Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

『 05 』

Mis pequeñas reuniones de estudio con Neville se volvieron un poco más frecuentes. Y a medida que avanzaba el ciclo escolar, Nott comenzaba a concentrarse mucho más en sus estudios que en mi. Lo que era un verdadero alivio ya que me daba un gran respiro.

Me veía con Theodore sólo durante las comidas y los fines de semanas. También durante algunas clases que compartíamos y en la sala común cuando terminaban las clases. Nott era del tipo al que le gustaba ser un estudiante de excelencia y por nada de mundo iba a dejar que sus nota bajaran. Aunque no eran tan buenas como las de Draco pero aún así se esforzaba para conseguir un buen trabajo en el ministerio. Al menos, algo así me contó alguna vez. Desafortunadamente eso no le quitaba lo patán e idiota que era.

Aquel viernes era más tranquilo que otros días. Ya estábamos en invierno por lo que no había muchas personas rondando por el castillo y mucho menos por el invernadero. Pero yo estaba con Neville mirando una planta que sólo florece durante el invierno. Sin embargo, el chico parecía un poco más nervioso de lo habitual.

Parecía intranquilo por algo, pero sin duda no lo presionaría para que me dijera nada. Si quería contarme algo, sería todo oídos para él, aunque ya me estaba poniendo nerviosa y no podría soportarlo mucho más.

Miré mis anotaciones casualmente antes de hablar.

—¿Esta todo bien? —le pregunté tan casualmente como me fue posible si dejar de ver mis anotaciones. Sabía que si lo miraba a la cara, el pobre chico se pondría más nervioso e incómodo.

Neville comenzó a tartamudear algo que no comprendía y fue entonces que lo miré con el ceño fruncido. Preocupada. Coloqué una mano en su hombro para tratar de calmarlo.

—Neville, sabes que puedes decirme lo que sea, ¿cierto?

Él pareció relajarse un poco y yo quité mi mano de su hombro. El chico respiró profundamente buscando las palabras adecuadas. Al menos eso supongo. Creo que incluso podía ver los engranes de su cabeza girando.

Abrió y cerró la boca un par de veces pero ninguna palabra salió. Lo miré expectante.

—Bueno... —comenzó— ¿quisieras... tal vez... —lo miré aún más confundida. Él rascó su nariz apresuradamente mientras su mejillas comenzaban a cambiar de color a uno color rojo intenso— la cosa es... mañana habrá una reunión en cabeza de cerdo. Tal vez te interese estar allí.

Por un segundo pensé que sería alguna clase de confesión romántica. Pero me alegra que no fuera así. Yo también me sentí significativamente más aliviada. Pero entonces lo mire sin comprender. ¿Exactamente a qué se refería con eso?

Volví a mirar mi libreta aunque no recordaba dónde me había quedado o qué es lo que quería anotar.

—No creo que sea una buena idea —murmuré con el ceño fruncido.

—Eres una buena chica, Ivette —dijo de pronto. Como si los nervios de antes se hubieran esfumado. Sin embargo, desvió la mirada al darse cuenta de que casi había gritado— estará bien. Realmente me gustaría que fueras.

Lo miré en silencio un largo momento hasta que sonreí mientras asentía.

—Bien —accedí— iré.

Neville también sonrió y continuamos con las plantas.

▪︎▪︎▪︎

Sentí que no había aire suficiente para respirar mientras miraba a los presentes a mi alrededor. Metí mis manos enguantadas en mi cazadora para evitar más el frío pero eso no hizo que me sintiera menos incómoda. De inmediato pude percatarme de que era la única serpiente entre todos ellos.

No estaba segura de si era una buena o mala señal. Tal vez un poco de ambas.

Sin embargo, sentí que las miradas de algunos me atravesaban como dagas. Me miraban con odio y desagrado, era evidente que no me querían en ese lugar, ni en ese lugar ni en ningún lugar cercano. Aunque tampoco me perdí de las miradas curiosas de algunos otros. Pero no se sentía menos desagradable.

Aún así, me coloqué detrás de Neville tratando de pretender que era invisible y que no existía. Mi mejor opción era mantenerme al margen y evitar llamar aún más la atención. No estoy muy segura de qué tan bien podría funcionar eso.

—Neville, no creo que yo debería estar aquí —le murmuré con preocupación al chico. Pero el negó.

—Tranquila, todo va a estar bien.

Esperamos un momento más hasta que llegó el famoso Harry Potter junto a su par de amigos. No estoy segura de cómo, pero el ambiente se volvió aún más incómodo de lo que ya era. Hasta donde recordaba, todo el mundo tachaba a Harry de mentiroso pero aquí había un montón de gente dispuesta a escucharlo. Eran idiotas o hipócritas. Tal vez ambos.

Aún así, suspiré profundamente, aún oculta tras Neville y escuché lo que ese trío de problemas tenía que decir. Si Neville me había invitado a venir, tal vez era algo muy importante y que valía la pena escuchar.

Luego de algunas palabras, reclamos y más palabras dando el favor a Harry, llegaron a la conclusión de que querían armar un pequeño ejército en nombre de Dumbledore. Y que sería Harry quien les enseñaría a pelear y protegerse ya que Umbridge no hacía nada más que enseñar cosas realmente inútiles. No podía estar más de acuerdo con todo eso.

Pero también sabía que no era muy bienvenida entre todas estas personas. Nadie confiaba en una serpiente y yo no les había dado ninguna razón para que lo hicieran. Ahora mismo me arrepentía de haber venido a este lugar.

—Esa serpiente no debería estar aquí —escuché decir a alguien que estaba cerca de la ventana. Mordí mi labio con fuerza y bajé la mirada. Era cierto. Yo no debería estar aquí.

—Yo la invité —habló rápidamente Neville, su tono era serio y fuerte. Nunca lo había escuchado tan seguro. Su cuerpo aún me ocultaba— ella está conmigo y yo respondo por ella.

Quería reprochar. Decirle que no debía defenderme de sus propios amigos pero entonces se escuchó la voz de Harry al frente de la habitación.

—Si Neville confía en ella, yo también —escuché decir a Potter. Completamente seguro de sus palabras.

Lo miré sorprendida. Agradecía su voto de confianza por mi. Me hacía sentir un poco feliz saber que no todos me juzgaban tan rápidamente como algunos otros.

—Es la chica de la otra vez —escuché decir a alguien en un susurro alto detrás de mi.

Miré por sobre mi hombro pero antes de darme cuenta, había dos chicos detrás de mi, uno a cada lado. Por un segundo me asusté pero identifiqué dos cabelleras pelirrojas. Ambos habían puesto una mano sobre mi hombro.

Quería decirles que no me gustaba mucho el contacto físico, pero ese no era el momento adecuado, no cuando parecía que estaban a punto de defenderme de aquellos que me miraban con dagas en los ojos.

—Sí, ella nos agrada —dijo uno de ellos, dando una pequeña palmada en mi hombro. Pese a la gruesa tela que me cubría, fui capaz de sentir la calidez de su mano. Era reconfortante.

Sonreí sin querer mientras lo miraba por sobre mi hombro. El pelirrojo, que no recuerdo su nombre, me guiñó un ojo y sin poder evitarlo bajé la mirada avergonzada. Mis mejillas se sentían calientes.

—De acuerdo —dijo Harry, llamando de nuevo la atención de todos los presentes— ahora que esto está resuelto, ella está con nosotros si eso es lo que quiere.

Asentí mientras Potter me miraba. Dándole las gracias silenciosamente y aceptando que quería participar en su causa. Tal vez este era mi primer paso para poder cambiar las cosas que siempre me han rodeado.

Además, no por ser una serpiente los iba a traicionar, ellos me han tratado bien y me han aceptado, ¿cómo podría siquiera pensar en delatarlos? La mayaría parecían ser agradables y aunque sabía que no podría caerles bien a todos, al menos quería intentarlo. Realmente quería cambiar.

Fui la última en pasar a escribir mi nombre. Harry, Ron y Hermione me dirigieron una agradable sonrisa cuando los miré antes de alejarme.

De pronto me sentí mejor, no sé cómo explicarlo pero al estar con ellos, dejaba de sentir toda aquella soledad que antes me invadía. Como si el frío que siempre me había estado rodeando, de pronto desapareciera. Simplemente agradable.

Era cierto que no los conocía para nada, pero el simple hecho de tenerlos cerca, me hacía sentir mejor. Estar con Neville me hacía sentir mejor.

Mientras seguían hablando, mis ojos se dirigieron al pelirrojo de antes. El chico hablaba con algunas personas con una gran sonrisa. Yo también quería sonreír como él porque su sonrisa me parecía la más bonita que hubiera visto nunca.



Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro