T R E I N T A Y S E I S | V O L V E R 🎭
«Jamás creí que una chica como ella se fijaría en un chico como yo... Pero ahí estaba, despertándose esa mañana a mi lado con esa hermosa sonrisa»
Maverick.
Una joven Milly se encontraba durmiendo en la cama de aquel joven rubio con el que había pasado una increíble noche.
Sus ojos fueron despertándose poco a poco aquella mañana de domingo, a pesar de que era demasiado temprano para ella ese día. Su mano empezó a moverse en la cama, tratando de buscar el cuerpo caliente de Maverick, pero se encontró con una cama vacía y algo fría para su gusto.
Al abrir los ojos por completo, estaba sola en esa cama, con los rayos solares de la ventana iluminando su rostro. Pero no estaba sola al completo, ya que Luffy estaba a su lado, lamiéndole la mano a la joven.
Milly sonrió feliz de ver a Luffy recibiéndola esa mañana. Empezó a acariciarlo con dulzura y dijo;
—Hola Luffy. ¿Por casualidad no sabrás donde se ha metido Maverick?
El perro ladró y se marchó corriendo hacia el salón, haciéndole entender a ella que ese joven se encontraba fuera del cuarto.
Buscó una camiseta de él y se la puso, quedándole bastante más grande de lo que se imaginaba. Al salir, se encontró a un Maverick completamente distinto al que conocía, sin esa camiseta viendo su espalda desnuda al que había tocado tanto la noche anterior, con un pantalón de chándal que le caía perfectamente por sus caderas, viendo un poco aquel espléndido trasero que poseía. Se encontraba haciendo un zumo de naranja, haciendo algo de ruido con aquella máquina y ella empezó a caminar hacia la isla de la cocina, sentándose en la butaca vacía que había y apunto de volver a quedarse dormida en esa posición.
Maverick se giró para mirarla con una hermosa sonrisa.
—Ya era hora de que despertaras. Empezaba a pensar que tu desayuno sería en la hora del almuerzo —bromeó.
Milly, todavía en el mundo de los sueños, preguntó;
—¿Bromeas? ¿Maverick hace bromas?
Maverick no la miró, pero dijo;
—Ja, ja.
La joven, con su mano apoyada en el rostro de ella, sujetándose para no caerse mientras volvía a quedarse media dormida en aquel sitio, Maverick se giró para dejarle el zumo de naranja frente a ella y, elevando al ceja, habló;
—No eres muy madrugadora, ¿verdad?
Milly no le hizo ni falta abrir los ojos para responder;
—Jamás.
Maverick, divertido, le puso unas tortitas frente a ella.
—Esto te ayudará.
La rubia sonrió y de que manera, ya que hizo feliz al joven que tenía frente a ella por ese simple gesto, amando verla de esa manera, sin maquillaje, con el pelo revuelto y sin arreglar. Perfecta.
Pero, pensativa, la joven preguntó;
—¿Que vamos a hacer ahora, Maverick?
Se sentó frente a ella, tomando su plato y empezando a comer como si no lo hubiese hecho desde hacía 1 día.
—Yo tomarme el desayuno, tu no sé.
Milly lo observó mientras se preguntaba por el futuro de ambos.
—Me refiero... A lo que ha pasado entre nosotros.
Él dejó de comer para mirarla y, comprendiendo a lo que se refería, dejó el tenedor y la tomó de la mano.
—Yo sé lo que quiero; una relación contigo... Pero no podemos mostrarnos así en público, al menos hasta que lo de Lewis vaya pasando y más si piensas denunciarlo —aclaró preocupado.
—Denunciarlo no soluciona el problema.
El joven rubio apretó su mandíbula mientras la veía mucho más preocupada que la otra tarde.
—Pero evita que vaya a por más mujeres. Y si puede evitar algo. —Él no dejaba de mirarla y le prometió—. No te va a pasar nada.
Ella ignoró aquello último ya que no paraba de darle vueltas a su cabeza y, al mirarlo a aquellos hermosos ojos brillantes de él, cuestionó;
—¿Te parece bien ocultar lo nuestro?
—Si, si es por tu seguridad —dijo sin un atisbo de duda. —A mi me dan igual los demás, siempre me ha dado igual lo que la gente diga. Pero no quiero ponerte en peligro.
—No quiero ocultarte y menos si te hago daño sentimentalmente así. —Negó ella no deseando que tuviesen una relación a escondidas.
Maverick apretó su mano con más dulzura y contestó;
—No me vas a hacer daño por eso.
Hubo un largo silencio entre ambos, solo mirándose mientras que el único ruido que había en ese piso era Luffy zampándose la comida que Maverick le había puesto.
Al rato, Milly habló;
—Ojalá las cosas fuesen menos complicadas.
—Camina antes de correr, Milly. Juntos lo conseguiremos.
🎭
Una hermosa joven pelirroja se encontraba sola en su piso, mucho más deslumbrante que nunca, con un brillo en sus ojos que hacía años que no tenía y una sonrisa de oreja a oreja.
Su mente no paraba de tener recuerdos de la tarde anterior, y de esa noche... Si bien Colson tenía su propio piso a escasos metros del suyo, lo cierto es que esa noche se quedó con ella e hicieron de todo menos dormir.
Así que, posiblemente, la falta de sueño no se le notase demasiado a Jamie, quizás porque tuvo bastante acción la noche anterior y estuvo solo unas horas durmiendo.
Colson esa mañana tenía ensayo con su grupo, por lo que se fue temprano, dejando dormir a Jamie, avisándola que se marchaba y que la llamaría durante la mañana. Eran una pareja de lo más interesante, a la vez que se compaginaban mucho y se comprendían más de lo que muchos se podían imaginar.
Ambos, jóvenes y enamorados, no podían evitar sentirse de esa manera. Quizás ya Colson se habría hecho notar con Bambi y Elijah que se había perdonado con Jamie, porque la sonrisa con la que salió aquella mañana era de haber tenido una buena noche.
La puerta sonó varias veces y la joven pelirroja creyó que sería Colson. Feliz, se acercó a la puerta para abrir, aunque la sorpresa se hizo evidente, ya que no era Colson quien estaba frente a ella.
Una joven con un rostro bastante triste estaba frente a ella, algo más baja que nuestra joven protagonista Jamie, quien arrugó su frente, pero luego una hermosa sonrisa salió de sus labios al tener a esa chica frente a ella.
—Julianne, ¿que tal estás? —dijo con una felicidad bastante evidente al ver a esa joven.
Julianne, que llevaba tiempo sin ver a la hermana de Milly y con la que tan bien se había llevado todos esos años, se acercó rápidamente a dlla, abrazándola mientras dejaba salir alguna lágrima entre sus ojos.
Jamie, algo sorprendida, le devolvió el abrazo mientras dejaba que Julianne se expresara de esa manera tras años sin verla.
Lo cierto, es que Julianne se sentía completamente horrible por haber dejado de lado a esas amistades que valían oro por personas tóxicas que la rodeaban en su vida. Jamie era como una hermana para ella, la hermana mayor y la había echado tanto de menos esos años... Ahora que el tiempo había pasado, se odiaba a sí misma por dejar que aquello ocurriese, que dejara que sus problemas se hicieran peor de lo que debería haber sido.
Se arrepentía de haber dejado de lado esas increíbles amistades y tan solo quería hacerlas paces con ellas, aunque no volviesen a ser las amigas de antes.
—Vaya, no me esperaba este recibimiento después de tanto tiempo —dijo Jamie abrazándola fuertemente.
Jamie, aunque sabía una pequeña parte del problema entre Milly y Julianne, lo cierto es que se había mantenido al margen. Apenas había estado presente por su ansiedad y su agorafobia, que nunca supo exactamente que pasaba entre su hermana y Julianne.
La joven de cabello oscuro se alejó, secándose las lágrimas y, mirándola, dijo;
—Siento no haber estado estos 2 años con vosotras... Siento no haber estado a vuestro lado cuando más me necesitabais.
Jamie la volvió a abrazar y negó con la cabeza.
Al poco, Jamie habló;
—Pasa y te invito a un café.
La dejó entrar, volviendo a pisar Julianne ese pequeño piso después de 2 años. Y lo que había cambiado. Quizás las cosas estaban puestas en el mismo sitio, los colores de la casa eran tal cual los recordaba... Pero faltaba algo importante y era la madre de ambas jóvenes. Milly y Jamie se habían acostumbrado a esa ausencia, pero Julianne que había estado años sin pisar ese piso, que la última vez que lo hizo, la madre de ambas hizo la cena... Ahora notaba y mucho esa ausencia.
Ambas se sentaron una frente a la otra, mientras Jamie le ponía el café frente a ella que acababa de hacer.
—Milly no me ha hablado mucho de lo que ocurrió entre ustedes. Tampoco quiero meterme en ello, porque son cosas de ambas... Pero pasara lo que pasara, ya está... El pasado es duro. Lo importante es lo que hagas ahora —dijo Jamie bastante madura.
Julianne la miró y notó todo lo que la había echado de menos. Era otra amiga más, una hermana.
—Me arrepiento cada minuto de no haber estado con ustedes —susurró aferrándose al café.
—¿Por que no fuiste a ver a Milly al hospital? —preguntó la pelirroja.
Julianne se tomó unos minutos, suspirando mientras trataba de no pensar en ese horrible momento en el que casi perdió a su mejor amiga en el hospital. Y, sin decir ni una sola mentira, contó lo que realmente había pasado para que ella tomase la decisión de no ir.
—Tenía miedo de verla así... Llevábamos tiempo teniendo problemas y... Simplemente el miedo. —Julianne negó sintiéndose mal por no haber ido a verla. —No hay explicación alguna.
—¿Y por que no fuiste al funeral conmigo? Milly estaba en el hospital, ella no podía venir...
—En realidad fui, pero estaba apartada de todos —murmuró Julianne, dejando anonadada a Jamie. —Mi madre me ha estado agobiando cada día, sobre todo no quiere que saliera con Milly. Decía que no era una buena influencia. Sabes como es mi madre, quizás sus malas palabras me han hecho más odiosa... Pero no es motivo para haberme alejado de ustedes. Soy una estúpida...
Jamie no dijo nada, solo dejó que Julianne se tomase unos segundos antes de que ella comenzara a hablar;
—No es tu culpa, Julianne. Yo pasé una época de adolescente bastante loca y le echaba la culpa a todo el mundo. Pero esa época pasa.
Julianne asintió, aunque esos 2 últimos años no se lo devolvería nadie. Y era lo que más le dolía.
Miró a Jamie y le preguntó, preocupada por ella después de la muerte de su madre;
—¿Que tal estás?
Julianne no sabía lo que había sufrido Jamie, encerrándose en su piso. Casi nadie lo sabía, ya que Jamie le decía a su hermana que no lo contase. Solo lo sabían Milly, su psicóloga, Maverick y ahora Julianne, porque quería contárselo. Porque a pesar de todo, era alguien importante en su vida.
—Bueno, he pasado estos 2 años encerrada en este piso —contestó sin sentirse avergonzada como antes.
Sabía que era una época que estaba pasando, que todos pasábamos por épocas malas y había que superarlas. Ya empezaba a dar grandes pasos, frente a los pequeños que daba al principio.
Y Julianne, al mirarla, preguntó;
—¿No has salido ni para pasear?
Ella negó.
—No. Desarrollé una agorafobia. Aunque ya estoy empezando a salir poco a poco.
Julianne sonrió por aquello último, al ver que empezaba a superarlo y tomó la mano de Jamie para felicitarla.
Fue ahí cuando la puerta de entrada se abrió y entró una Milly bastante feliz, con el cabello algo despeinado y los labios algo hinchados. Jamie directamente se imaginaba que ella habría pasado una interesante noche.
—¿De donde vienes, Caperucita? Tienes una sonrisa interesante.
Milly se giró para mirar a su hermana, cuando su sorpresa se hizo evidente al ver a quien fuera su mejor amiga sentada en la mesa del comedor que había frente a la ventana, con una taza de café y mirándola. Se quedó clavada en el suelo a punto de sacar otra sonrisa al verla ahí.
Aquello fue la gran sorpresa de aquella mañana de domingo.
—Julianne.
—Hola Milly.
Jamie se levantó a poner más café, esta vez para su hermana pequeña y lo puso frente a la silla vacía, donde faltaba Milly para volver a ser las 3 amigas de antes.
—Creo que tienen muchas cosas de las que hablar —susurró Jamie, volviendo a beber un poco de café.
Milly dejó todas sus cosas en el sofá y se sentó en esa silla sin pensárselo 2 veces.
—Más bien necesitamos más tiempo juntas para volver a conocernos —dijo Julianne con felicidad.
—Ahora dinos, ¿con quien pasaste la noche de sábado? —preguntó Jamie, elevando la ceja, aunque ya se imaginaba que chico era.
Julianne la miró, sonriendo por ella.
—No les voy a decir nada —contestó una avergonzada rubia.
—¿Maverick? —cuestionó Jamie, volviendo a tomar otro sorbo de café.
—Oh... ¿El chico del teatro? —Animó Julianne.
Jamie miró a Julianne para preguntarle;
—¿Lo conoces?
—Es un buen chico. Algo incomprendido por muchos, pero sin duda un buen chico. Una vez consiguió alejar a Lewis de mí en mitad del pasillo cuando estábamos solos o eso creía y estaba a punto de pegarme. Los tipos como Lewis hay que mantenerlos lejos y encerrados.
Milly arrugó su frente al escuchar eso último.
—¿Tratabas de decirme todo este tiempo lo de Lewis?
Julianne contestó asintiendo a su mejor amiga.
—Si.
—¿Saliste con él? —preguntó Jamie, que no lo sabía.
Ella asintió.
—¿Y no lo denunciaste?
—Estoy sola. Mi madre cuanto menos sepa de mi vida, mejor.
—¿La relación con tu madre ha ido a peor? —Milly se preocupó por su amiga Julianne.
Julianne suspiró, sin saber por donde empezar, hasta que dijo;
—Me gustaría contártelo más tranquila en nuestro restaurante.
Milly sonrió.
—Cuando quieras.
Las 3 se quedaron hablando y divirtiéndose, como en los viejos tiempos.
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