Hay turnos, en que al salir de casa. Uno pesca el camión y otras en que no. Más a mi no me gusta correr tras de él. Porque el camión es como un chico, y me jode correr tras él.

Se dan que uno va caminando y de pronto siente frío, y luego más. Que llega el invierno. Y una se descuida, al momento siguiente abro los ojos y salen nubecillas con cada respirar. Y otras el sol acosándonos siguiéndonos a todos lados, a pesar de darle la espalda. Pasa el viento, arranca un cártel. Y este, pasa mendigo a mis pies y me tropiezo, entonces se desvanece.

Ella quiere tomar mi mano, y yo juego a dársela para esconderla antes de que pueda tomarla. Voy a atar mis zapatos y desde atrás me empuja. Clásico, he logrado mantener balance y no caigo. Hace calor como siempre, ella compra una bebida y las burbujas de la cola explotan en su mano. Rociándola toda, su camisa de marfil ahora de bronce. He intenta abrazarme para mancharme igual. Tengo que pensar, pero no quiero. Ya voy a notar la respuesta y el sentimiento me hace shh...El lápiz se detiene en mi mano.

Mis deseos pasan mientras hago girar infinitamente el ratón frente al computador. Llegan mensajes, caen notificaciones, crecen sobre mi la lista de deseos. Mi armario tiene hambre y mi mochila sueño. 

"blink blik" Llega una entrega. Entro a casa y soy adolescente, más no me he dado cuenta.