Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

84

Cambiando el eje de mi vida, apostaba a un giro completo.

Nuevo trabajo, nuevo departamento, nueva ciudad, más amigos.

Desembalando pocas cajas, de un día para el otro me había encontrado solo entre cuatro paredes y hablando por Skype con mi hijo, quien toqueteaba la pantalla sin entender que su padre estaba más lejos de lo previsto.

Adolorido, intentando recuperarme de la bofetada que había resultado el divorcio, para cuando los papeles y los trámites de la división de bienes y la custodia de Tomy estuvieron claras, emigré de Buenos Aires en busca de aire puro.

Trabajando en el área de Legales de la Municipalidad de General Pueyrredón gracias a un viejo contacto de mi padre, en Mar del Plata había encontrado mi sitio. Por las tardes salía a correr o a caminar por la playa; después, volvía por la costanera para disfrutar del ocaso en su máxima expresión.

Agradeciendo a Sergio y a Guido por su compañía, los viernes nos juntábamos a tomar una cerveza bien fría y comer unas pizzas. Ninguna era como las que amasaba María Clara, desde luego.

Saliendo cada tanto a algún bar, me resultaba difícil empatizar con una mujer. Absolutamente todo me recordaba a aquella noche en la cual me despedí de mi soltería y conocí a Magali, la saboreé y me sentí atraído como jamás pensé.

Pocas eran las mujeres con las que me citaba en un café en plan "conocer"; muchas menos, llegarían a mi cama. Escéptico, prejuicioso, nostálgico...ninguna parecía estar a la altura de las dos mujeres que me habían marcado, a su modo.

Sentado frente a mi pc, borrando correos y buscando ofertas laborales más redituables y que representaran nuevos desafíos, envié un curriculum a un importante banco, que no era el comandado por Peters y Arismendi, el cual necesitaba de asesores legales para su departamento de hipotecas.

Entusiasmado, esperé el llamado por varios días hasta que, al fin, la entrevista se dio.

— Aguarden aquí por favor que ya los anuncio — la muchacha de pelo tirante y ojos verdes me sonrió coquetamente para tocar la puerta de una sala de reuniones con vidrios opacos. Desde adentro le dieron la orden de hacernos pasar a mí y al otro hombre de semblante recio y pocas palabras.

Agradecí con la cabeza sin saber que tendría que haberlo hecho con el corazón.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro