Cuando (no) estás

SeokJin revisa un par de errores de tipeo y comprueba que los términos que utilizó sean precisos y no tergiversen los conceptos. Cuando presiona la opción imprimir se recuesta en su silla y cierra los ojos oyendo el ruido molesto del aparato hasta que está completado su pedido.

Con las hojas en mano, se levanta y deja su escritorio para llegar hasta el cubículo del jefe de redacción, quien autoriza a enviar  el archivo a la encargada de publicarlo en el ejemplar de mañana. No encuentra, sin embargo, el rostro que esperaba.

—¿JaeBeom? —dice, sonriendo al ver al chico allí nuevamente—. ¿Cuándo volviste?

—Oh, jodido susto me has dado —responde el otro, poniéndose de pie para darle un abrazo—. Hace dos días regresé y me incorporé de inmediato.

Se separan compartiendo un instante de más en su contacto, que SeokJin ignora deliberadamente.

—Almuerza conmigo hoy... —Le propone, pero por su mente cruza que debe contactar con YoonGi—. Eh...

La vacilación de SeokJin es evidente para JaeBeom, quien lo rescata con amable complicidad.

—No te preocupes, hay tiempo para ponernos al día. ¿Vienes a entregar la columna?

Y la charla deriva al trabajo, dejando a SeokJin con la sensación punzante de que está volviéndose más y más un idiota. Piensa en lo que ha conversado con YoonGi sobre salir con alguien y peor le sienta recordar lo que el otro le había dicho: «si estás con alguien más yo no sé si...» dejando la frase incompleta, típico de él. Entonces, SeokJin sabe qué interpretar con tal silencio.

Le molesta remover aquella pelea que tuvo al mismo chico, que ahora le sonríe desde el otro lado de la oficina, como protagonista. Curioso es que JaeBeom no haya nunca comentado al respecto. Y no es que ignore el asunto, porque él mismo se lo había dicho una vez que salieron juntos a beber y terminaron confesando un par de cosas.

Ellos se conocen desde que SeokJin entró a trabajar en la empresa hace cinco años. Ambos postulando el mismo día para distintos puestos. Tiempo después, cuando SeokJin tuvo que retirarse por problemas personales y regresar al trabajo un año después, fue JaeBeom quien consiguió que le devolvieran el mismo empleo. Desde entonces es que se han hecho cercanos y esto para Min YoonGi era un tema que no podía soportar, sacándolo a colación cada vez que podía.

—¿Cambiaste de idea? —Se alegra su amigo al ver a SeokJin esperándolo al lado del ascensor.

—Sería muy hijo de puta si te dejo comer solo, JB —Lo llama por su apodo, y ambos van hasta la misma cafetería que visitan a diario.

El restante de la tarde resulta amena para ambos chicos, que pudieron charlar de idioteces y cosas serias. Incluso JaeBeom le dijo que estaba conociendo a alguien y él... bueno, SeokJin se alegró por su amigo y desvió la atención cuando el tema de relaciones y ligues apuntó hacia él. El estar cerca de JaeBeom lograba que SeokJin se sintiera bien. Como cuando se ve con HoSeok o cuando suele ver a JiEun, otra amiga suya. Sus amigos, todos, le recargan energía.

Luego está YoonGi.

Poco puede hacer SeokJin para evitar comparar su trato con JaeBeom con el que tiene con YoonGi. Porque, si lo reconoce, él ha dejado hace mucho de ser amigo del segundo. Y le duele esa pérdida, incluso más que el hecho de que está haciéndose daño al mantenerse como el secreto vergonzoso de YoonGi, quien no lo recarga de energía, hace todo lo contrario: lo drena.

Y: Tengo una hora libre ¿estás?

Lee el mensaje y se muerde una uña, maquinando en su mente sobre aceptar o no. Es que luego de estar feliz y contento no desea estropear su humor. Para ser más específico, ansía reencontrarse con YoonGi, ya que llevan bastante sin verse, pero, a la vez, sabe que será escaso el momento juntos y esto le deja cada vez más mal sabor.

No obstante, acepta.

Y cuando YoonGi se va de su hogar, él se queda en la ducha esperando que la sensación que le oprime el pecho lo deje respirar normalmente. Después de todo, HoSeok irá a cenar con él y no quiere que se preocupe.

Nota:

Amén a JB, porque sí.

Lo malo de editar es que los comentarios se salen de sus lugares.

Calamaro no es muy de mi agrado musicalmente hablando, pero la canción en multimedia es tremenda y no puedo negarlo, ¿vio?

Bye :)