Prometo responder (sin) la verdad

La sonrisa de Min YoonGi no tiene rival con nada que SeokJin conozca. Es tan bonita que hace que en su propio rostro le nazca una, como si ese gesto buscara respuesta en su boca.

Por eso es que SeokJin lo besa apenas lo ve llegar y, por fortuna, el humor de YoonGi es el ideal para que le corresponda con intensidad. Casi como si también lo hubiese extrañado. Casi.

—Te traje algo —dice YoonGi al separarse de él, y la sonrisa preciosa sigue allí, ahora, con la evidencia sonrosada del beso compartido.

—¿Qué es? —pregunta entonces SeokJin, pero más por inercia que por interés.

No tiene otra cosa en mente más que desnudar al chico y enterrarse en él sin demora. Porque es allí cuando SeokJin puede expresar lo mucho que lo ama. Y le gusta demostrarle al otro que su cariño es intenso; de este modo, siempre volverá con él.

—Es un boleto de avión —Le contesta, mientras SeokJin se encarga de guiarlo al cuarto—. Saldremos el lunes y volveremos el jueves ¿qué te parece?

Pero SeokJin tarda en procesar la información porque está ocupado desprendiendo la camisa de YoonGi. Recién cuando llega al último botón es que cae en cuenta de algo: YoonGi no lo está invitando. Es un aviso.

Y ojo, no es la primera vez que YoonGi se comporta de tal modo, pero, por extraño que parezca, esta vez sí le enfada, duele, darse de lleno con la realidad de que el otro no piensa más que en sí mismo.

Entonces dice:

—Creo que te has equivocado —La mirada confusa de YoonGi lo invita a continuar hablando—; no soy tu esposa para que me saques a pasear.

Como si le hubiera lanzado un baldazo de agua, YoonGi se aleja de él y frunce el rostro empezando a enojarse.

—¿Vas a empezar con eso? —habla brusco, notando que no está en posición de reprochar nada y agrega tratando de conciliar—: creí que te pondría feliz que podamos pasar unos días juntos...

Oh, ¡cuánto deseaba SeokJin eso! Pero, de nuevo, el dolor de la acción egoísta lo despierta de la ilusión.

—¿Y a dónde es que iríamos? ¿Y cómo es que pudiste planear una escapada en tu rutina?

—Hay una jornada de capacitación que se da anualmente en Cheongna y por primera vez me conceden autorización para asistir —explica YoonGi quitándose la camisa y acercándose a SeokJin para desnudarlo también—. En el paquete de viaje incluye habitación, claro. El curso sería por la mañana y la tarde la tendríamos para nosotros. Incluso logré que me dieran habitación solo, con cama matrimonial.

—Ah... mira qué bien te organizaste. Supongo que suena bien escondernos en un hotel pagado por tu empresa a hacer lo que hacemos siempre. Wow, tendrás que disculparme la efusividad, no cabe en mí tanta emoción y espíritu de aventura.

SeokJin no deja que YoonGi lo siga tocando y se da la vuelta para ir por algo que tomar. Abre la heladera consciente de que el otro se sienta a la mesa y lo observa. Ya había vuelto a ponerse la camisa aunque sin prender y se dedicaba a mirarlo en tanto él descorcha una botella de vino y sirve en dos copas. YoonGi acepta el trago antes de decir:

—Entiendo que te moleste que no te haya preguntado, pero me pareció una buena oportunidad.

El suspiro resignado de SeokJin no conmueve a YoonGi, quien no comprende por qué de pronto el castaño se ve tan desanimado.

—No puedo ir —simplemente murmura SeokJin.

—¿No puedes pedir unos días en la oficina? —No desistirá, terco como es, busca la aceptación a su propuesta.

SeokJin mira dentro de su copa y medita si sería muy pronto para decir la verdad. Y no hablaba exactamente de este viaje. Y tampoco es realmente una verdad, es una posibilidad futura que obrará de salvación por ahora.

Por eso, llega a la conclusión de que mientras más pronto mejor y lo suelta:

—Estoy conociendo a alguien.

Nota:

Luego de años de lo mismo, hubo alguien que hizo justicia y nada; se siente bien que algo del karma les llegue a los idiotas que se lo merecen.

No obstante, el mundo sigue jodiendose en mí pero yo aquí actualizo como si no interesara.

:)