Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

『 01 』


Aún es temprano cuando abrí los ojos. La mañana es fría y mis cobijas apenas me proporcionan un poco de calor. Debí haber tomado las otras cobijas pero no creí que haría tanto frío. Intento cerrar los ojos para dormir un momento más y regresar a las profundidades de mis sueños pero no puedo. Ya desperté y sé que pronto tendré que levantarme.

Alguien golpea mi puerta con suavidad un par de veces pero antes de que pueda decir algo, mi madre ya está adentro abriendo mi closet y eligiendo qué ropa debo ponerme el día de hoy. Se mueve como si fuera su propia habitación, tomando todo lo que se le ocurre y dejándolo sobre el sillón individual de la esquina donde suelo leer.

La sigo con la mirada sin cambiar mi posición, con las cobijas hasta debajo de mi nariz y recostada de lado. Me siento como un gusano y en este momento me gustaría serlo.

Se supone que hoy regresamos al colegio y eso me emociona bastante, el problema es que sé que mi felicidad no durará tanto. En algún momento tendré que regresar a casa y eso es lo que menos quiero.

—Ya está listo el desayuno —dice mi madre luego de abrir las cortinas— nos iremos cuando después de desayunar.

Finalmente sale de la habitación cerrando la puerta tras ella. Seguramente ahora irá a despertar a mi hermano.

Miro fijamente el cielo a través de la ventana ahora abierta y me quedo de esa manera un par de minutos antes de finalmente decidirme a ponerme de pie. Me levanto de la cama con un gran bostezo y estiro todo mi cuerpo para finalmente comenzar con mi pequeña rutina matutina.

Ya no siento tanto frío como cuando desperté, supongo que fue gracias al rápido baño que tomé. Pero una vez completamente despierta y vestida, tomo mi abrigo para salir de la habitación y dirigirme al comedor.

En la mesa ya está mi padre, bebiendo lo que supongo es té y también está leyendo el periódico. Está muy serio, lo que me indica que aún no está de mal humor.

Tomo asiento en mi lugar habitual y en un momento, un elfo deja mi plato lleno de comida. Le dirijo una sonrisa a la criatura evitando las palabras porque sé que mi padre odia que sea amable con los elfos.

El elfo hace una exagerada reverencia antes de desaparecer. Yo tomo los cubiertos pero antes de comenzar a comer, miro a mi padre.

—Buenos días, padre —lo saludo. Casi había olvidado esa parte cuando entré a la habitación.

Él no despega su vista de su lectura pero aún así me contesta.

—Buenos días, Ivette. Apresúrate a desayunar.

Y eso hago. Comienzo a comer poco a poco todo lo que está en mi plato. Pero estoy casi por terminar y mi madre y hermano aún no han venido al comedor. Hace rato que mi padre terminó con sus alimentos y el periódico descansa en una esquina.

Ahora golpea la mesa con sus dedos y mira el reloj cada cierto tiempo. Han pasado quince minutos desde que yo terminé con mi comida y mi padre ha visto su reloj cuatro veces.

Mi padre es un hombre al que no le gusta estar esperando y es un fiel fanático de la puntualidad. Y muy probablemente no dejará a Goyle tomar su desayuno, lo que es una tortura para él porque mi hermano nunca puede dejar de comer.

Los elfos ya han sacado el baúl de mi hermano y el mío a la entrada principal. Están listos para llevarlos a la estación en cuanto nosotros nos vayamos.

—Vamos —dice mi padre poniéndose de pie. Yo imitó su acción y nos dirigimos a la entrada principal.

Cinco minutos pasan y noto que mi padre está completamente irritado por la espera. Yo me quedo a su lado prácticamente fingiendo que soy una estatua. Y aunque mi padre ya se está molestando, sé que no regañará a mi hermano por su tardanza. Nunca lo hace.

Afortunadamente, no pasó otro minuto cuando el resto de mi familia apareció. Mi madre parecía molesta, seguramente porque mi hermano no se quería levantar y mi hermano aún parece medio dormido. Se iba a dirigir al comedor, pero mi madre lo toma del brazo y lo dirige a la entrada.

Goyle se queja en silencio pero saca una barrita de su pantalón. No puedo evitar verlo con cierto desagrado pero me doy la vuelta para salir de la casa.

El camino a la estación fue corto y silencioso. A excepción del sonido de mi hermano masticando quien sabe qué dulces. No tenía ni idea de dónde había sacado todo eso pero supongo que le funcionaba ahora que se había perdido el desayuno.

Una vez frente al tren, los elfos se encargan de llevar las maletas para que las empaquen. Yo me quedo con una mochila que contiene mis cosas personales. Entonces miro a mis padres. Nunca he sabido cómo despedirme de ellos, es algo realmente incómodo pues ninguno demuestra muchas expresiones. Sobretodo mi padre.

—Nos veremos en las vacaciones de invierno— dice mi madre con cierto tono de felicidad.

Mi padre me da un par de palmadas en el hombro en forma de despedida y lo mismo hace con mi hermano. Pero a él si le dirigió algunas palabras:

—Cuida bien de tu hermana y no causen problemas.

Gregory asiente. Sé que no le importa mucho lo que dice nuestro padre pero aún así finge que sus palabras le importan. Evitó poner los ojos en blanco hasta que le doy la espalda a mis padres y nos adentramos al tren. Hasta la sección de slytherin.

Mi hermano se dirige directamente a donde está Crabbe, quien no me sorprende está comiendo unos pancakes. Goyle le quita uno en cuanto se sienta a su lado y por mi parte, me alejó un poco de ellos.

Sin embargo, no pasan más de quince minutos cuando llega Blaise y se se sienta frente a mi con una gran sonrisa. El saludo es corto y enseguida nos quedamos en silencio. Hubiera preferido quedarme sola aunque no me molesta la presencia del moreno. Claro que no estoy segura de en qué momento nos volvimos amigos.

Un día se acercó Pansy junto con Blaise y comenzamos a conversar. Desde entonces es como si fuéramos alguna clase de amigos más que simples compañeros.

Enseguida llegan Theodore y Pansy junto con Draco. Este último parece molesto por algo pero nadie parece realmente interesado en preguntarle, de todas formas, durante el camino se quejará de cualquier cosa que lo esté molestando.

Todos saludan rápidamente, acomodan sus maletas en los estantes metálicos arriba de nosotros y finalmente toman asiento.

Theodore se sienta junto a mi. No presto atención a nada de lo que dicen, pero por lo que escucho, Draco está de insoportable con sus estúpidos comentarios. Afortunadamente el tren comienza  avanzar y ahora sólo debo esperar a llegar.

Me concentro en mi libro de herbología, un libro que yo he armado desde mi segundo año en el colegio y del que estoy realmente orgullosa. Las plantas mágicas me gustan mucho y no he perdido la oportunidad de estudiarlas cuando tengo un poco de tiempo a solas. Mi padre dice que es una pérdida de tiempo. Pero siempre he soñado con convertirme en herbologísta, aunque sé que nunca se cumplirá.

Al menos sé que puedo soñar libremente, ese placer aún no me lo quita nadie.

Regreso a la realidad cuando Draco dice algún tonto comentario sobre Cedric Diggory. El chico que murió muy trágicamente el año pasado. A Draco parece causarle cierta gracia y aunque los demás parecen incómodos, ninguno de nosotros nos atrevemos a decirle nada a Malfoy.

Mi molestia aumenta y decido ponerme de pie para estar lejos de ellos un momento más. Ya casi llegamos al colegio, así que puedo escaparme durante un momento.

Di sólo un paso cuando Nott me toma con brusquedad de la muñeca. Sus dedos presionan con fuerza sobre mi muñeca.

Lo miro con pánico, mi cuerpo tiembla por un segundo pero trato de no demostrar mi miedo.

—¿A dónde vas? —me pregunta mientras me mira fijamente a los ojos. Supongo que busca algún rastro de mentira en mis palabras.

Los chicos nos miran con incomodidad, incluso a Draco se le borra su tonta sonrisita. Pero aún así, ninguno dice nada y se limitan a mirar la escena.

— Sólo quiero ir al sanitario antes de llegar. Casi llegamos —le contesto.

Afloja su agarre lentamente y me deja marcharme con un asentimiento, yo le dirijo una sonrisa antes de comenzar a caminar. Mi respiración regresa a la normalidad una vez que salgo de ese vagón pero aún así liberó un gran suspiro de alivio.

A Theodore le gusta tener todo controlado y eso me incluye. Siempre quiere saber a dónde voy, con quién estoy, qué hago, por qué lo hago. Quisiera desatarme de él, pero simplemente no puedo. Al menos no es tan fácil.

Él es mi prometido y yo debo obedecerlo en todo, ¿o no? Eso es lo que siempre me ha dicho mi madre. Que debo hacer todo lo que mi futuro esposo diga sin reprochar nada.

Pero no quiero. Ya no más.




Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro