Quizás en otra vida
"No cualquier hombre puede llevarte hacia al altar, muchos tienen miedo a los compromisos porque no saben lidiar con las personas que son en el momento por eso les aterra saber lo que podrían ser en un futuro.
Para muchos el matrimonio podría ser estúpido, un papeleo innecesarios con juramentos delante de un pastor. Sí, quizás sea estúpido. Pero tené en cuenta que no cualquier persona estaría frente a demasiadas personas jurando que serás la única hasta la muerte, que seguirás siendo la única en la enfermedad y en la pobreza, y el será tuyo hasta el último aliento.
Y esa persona no sería cualquiera, sería el indicado, el último. Amar tanto a alguien y desear que este en todos los procesos que la vida pueda darte, desear que sea la persona que te vea envejecer y desvanecer, y no querer a nadie más en tu último suspiro."
Su abuela había incrustado aquellas palabras cuando apenas era adolescente, y de todo lo que pudo haberle dicho la anciana a Olivia, fue aquello lo que más la marcó.
Y lo entendió, porque llegó a conocer otros hombres que la dañaron, que no eran lo suficientemente valientes para mantenerla, no eran lo suficiente maduros para aceptar el amor que ella sabía dar.
Pero Olivia, Olivia siempre fue única. Quizás estúpida para el resto, pero ella nunca dejó de creer en el amor aunque la habían pisoteado demasiadas veces.
No es que se aferrara a los cuentos de Disney o a las películas de romance que tanto le gustaba mirar mientras se desvelaba, sabía que eso iba fuera de la realidad, que no podría tener una historia de aquella manera. Entendía que no habían hombres perfectos, ni mujer perfecta, pero lo que sería perfecto sería el amor que este podría entregarle si encontraba a la persona indicada.
Olivia es la típica mujer que intenta encontrarle el lado positivo a todo el mundo, pese a que la persona esté siendo una mierda con ella, ella siempre intentará buscar motivos del porqué.
Y es que su abuela había tenido una historia de amor deseada, con su abuelo que había hecho lo que sea para obtener el amor de su abuela. Su padre le había dedicado canciones a su madre por cada día que descubría algo nuevo y único de ella. Olivia anhelaba eso, no quería quedarse atrás y ser la solterona de la familia, no cuando todas las personas que la rodeaban habían conocido a su persona deseada.
Hasta que después de una espera que valió la pena conoció a Brandon, la persona que por un momento creyó que nunca iría a conocer.
Aquella persona con la que ahora mismo estaba por pisar el altar. Miró su vestido celeste el cual iban con sus ojos que eran del mismo color, que resaltaba su piel de nieve y cabello negro.
Cuando lo conoció tenía un vestido del mismo color, el cual él le dijo que le quedaba hermoso. Siempre le gustó verla bailar con un vestido de aquel color, resaltaba aún más la belleza que Olivia tenía impregnada.
Olivia se miró una vez más frente aquel espejo, unos meses antes de conocerlo ya se estaba dando por vencida con el amor. Pero él llegó cuando menos lo esperaba, cuando ya no lo estaba buscando.
Estaba creando una historia junto a él, algo único, algo que ningún escritor o director hubiese sido capaz de escribir. Se conocieron en primavera en la playa, justo ese día estaban haciendo un concurso de juegos en pareja que tenían como premio una cena en el mejor restaurante de París, lugar en donde estaban.
Ella no tenía planeado jugar, porque estaba sola, pero él aprovechó aquello en cuanto la vio sola en aquella inmensa playa. El carisma de Brandon era único, la había hecho reír en muchas ocasiones, por eso ella no se pudo negar ante su propuesta.
Él quería salir con ella desde el primer momento que la vio, se le había hecho imposible ignorarla, no cuando lo había cautivado por completo. Él quería buscar la forma de acercarse a ella, de conocerla, y se arriesgó por invitarla a aquel juego.
Y desde ese día, ninguno pudo dejar de pensar en el otro.
Su cabello estaba recogido en un simple peinado, una trenza que era como una corona. Su maquillaje también era leve, ella no lo necesitaba. El vestido era largo y de una tela lisa, con la espalda abierta.
Mientras ella se observaba en silencio sintiendo que su abuela la estaba mirando con aprobación desde el cielo, la puerta sonó y fue directo a abrir.
—¡Ya voy! —Tamara su hermana entró a la pequeña habitación en donde se estaba arreglando —Lo siento tanto, me distraje pero ya estoy lista. Vamos, no quiero esperar más.
—Oli…—esta empezó a tartamudear y sus nervios se notaban en toda su imagen. Olivia notó aquello pero intentaba no darle tanta importancia para no empezar a preocuparse —Él quiere verte, quiere hablar contigo.
—¿Hablar? —sonrió, sin entender. —Debe estar ansioso. Dios mío, mi Brandon nunca puede tener paciencia.
—Olivia…
—No —la interrumpió esta con una enorme sonrisa —Dile que no puede verme ahora, es de mala suerte ver a la novia antes de entrar al altar.
—Olivia, él quiere hablar —las últimas palabras las remarcó con seriedad. No tuvo otra opción que aceptarlo.
Olivia solamente asintió dándole a entender su respuesta, luego de que está se retiró dejándola con los nervios y los pensamientos negativos volando en la habitación, sonó la puerta.
Y con todos los demonios que pudieran estar suspirando en su nuca y burlándose de ella, abrió la puerta para encontrarse con la melena rubia de Brandon despeinada y sus ojos azules transmitían temor.
Y ella podía leer todas sus emociones con tan sólo mirarlo.
—Olivia… Estás hermosa —sus ojos azules se tornaron en un brillo de tristeza, su tono incluso era dulce, como si ya le estuviera pidiendo perdón por lo siguiente que iría hacer.
—Tú… tú también estás hermoso —esta sonrió levemente, intentando ahuyentar todas las teorías del porqué él estaba ahí, que venían a su cabeza. —Pero no puedes verme, ¿Por qué estás aquí Brandi? —quiso sonar firme pero su propia voz la traicionó al sonar débil y temeraria.
—Necesito hablar contigo —Entro a la habitación sin pedir permiso.
Ambos estaban nerviosos, ella porque anticipaba lo peor al verlo tan vulnerable, ya que Brandon no paraba de dar vueltas por la habitación mientras despeinaba su cabello.
—No se como decirlo —la voz del rubio sonó en susurro, como si fuera una súplica al mismo universo.
—¿Decirme qué?. ¿Estás empezando a tener dudas sobre esto? ¿Ahora?. Brandon, venimos soñando con esto desde hace mucho tiempo.
—No puedo Oli, lo siento.
Las palabras eran como balas, o como un pedazo de vidrio incrustado en cada parte de ella, como espinas clavadas en la piel. Ella intentaba buscarle algún adjetivo que pudiera describir aquella situación pero no lo encontraba, porque después de todo, nada dolía más que aquello. La persona que más amaba, la que había esperado durante tanto tiempo, estaba frente a ella diciéndole que no podía casarse con ella.
—¿Qué estás diciendo? No lo entiendo ¿Por qué?.
—No puedo, no puedo explicarlo Olivia.
Brandon hablaba con temor, toda su tristeza estaba atada a sus palabras. Estaba por huir, irse de la habitación y dejarla con los pedazos de lo que una vez fueron, pero ella se adelantó y puso cerrojo a la puerta
—¡No! ¡No vas a dejarme así, no puedes irte sin darme ninguna explicación!. No voy a permitir que salgas de esta habitación sin haberme dicho porque estás decidiendo romperme el corazón justamente este día
—Lo siento Olivia, Lo —aquel iba a seguir hablando pero ella lo empujó bruscamente
—¡Deja de decir que lo sientes! ¡¿Por qué Brandon?!. Sólo dame una maldita razón, necesito una razón —comenzó a llorar, rompiendo aún más el corazón de Brandon.
>—¿Tienes miedo por nuestro futuro?— preguntó con un hilo de voz —Te prometo que seguiré siendo la misma todo los días, incluso mejor. Que seguiré tan enamorada como la primera vez. Pero por favor Brandon, no puedes dejarme así, no cuando ya tienes todo de mí. —<
—No quise romper tu corazón, y no dudo de la persona que serías. Solamente que yo no soy esa persona por la cual tú tengas que estar depositando tu amor, y lo que sos, mereces algo bueno. Lo siento Olivia, pero no puedo decir sí cuando se que eventualmente terminaré por romperte.
—¡Pero estás rompiendome ahora! ¿No lo ves?. Estas rompiendo toda nuestra historia, lo pudimos haber construido juntos.
—Quizás ahora tengas que lidiar con esto, pero no quiero que me odies. No quiero que me odies Olivia, no quiero ser un monstruo para ti. Prefiero dejarte ahora que luego te arrepientas de haberme conocido.
—No lo entiendo, estás haciendo eso difícil Brandon. Necesito una razón para no empezar a odiarte desde este momento.
—¡No puedo darte una razón! Sólo déjame ir.
—¡No! No voy a permitir que me estés rompiendo de esta manera, que encima quieras irte y dejarme sola, sin nada de mi, porque ya te entregue todo desde hace mucho tiempo. ¡Merezco una puta razón!. Me dices que no quieres que te odies, pero si sales de este lugar sin haberme dado una maldita explicación, te juro por todas las religiones que puedan existir, que te odiare Brandon, lo haré —sus lágrimas salían con fuerza, pero las ignoraba, no le importaba verse rota de esa manera, no sentía que había algo por lo que salvar, no cuando él había roto todo de ella con un par de palabras.
—¡Déjame ir! —los ojos azules de Brandon ya eran rojizos porque también estaba llorando. —¡Solo déjame ir!
Pero cuando más quiso ir hacia la puerta, ella puso todo su cuerpo en esta impidiendo su paso. Había ira y tristeza en los ojos de Brandon, como si de un momento a otro se hubiera transformado en alguien más.
Llevó su puño golpeando fuertemente la puerta, tan cerca de ella que rozó su mejilla, esta se sorprendió y gritó ante el impacto —Necesito que me dejes ir Olivia —ahora su voz era una súplica combinada con lágrimas.
—No, no lo haré. No puedo dejarte ir, preguntándome a diario cuál fue la razón por la cual dejaste de amarme, o si al menos llegaste a amarme.
Él se alejó de ella sintiendo sus lágrimas quemar, y empezó a tirar todo lo que había a su alrededor. El espejo el cual ella se había visto hace unos minutos atrás, ahora estaba hecho añicos en el suelo
Los vasos de vidrio estaban en el suelo junto a otras cosas más, su rostro estaba tan rojizo como sus ojos podían estar.
Temor, tristeza e ira eran los sentimientos que ambos los invadían.
—No me importa lo que hagas, si rompes y prendes fuego este sitio conmigo adentro, si decides venir hacia a mi y dañarme físicamente para salir de este lugar. No te vas a ir hasta que me des una explicación.
—¿Para qué mierda necesitas una explicación?. —él siguió jalando su cabello mientras la observaba en aquella puerta obstruyendo su paso.
—¡Porque te amo maldición! Porque si no me das una razón, te odiare con cada parte de mi. ¡Dime maldición! ¿Me engañaste?. ¿Cuál es tu puto problema?. Quizás no me conozcas lo suficiente, pero necesito una respuesta para todo, necesito saber una maldita respuesta del porqué me estás rompiendo en este momento. No puedes simplemente venir y dejarme en ruinas, por mi propia salud mental, no lo permitiré, no permitiré que pases sobre mi como si no fuera nada. Porque te di todo mi amor, como para que ahora mismo lo estés tirando a la mierda misma, y realmente sacrifique mucho por ti para que ahora no signifique nada.
—Olivia, créeme, no quieres una razón.
—No sabes lo quiero.
El siguió rompiendo todo a su alrededor al no poder tener control de sus propias emociones, al no saber cómo reaccionar o qué hacer.
—¡Dime! ¡Si alguna vez sentiste al menos un poco de cariño por mi, dímelo!
—No puedo… No puedo. No puedo. No puedo. —se agarraba de su cabeza y repetía estas palabras con dolor, sus puños estaban sangrando ante tantas cosas que había roto. Ella nunca lo había visto en este estado, todo el tiempo que pudo haber compartido junto a él, lo vio como una persona que tenía mucha paz en su interior, incluso ella solía tener paz entre sus brazos.
—Por favor, haz que todo lo que di no haya sido en vano. No quiero dejarte ir Brandon, te amo. ¡No puedes dejarme así! ¡Ayer me estabas diciendo que me amabas!
—No puedo. No puedo. No puedo —Él seguía en la misma posición.
—Hace unos días me estabas haciendo sentir como la única mujer en este mundo, me prometiste toda una vida junto a ti a la cual me ilusione perfectamente. Si te vas, temo a olvidar el sabor de tus labios, temo a olvidar el sonido de tu risa, temo a ya no saber qué hacer sin tus abrazos. No puedes dejarme así, no puedes Brandon. ¿Por qué? —el llanto interrumpía su voz, nunca había sonado tan rota y débil, pero ahí estaba, abriendo toda su alma frente a sus ojos para mostrarle cuanto la estaba apuñalando.
—No puedo… no puedo
Ella se acercó lentamente hacia él y tomó sus brazos para intentar calmarlo y traerlo hacia la realidad —Te lo ruego Brandon, mirame a los ojos y termina con este sufrimiento porque me estás haciendo agonizar. Haz que el terminar y la muerte de nuestra historia sea rápida, y no agonizante.
—Lo siento
—Solo dilo.
—No.
—Dilo.
Este se alejó bruscamente de ella, casi empujando y el silencio comenzó a reinar en la habitación, lo único que podía oírse era el llanto de Olivia.
—¡Dilo! —comenzó a gritar con el mismo dolor que abrazaba su voz —¡Dilo maldición! ¡Dilo!
Ahora era ella la que estaba tirando cosas a su alrededor, estaba rompiendo su vestido y desarmando su cabello. Se sentía estúpida, porque hasta hace una media hora estaba actuando como una ilusa frente aquel espejo, pero ahora mismo la crueldad de la realidad misma la estaba abrazando, para hacerle recordar que los finales felices no estaban destinados a ella.
—¡Dilo!
—¡No eres ella, maldición! —finalmente lo soltó, y cuando creyó no tener más lágrimas, lloro nuevamente. —Nunca serás ella —habló en un sollozo.
—¿Quién? —Olivia sin embargo, ya no tenía más lágrimas para él. Estaba en ese punto en donde solamente sentía que el dolor la estaba haciendo flotar, no había nada más que dar. —¿Quién Brandon?
—No eres Wendy. Era mi ex novia, ella murió. Y tú… tú eres exactamente igual a ella.
Esperaba todas las palabras que podían pasarle por su mente, quizás un discurso que aún no superaba a su novia muerta, pero no esperaba que resaltara las palabras que le hacían saber que era igual a ella físicamente.
—¿Qué?.
—Olvia… cuando te vi en aquella playa creí que eras ella, luego note que tus rasgos son muy parecidos a los de ella, no todos. Pero tienes sus mismos ojos oceánicos, ella solía llevar un vestido de aquel color siempre, cuando sonríes también tienes hoyuelos y arrugas tu nariz como ella solía hacerlo. Creí que el mundo me estaba abrazando nuevamente, para consolarme un poco. Y cada vez que te besaba o hacíamos el amor, imaginaba que eras ella.
Y cuando creyó que no podía dañarla más, lo hizo. Solo que su propio cuerpo ya no sabía como reaccionar, y las lágrimas no eran ni la mitad de las emociones que quería liberar.
—Todo este tiempo he sido solamente tu ex novia muerta. Fue la única razón por la que te acercaste a mi. Dime algo Brandon, ¿Al menos llegaste a amarme?.
—Lo intente Olivia. Pero cada vez que te besaba, no era lo mismo. No eres ella y nunca lo serás. Intentaba demasiadas veces enamorarme de ti, pero no eres ni la sombra de lo que ella solía ser. No puedo casarme contigo, porque no mereces estar con un tipo como yo, soy un pedazo de basura Olivia. Lo siento. Te hubiese amado, pero no en esta vida, en otra. Todavía le pertenezco a ella.
Y sin mas que decir, ella salió de allí. Ya había tenido su maldita respuesta. La gente que estaba esperando paciente en la iglesia estaban murmurando, todos desconcertados ante los tantos ruidos que habían oído, se callaron en cuanto notaron la presencia de Olivia en el lugar.
—La boda se cancela —fue lo único que dijo para salir corriendo.
No podía quedarse allí, ni enfrentar la mirada de sus padres. Después de tantas veces haberle dado oportunidades al amor, esta fue la vez en donde más la golpeó, y saliendo de aquella iglesia, entendió que nunca más iría a esperar nada del amor.
Que las historias hermosas no encajaban para su persona. No quería esperar a nadie más, todo el amor y fantasías que ella tenía, se quedaron en aquella habitación junto a Brandon.
Nunca lo supo, pero la mala suerte ya los estaba abrazando, incluso antes de que él pudiera verla vestida de novia.
Pero sí, quizás sea todo en otra vida. En esta, ella no estaba destinada a enamorarse, solamente a romperse.
Holas
Ke intenzzzzo todo:V
Aquí todo es intenso, lo lamentó.
Pinche Brandon me dejó así
👁👄👁
Aunque suene raro y cruel, me gusto mucho escribir este relato. Más por el hecho de que sentía que estaba en esa habitación, viendo y anotando todo como una psicóloga XD.
En mi preciada mente pude ver todo en 3D, aquella pelea y en la manera en la que dolían las palabras de Olivia. Pero también sentir el dolor de Brandon, cuando tuvo que finalmente confesar porque la estaba dejando.
En serio, como la pendeja que soy, me vi ahí mismo, metida en aquel quilombo. Mientras volaban vasos y vidrios, hay mirando todo en shock XD.
Pero bueno... Qué onda ¿Les gusto?. ¿Qué les pareció?.
¿Algo que quieran decir?👀.
¿Qué opinan sobre todo esto?. ¿Serían capaz de perdonar a alguien como Brandon?.
Muchas gracias por haber llegado hasta aquí. No olvides votar y comentar, para hacerme aún más feliz. ¡Saludos!❤
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