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14. No so(mo)s nada

No so(mo)s nada










SeokJin entendió que estaban al borde de que uno de los dos dijera o hiciera algo que molestara al otro. Claro que esto era simplemente por no ser honestos.

Por su parte, SeokJin debía de darse espacio y buscar no caer en la complacencia que sustentó su relación por mucho tiempo. Ahora no tenía por qué estar al pendiente de que YoonGi vuelva con él cada semana. Lo tiene. Por completo. ¡Ha sido elegido! Sin embargo, ¿por qué le parece que está siendo puesto a prueba constantemente?

Como cuando se decidió por aclararse el cabello, volviéndose todavía más atractivo, a su parecer y al de otros tantos, y tuvo que justificar que era nada más que un cambio de apariencia y que no implicaba otra cosa. Según YoonGi, había sido demasiado abrupto y que si pretendía hacerle sencillo salir con él tomado de la mano consiguió lo contrario. Rubio, SeokJin no pasaría desapercibido. Pero todo no gira en torno a ti, fue la respuesta de SeokJin. Y estuvieron días sin verse.

Por otra parte, YoonGi debía de darse espacio y buscar no caer en la dependencia que sustentó su relación por mucho tiempo. Ahora no tiene que recurrir a SeokJin por la presión de no poder cubrir una fachada. Ya no está. ¡Ha dejado atrás las mentiras! Sin embargo, ¿por qué le parece que está siendo puesto a prueba constantemente?

Como cuando se decidió por plantear a una mudanza conjunta, es decir, convivir y estar más tiempo con SeokJin. Tuvo que justificar que esto era nada más que una visión de familia, de planes que vendrían a futuro, y que SeokJin era parte de ellos, al igual que su hijo GiBeom. Según SeokJin, había sido demasiado precipitado y que si pretendía volverlo un amo de casa estaba en mal camino. Pero debo pensar en mi hijo te guste o no, fue la respuesta de YoonGi. Y estuvieron otro tanto de días sin verse.

Llegados a este punto, SeokJin también notó que parte de la tensión era responsabilidad suya. No dejaba de impulsar planes que sabía que YoonGi rechazaría o aceptaría con desgano. Solo por el placer de verlo allí, junto a él, dispuesto a "sacrificarse". A jugársela por amor, como tanto proclama en la intimidad.

Pero ¿SeokJin estaba dispuesto a ese nivel? ¿Por qué entonces se callaba cuando YoonGi le hablaba de su familia, de su convivencia? ¿No era esto lo que quería?

—No era esto lo que quería —Se sincera ante el espejo, asustado de dar con una respuesta tan simple, pero que implicaba mucho.

—Te espero en el coche, no tardes tanto —habla YoonGi detrás suyo, mirándolo con una sonrisa apenada.

Se habían disculpado por ser torpes en cuanto resolver discusiones. YoonGi lo había enternecido siendo todo caricias y besos empalagosos. Cosa que SeokJin muy raras veces se permitía, pero que YoonGi amaba.

—¿No estás molesto por no ver a tu bebé hoy? —Quiere estar seguro, mordiendo una sonrisa al ver que YoonGi mira en otra dirección—. Puedes decírmelo, si has cambiado de opinión sobre acompañarme me iré solo.

YoonGi se acerca, lo abraza por la espalda y presiona su rostro en el traje que SeokJin usa. SeokJin toma las manos de YoonGi y las desenreda para voltear a verlo y besarlo en la mejilla. Gesto delicado que a YoonGi le saca una sonrisita pequeña.

—Yo... si te digo la verdad probablemente empecemos otra pelea —El más bajito toma el rostro de SeokJin para besarlo, esta vez en la boca; alejándose cuando siente el labial del otro en su boca. Nota también el delineador que SeokJin se aplicó—. ¿En serio? ¿Maquillaje?

—Ajá, si quieres puedo aplicarte algo a ti.

—Eh, gracias, pero no gracias.

—Okay, vámonos.

Cuando llegaron al salón del evento, la cantidad de gente era bastante por lo que pasearon por los diferentes puestitos distribuidos dentro del lugar hasta que vieron a HoSeok a lo lejos y YoonGi hizo acopio de valor y paciencia para enfrentarlo.

—Oh, hasta que se aparecen por acá... —HoSeok abraza a SeokJin, empujando a YoonGi adrede—. Creí ya que me ibas a dejar plantado por jugar a la casita.

—Pfff, ni sueñes que iba a dejar de venir. Mira cómo luzco hoy ¿crees que iba a desperdiciar este potencial?

—Demasiado potencial... —murmuró YoonGi, aunque HoSeok lo escuchó y le sonrió girando en su dirección—. Hola, linda decoración.

—Gracias, supongo —HoSeok busca qué decirle al chico, pero no es como si tuvieran realmente algo que hablar con él—. Espero no te espanten luego las actuaciones de mis bailarines. Se quitarán la ropa, aunque he sido cuidadoso y les he pedido que se depilen para la ocasión, para decepcion de los bear lovers —SeokJin se ríe, YoonGi mira con mueca extraña—. A la gente le gustan los ositos, ¿viste? Solo que no tanto en público. Y menos cuando estos te menean el trasero invitándote a jugar. ¡No te preocupes, para eso tenemos un cuartito oscuro de lo más cómodo en el piso de arriba! Cuenta hasta con un expendio de lo más surtido en lubricantes y condones, también correas y otros juguetitos. Si gustas, claro, de pasearte por allá.

—¿Debo reírme? Perdón si me pierdo el chiste —Se desentiende YoonGi.

HoSeok se lleva las manos al pecho y suspira dramáticamente.

—Te falta recorrer tanto camino, quisiera tomarte de la mano y llevarte por el sendero de lo homo, bro.

—Hobi, basta —Pide SeokJin notando que YoonGi está molesto.

—No me interesa nada de eso. Es... ¿Acaso estás hablando en serio? ¿SeokJin? —Mira a Seokjin que estaba riéndose por su incredulidad—. Anda, de seguro tú eres de los que se meten a esos jueguitos a oscuras.

—¿Qué te extraña de eso? Es solo una habitación amplia donde muchos van a sacarse las ganas y listo —Se encoge de hombros—. Corta con mirar todo como si fuera una locura. No es para tanto, hasta resulta excitante.

HoSeok iba a decir algo, pero es llamado por una señora y los deja solos. SeokJin busca alejarse, dejar el tema, pero YoonGi estaba empezando a enojarse y no iba a detenerse.

—¿Por eso me preguntaste tantas veces si quería venir contigo? ¿Quieres ir a ese sitio?

—¿De verdad me estás interrogando? —SeokJin se enfurece sin más—. Oh, claro. ¡Pillado! Has dado con mi plan. Pensaba convencerte de no venir para luego manosearme con algún tipo en el cuarto a oscuras.

—Sé serio —Pide YoonGi levantando la voz y tomándolo del brazo para arrastrarlo a un rincón y no llamar tanto la atención—. ¿Querías o no que viniera hoy contigo? Estuviste muy insistente con esto y ahora... Yo... Jin, ayúdame a no pensar locuras.

—Las piensas porque eres un idiota —espeta SeokJin y se zafa del agarre. Pero se lo piensa mejor y busca conciliar—. Si te pregunté tantas veces no fue porque estuviera planeando engañarte ¿quieres dejar de verme como un maldito? Solo no... —Suspiró—. Ni sé para qué lo intento. Es evidente que no te sientes cómodo conmigo aquí. Y que tampoco confías.

—Sí confío —YoonGi se da cuenta de su error tarde y se arrepiente de haber insinuado tal cosa.

Por favor, SeokJin se había esforzado en darle tiempo a acostumbrarse a que están saliendo. Ni siquiera había pretendido que YoonGi de un día para otro asumiera que están juntos, razón por la cual no habían charlado sobre los términos en los que los dos se encuentran como pareja. Dio por sentado que eran exclusivos, pero luego SeokJin empezó a comportarse diferente. Lógicamente, ya no siendo su amante, su secreto, y ganando terreno en su vida como el chico al que ama y que lo ama. Por lo que YoonGi tuvo un ligero sentimiento de inseguridad. Ahora habían dado vuelta la relación, SeokJin ya no estaba detrás suyo persiguiendolo y quedaba en él estar a nivel de lo que el otro merecía. YoonGi no pudo evitar preocuparse por cuestiones que antes tenía resueltas como, por ejemplo, que SeokJin le sea fiel.

¿Podía pedirle fidelidad? ¿Qué tan hipócrita era al desconfiar de SeokJin cuando el que había sido infiel fue él? Y los celos se hicieron presente, pero no se mostraron más que en actitudes, como las de ahora, hostiles.

—Mientes, lo sé. Aunque tranquilo... —SeokJin se cruza de brazos y por mucho que trata no puede morderse la lengua antes de soltarle—: No somos nada.

YoonGi lo observa en silencio esperando que se explique, que aclare lo dicho.

—¿A qué te refieres con que no somos nada? —habla con cautela, cuando ya no aguanta la mirada dura de Seokjin sobre él.

—Sabes a qué. Nada. No eres mi marido ni mi novio. Creo que tampoco somos amigos, ¡ja! Puedes hacer lo que gustes. Yo igual. Así que, nada de reproches. Ni exclusividad —No deja que YoonGi acote al respecto—. Hasta que los dos seamos lo suficientemente capaz de comprometernos. Sin celos, reproches. ¿Okay?

Y YoonGi no se queda a responderle porque está demasiado dolido y sabe que empeorará la situación con su insistencia.



Nota:

He roto mis lentes de descansar la vista y en tiempos de cuarentena, clases online y pdfs (algunos mal escaneados) esto es terrible. ¡Terrible!
Jajaja qué broncon, la verda'

Como confesión que a nadie interesa: me embola editar, corregir.

Quejas:

:)

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