Desamorado en vida:
El suave murmullo de las conversaciones en la cafetería universitaria apenas lograba distraer a Taehyung de sus apuntes. Su mirada permanecía fija en los libros, como si todo lo que lo rodeaba careciera de importancia. Una pareja en la mesa contigua reía cómplice, pero él ni siquiera levantó la vista. Los romances fugaces que llenaban los pasillos de la universidad nunca le habían llamado la atención.
Desde que tiene memoria, Taehyung ha dejado claro que el amor no formaba parte de sus planes. Tanto por la desilusiones amorosas de las que ha sido testigo, como de las conocidas a través su familia; él siempre ha tenido en claro que él quiere saber de ese tema. Mientras sus amigos suspiraban por historias románticas de películas o compartían secretos sobre sus enamoramientos, él solo veía distracciones. "El amor es para los débiles", solía bromear con una sonrisa sardónica. "No tengo tiempo para eso. Mi futuro es lo único que realmente importa".
Cómo no podría no querrer saber nada del amor si Taehyung aún no lograba superar la primera vez que tuvo que rechazar a alguien; la experiencia fue profundamente traumática, especialmente porque esa persona no entendía que él no estaba interesado. Se trataba de Chan, el amigo de su hermano mayor Suho, a quien había conocido en una fiesta de cumpleaños. Después de haber compartido un baile, Chan empezó a mostrar un comportamiento cada vez más insistente: lo esperaba a la salida del colegio, le llevaba flores y bombones, e incluso lo seguía hasta su casa. El punto culminante fue cuando intentó robarle un beso, obligando a Taehyung a recurrir a su hermano para detenerlo.
En días como ese, Taehyung no encontraba mejor refugio que en sus estudios. Para él, los libros eran su única certeza, una vía clara hacia el éxito, libre de las complicaciones y el caos del amor. Cada paso de su vida estaba planificado: desde la universidad hasta su carrera, y en ese esquema no había espacio para los enredos sentimentales.
Ese mismo día, lo volvió a comentar con sus mejores amigos, Namjoon y Yoongi, mientras ellos hablaban entusiasmados de sus parejas, de cómo se habían enamorado y soñaban con un futuro juntos. Taehyung se reía de ellos, de sus románticas aspiraciones de bodas, hijos y planes que, para él, carecían de sentido..
—Ya basta, Tae, te estás riendo de nosotros en exceso — se quejó adelantándose al grupo con el que caminaba.
— Vamos, Yoon, no puedes quejarte. ¿Quién te manda a salir con alguien más joven que tú? Al menos Nam tiene un sugar que lo mantenga; pero tú, tendrás que hacerte cargo de él. Cuando tú estés en la universidad, él todavía estará en el colegio. Eres un asaltacunas, debes asumirlo, ahora tienes colágeno— respondía con sarcasmo el aludido, bromeando sobre sus dos amigos que tenían parejas de edades distintas a las suyas.— Deberían seguir mi ejemplo; no tengo relaciones, soy un alma libre.
— Ya llegará Tae, te ríes mucho, pero estoy seguro de que alguien te atrapará — comentó, colocando su brazo sobre el hombro de su amigo Yoongi.
— No, Nam, jamás caeré en la trampa de enamorarme, eso no es lo mío —concluyó mientras se despedía de sus amigos con la mano al entrar en su casa— Nos vemos si vuestros dueños os permiten salir. Adiós, perros.
Mientras sus amigos le lanzaban gestos despectivos y lo ofendían, el joven de pelo azul, entre risas, corrió rápidamente a su habitación para cambiarse el uniforme del colegio antes de bajar a comer. Su madre había dejado preparado su plato favorito sobre la encimera de la cocina, como era habitual.Al notar que la comida estaba demasiado caliente, Taehyung optó por desviarse a la despensa y tomar una bolsa de aperitivos de la despensa junto con una lata de Coca-Cola. A él no le gustaba la comida caliente, pero su madre siempre pedía a las empleadas que la calentaran antes de su llegada para que no tuviera que comerlo frío.
Subió a su habitación, puso su playlist favorita y, mientras se movía al compás de la música con los aperitivos en la mano, comenzó a planificar sus tareas, alternando entre las más fáciles y las más desafiantes para asegurar una tarde productiva. Al terminar de comer, se dedicó a realizar sus tareas y luego estudió para los exámenes que ya se aproximaban. Sentía que el ritmo de la música le proporcionaba energía y motivación para continuar.
Después de unas horas, decidió tomarse un breve descanso. Se asomó por la ventana para admirar el atardecer, cuya luz dorada iluminaba el paisaje con una calidez reconfortante. Este momento de pausa le ofreció la oportunidad de reflexionar sobre sus planes para el próximo año. Su hermano y su prima habían optado por carreras en el ámbito de las ciencias de la salud, mientras que él había encontrado su interés en la economía y la contabilidad. Aunque todos esperaban que siguiera sus pasos, especialmente su madre, quien le había compartido su sueño de verlo graduado como médico, él sabía que esa no era su verdadera vocación.
Era impotante frenar pronto las ilusiones erróneas de su madre para evitar su decepción. A pesar de la presión familiar, Taehyung estaba decidido a seguir su propio rumbo y a perseguir lo que realmente le apasionaba. Sabía que hablar con su madre no sería sencillo, pero estaba convencido de que, con el tiempo, ella entendería y aceptaría su elección. Al fin y al cabo, lo más importante para ella era verlo feliz y realizado en lo que amara, ya que deseaba que él estuviera satisfecho con su trabajo en el futuro; por eso se esforzaba tanto, para ofrecerle el mejor porvenir a él y a su hermano mayor.
Con estos pensamientos en mente, Taehyung regresó a su escritorio y siguió estudiando hasta que oyó la voz de su madre en la planta baja, anunciando que era momento de dejarlo todo. Ella llegaba tarde del negocio familiar que administraba.Con una sonrisa en el rostro, cerró sus libros y bajó rápidamente para recibir a su madre. Juntos, compartieron la comida que había traído, antes de iniciar la conversación sobre su futuro.
— ¿Cómo ha ido tu día, cariño?
— Ha sido un poco agitado. Hoy tuve un examen sorpresa de psicología que empezó tarde porque todos mis compañeros comenzaron a protestar. Afortunadamente, logré terminarlo bien. Luego, Yoon, Namjoon y yo fuimos a la biblioteca a estudiar un rato y conocimos a la pareja de Yoongi. ¡No lo vas a creer! Su pareja es tres años menor que él. Ahora todos tienen pareja y yo soy el tercero en discordia; intentan emparejarme, pero no quiero. Prefiero ser soltero para siempre, no deseo depender emocionalmente de nadie.
— Espera, cariño, hablas muy rápido, ve más lento.
Su madre se reía ante la amena charla que su hijo tenía, contándole con detalle cada instante de su vida. Ella valoraba esos pequeños momentos que podían compartir, aunque fueran pocos.
—Me alegra saber que Yoongi ya tiene pareja. La edad no importa si hay amor, no lo juzgues por eso, recuerda que tu padre era cinco años menor que yo.
— No me hagas recordar a ese hombre, tú no te lo merecías. De todos modos, necesito hablar de algo más contigo, mami —dijo, adoptando un tono más serio para que ella entendiera que era un asunto importante.
— Dímelo, cariño, ¿qué ocurre?
— Mami, sé que deseas que siga los pasos de mi prima y estudie medicina, pero eso no es lo que realmente quiero. Mi vocación es la contabilidad.
— Ay, amor, sabes que siempre te apoyaré en lo que decidas. Me hacía ilusión verte graduado como doctor, pero entiendo tu fobia a la sangre. Si la contabilidad te hace feliz, estaré a tu lado, mi niño hermoso —respondió su madre, abrazándolo al notar su nerviosismo y preocupación por lo que había dicho.
Ante las palabras de su madre Taehyung le dio un abrazo y un beso antes de ayudarla a recoger todos los platos para llevarlos a la cocina e irse a dormir. Esa noche, mientras ambos se retiraban a sus respectivas habitaciones, Taehyung sintió una inmensa gratitud por tener una madre que lo comprendía y apoyaba sus decisiones.
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