TaeHyung alistó sus cosas en su hogar, esto sí se sentía como su hogar al fin y al cabo.

Ya había recogido todas sus cosas de la casa de Hefesto, salir de ese lugar había sido lo mejor que le pudo haber pasado.

Su vientre estaba algo más abultado. Acaricio su vientre, le gustaba hacerlo, lo hacia frecuentemente.

Había acariciado su vientre muchas veces tanto con Hermafrodito, con Priapo, y ahora con su nuevo hijo.

Y tenerlo con Ares era algo que le llenaba de alegría. Por supuesto, le entristecía la idea de que ya no podía verse con él.

Aunque, ¿desde cuándo a él le importaba lo que diga Suho? Desde nunca en realidad, incluso él era mayor que ese egocéntrico.

La puerta de su casa fue tocada con desesperación, y sus oídos quisieron llorar ante tan repentino ruido después de tanto silencio.

─ Por el amor, ¿quién toca así?

Suspirando, se acercó a abrir, y en cuanto lo hizo el pesado cuerpo de JungKook cayó sobre él.

─ ¿¡JungKook!? ─ TaeHyung se aseguró de que nadie estaba cerca, adentrándolo con precaución y cerrando la puerta con su pie.

─ ¿TaeHyung? ─ El pelinegro hablo entre balbuceos, y el dios del amor supo que estaba tomando.

─ ¿Estuviste con NamJoon?

JungKook no respondió, y TaeHyung lo tiró en la cama, cruzándose de brazos.

─ Vienes borracho, ¿cómo supiste dónde vivo?

JungKook se acomodo boca abajo, balbuceando más cosas.

─ Por quien más lin-do, por Hermes. ─ JungKook hipeo, y TaeHyung suspiro, acercándose a las ventanas para cerrarlas por si el día siguiente a Helios se le ocurría pasar por ahí.

─ Ya veo, entonces fue una fiesta. ─ Dedujo, sentándose al lado del grande cuerpo del menor.

Al notar como la cama se hundía a su costado, JungKook alzó el rostro, y con cuidado acomodo su cabeza en las piernas del mayor.

─ Una muy alocada, hubo burlas pero nada que un poco de golpes no solucione. ─ Balbuceo, restándole importancia.

─ Todo lo ves violencia.

─ Es la única forma de parar a los idiotas.

TaeHyung suspiró, negando sutilmente.

─ Tú no eres así.

─ ¿Por qué tan seguro? ─ JungKook se puso a la defensiva, frunciendo el ceño.

─ Valoras mucho a tu familia, por más rudo que parezcas solo eres un dios tratando de verse maduro. ─ El rubio acaricio el cabello del menor, quien cerro sus ojos ante el tacto tan suave.

Era verdad. JungKook podría mostrarse firme e incluso intimidante, con aquellos músculos fuertes y prepotente personalidad. Pero no era más que una máscara, JungKook era un bebé cuando lo conocías bien.

Metafóricamente hablando claro.

─ Por cierto, creí que nos habían prohibido vernos.

El pelinegro dió una sonrisa ladeada, abriendo de nuevo sus ojos.

─ ¿Desde cuándo le hago caso a mi padre lindura?

El dios del amor meneó la cabeza. Tenía razón, ellos no eran el tipo de dioses que obedecían exactamente el veredicto de Zeus.

─ Tienes razón, somos unos rebeldes.

JungKook carcaquejeo, al parecer el alcohol se le había bajado un poco.

El dios de la guerra alzó su mano, posándola encima del vientre de TaeHyung con cuidado.

─ Tu vientre ha crecido un poco para el tiempo que hemos llevado, ¿estás acelerando el embarazo?

─ No, en este no, quiero que crezca bien está vez.

JungKook se levantó, dándole una indicación con la mirada a TaeHyung, quien entendió rápidamente. El dios del amor se acomodo en la cama, quedando así todo su cuerpo en el colchón. Por su parte JungKook se acostó encima de él, dejando su cabeza cerca del vientre de TaeHyung.

─ Hola niño... soy tu papá, yo puse el espermatozoide para tu creación.

TaeHyung golpeó el hombro de Jungkook, divertido.

─ Dilo con más tacto, ¿no?

JungKook solo rió.

─ Bueno bueno. ─ Se aclaró la garganta, volviendo a hablar. ─ Hola niño, niña o quien seas, soy tu papá, mucho gusto. ─ Susurro.

TaeHyung sonrió inconscientemente, esa escena era tan linda.

─ Bueno umm, no sé que decir, no sé a quien de los dos saldrás, o si serás una mezcla de ambos, estoy ansioso de tu llegada. ─ Siguió, elevando su vista hacia los ojos del mayor, notando ese brillo en sus orbes.

─ Yo también lo estoy, ya quiero verlo o verla.

JungKook se levantó, besando los labios de TaeHyung con furor.

TaeHyung jadeo sobre sus labios, acomodándose mejor en la cama mientras el cuerpo del menor se colocaba encima suyo.

Después de un tiempo JungKook se separó, mirando con cariño a TaeHyung.

JungKook se acostó a su lado, pasando su brazo por su cintura y atrayendolo a si mismo.

─ ¿Por qué no mejor descansamos un rato? Me gusta estar así.

TaeHyung asintió, acurrucándose en el pecho del pelinegro.

─ Buenas noches lindo.

─ Buenas noches impulsivo.