—¡Esto no se aguanta!

  El geólogo Francisco González está parado justo en el centro de la habitación, donde se supone que es el sitio ideal. En ese punto exacto se junta el frío del glaciar Perito Moreno y el calor inclemente del verano, que engulle todo a su paso. Las dos paredes opuestas lo comprimen, igual que si fuera el relleno de un sándwich.

—¡Me largo!

  Se aleja, dejando la puerta abierta. A cien metros gira. Observa la habitación cuando el desprendimiento se lleva la casilla hasta el fondo del lago. Aterrador.

—¡Otra vez el cambio climático! —se lamenta, llorando horrorizado.

NOTA.

  100 exactas. En multimedia dejo una noticia sobre los efectos del cambio climático en el glaciar y en el vínculo externo imágenes de un desprendimiento. Hace unos años pude contemplar uno de ellos estando allí y da ganas de llorar al ver cómo destruimos la Naturaleza.