Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 24

-Ya, Minnie ¿puedes dejar de sonreír tanto? - HoSeok miraba con pena al omega.

- ¿Por qué tendría que dejar de sonreír? ¿Para que el mundo vea lo débil que soy y haga conmigo lo que desee? No quiero, prefiero sonreír con dolor a mostrar mi debilidad- la sonrisa del omega se hizo más grande mientras sus ojos se llenaban aún más de lágrimas.

-Eso tampoco es bueno, cariño, no está bien que guardes aquello negativo que sientes, eso solo está pudriéndote poco a poco por dentro- HoSeok no sabía qué más hacer.

-No tienes el derecho de decirme que no es bueno guardar las cosas, Hobi ¿Por qué luchas por minimizar mi dolor, pero no trabajas por rebajar el tuyo?

-Porque es más fácil trabajar el dolor ajeno que en el tuyo propio, Minnie. Es más fácil dar consejos y hacer reír, que seguir esos consejos y reír de tus propios chistes- HoSeok miró con una triste sonrisa al menor.

-Es exactamente lo que me sucede ¿Crees que es fácil sonreír teniendo podrido el corazón? ¿Crees que es fácil ser feliz teniendo tanto dolor por dentro? Las sonrisas son fáciles de fingirlas, pero difíciles de hacerlas sinceras.

-Te entiendo, Minnie, pero aún así puedes llorar, estás frente a tu amigo- HoSeok le sonrió con sinceridad, realmente amaba a Jimin como su amigo- Creo ser la persona más adecuada para poder aconsejarte y entender tu dolor.

Jimin se sintió mal al ver dolor reflejarse en esos orbes que siempre le regalaron felicidad ¿Qué tanto había sufrido aquel omega?

Dos días habían pasado desde que el beta desapareció dejando a Jimin y la bebé solos en aquel hotel, dos días en los que los labios de Jimin sonreían, pero sus ojos y alma lloraban, días en los que prefería estar encerrado antes que salir de ahí.

Pero algún día debía hacerlo, alquilar un lugar en el cuál estar durante el periodo que viviría en Corea, pero no tenía dinero.

Le avergonzaba admitir que vivía del dinero que el beta ganaba, él no tenía un trabajo fijo del cuál obtener dinero así que no sabía cómo iba a alimentarse. El sonido del celular de Jimin llamó la atención de ambos omegas.

- ¡John! ¿Dónde estás, cariño? - Jimin sintió un nudo en su garganta, tenía miedo de que el beta haya tenido una recaída- ¿Estás bien? ¿No te has hecho daño? ¿Has comido bien? ¿Has dormido bien?

-Cállate, no te quiero escuchar ¿está HoSeok por ahí? - Jimin miró a su amigo y la sonrisa en su rostro se ensanchaba más- ¿me escuchas? ¿está o no? no me hagas perder mi tiempo.

-L-Lo siento, sí- las palabras se atascaron en su garganta- toma ¿puedes cuidar a la nena? saldré un momento- HoSeok asintió confundido mientras tomaba entre sus manos el aparato.

-Sí, no demores- HoSeok se llevó el celular a la oreja y contestó.

Jimin decidió ignorar la conversación, su pecho le dolía por el rechazo del beta a pesar de no ser destinados ni mucho menos tener una marca. Jimin amaba al beta, amaba las emociones que que le embargaban cuando estaba con él, amaba el trato que el beta le daba.

Amaba sentirse amado.

Salió de aquella habitación después de agarrar su mascarilla negra favorita y se dirigió hacia el ascensor, revisó su bolsillo trasero para asegurarse de tener la billetera. Ingresó al ascensor y presionó el botón que lo llevaría al primer piso, necesitaba salir de ahí con urgencia.

Cuando llegó a recepción, detrás del mostrador se encontraba una sonriente señorita.

-Señorita, mi amigo está en mi habitación con mi hija, por favor no los deje salir- Jimin miró a la recepcionista con súplica.

-Está bien, joven, no se preocupe- aquella sonrisa calmó al preocupado lobo de Jimin y a él mismo.

Salió del hotel y las lágrimas se derramaron por sus mejillas, aquella sonrisa que no desaparecía de su rostro ahora ya no estaba.

Después de todo ya no tenía a quién fingir.

Se colocó la mascarilla y empezó a caminar sin un rubo fijo, iba mirando las calles que lo vieron crecer, aquellas calles que lo vieron caer y levantarse, que lo vieron llorar y reír.

Aquellas que lo vieron ser lastimado sin compasión.

Cuando se fijó bien el lugar en donde se encontraba, se dio cuenta que estaba frente a su casa, aquella en la que se crio, se sentó en la vereda de al frente esperando ver a sus padres. Si su memoria no fallaba, ellos llegarían en la noche y faltaba muy poco para ello.

Estuvo sentado por un par de horas, viendo a las personas pasar, unas más apresuradas que otras, pero lo que todos tenían en común era un rostro cansado y demacrado por el estrés y la sobrecarga del trabajo.

Luego de un rato vio a un auto parar frente al portón donde ingresaban los autos, este se abrió dando pase al auto blanco. Cuando el portón se cerró, Jimin se puso de pie y, luego de sacudirse el pantalón, se encaminó hacia la puerta.

Tocó el timbre esperando que alguien le abriera, solo rogaba que sea el mayordomo y no sus padres porque quería pasar la noche ahí y sabía que el mayordomo le cubriría, después de todo aquella casa era lo suficientemente grande como para estar ahí sin ser descubierto.

Cuando la puerta se abrió y vio al mayordomo, su cuerpo se llenó de un alivio inmensurable. Miró con lágrimas en los ojos a aquel hombre que lo vio crecer y convertirse en un hombre.

-Mayordomo Chun- Jimin se acercó a abrazarlo fuertemente.

- ¡Mi niño, volviste! - Jimin se separó y se llevó su dedo a sus labios indicándole al hombre que haga silencio- ¿hace cuánto llegaste a la ciudad?

El mayordomo había sido cómplice de ambos omegas para que Jimin pudiera escapar de ese lugar haciéndose pasar por muerto. El mayordomo había sido testigo de cada herida y llanto que había tenido el omega.

Era un testigo que actuaba por lo bajo para ayudar en todo lo posible a aquel fuerte omega que luchaba día con día para poder salir adelante.

-Llegué recién hace un par de días- Jimin secó sus lágrimas mientras sonreía con sinceridad- lo extrañé como no tiene idea, señor Chun.

El omega nuevamente se lanzó a los brazos del mayor, aquellos amorosos y cálidos brazos que lo acogieron como un segundo hogar, aquellos brazos que juntaron sus pedazos muchas veces, aquellos que lo consolaron cuando creía no poder más.

Brazos de los que fue separado para ser maltratado por un hombre que a sus ojos era el maldito villano de su cuento.

-Mi niño, estás tan hermoso- el beta se separó del menor para poder mirarlo y secar aquellas lágrimas traicioneras- ¿vas a pasar? ¿quieres quedarte conmigo y con mi esposa? - el omega asintió.

-Pero primero tengo que ir por algo ¿podrías esperarme cerca de la puerta para que me abras ni bien llegue? No quiero correr el riesgo de que mis padres me vean- el mayordomo asintió.

- ¡Claro! no demores, le diré a mi esposa que te prepare algo rico ¿está bien? - el mayordomo le dio un beso en la frente al menor.

-Está bien, te prometo no demorar mucho- el omega, feliz, dio un paso hacia atrás, volteó y corriendo se dirigió hacia el hotel para poder recoger sus cosas y a la bebé.

Cuando llegó, se encontró a HoSeok tratando de calmar a la bebé que lloraba en busca de uno de sus padres. Ingresó y, sin saludar al omega, se dirigió hacia el armario para poder acomodar sus cosas en una maleta.

Metió toda su ropa, útiles de aseo, zapatos y todas las cosas que había llevado a Corea. Luego agarró la pañalera de la bebé y empezó a guardar las cosas de esta, metió el biberón, los pañitos húmedos, pañales, termo, leche y demás cosas.

Cuando terminó, estiró sus brazos hacia el omega pidiendo a su hija quien ni bien sintió el olor de su padre, dejó de llorar.

-Me iré, no le digas a John dónde estoy, tal vez pronto nos encontremos, aunque lo dudo mucho- sacó un papel de uno de los bolsillos de la maleta y se lo extendió a HoSeok- dáselo, por favor.

- ¿Dónde vas? Minnie, no cometas una tontería, hemos llegado bastante lejos como para malograrlo por una tontería- HoSeok estaba desesperado.

-Hobi, no puedo quedarme aquí de brazos cruzados a morir de hambre esperando por un hombre que jamás vendrá por mí, si quiero sobrevivir tengo que luchar, y esta vez no estoy solo sino con un pequeño ser vivo que necesita de mi protección ¿entiendes?

-Claro que lo entiendo, Minnie ¡Por Dios también tengo un hijo! Pero no tienes dinero ni trabajo ¿qué harás en la calle?

-Yo sabré que hacer, pero por favor, no le digas nada de mi a John.

Sonrió una última vez y, sin dejar hablar al omega, salió de ahí con su maleta y su hija en sus brazos.

-Señorita, ahí se queda mi amigo, ya está pagada la noche por si desea quedarse- la mujer asintió y sonrió cordialmente al omega.

John, antes de irse, dejó pagando la semana de aquel hotel.

Jimin salió de aquel lugar y sin prisa, se dirigió hacia la casa donde aquel anciano, pero amable beta, lo estaba esperando. Cuando llegó, tocó el timbre y el hombre le abrió.

- ¡Oh Dios mío! - el beta se sorprendió al ver a aquel pequeño bulto protegido por varias mantas y colchitas en los brazos de Jimin- ¿puedo cargarlo? ¿Es hombrecito o mujercita? -Jimin le entregó a la bebé y el beta quedó embelesado con la pequeña- ¡Es hermosa! Como el padre.

Jimin soltó una ligera risa por aquel cumplido mientras se sentía sonrojar, hacía tiempo no recibía los diarios cumplidos del mayordomo.

Aquel hombre siempre fue amable y cariñoso, se querían como padre e hijo ya que Jimin se había criado con el hombre y su esposa.

Rápidamente se fueron hacia la casita que le pertenecía al hombre ahí dentro de aquel inmenso lugar y cuando ingresaron, el delicioso olor a comida casera inundó sus fosas nasales. Amaba aquel olor, le traía recuerdos de aquella hermosa vida que tuvo gracias a aquellos empleados del hogar.

Los esposos Chun querían al omega como si fuera su propio hijo, prácticamente lo criaron. Los padres de Jimin, a pesar de haberlo querido, eran un poco distantes por el pesado trabajo de empresarios que tenían dejándolo de lado la mayor parte del día.

No era lo suficientemente importante para ellos, ni siquiera cuando "murió" llegó a importarles.

- ¡Mi pequeño! No sabes cuánto te extrañé- la mujer se acercó al omega y, con cuidado de no lastimar a la bebé, lo apretó entre sus rechonchitos brazos.

- ¡Noona! ¡La extrañé mucho! - el menor se dejó amar entre aquellos brazos que tanto extrañó- también extrañé mucho su comida.

-Me sentiré ofendida, niño, creo que lo que extrañaste era mi comida y no a mi- Jimin rio al escuchar aquello, la mujer era amante del drama y aquello le causaba gracia al omega.

-No, Noona, no es eso, realmente la extrañé a usted, pero obviamente también a esa deliciosa comida que solo usted sabe hacer tan bien- Jimin miró con inocencia a la mujer.

La mayor sonrió enternecida por el menor, por aquella mirada tan tierna e inocente y aquellos ojos bicolor tan hermosos brillas, ojos que muchas veces vio derramar lágrimas de dolor por todo aquello que sufrió.

- ¿Cómo has estado estos meses, cariño? - la mujer miró con cariño a Jimin- estás super grande y mira a esa nena toda hermosa- la señora miró a la bebé en los brazos de su marido.

-He estado bastante bien, tuve a mi hija hermosa y tuve una vida buena luego de lo que sucedió, pero por, sobre todo, he estado rodeado de amor- Jimin, al recordar a su ahora ex pareja, sonrió con cariño y pena.

- ¿Por qué esa sonrisita, Minnie? - la señora Chun conocía bastante al menor- ¿qué sucedió?

-Conocía un chico, un beta, es una persona realmente maravillosa y amable... Pero lo perdí, aunque no se si realmente lo tuve o solo fue una fachada, no lo es- Jimin suspiró con pesadez mientras la señora Hyo-ri acariciaba la melena del menor.

-Yo estoy seguro de que realmente te quiso ¿quién no lo haría? eres guapo, inteligente, amoroso, cariñoso, eres perfecto- el beta miró con cariño a Jimin.

-Ow ¡Muchas gracias, señor! - Jimin miró con emoción y cariño al beta- ¿Saben qué? Quiero hacerme un cambio de imagen- Jimin entrecerró sus ojos mientras miraba a la nada- ¡Me lo teñiré de verde! ¡Sí!

Ambos mayores lo miraron espantado, como si hubiese dicho una completa tontería, lo miraron realmente raro y sorprendidos ¿verde?

-B-Bueno, supongo que si eso deseas entonces puedes hacerlo, después de todo eres libre, cariño- la mujer habló aún sorprendida y con cierta duda.

-Estamos hablando de Park Jimin, de este Dios griego que hasta calvo quedaría hermoso- el beta miró cómplice a su menor quien solo se sonrojó.

El llanto de la mujer detuvo aquella conversación, Jimin agarró a la menor y se dirigió al mueble más cercano para poder alimentarla.

- ¿Cómo se sintió tu lobo cuando tuviste a esta preciosura? - la mujer se sentó en el sofá frente al menor y puso su mentón sobre la palma de su mano mientras su codo reposaba en su muslo izquierdo.

- ¡Fue genial! Es algo... inexplicable, la verdad yo no puedo ver a mi lobo ni lo que sucedió, pero... se sintió de una manera tan hermosa que no tengo palabras para poder describirlo- Jimin estaba contaba con mucha emoción en su mirada.

- ¿Verdad? Cuando tuve a mi hijo fue algo realmente hermoso, realmente quisiera saber qué vio mi lobo para que se emocionara de esa manera y... sentí al lobo de mi bebé... es todo tan impresionante- la mujer habló con cierto deje de nostalgia que extrañó a Jimin.

- ¡Verdad! ¿Cómo está Jong Woon? - Jimin miró con una sonrisa genuina a la mujer.

-Falleció hace una semana- la sonrisa del omega se desvaneció- tuvo un accidente de tránsito y lastimosamente no se salvó- la sonrisa forzada de la mujer causó un sentimiento de pena en el menor.

-Lo lamento mucho- miró al mayordomo- mi más sentido pésame, a usted también señora- el menor miró con comprensión a sus mayores.

-Muchas gracias, pequeño- el beta le sonrió a Jimin.

-Bueno, vamos a alegrar este ambiente tan pesado- la mujer se puso de pie y se dirigió a la cocina- ¡Dos botellas de soju y una de refresco de naranja! - la mujer se acercó con las tres botellas.

- ¡No es justo! Yo también quiero soju- Jimin hizo un puchero al ver la tentadora y helada botella de licor- ¡Denme una para matar las penas! - ante el grito, la bebé soltó el pezón y empezó a llorar- No, no, no llores pequeña- Jimin nuevamente pegó a la bebé a su pecho.

-Ya ves, eres un padre gritón que interrumpe la deliciosa comida de su hija- la mujer miró con gracia al menor.

-En mi defensa, usted no me quería dar ese delicioso néctar helado que me hace ojitos- Jimin miró con fingida tristeza a la mujer.

-Hijo, no puedes tomar alcohol cuando estás lactando ¿entiendes o quieres que te dé un buen jalón de orejas? - la mujer miró seria y con una ceja enarcada al menor.

-El alcohol nunca fue una opción- el menor rio con nerviosismo al ver la seriedad de la mujer.

-Eso creí, cariño- la mujer sonrió con una ternura tenebrosa.

[***]

- ¿¡Dónde se metió!? ¡Joder, HoSeok! ¡Es mi hija y lo dejas irse así nada más sin retenerlo! - John estaba realmente furioso.

- ¡Los abandonaste por una pelea cuya razón era una completa tontería! - HoSeok miraba con decepción al beta- ¿Por qué te fuiste sin solucionar antes las cosas? ¡Fue tu maldito error!

-No puedes decir si fue una tontería o no porque ni siquiera sabes la razón- el beta susurró mientras se acercaba al omega, furia desbordaba por cada poro suyo- tú no tienes ni la más mínima idea de la razón de nuestra pelea- colocó la punta de su dedo índice en el pecho del contrario- ¿quieres saber? - la risa falsa del beta asustó al omega.

-No, no quiero saber, aléjate de mí- HoSeok empujó, al contrario.

-Me vale mierda, la razón fuiste tú ¡por tu puta culpa se llevó a mi hija! - la furia del beta era tal, que el omega se quedó paralizado.

- ¿Mi culpa? ¡Por favor! No me metas en tus estúpidas excusas- HoSeok quería entender a qué se refería el beta- ¿Crees acaso que yo obligué a tu omega a pelear contigo? Por favor.

- ¿Recuerdas la historia completa de nuestro pasado? - HoSeok miró fijamente al beta, sentimientos encontrándose causando ansiedad en él al no poder manejarlos- ¿Recuerdas esas palabras que dedicábamos el uno al otro? Yo no los olvido, a pesar de la mierda que me hiciste vivir.

- ¿Ahora sí les tomas importancia? ¿Ahora sí vas a pensar en esas palabras que nos decíamos? ¿Ahora sí no es una puta apuesta? - la risa llena de ironía que soltó HoSeok hizo sentir mal al beta.

-Nunca fue una apuesta, HoSeok, mis padres me odiaban por estar con un omega como tú, es por eso que me alejaban de ti y tuve que mentir de esta manera- John fijó su vista en el suelo por la vergüenza que le daba mirar, al contrario.

-Claro, te valió una puta mierda mis sentimientos con tal de complacer a tus padres... ¡Quienes solo me hicieron daño! - John miró extrañado al omega.

- ¿Te hicieron daño? No seas un mentiroso, HoSeok. A pesar de caerles mal, siempre te trataban bien y con respeto, mis padres no eran unos irrespetuosos- John no entendía por qué el omega hablaba mal de aquellos seres que lo criaron.

-John, mi querido e inocente John- HoSeok sonrió con burla mientras se acercaba lentamente al beta- ¿Realmente creías esa falsa cercanidad y amabilidad que había entre tus padres y yo? No todo lo que vemos es real, cariño.

Tras una última sonrisa, el omega salió de ahí dejando a un confundido y dolido beta.

¿Qué había sucedido entre sus padres y aquel omega que sonreía con dolor? Tenía que averiguarlo.

Rápidamente agarró su celular y llamó a sus padres, al tercer tono contestaron.

-Tenemos que hablar y si no quieren una denuncia en su hoja de vida, será mejor que me digan toda la verdad ¿Entendieron?

El beta estaba totalmente serio, no dejaría pasar nada a sus padres, tenía que descubrir qué le sucedió a aquel ser que amaba con todo su ser... y que lastimosamente seguía haciendo.




¡Hola! Se que demoré demasiado tiempo, pero he tenido varios problemas y muchos trabajos en la universidad, mi tiempo se ha reducido en estar metida entre documentos, libros y demás cosas, aún más ahora que estamos ya a tan solo un mes de terminar :c

Estaré haciéndo todo lo posible para poder subir capítulos más seguidos, todo depende de cómo vayan mis estudios, espero entiendan :c

En fin, espero les haya gustado este capítulo >.<

Es algo... relativamente corto y de puro relleno.

La vida de HoSeok fue demasaido dura, pasó demasiadas cosas que hasta me atrevería a decir que su pasado es igual o peor que las cosas que le suceden a Jimin.

Realmente malas.

Como comenté en capítulos anteriores, estaré subiendo un libro por cada pasado, por cada historia porque detrás de cada persona hay una historia interesante que contar.

¡Muchas gracias por leer! ¡Nos leemos en un próximo capítulo! Cuídense muchooooo ¡Lxs amooooooooooooooooooooo! ^^ 

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro