Disfrutando de la libertad:
Se despertaron alrededor del mediodía con una fuerte resaca. Arreglaron sus maletas con lo esencial para el viaje y se dirigieron a la parada del autobús, donde les esperaba el transporte que habían contratado. Desde ese momento, comenzaron sus vacaciones con entusiasmo, ya que iban a visitar la ciudad natal del novio de Yoongi. Jimin les había hablado sobre las maravillas de su ciudad natal, lo que les pareció una idea increíble para iniciar su aventura. Después, continuarían su recorrido explorando otros sitios turísticos y ciudades.
Durante su tiempo en Busan, se alojarían en la casa de la abuela de Jimin. Ella era una mujer bastante estricta, pero amaba a su nieto, por lo que no se opondría a ofrecerles alojamiento siempre que respetaran sus reglas. Para Taehyung, esto no representaba ningún problema, ya que ella era similar a su madrina y había tenido una buena relación con ella desde su primer encuentro, sin embargo sus amigos debían guardar las formas pues ella no quería que se andaran besando en su presencia.Solo se saltaron una regla, la de no salir de fiesta. Eran cinco jóvenes con ansias de divertirse, así que esperaban a que la anciana se durmiera para ir a bailar a la discoteca por la noche.
El único inconveniente que enfrentarían en la casa de la abuela de Jimin era su primo, quien era mucho más estricto que ella. Él había vivido con su abuela desde muy pequeño y siempre se aseguraba de que ninguno de sus primos rompiera las reglas establecidas.
Afortunadamente, él había tenido que viajar por un campeonato de baloncesto, por lo que no estarían en la ciudad hasta el final de la semana, momento en el cual ellos partirían a otra ciudad para continuar su recorrido.
Se divirtieron al máximo, levantándose temprano para explorar la ciudad, disfrutar de la playa, degustar la gastronomía local y visitar los monumentos más emblemáticos. Por la noche, se entretenían saliendo a bailar, cantando en karaoke o participando en las fiestas nocturnas que se organizaban en la playa; luego intentaban regresar en silencio antes de que la abuela de Jimin se despertara.
Esa noche en particular habían bebido en exceso, ya que en dos días se irían, y decidieron celebrar a lo grande probando todo tipo de licores típicos de la región. Regresaron con dificultad, haciendo varias paradas para que alguno del grupo pudiera vomitar en el camino, pero lograron llegar a casa.
Taehyung fue el primero en despertar. Aunque no había bebido tanto como los demás, sentía un fuerte dolor de cabeza por la resaca. Se dirigió a la cocina y vio a un chico de pie, revisando su teléfono mientras se apoyaba en la encimera. Era un joven de aproximadamente su edad, alto, musculoso y con cabello negro. Taehyung aclaró su garganta para llamar la atención del extraño que estaba frente a él, quien, al darse cuenta de su presencia, se giró y lo examinó de arriba a abajo antes de hablar.
— Hola, buenos días.
— Buenos días, ¿eres uno de los amigos de Minnie? —preguntó, mostrando una sonrisa dulce que hizo que Taehyung sintiera un vuelco en su corazón.
— ¿Eh? ¿Yo? Sí, soy amigo de Jimin, en realidad de su pareja, Yoongi. ¿Y tú?
No tenía idea de cómo los nervios lo habían invadido, pero hablaba sin pensar y eso lo estaba sonrojando aún más, provocándole una gran vergüenza.
— Bueno, yo vivo aquí — dijo sonriendo al notar el sonrojo del otro— mi nombre es Jungkook, un placer, soy el primo de Jimin.
Taehyung sentía que había cometido un error; sin duda, ese era el temido primo y lo había visto despertar con esas pintas que claramente revelaban su resaca del día anterior.
— Bueno, creo que voy a ver si los demás ya se han despertado, ya que anoche nos quedamos despiertos hasta tarde y aún tenemos que continuar con las visitas turísticas.
— No te molestes, después de la gran borrachera que tuvisteis ayer, dudo que se sientan personas antes del mediodía. — Al notar la expresión de asombro de Taehyung, Jungkook continuó — Yo llegué anoche y no fueristeis muy discretos, que digamos. Vomitasteis en las plantas de la entrada y, además, uno de ustedes casi se va a dormir con mi abuela. Así que, para ser sinceros, sentí toda la llegada de anoche.
— Bueno, queríamos salir un poco y degustar las bebidas locales — comenzó a justificarse Taehyung — no es que hayamos salido todos los días, pero en fin.
— No es necesario que te justifiques; entiendo que mi abuela es un poco estricta, pero es su hogar y tiene pensamientos de otra generación, así que es importante tratar de comprenderla. Bueno, creo que sería mejor que desayunaras primero algo para que la resaca se pase pronto.
— Oh, muchas gracias, pero me siento un poco avergonzado de tomar cosas en una casa ajena.
— No te preocupes, esta también es mi casa, así que siéntete libre de tomar lo que desees. ¿Prefieres fruta o quizás un café? Está recién hecho.
— Bueno, prefiero fruta, gracias.
Jungkook le ofreció una naranja del frutero que tenía al lado, junto con un cuchillo. Mientras tanto, Taehyung se encontraba en un gran dilema, evaluando las opciones que tenía. Se sentiría muy avergonzado si tuviera que confesar que no sabía pelar una simple naranja, ya que su madre siempre se las preparaba peladas y picadas, listas para comer. En estos días en Busan, tanto Jimin como la abuela habían sido unos excelentes anfitriones, teniendo todo listo en la mesa para que nadie tuviera que hacer nada.
—¿Quieres que te la pele?— esta pregunta interrumpió los pensamientos de Taehyung.
—¿Disculpa?
—Si deseas, puedo pelar la naranja por ti; con la resaca lo menos que tendrás son ganas de hacer algo. Deja que la pele por tí y comes algo, no me gustaría que pasaras un mal día por no alimentarte bien.
Estas palabras brindaron alivio a Taehyung. Jungkook peló la naranja y la cortó en un plato para su desayuno. Luego, preparó dos tazas de café caliente antes de ir a ayudar a su abuela a tomar sus medicamentos y salir a desayunar con ellos.
La abuela Jeon era una mujer muy amable, aunque tenía un carácter fuerte debido a las circunstancias que había enfrentado en su vida. Sin embargo, era justa y tenía un inmenso amor por sus nietos. Pasaron una agradable tarde compartiendo anécdotas sobre Jimin y Jungkook en su infancia. Gracias a ella, entendió que Jungkook era como un hijo para ella, ya que su madre trabajaba como profesora y se ausentaba durante largos períodos de tiempo. Por ello, la señora se encargó de cuidar a Jungkook desde que era muy pequeño.
Cuando todos despertaron, Jimin tuvo que soportar el castigo que su primo le impuso por haber sido irrespetuoso con las normas de su abuela y regresar muy borracho. Taehyung logró entender por qué el novio de su amigo le tenía tanto miedo; verlo con su gran tamaño y su expresión seria era realmente intimidante. Tanto fue así que Yoongi no dudó en intervenir para detener la reprimenda.
Esa noche, cuando la tensión entre todos había disminuido, Jungkook les propuso salir con sus amigos a ver un partido de baloncesto. A pesar de que Yoongi se mostraba reacio a ceder, Jimin logró persuadirlo para que hicieran las paces y comenzaran a llevarse mejor.
Al final, todos decidieron aceptar la invitación de Jungkook y se dirigieron juntos al estadio, donde el ambiente era vibrante. Las luces brillaban intensamente y el clamor de la multitud animaba a los jugadores desde las gradas. Mientras tomaban todos asiento, Jimin, con una sonrisa pícara, aprovechó la oportunidad para escabullirse con Yoongi, contando con la complicidad de Taehyung para que los encubriría si alguien preguntaba por ellos, especialmente su primo.
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