo.
Lamió la parte donde había mordido y mi piel se erizó por lo áspero de su lengua rosada. Por Zeus. Luego se tumbó de espaldas mostrándome su panza y dijo:
-Acaríciame, humano.
[Sin separador porque ajam internet Venezuela. Les dejé un separador con emojis xd]
(Ya pude poner el separador pero dejaré ese aviso de arriba para cuando no tenga internet y les ponga estos emojis por separador: 🐾🍑. Ya saben xd
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