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Capítulo 23

-Ese olor se me hace conocido, Channie- Yoonnie empezó a mover su naricita olfateando- ¿De dónde lo conozco?

-S-Solo es el nuevo perfume de Baekkie ¿Verdad, amor? - Baekyung, entendiendo la referencia, asintió repetidas veces- recién se lo colocó, pero al parecer no le gusta- la sonrisa nerviosa del omega lo hizo sospechar aún más- ¿V-vamos?

Yoonnie, sin intención de refutar más, avanzó hacia donde los omegas lo guiaban, pero mientras más se acercaba a la salida, más intenso era el olor a jazmín y manzanilla. Estaban por llegar a la puerta de salida cuando pasaron detrás del omega con la bebé y sintió a su lobo emocionarse y querer ir hacia él.

- ¡Mi lobo! Me dice que tengo que ir hacia allá, Channie ¡Tenemos que ir! - Yoonnie empezó a desesperarse- ¡Baekkie, vamos!

Chanyeol empezó a jalar más fuerte el brazo del alfa para poder sacarlo rápidamente de ahí, pero la fuerza de Yoonnie era mucho mayor por su naturaleza. Tanto Chanyeol como Baekhyun estaban totalmente tensos y con los sentido alertas.

-Y-Yoonnie, tenemos que irnos ahorita mismo ¿Quieres comer pastel? - Yoonnie amaba los pasteles así que esperaba convencerlo con eso- ¿Tal vez uno de limón? ¡Tu favorito!

Yoonnie miró inmediatamente a Chanyeol con ojitos brillantes de emoción, estaban hablando de su preciado pastel de limón así que haría lo que sus mayores le digan para poder conseguirlo, a su amado y delicioso pastel de limón.

- ¡Sí quiero! ¡Pastel, pastel, pastel! - Yoonnie corrió hacia la salida del aeropuerto ganándose miradas tanto de ternura como de incomodidad.

Cuando salió del aeropuerto, sintió a su lobo inquieto y ansioso, tenía un sentimiento que no se podía explicar fácilmente con las palabras. Era como si tras suyo, en aquel aeropuerto, hubiera dejado gran parte de su alma.

-Channie ¿Por qué no me dejaron acercarme a la bebé y su papá? Esos señores se veían buenos, no creo que me hagan daño- el alfa tenía un semblante alicaído- De verdad me gustan las bolitas esas, pero ustedes no me dejaron ni acercarme.

- ¿Por qué quieres ver otra bolita si aquí tienes una, Yoon? - Baekhyun señaló a la bebé en sus brazos- ¡Y te quiere mucho! - la menor empezó a mover sus bracitos mientras gorjeaba graciosamente- ¿Ves? Dice que sí en su idioma.

El alfa, un poco más animado, soltó una tierna risita tierna con los gorjeos de la bebé haciéndole coro. Aquello hizo que los omegas se sintieran plenos, con una gran felicidad que albergaba en su alma.

Ambos llegaron al auto en el que iban a transportarse, un hermoso auto color negro con lunas polarizadas, era un Hyundai Genesis G90, el favorito de Yoongi, pero el que más odiaba Yoonnie quien ni se había percatado de ello por su rabieta.

-Muy buenas tardes, señor- el chofer a cargo del auto saludó con una venia a Chanyeol- está en perfectas condiciones, limpio y recién revisado ¿Lo llevará usted o los llevo yo?

-Yo manejaré por esta vez, Lee. Más bien, quiero que vayas a casa y tengas todo en orden para la llegada de Yoonnie- el chofer, al tanto de la situación del alfa, asintió al comprender- listo, entonces nos vemos luego.

-Está bien, señor, le aviso cuando esté todo en completo orden- Chanyeol asintió y agradeció antes de regresar donde su pareja y el alfa- ¡Vamos!

Chanyeol puso música mientras manejaba e iban cantando las que se sabían con un tono bastante desafinado por parte de los omegas, lo hacían a propósito para hacer reír al alfa.

El USB del omega mayor tenía la mitad de canciones infantiles y la otra mitad de las de su gusto así que en un momento del camino las canciones infantiles empezaron a sonar, el alfa iba súper contento cantando a viva voz las canciones infantiles que se sabía.

Luego de un rato la bebé empezó a llorar entonces Baekhyun sacó el biberón y empezó a alimentar a la menor quien al sentir en sus labios la tetina, se calmó.

- ¿Por qué le das biberón y no de tu seno? - el menor colocó sus manos en los asientos delanteros y se inclinó para ver al omega.

-Porque... es... complicada la situación, cariño- el omega miró con tristeza a Yoonnie.

-Oh, entiendo- el alfa se recostó al mueble- lo siento por preguntar eso.

El omega solo le dedicó una triste sonrisa para luego mirar a su pareja quien tenía el mismo semblante triste, ambos querían un hijo suyo, pero lastimosamente no se podía.

-Bueno, alegremos este ambiente- Chanyeol cambió de música- ¡Esta es mi favorita! - los tres empezaron a corear la canción que sonaba.

El sonido del celular interrumpió la granja que salía de los labios tanto de los omegas como del alfa. Chanyeol presionó el botón de su audífono para contestar.

- ¿Sí? ¿Quién habla? - la voz del omega era seria.

-Joven Park, le habla el chofer- la voz cortés del hombre sonó del otro lado de la línea.

- ¡Oh, señor Lee! Dígame- la voz seria cambió a una más informal.

-Todo está en orden- había ciertas cosas que no podían estar cerca de Yoonnie, es por eso que siempre revisaban eso antes de su llegada- ya puede traer al joven Min.

-Entendido, muchas gracias.

-Para servirle, señor- el hombre cortó la llamada.

- ¿Qué quería el señor Lee, amor? - Baekhyun miró a su pareja con curiosidad.

-Solo para avisarme de que todo ya está en orden- el menor le dedicó una sonrisa a su pareja.

Después de aquello, los tres continuaron con sus cánticos desafinados, pero con sentimiento a pesar de ser en su gran mayoría tan solo canciones infantiles.

Y así, entre canciones, chistes malos y vistas espectaculares, los cuatro llegaron a su destino.

La casa de los Min.

- ¡Mami, papi! ¡Yoonnie llegó! - canturreó Yoonnie con un tono alegre- ¡Mayordomo Kim! ¡Lo extrañé! - el alfa corrió hacia los brazos del mayor quien rio a carcajadas.

-Jovencito Min, me alegra verlo nuevamente- el mayordomo sostuvo entre sus brazos al joven frágil que se aferraba a él- ¿Cómo has estado estos meses por allá? - ambos se separaron viéndose con una sonrisa.

- ¡Mal! - un puchero se formó en los finos labios- ¡Yoongi no me dejaba salir, pero a Agust sí! ¡Es injusto! - el alfa empezó a refunfuñar causando ternura en los presentes.

-No te enojes por eso, sabes que no puedes salir mucho cuando estás solo porque puedes perderte, más en ese lugar que no conoces bien- el mayordomo acarició la suave cabellera del alfa.

-Tienes razón, señor Kim, pero igual quería salir- el puchero se acentuó más.

- ¡Hijo! - la señora Min corrió al encuentro del menor- ¡Por fin llegaste, cariño! - la mujer abrazó y besó la cabeza de su hijo repetidas veces.

- ¡Mami! Te extrañé mucho, mi lobito dice que también extrañó a mami- el lobo, que se había dejado llevar por la emoción de la parte humana, empezó a dar brinquitos emocionados y mover su cola con emoción.

El ambiente se llenó del aroma ligeramente dulce por la emoción que desbordaba el alfa y otro mucho más dulce por la emoción de la omega. Era la combinación perfecta, madre e hijo estaban juntos y aquello formaba una amalgama de olores indescriptible.

-Dile a ese lobito terco que yo también lo extrañé mucho- la mujer miró con adoración y orgullo a su menor- te amo como no tienes idea, hijo- los ojos de la mujer se llenaron de lágrimas por la emoción mientras su lobo interior lloriqueaba- mi lobita también dice que te extrañó, cariño.

Los dos se volvieron a fundir en un abrazo lleno de emociones que dejaba sin palabras a los presentes, aquello se veía tan perfecto que era digno de plasmar en una pintura.

Madre e hijo, la perfección hecha abrazo.

-Tienes mucho que contarme, pequeño Yoonnie- el menor asintió frenéticamente- ¿Deseas comer un pedazo de pastel mientras me cuentas tus aventuras? Preparé tu favorito.

- ¡Sí! ¡Pastel de limón! - el alfa empezó a dar brinquitos en su sitio por la emoción que desbordaba de él- ¡Tengo mucho que contarte! - el alfa salió corriendo hacia la cocina- Pastel ¡Ahí te voy!

Los demás presentes rieron ante la emoción que demostraba el alfa, aquella personalidad era la que más amaban puesto que era como tener a un cachorrito en casa, uno muy hiperactivo y amoroso que iba repartiendo abrazos y emoción por todos lados.

La casa se llenaba de alegría.

El sonido de un plato caer puso en alerta a los presentes quienes corrieron rápidamente hacia la cocina, lugar de donde provino el fuerte sonido.

- ¡Hijo! ¿Qué sucedió? - la mujer habló al ver a su hijo en aquellas condiciones.

El alfa se encontraba en el suelo, un cuchillo frente a él y un plato roto a su costado, el rostro normalmente pálido del menor ahora se encontraba aún más blanco por el susto, sus ojos abiertos grandemente mientras miraban con terror al arma blanca frente suyo.

- ¡Le dije a Lee que tenga todo en orden! - Chanyeol salió de la cocina a paso apresurado mientras gritaba el apellido Lee.

-Ya hijo, pasará, no te preocupes- la mujer agarró a su hijo entre sus brazos mientras lo mecía lentamente- no pienses en eso, piensa en las cosas buenas, piensa en todos los pasteles de limón que puedes comer, en Channie, Baekkie, en Yoongi que lo quieres mucho.

- ¡No! ¡Yoongi no porque es malo! - la mujer, al escuchar a su hijo refunfuñar, se permitió reír- ¡No me dejó salir allá, solo una vez! - el menor empezó murmurar supuestos insultos hacia Yoongi.

-Oh, entonces ese Yoongi es muy malo ¿Verdad? - el alfa asintió sin quitar su ceño fruncido y su puchero- ¿Por qué querías salir? - las mejillas del omega se sonrojaron y levantó su mirada hacia su madre.

-Porque había una omega muy bonita ¡Era hermosa, mamá! pero Yoongi nunca me dejó salir para hablar con ella- los refunfuños volvieron.

-Oh- la sorpresa se notaba en el rostro de la madre y de Baekhyun- ¿Cómo se llamaba esa omega?

-No le pude preguntar porque ese Yoongi malvado no me dejó salir- la mujer se sentía derretir ante el pequeño berrinche que hacía su hijo- mejor vayamos a otro lado- el menor se separó del abrazo de su madre y se levantó.

-No mires eso, hijo, mejor mira a la bebé de Baekhyun- Yoonnie volteó a ver a la bebé mientras la mujer recogía el cuchillo.

- ¡Bebé! ¡Mami, yo quiero un bebé! - la mujer volteó la cabeza rápidamente hacia su hijo mientras dejaba caer el cuchillo por la sorpresa.

- ¡Hijo! Deja de decir tonterías- el nerviosismo se pudo sentir en el ligero toque agrio que se apoderó del aroma de la omega.

-No son tonterías, mi lobito dice que hay un bebito para nosotros, pero... ¿Dónde está? No entiendo, este sentimiento es muy confuso.

-H-Hijo, creo que mejor vamos a comer pastel y saldremos a comer al patio ¿Te parece? - el menor asintió y salió dando pequeños saltos intercalando sus pies para hacerlo.

-S-Señora, debemos hablar a solas ¿Podemos hablar cuando Yoonnie se vaya a dormir? - la mujer asintió.

-Está bien, ahora ve a hacerle compañía mientras yo le sirvo pastel ¿Deseas una porción? - el omega asintió agradeciendo antes de salir.

La omega se quedó sirviendo las porciones de pastel y las colocó en un plato cada uno, decorando especialmente el de su hijo.

- ¡Mayordomo Kim! - la mujer llamó.

- ¡Sí, señora! - el mayordomo, en cuestión de segundos, apareció en la cocina tan elegante como siempre.

-Lleva por favor estas porciones de pastel al patio donde estaremos, recuerda que el más decorado es el de Yoonnie.

-Sí, señora, ahorita mismo lo hago- el mayordomo se acercó al gabinete y sacó una bandeja de plata colocando ahí los platos que había dejado la mujer.

Una vez todo en la bandeja, el mayordomo siguió los pasos de la mujer y se encaminó al patio donde se encontraba un alegre Yoonnie contando anécdotas y dos omegas mirándolo con un brillo especial en los ojos.

-Señorito Min, aquí está su pastel de limón- el mayordomo dejó el plato del alfa en su lugar- que los disfrute- la sonrisa del mayordomo era tan sincera, que Yoonnie se sintió amado no solo por su familia, sino también por quienes le rodeaban.

- ¡Gracias, mayordomo Kim! - Yoonnie corrió hacia el beta y lo abrazó causando una carcajada en el mayor- usted es el mejor.

El pecho del beta se llenó de emoción y amor, amaba a aquel alfa como si fuera su hijo propio, lo vio crecer y convertirse en el hombre que era, lo vio llorar y madurar, lo vio ser él mismo con el paso de los años.

Porque el mayordomo Kim estuvo siempre para él, incluso antes de que él llegue a esa familia.

-Ya, basta de abrazos, vaya a comer señorito Min- el menor rio ante la graciosa manera en que lo llamaba.

El alfa, dando saltitos, fue a sentarse al asiento frente a su plato y con rapidez empezó a comer aquel delicioso dulce.

- ¡Rico! ¡Me gusta este, mucho! - la sonrisa y los ojos del alfa brillaban de la emoción- ¿Por qué a Yoongi no le gusta de este? Siempre me regaña porque cuando como este pastel, le queda sabor a limón y no le gusta- la brillante sonrisa pasó a ser un enojado puchero.

-Cada quien, con sus gustos, cariño, no juzgues a Yoongi por no tener los mismos gustos, a él le gusta el café y a ti no ¿Ves? - el menor, con las mejillas sonrojadas, bajó la mirada a su plato mientras asentía.

-Tienes razón, mami ¡Mejor sigo disfrutando! - y con la misma emoción siguió comiendo.

De repente, el menor dejó de mover sus manos para comer y mantuvo unos segundos su mirada fija en el plato. Cuando levantó la cabeza, la confusión estaba marcada en sus facciones.

- ¿Qué mierda? - bajó su mirada nuevamente al plato e hizo una mueca de asco- ¡No jodas, Yoonnie! ¡Te he dicho mil veces que odio el puto pastel de limón! - un gruñido salió de los labios del alfa.

-Pero ¿Qué rayos fue eso? - Baekhyun, que nunca había visto ese tipo de switch*, estaba pasmado- ¿Cómo...? ¡Dios, esto es una locura! - ante aquella palabra, una carcajada salió de los labios de Yoongi.

-Literal una locura, Baekkie, ya ves que la cordura no es mi fuerte- la risa del alfa aumentó- bueno, me iré a bañar, estoy realmente agotado.

Sin decir ninguna palabra más, Yoongi se levantó dejando pasmados a todos los presentes, una vez arriba, se encaminó a su cuarto y luego ingresó a su baño parándose frente a su espejo.

Miró su reflejo, una gran sonrisa en su rostro, aquella sonrisa que mostraba sus rosadas y tiernas encías que derretía a cualquiera cuando Yoonnie era quien estaba al mando.

Una hermosa y gran sonrisa.

Que de golpe desapareció.

Las comisuras de sus labios, en lugar de curvarse hacia arriba lo hicieron hacia abajo, una mueca de tristeza adornaba aquel rostro que antes brillaba para el mundo, aquel brillo que él solo veía como un estorbo más.

La felicidad había abandonado su vida muchos años atrás, pero él no se sentía listo para poder compartirle a los demás aquello que lo atormentaba, se odiaba, se sentía inservible y que para lo único que existía era para ser una maldita carga.

Sonreía para que aquella carga que, según él era, fuese más liviana.

Nunca se sintió como alguien normal, según él era una simple desgracia.

Sonreír le costaba cada vez más, sentía que aquella máscara de amabilidad y alegría se debilitaba con cada día que transcurría porque él sonreía para que nadie viera aquella tristeza que cargaba consigo.

Las lágrimas reemplazaron esa falsa sonrisa que antes decoraba aquel pálido rostro, aquel rostro que reflejaba luces grises con sonrisas engañosas que coloreaban su apariencia al mundo, haciéndolo ver como una persona alegre... cuando por dentro se estaba muriendo.

-N-No quiero ser así ¿¡Por qué carajos eres así, Min!? ¿Por qué no simplemente moriste antes de nacer? ¡Joder, me hubieran ahorrado tantas cosas! - las lágrimas de tristeza se convirtieron en lágrimas de rabia.

Sin titubear, el alfa golpeó el espejo frente a él rompiéndolo en miles de pedazos dejando solamente un pequeño pedazo en una esquina donde aún se podía apreciar el rostro rojo y con lágrimas.

La cólera hizo que aquel golpe fuera tan fuerte que incluso llegó a abrir su piel de los nudillos, la sangre chorreaba por estos hacia su antebrazo y luego hacia el suelo creando una mancha grande de sangre.

-Así te estás rompiendo, Min Yoongi, así te estás rompiendo... pero nadie se da cuenta ¿A caso no entiendes? no le importas a la gente ¿Realmente crees que la gente va a querer a un maldito trastornado que lo único que trae son desgracias?

Una risa llena de dolor, combinada con sollozos, retumbó por la habitación. Yoongi colocó sus manos en el lavador y se inclinó hacia adelante, su rostro mirando hacia abajo mientras las lágrimas no dejaban de caer y la sonrisa de dolor no se iba de su rostro.

Una sonrisa de medio lado, que demostraba maldad, se fue formando en sus labios mientras levantaba el rostro. Miró hacia el espejo, aquel pequeño pedazo que quedaba, y miró nuevamente su reflejo.

-Hola mundo, aquí Yoonji.

Una última carcajada se escuchó antes de que, la ahora alfa, saliera del baño.



[***]

- ¡Te juro que olí su aroma! ¡Era Yoongi, joder! - Jimin, ya en la habitación de hotel que habían alquilado, empezó a entrar en pánico- Vámonos, nos vamos de este lugar- se encaminó hacia su maleta e intentó regresar a esta las cosas que habían sacado.

- ¡Cálmate, Jimin! - John fue hacia su pareja y lo agarró de los hombros- cálmate ¿sí? no ganas nada con desesperarte de esa manera, cariño- el beta miró fijamente al omega calmándolo poco a poco con su amorosa mirada.

-Lo siento- Jimin bajó su mirada- esto no puede pasarme otra vez, John- levantó nuevamente su mirada y la fijó en la del beta- él me puede matar ¿entiendes? mi vida corre riesgo- los ojos del omega se llenaron de lágrimas.

-Cariño, ya no llores ¿está bien? si estás de pesimista entonces las cosas no saldrán bien, no atraigas el mal- Jimin solo asintió.

- ¡Listo! - la puerta abierta de golpe sobresaltó a la pareja- ¿interrumpo algo? - HoSeok hizo una mirada pícara.

- ¡No! - las mejillas de Jimin se sonrojaron fuertemente mientras el beta solo reía- ¿Quiénes son ellos? ¿Y ese bebé?... ¡Oh Dios mío! ¡él es tu bebé! - Jimin corrió hacia donde estaba HoSeok y agarró al bebé en sus brazos.

-Sí, agárralo, no tengo problema ¿que si me da miedo de que llore porque un desconocido lo agarró? No para nada, con confianza- la ironía de las palabras del omega causaron una suave risa en Jimin que estaba embelesado con el bebé.

- ¡Mira, John! ¡Es hermoso! - el beta, incómodo, sonrió forzadamente a su pareja mientras miraba al bebé.

-Sí, hermoso- el llanto de la menor se escuchó llamando la atención de sus padres- ¿Qué pasó, mi amor? ¿Por qué llora la nena más hermosa del mundo? - el beta se acercó a su hija cargándola entre sus amorosos brazos.

Jimin miró a su pareja con confusión, él sabía que John era un amante de los niños, amaba a su hijo e incluso a su pequeña y nunca había visto en él una reacción como la que acababa de tener.

Y HoSeok se dio cuenta de que algo estaba mal.

-C-Creo que mejor me voy ¿Me das a mi hija, Minnie? - Jimin miró con vergüenza a su mejor amigo- lo siento, adiós.

HoSeok agarró a la menor y salió de ahí sin esperar respuesta de los contrarios, Jimin volteó a ver al beta quien se encontraba mirando con una falsa sonrisa y lágrimas retenidas, a la pequeña.

- ¿Qué fue eso, John? - el beta levantó su mirada hacia el omega.

- ¿A qué te refieres? - John miró con confusión al omega.

- ¿Por qué trataste así al niño? ¡Deja de lados tu inmadurez, es tan solo un niño! - John rio falsamente, a punto de llorar.

- ¿Inmadurez? ¿En serio lo llamas inmadurez? Jimin, tú no sabes absolutamente nada de lo que yo siento ¿Tienes mi marca en tu cuello? -el omega negó- entonces no sabes lo que siento, no sabes cómo esto me mata- el beta golpeó su pecho a la altura de su corazón.

-No estoy entendiendo nada- Jimin se sentó en la cama, se sentía desfallecer- ¿A qué te refieres con "matar"?

-Me mata saber que es real el hecho de que mi alma gemela tiene un hijo con un hombre que no ama... a pesar de que hice lo posible por convencerme de que aquello era tan solo una vil mentira.

En ese momento las lágrimas bajaron por aquel pálido rostro.

Jimin miró sorprendido a su pareja, vio con sorpresa como aquellas lágrimas bajaban y los sollozos se intensificaban.

- ¿T-Tu alma gemela? - el omega sintió su rostro humedecerse poco a poco- ¿Por qué nunca me lo dijiste? ¡Los he estado matando inconscientemente!

- ¡Cállate! ¡No es tu maldita culpa sino la mía! Solo te diré una cosa, Jimin, no siempre el protagonista de una historia te va a narrar la verdad ¿Cómo estás tan seguro de que lo contado es real o falso?

Jimin solo dejó al silencio llenar el ambiente mientras miraba al beta dejar a la menor en la cama y salir de la habitación luego de agarrar una polera.

Jimin sonrió mientras las lágrimas bajaban por sus rellenas mejillas.

La sonrisa no siempre es sinónimo de felicidad, y en el caso de Jimin aquello era la más pura realidad.




¡Hola! Siento que este cap se irá a revisión cuando termine el libro porque no me convence xd

En fin, mil disculpas por haberme desaparecido de esta manera por tanto tiempo, les juro que estoy demasiado ocupada en un montón de cosas :c

Trataré de terminar lo más pronto posible el libro, de actualizar más seguido y de hacerlo mejor ^^

Espero les haya gustado, a lo mejor solo es relleno pero bue... ahhh :c

Mil disculpas cualquier error por ahí, si encuentran uno me avisan, por fa.

¡Hasta el próximo capítulooo! ¡Lxs amo, cuídenseeeeeeeeee! 

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