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Capítulo 16

Manila - Filipinas

Al no tener con quién salir, YoonGi decidió ir solo, olvidó los papeles y todo lo que tenía que ver con la empresa y salió a divertirse, realmente lo necesitaba con suma urgencia.

-EunBi, saldré y no llegaré hasta mañana, terminas lo que tengas que hacer y puedes irte a casa- Yoongi se acercó al puesto de su secretaria mientras veía su celular.

-Entonces saldré ahorita, ya no tengo nada que hacer ahorita- la joven hizo una leve venia y se dispuso a acomodar unos papeles y sus cosas para poder retirarse.

-Oh ¿Ya terminaste todo? ¿Ya está todo preparado para que le des pase a la nueva secretaria? - YoonGi pensaba llevarse a la joven puesto que creía que era lo suficientemente competente como para seguir con ella.

-Sí, señor, alisto mis cosas y me voy a casa- EunBi dejó de ordenar sus cosas para centrar su atención en su jefe- ¿Desea algo?

- ¡Sí! ¿Tienes algo que hacer en casa o no tienes ningún plan?

-No lo tengo por el momento, señor.

- ¡Salgamos! - Yoongi se veía emocionado por tener compañía, no le gustaba salir solo.

-Y-Yo... no lo sé, señor, no creo que sea la mejor opción salir con usted- la joven se veía insegura ante la propuesta.

-Oh vamos ¿Tienes miedo, acaso? - Yoongi la miró con un ceja alzada retándola.

-No señor, pero creo que debería hablarlo primero con mi prometido- EunBi no sabía de qué manera negarse, no quería decir la verdad ni salir con el alfa... realmente sí tenía miedo.

-Oh... supongo que iré yo solo entonces- el alfa hizo un puchero y se notó decaído.

Yoongi siempre creyó que la gente no quería salir con él o estar junto a él por su enfermedad, a lo mejor no sabían que la tenía pero el ver a alguien con un comportamiento un día y otro comportamiento la próxima vez que se vean, no era muy común y realmente daba miedo.

-No es nada personal, señor, pero realmente no sé si mi prometido me dejará- la menor se veía avergonzada por negarse ante su jefe.

-Está bien, entonces... supongo que será otro día, no hay problema-el alfa miró la hora en su reloj y salió- ya puedes retirarte, mañana hablaremos sobre cómo será el viaje y todos los pormenores.

-Está bien, señor, que tenga una agradable salida- una última venia de ambos y el alfa se retiró dejando a la joven.

Yoongi se encaminó al bar más cercano, sabía que era temprano para salir a bares pero eso no suponía ningún problema.

Cuando llegó al bar, el cual nunca había visitado antes, se dio cuenta de la cantidad exagerada de omegas vestidos extravagantemente, con vestimentas que no dejaban mucho a la imaginación.

Llegó a la barra y se sentó en uno de los tantos bancos.

-Buenas tardes- le dio una mirada rápida a la carta de tragos y encontró entre ellos uno que amaba- me da un negroni, si puede le hecha más ginebra que campari.

-Enseguida, guapo- el barman le guiñó el ojo y se volteó para poder empezar a preparar el trago.

Yoongi, confundido por el claro coqueteo del omega tras la barra, se le quedó mirando.

Embelesado por los movimientos del contrario, el cual movía sus caderas al ritmo de una música lenta que ambientaba el lugar, bajó su mirada fijándola en el redondo trasero del contrario, en cómo este se movía al ritmo delicado del vaivén de sus caderas.

El joven volteó su cabeza dirigiendo su mirada al alfa- ¿Disfrutando de la vista, precioso? - en ningún momento el joven dejó de mover sus caderas, Yoongi se relamió los labios ante el ambiente que poco a poco se estaba volviendo más sexual.

-Claro que sí ¿Quién no lo haría? - el alfa le dedicó una mirada lasciva.

- ¿Tienes planes para las siete de la noche?

Yoongi miró su reloj fijándose que apenas eran las cuatro de la tarde y sus ganas de desestresarte eran demasiado matando la fuerza de voluntad que tenía.

La personalidad "YoonGi" no era una adicta al sexo y cuando se daba una oportunidad como esa, tenía que una lucha interna para impedir que "Agust" tome el control.

-No los tengo, pero no pienso acostarme contigo- Yoongi miró hacia otro lado tratando de evitar una desgracia.

- ¡Oh, vamos! ¿Eres de esos típicos empresarios que se creen la gran cosa y se ponen difíciles? Creí que serías diferente, que serías mejor- el barman hizo un puchero.

Yoongi miró nuevamente el cuerpo del contrario y un dolor de cabeza demasiado fuerte empezó a atacarlo, un dolor de cabeza demasiado conocido... Agust quería salir y al parecer no podía impedirlo.

-Y-Yo... ya vengo.

A paso apresurado, Yoongi se dirigió al baño para tratar de calmarse, al parecer ir a un bar fue una terrible idea ya que ver tantos cuerpos parcialmente descubiertos y bailando de una manera demasiado sensual, había despertado a su personalidad más sádica y sátira.

Empezó a sentirse mareado, el dolor de cabeza aumentó y sus ojos empezaron a llenarse de lágrimas por la desesperación.

Unos minutos después, ya no era Yoongi, ahora era Agust.

Agust's Pov

Por fin, realmente necesitaba salir, cada vez que el libido aumenta yo despierto tomando el control de esta situación, de todas maneras es mi especialidad.

Me miré al espejo, mi cabello está despeinado, mi piel pálida, mis labios resecos quebradizos, mis ojos rojos por las lágrimas... Estaba hecho un desastre y esto no podía ser así.

Rápidamente mojé mi rostro y mi cabello para poder hidratar mis labios y poder mejorar mi aspecto el cuál cabe recalcar que estaba terrible.

El sonido de unos pasos me hizo levantar mi cabeza y mirar a través del espejo a la persona que se atrevía a ingresar, me relamí mis labios al ver aquel cuerpo tan sexy.

-Guapo ¿Ya estás con ganas de tener una noche divertida? - una mirada pícara y una sonrisa lasciva adornaban su delicado rostro.

- ¿En serio lo preguntas? Obviamente- sonreí a medias y miré fijamente sus labios queriendo morderlos y succionarlos, miré su cuello y poco a poco sentí mi erección crecer mientras continuaba bajando mi mirada.

-Es que antes estabas de caprichosito y no querías, por eso es mejor preguntar- mierda, Yoongi, odio cuando desperdicias este tipo de oportunidades.

-Entonces... ¿Hotel o aquí? - necesito urgentemente tener algo con este omega, está malditamente sexy.

Cada personalidad tiene sus propios recuerdos, lastimosamente yo no puedo saber qué sucedió cuando Yoongi estaba fuera, o cuando salía Yoonnie o alguna otra personalidad así que por eso muchas personas me miran raro al ver que no soy el Yoongi que conocen.

La personalidad que más odio es la de Yoongi porque el muy maldito es un blando y me hace perder miles de oportunidades para divertirme, dice mi padre que él es súper correcto y bla bla bla, porquerías.

-A las siete de la noche en el hotel de al lado, guapo- me guiñó un ojo descaradamente y salió del baño meneando las caderas de manera sensual- volteó su cabeza mirándome cuando estuvo parado en la puerta- por cierto, tu bebida especial ya está- y ahora sí salió.

¿Mi bebida? ¿A caso este es el barman? Esto está aún más interesante, a lo mejor puedo sacar un par de bebidas gratis para que la noche sea aún más divertida.

Joder, necesito acción y aún faltan casi tres horas para que ese hombre esté libre esté libre, mejor buscaré otro omega mientras tanto.

Cuando salí, me sorprendí al ver a tanto omega casi desnudo, uno pelirrojo con buenas curvas y redondo trasero me llamó la atención, me acerqué lentamente y me paré tras él colocando mis manos en su cadera.

-Eres muy guapo ¿No quieres aumentar la diversión para esta noche? - rosé con mi nariz y labios su cuello causando que sus vellos se ericen.

-Uhm, me gusta tu propuesta- susurró sensualmente y se volteó- ¿Dónde planeas llevarme? - miré sus ojos y me encantaron aún más, era de un celeste atrapante y profundo.

-Sígueme, pequeño- le di un último beso en la curvatura de su cuello y lo solté.

Estos lugares me los conozco de memoria, estas calles llenas de bares son como si hubieran sido hechos por mí ya que conozco cada negocio o bar que hay por aquí, pero por sobre todo, me conozco como la pala de mi mano cada uno de los hoteles que hay por aquí así que ya se ha donde llevarlo.

Cuando salí vi mi auto fuera así que busqué en mis bolsillos encontrando la llave.

-Bingo- sonreí- en estos momentos empiezo a amarte, Yoongi.

- ¿Con quién hablas, guapo? - el omega se puso al lado mío.

-Conmigo mismo, precioso- literal, no miento, le abrí la puerta del copiloto- sube, pequeño, te prometo que no te faltará la diversión- le guiñé un ojo y este solo sonrió antes de subir.

Cerré la puerta y le di la vuelta al carro subiendo al asiento del piloto, coloqué la llave donde va y arranqué el auto, miré al contrario y este estaba concentrado en su celular.

- ¿Tienes novio? - me miró y negó- ¿Eres virgen? - el pelirrojo tuvo el descaro de reírse.

- ¿Crees que iría a coger contigo siendo virgen? Es algo ilógico.

-Buen punto- reí por mi idiotez- bueno, vamos.

Empecé a manejar, deslizando suavemente el auto entre las calles atestadas de autos, posiblemente algunos iban a hacer lo mismo que yo u otros tal vez iban a hacer alguna otra cosa, no sé ni me interesa.

Lo miré nuevamente y el pelirrojo seguía en el celular, me enoja cuando la gente prefiere darle su atención a ese maldito aparato antes que a mí.

- ¿Puedo saber con quién hablas? - lo mire totalmente serio.

-Con un amigo, le estoy pidiendo un par de consejos- me miró con una sonrisilla pícara- Espero que puedan servir.

Joder.

Miré al frente totalmente satisfecho con la respuesta del contrario, mi erección dolía y necesitaba urgentemente atención ahí.

-Llegamos, baja.

- ¿No me abrirás la puerta? - me miró.

-Oh, claro que sí, pequeño- me bajé y le abrí la puerta- vamos- agarré su mano y lo jalé para poder caminar más rápido.

Revisé rápidamente mis bolsillos para verificar que mi billetera esté ahí, sí estaba. Llegué a recepción encontrando a una omega realmente guapa... ¿Le gustará un trío?

-Hola, preciosa- le regalé una de mis típicas sonrisas que hacían caer a cualquiera- busca mi nombre y dame las llaves de la habitación que sale ahí.

-Claro, joven- pestañeó rápidamente tratando de coquetear conmigo- ¿Desea alguna bebida en especial para poder colocar en el minibar?

-Sí, del más fuerte que tengan por favor, y uno de los vinos más dulces- miré sus senos, su cintura estrecha, sus caderas y finalmente subí mi mirada a sus labios.

La joven se sentía cohibida al tener mi mirada fija escaneando todo su cuerpo, relamí mis labios y mordí el inferior al sentir como el libido continuaba subiendo al ver su cuerpo muy bien formado, totalmente mi tipo.

-Estas son las llaves, joven, que tengan una agradable cita- retrocedió un par de pasos en su puesto e hizo una leve venia.

-Gracias, vamos- le di una última mirada y me dirigí al ascensor.

- ¿Qué piso es? - preguntó el omega con el dedo sobre uno de los botones dispuesto a presionarlo.

-El último- lo presioné por él.

El ambiente estaba totalmente tenso, la tensión sexual es demasiado fuerte impidiendo que alguno de los dos hable. Sin aguantar más, agarré al pelirrojo de los hombros y lo volteé empujándolo para que choque con la pared del ascensor.

Un jadeo salió de los labios del omega, un jadeo que encendió cada una de mis células, sus labios con sabor a cerezas eran realmente buenos besando. Cada segundo el beso se volvía más candente, domino sus labios a mi gusto y se siente realmente bien.

Bajé mis besos a su cuello empezando a succionar, besar, morder y lamer. Los jadeos del omega no dejaban de salir de esos deliciosos labios, bajé una de mis manos y la metí por debajo de su camisa la cual estaba fuera del pantalón, empecé a subir encontrando con esos dos botones que lo harán mirar el cielo.

Agarré entre mis dedos uno de los dos pezones y empecé a jugar con él causando que el contrario se deshaga en jadeos.

-E-Espera, no quiero q-que alguien nos vea- el pequeño me empujó tratando de alejarme.

-No lo hará, precioso, este hotel es de uno de mis socios así que cuando lo mandó a construir hizo un ascensor y una habitación para mi así que déjate llevar.

Pegué nuevamente mis labios a los suyos, hinchados por el beso y llenos de mi saliva.

Mi lobo empezó a removerse inquieto, cada vez que hacía esto es maldito molestaba pero simplemente lo ignoraba, pero lastimosamente nunca se iba esa sensación de estar engañando a alguien, pero esta vez la sensación fue diferente.

Sin importarme aquel sentimiento, continué con lo mío.

Bajé mi mano libre y desabroché el pantalón del omega, creo que debo preguntarle su nombre porque no puedo seguir diciéndole pequeño u omega.

- ¿Cuál es tu nombre, precioso?

-GooYun- otro jadeo salió de sus labios- ¿E-El tuyo?

-Uhmm... puedes decirme Agust- y lo continué besando.

El típico sonido del ascensor al llegar a su destino sonó causando que deje de besar esos apetecibles labios. Las puertas se abrieron mostrándome la habitación que hace tanto no había visitado, hace un par de meses que no vengo porque no hubo oportunidad.

-Vamos, guapo- lo agarré de la muñeca y lo jalé conmigo.

Cuando ingresamos, pude escuchar un jadeo de sorpresa por parte del omega ¿En serio esto es demasiado sorprendente? Solo espero que no salga corriendo y le guste todo esto, no podré aguantar más, necesito coger.

- ¿Te gusta el Bondage? - lo miré fijamente, necesito ver si me dice la verdad o no y solo lo lograré si lo miro.

-Sí, lo practicaba con mi anterior pareja- le creo, sus ojos son seguros y su postura no demuestra temor, su mirada está fija en mí y no se desvió hacia ningún lado.

-Muy bien, entonces ve al baño- le señalé la puerta para que no se pierda- te desvistes y luego vas hacia ese vestidor- le señalé ahora el gran vestidor que se encontraba oculto por unas puertas francesas negras- en un banquito te estará esperando el traje que usarás.

-Está bien ¿Los útiles de aseo? - oh, me encanta, a otros omegas que he traído no les importaba si usaban o no el mismo jabón.

-No te preocupes, precioso, cada que vengo cambian los útiles de aseo.

-Pero no has avisado con anticipación- me mira confundido, oh si supieras.

-No te preocupes por eso, precioso- le di un beso antes de irme hacia la habitación donde están las cosas que utilizaremos.

Cuando entro, las cosas estaban en perfecto orden, al parecer fue una excelente idea el hacer ese trato con el socio chupamedias ese. Fijé mi vista en un objetivo y me dirigí hacia allá, mi preciosa cama con arneses y un cómo diván.

Mejor empiezo a cambiarme, camino hacia una de las puertas que había en esta habitación la cual pertenecía al inmenso vestidor, lo abrí y quedé satisfecho nuevamente al ver todo pulcro, todo en su correcto lugar.

-Bien... ¿Qué me pondré? - empecé a mirar todo.

¡Bingo!

Una vez elegí lo que me pondría, camino hacia el vestidor donde se encuentras las cosas que deberán utilizar los omegas, aprovechando que el joven aún está alistándose, miro todo el lugar buscando el par de esta perfecta piza y... ¡La encontré!.

Una sonrisa se formó en mi rostro al haber encontrado lo que buscaba. Voy hacia un diván que hay aquí y coloco el sexy conjunto ahí.

Salgo del vestidor antes de que el omega salga del baño.

- ¡GooYun! - me dirijo hacia la puerta del baño.

- ¿Qué? Ya mismo termino. - su voz se escuchaba distorsionada por el agua que caía de la ducha.

-Ni bien te alistes, vas hacia la habitación, toca la puerta antes de entrar.

-Está bien.

Con una sonrisa me dirijo hacia la habitación y me encierro en el armario.

La excitación por la espera recorre todo mi cuerpo, trato de mantenerme excitado para que ninguno de los otros tome el control o sino malograrán todo mi plan.

Me siento en el cómodo diván que hay en este armario y tomo entre mis manos mi grueso miembro haciendo un vaivén sobre este haciendo un delicioso sonido por la fricción de ambas superficies.

El calor empezó a aumentar, imaginé el cuerpo del omega, sus curvas pronunciadas, sus caderas anchas, su trasero redondo y grande, sus piernas gruesas y bien formadas junto a ese rostro tierno que esconde una sexy personalidad.

De la nada, ese rostro cambió y a mi mente llegó el rostro de aquel muchacho con el que disfruté tanto, con las mismas características pero un rostro angelical.

Empecé a recordar sus lágrimas, sus gemidos de dolor, su sangre recorrer su entrada escurriendo por sus hermosas piernas, manchado así su lienzo blanco con el rojo del dolor.

Sus gritos de auxilio que desgarraban su estrecha garganta, sus sonidos ahogados que hacía cada que penetraba su boca logrando que sus gruesos labios choquen con mi palpitante miembro que entraba y salía con brusquedad.

- ¡Mierda! - sentí como me vine en mi mano.

Respiraba rápidamente, trato de controlar mi respiración y a mi acelerado corazón.

Oh, Jimin, mi dulce y lastimado Jimin.

Aún recuerdo cómo Yoongi se sentía tan miserable luego de yo haber salido, recuerdo ese sentimiento de impotencia, dolor y rabia que recorría todo su cuerpo, aunque lastimosamente eran por tan solo un par de minutos porque luego los controlaba para no despertar a Yoonji.

Realmente odio esa personalidad, es una maldita asesina que malogra los planes del resto; pero, por sobre todo, la odio porque asusta al pequeño Yoonnie quien es tan solo un bebé.

Se que me sobrepasé con ese tal Jimin pero él se lo merecía, al lobo de Yoongi siempre lo aceleraba, siempre causaba algo en ese lobo tonto y eso hacía que Yoongi se enoje porque según el bien estúpido no puede amar a otro que no sea ese niñito HoSeok y su cachorro inservible.

Sí, yo también los odio.

Porque por culpa de ellos tenía que salir yo ara que Yoonji no despierte, no quiero más asesinatos sin sentido, suficiente con mi antiguo amor... realmente lo extraño así que para que ese dolor se esfume me refugio en el sexo y el alcohol.

Realmente no recuerdo nada de lo que los demás hacen y odio eso porque solamente Yoonji vio la muerte de mi amor eterno, tan solo tres veces en mi vida logré ver a Yoonnie y una sola vez logré ver a Yoonji.

¿Cómo? Bueno, me dejaron un par de videos y ellos me conocen por la cantidad de videos y fotos que subo a mis redes sociales.

Me tomaré una foto... Me levanto y voy hacia un espejo que hay cerca.

Agarro mi celular que está en la mesa al costado del espejo y poso frente al espejo.

Levanto ligeramente mi rostro, enfoco de la cintura para arriba y tomo la foto.

La veo y realmente me gusta, las luces apagadas hacen de la foto aún más misteriosa, unas cuantas cadenas decoran mi pecho y abdomen, mi cuerpo bien formado, mi piel pálida como la leche, mis pantalones lo suficientemente bajos como para provocar a quien vea esta foto y unas cuantas cadenas colgando de mis pantalones.

Rápidamente entro al editor de fotos y le pongo un filtro.

¡Listo!

Entro a Twitter y subo la foto, rápidamente empezaron mis seguidores a darle me gusta y unos cuantos a comentar y retuitear.

Una sonrisa se formó en mis labios al ver los comentarios, algunos eran de personas que ya había visto y otros eran de personas que nunca en mi vida vi.

La puerta se escucha y mi sonrisa se ensanchó al saber quién está tocándola así que rápidamente dejé el celular donde estaba y abrí las puertas francesas y me asombré al ver aquel omega con ese traje que le había elegido.

Empezaba en el cuello con un choker negro al estilo metal rock-punk con un aro adelante del cual colgaba un arnés que se cruzaba en el pecho y tenía un par de ramificaciones hacia los brazos formando un brazalete en cada uno, bajaba hacia la pelvis donde había una ropa interior de mallas dejando nada a la imaginación, luego bajaba hacia las piernas, en los muslos los rodeaba y luego bajaba como medias pantis.

Mierda.

Me acerco a él a paso lento, como un depredador a su vulnerable presa, cuando estuve cerca, agarré una correa que colgaba del arnés a la altura del ombligo y lo jalé hacia la cama.

- ¿Empezamos, precioso? - el otro asintió.

-Pero primero hay que poner un par de reglas, no me gusta esto pero no tan cruel así que diré "cerezas" cuando ya no pueda más.

-Está bien ¿Algo más? - lo miré divertido.

-Sí, quiero versatilidad.

¿Qué?

- ¿Qué dijiste?

-Como escuchaste, quiero versatilidad, no solo quiero ser el de abajo sino también el de arriba- interesante... nadie me había dado esa idea.

-Está bien, acepto.

Nos sonreímos mutuamente y, una vez impuestas las reglas, empezó la acción.

Lo tumbé en la cama y empecé a lamer su cuello, subí a sus orejas y soplé suavemente en su oreja para empezar a calentar el ambiente.

-Yo empiezo siendo el de arriba, cariño.

Omnisciente.

Los jadeos empezaron a inundar el lugar, Agust empezó a lamer y succionar desde el cuello y fue bajando hacia los pezones descubiertos del contrario dejando marcas y rastros de saliva por todo el sumiso cuerpo.

Cuando llegó a los pezones, primero agarró uno entre dos de sus dedos y el otro lo metió a su boca causando que los jadeos se dupliquen y la calentura aumente. Dejó de succionarlo y, dejándolo con saliva y erecto, lo dejó para hacer lo mismo con el otro.

-A-Agust... te quiero adentro- una risita seductora se escuchó del alfa- no te rías, joder, métela.

-No, precioso, iremos poco a poco ¿Entendiste? - un jadeo de afirmación se escuchó.

El alfa se levantó y se dirigió hacia un armario marrón que había en una esquina de la habitación, lo abrió y sacó de ahí un vibrador de color negro y bastante grueso, demasiado a decir verdad, luego agarró una fusta, unas bolas de Kegel de acero inoxidable, unas pinzas para pezones, y un anillo retardador de orgasmo.

Se dirigió hacia el omega que se encontraba acostado en la cama, con una mano dentro de las mallas dándose placer, su mano tenía un vaivén rápido causando jadeos fuertes y gemidos alucinantes.

- ¡Saca esa mano! - dejó las cosas en la cama y le dio una palmada en el dorso de la mano al contrario- no puedes hacerlo sin mi permiso, hermoso.

-L-Lo siento- el omega retiró la mano.

-Muy bien, empecemos.

Agarró el vibrador y, con la ayuda del control, lo puso en el máximo nivel de vibración, cuando el omega lo vio soltó un gemido demasiado excitado ya que el tamaño era gigante y realmente le encantaba. El alfa lo metió rápidamente y este entró sin ningún problema ya que el omega estaba totalmente lubricado.

- ¡M-Mierda! ¡Ah! ¡Se siente r-realmente b-bien! ¡Uhm! - los gemidos fueron aún más intensos.

El alfa subió a los pezones y empezó a succionar uno, con la otra mano agarró el miembro del omega y empezó a masturbarlo.

- ¿Te gusta? - susurró al oído del omega con voz baja y ronca.

- ¡S-Sí! ¡Más rápido!

El cuerpo del menor se movía al ritmo del intruso, su entrada se abría bastante por el gran tamaño del miembro artificial. Empezó a chorrear más lubricante y el alfa al sentir aquello bajó su cabeza hacia la entrada del omega, sacó el vibrador y se acercó a la entrada donde sopló causando escalofríos en el contrario.

-Mmm, sí.

El alfa sacó su lengua y empezó a lamer aquel dulce lubricante, lamió la entrada dejándola con saliva chorreando, metió la punta de su lengua saboreando el dulce néctar.

-Uhm, sabes delicioso, tal como la palabra de seguridad y tu cabello, delicioso sabor a cerezas.

-M-Me halag-gas... ¿P-Puedo probarte, alfa? - un gemido salió al sentir la húmeda lengua del alfa en su entrada- Te demostraré lo bueno que soy con los orales.

El alfa sonrió ladinamente y sacó el vibrador del omega y agarró las bolas chinas y las acercó a la boca del omega.

-Lámelas- el pelirrojo abrió rápidamente la boca y se las metió- así, muy bien, llénalas de saliva, precioso.

Luego de estar bien lubricadas, bajó hasta el trasero del omega y continuó lamiendo, sacaba y metía su lengua, luego de un rato, metió una a una las bolas chinas hasta que las tres estuvieron dentro, el omega se deshacía en gemidos al sentir aquel frío y aquel aparato entrar.

- ¡Joder! Nunca me habían metido esa cosa ¿Qué es?

-Son unas bolas de acero que por dentro son huecas con unas bolitas más pequeñas que cuando se mueven vibran causando placer- el alfa subió hacia el miembro del pelirrojo y lo metió a su boca lamiendo el glande.

Empezó a bajar lamiendo el tronco hasta llegar a la base, siguió lamiendo como si fuese una paleta y luego se lo metió completo a la boca arrancándole varios gemidos al contrario.

- ¿Esto es bondage? Ni siquiera tengo una sola cuerda- el menor se quejó entre gemidos.

-Espera, cariño, ni siquiera empezamos.

-Entonces ¿Sí me amarrarás? ¿Me quitarás estas prendas?

-Cariño, tienes una fuerte obsesión con las cuerdas y todo eso- el alfa miró divertido al omega.

-Lo tengo, sigue con lo que estabas.

El alfa soltó una risa baja y continuó. Dejó de lamer el miembro y agarró las pinzas para pezones colocándolas donde corresponden.

- ¿Qué mierda? ¡Esto duele! - el omega miró aterrado al alfa.

-Cariño, créeme que luego te llenará de placer, no te muevas.

Se levantó y se fue nuevamente hacia el armario y sacó de ahí cuerdas, esposas, una mordaza bola bondage y un antifaz de seda, una vez con las cosas que utilizaría se encaminó hacia la cama donde se encontraba el omega con una delgada cuerda colgando de su humedecida y rojiza entrada con un anillo al final para poder sacar lo que hay en el interior.

-Dame tus manos, precioso- el omega extendió sus brazos, confiando ciegamente en el alfa- las voy a esposar.

Agarró una de las muñecas y la unió a la cabecera de la cama con una de las esposas, luego agarró la otra y la unió al otro lado.

-Uhmm, me empieza a gustar- ronroneó el pelirrojo- no te detengas, hazme sentir tanto placer como dolor.

-Por cómo vamos, parece que encontré a mi amante perfecto- el alfa agarró los tobillos e hizo lo mismo que con las muñecas.

-Llámame cuando desees, amo el BDSM así que me encantará estar contigo.

El alfa sonrió emocionado y agarró el antifaz poniéndolo sobre los ojos del omega y finalmente colocó la mordaza en la boca del pelirrojo.

-Ahora sí, creo que ya podemos empezar, hermoso- susurró en el oído del menor mandando vibraciones a su miembro poniéndolo más erecto.

Un gemido ahogado se escuchó, ver al omega esposado y amordazado realmente lo excitaba, verlo a su merced y sumiso le encantaba.

-Como estás amordazado no podrás decir la palabra de seguridad, entonces tan solo vas a patalear lo más fuerte que puedas ¿Está bien? - el omega asintió dando luz verde al alfa.

Agarró la fusta y la pasó por el abdomen del omega, empezó a acariciar el delicado cuerpo con las hebras del látigo y cuando llegó a los muslos dio el primer golpe, suave para poder ir empezando.

Un pequeño gemido se escuchó, al segundo latigazo el menor se retorció de placer y así a medida que pasaban los latigazos, la fuerza aumentaba, el abdomen y piernas del omega se encontraban rojizos con marcas del látigo de las cuales pequeñas gotas de sangre salían.

- ¿Sigues aguantando, hermoso? - el alfa tenía una mano en la fusta y la otra en su miembro erecto.

Un movimiento de cabeza lo alentó a continuar.

-Creo que ahora sí dejaremos respirar tu cuerpo de las marcas, sacaré esto- agarró la delgada cuerda de las bolas chinas.

Las empezó a retirar con una lentitud torturante, sacando miles de gemidos silenciados por la mordaza al omega.

- ¿Te gusta? - asintió el contrario? - ¿Deseas meterme lo mismo cuando cambiemos roles? - el otro asintió aún más frenéticamente- te sacaré la mordaza.

Se subió a la cama y empezó a gatear suspendido sobre el cuerpo del omega y mientras avanzaba, succionaba la sangre de cada herida, succionando y dejando más chupones de los que ya había. Siguió subiendo hasta que llegó a los labios del contrario y sacó la mordaza.

Su miembro vibró al ver aquellos rosados labios, abiertos y chorreantes de saliva, la lengua rosada rozando los dientes mientras gemidos y risas salían de aquellos labios con sabor a pecado.

- ¿Continuamos, alfa? - la seductora voz envió vibraciones de placer al alfa.

-Claro.

Se levanto y sacó la pequeña malla que cubría el miembro del omega, se deleitó al observar aquella rosada y delicada extensión con una punta chorreante de semen tan erecto que estaba pegado hacia el maltratado vientre.

Agust no sentía el lobo y aquello lo tranquilizó, en esos momentos no necesitaba a ese metido lobo.

Agarró entre sus manos el miembro erecto del menor y empezó a mover su mano bruscamente y metió cuatro dedos de su otra mano en la estrecha entrada del pelirrojo.

- ¡La puta que te parió! ¡Ve más lento! jod- ¡Ah! ¡Mierda! - el omega estaba por llegar a su orgasmo pero el alfa dejó de masturbarlo y penetrarlo con los dedos- P-Pero ¿Por qué paras?

-Necesito hacer algo- lloriqueos se escucharon- pondré esto en tu pene, cariño- agarró el anillo y lo colocó en el miembro del menor.

- ¿Es en serio? Joder, esto se pone mejor.

El alfa se puso un condón y encima se puso otro anillo.

-No solo tú disfrutarás, cariño- le dio la vuelta al omega, el cual quedó en una extraña posición por las ataduras- baja tu pecho y levanta tu trasero.

El omega obedeció y bajó su pecho levantando su trasero dejándolo al alfa para que haga lo que desee. Agust agarró ambos cachetes y los separó, con un dedo empezó a jugar en la entrada entrando y sacando el dedo o acariciando las arrugas del anillo.

Dejó de jugar con el trasero del menos y agarró la fusta empezando a golpear los cachetes dejándolos rojos y con marcas.

¡Sí! ¡Joder, me encanta! - el omega estaba realmente excitado.

El alfa entró de golpe al interior del omega y empezó a penetrar con fuerza sacándole infinidad de gemidos al contrario, el sonido de las pieles chocar subía el libido de ambos, la fuerza con la cual se unían causaba un rechinar en la cama.

- ¡Más rápido, joder! - el alfa aumentó la velocidad de las embestidas y la rudeza.

- ¡Mierda, e-estás demasiado apretado!

Luego de unas embestidas más, ambos llegaron al orgasmo, Yoongi terminó en el preservativo y el omega en las rojas sábanas de la cama.

- ¡Carajo!

Ambos cayeron a la cama, exhaustos y con la respiración acelerada.

-Definitivamente otro día debemos juntarnos para repetirlo- el omega trató de voltearse pero no podía.

-Aún no terminamos, hermoso, nos queda una hora- el omega volteó su cabeza y miró al alfa con una sonrisa.

Yoongi lo volteó y empezó a subir para poder desatarlo, liberó las manos y los tobillos del omega y lo ayudó a sentarse con cuidado de no terminar de lastimarse.

-Joder, me duele hasta el alma, un poco más y me partías a la mitad- el omega se tocó la cadera con dolor- Me has dejado demasiadas marcas, guapo, no se cómo le haré para decirle a mi hijo.

-¿T-Tú hijo?- la sangre se drenó del rostro del alfa dejándolo pálido.

-Sí, pero no es de verdad, así le digo a mi  mejor amigo que es menor que yo, es como un hijo para mí.

El alma volvió a su cuerpo al escuchar aquello.

-Oh, entiendo... ¿Continuamos?

-Claro que sí, estas oportunidades no se desaprovechan- ambos sonrieron con picardía y el omega inmediatamente se sentó sobre el alfa para poder empezar una nueva ronda llena de placer.

-Te toca recibir, guapo.





¡Buenaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaasssssssss!

Oh Dios Mío JAJAJA ahhhhhh ¡Qué vergüenzaaaaaaaaaaaaaaa! >.<

Nunca había escrito algo... así jsjs

Por eso, si ven un montón de errores perdón, realmente no se me da muy bien que digamos las escenas +18 y menos las narradas en primera persona jsjs :c

Espero les haya gustado este capítulo (el cual me salió más largo de lo normal xd)

Si ven algún error de ortografía les agradecería que me avisen para poder corregirlo :3

Tengan una hermooooosa tarde, que todo les vaya bonito, cuídense, tomen agua, no salgan mucho y si salen que sea con cuidado y.... ¡Lxs quiero mushoooooooooooooooooooooooooo! ^^


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