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En otra de sus caminatas nocturnas, Juno decidió ir a lo pisos de arriba, donde normalmente no pasaba en el día. Recordó que en el recorrido le habían dicho que no tenía permitido ir ahí.
Se adentró al corredor, menando su cola pues su curiosidad aumentaba al ver los pasillos. También tenían paneles donde se indicaba que contenían.
Caminó sin ruta específica, dando vuelta aquí y allá a ver qué se encontraba. Fue cuando descubrió una sala al fondo, entre ambas paredes. No tenía nombre u otra indicación.
Al tratar de abrir se dio cuenta que requería una contraseña, estaba protegido, lo que significaba que debía haber algo importante ahí.
Revisando que no hubiera personas alrededor, ingresó 1, 2, 3, 4. Pensó que le sería útil para abrir, pero solo hizo un ruido extraño y una luz roja se encendió. Intentó 4, 3, 2, 1, obteniendo lo mismo.
Chasqueó su lengua, pero luego se le ocurrió usar su dedo índice, lo extendió al panel y de este salieron unos rayos, hasta que una luz verde parpadeó. Entró a la habitación esperando ver tecnología, armas, o quizá una sala con artefactos de otros planetas, como tenía en el suyo.
Lo que tuvo a su alcance le decepcionó. No había más que un par de gabinetes y cajas metálicas, y cosas de valor que ya se esperaba. Explorando el lugar se dio cuenta que habían varias cantinas, y mucho, pero mucho alcohol.
« ¿Es la reserva de Freezer? »
Tomó una de las botellas de vino tinto y observó la etiqueta. Se hacía pasar importante por los sellos. La devolvió a su lugar, y comenzó a inspeccionar el resto, muchas marcas no las reconocía, y los envases eran muy lujosos.
Cuando se encontró con algo que sí conocía, sonrió de lado, viendo a su viejo amigo el whiskey. Tomó un vaso y abrió la botella, preparada para servirse un poco.
— ¿Se puede saber que estás haciendo? — la voz retumbó por todo el lugar.
Rápidamente, dejó la botella en su lugar tratando de no moverse mucho. Se giró para darle la cara a Berryblue, que llevaba las manos tras su espalda.
— ... ¿Usted qué hace? — le preguntó entrecerrando sus ojos. La mujer solo alzó una ceja, esperando su respuesta — Estaba abierto, quería ver qué había — se excusó caminando a la salida —. Deberían revisar su seguridad.
— Sí, porque la seguridad de esta nave puede ser violada con facilidad — pasó a su lado, sonriendo por su propio sarcástico comentario. La saiyajin hizo una mueca con sus labios. La había descubierto, pero no pareció molestarse o tener intenciones de delatarla — ¿Me pasas esa? — le preguntó antes de que se fuera, apuntando a una de las botellas que estaban hasta arriba del estante.
Al tenerla en sus manos asintió como agradecimiento.
— Sigue despierto — soltó de pronto, tomando una copa. Sin respuesta por parte de Juno, quiso especificar — Freezer. Aún trabaja.
— Bien por él — se encogió de hombros.
Berryblue rió por lo bajo, se notaba fácilmente que cualquier mención de él le hacía sentir incómoda, molesta, y aunque no quisiera mostrar interés su cuerpo la delataba.
Terminando de acomodar sus cosas, comenzó a acercarse a la salida con la saiyajin, que ya se encontraba fuera — Deberías tratar de dormir, tus ojeras se hacen más visibles cada vez que te veo.
Suspiró — Lo sé.
...
Juno y Nappa tenían una competencia de fuerzitas, hasta ahora el hombre parecía ganar, ya que tenía el brazo de su contrincante a medias.
Cuando decidió que fue suficiente, la pelinegra estampó el brazo de Nappa al otro lado, ganando el juego. Extendió su mano hacia Shitoh, quien resoplando le dejó caer un par de zeni.
— Hasta parece que lo haces a propósito — comentó ella — Apuesta por mí y siempre vas a ganar.
Juno volvió a posicionar su brazo, y esta vez Shitoh decidió ser su contrincante. Tomaron sus manos y comenzaron a aplicar algo de presión por ver quién cedía primero, aunque ella solo estaba fingiendo.
— Vamos a eliminar una población — dijo Vegeta mientras revisaba la tableta — Espero nos den buena recompensa por eso.
— Si lo hacen bien y rápido, probablemente. — sonrió. Luego miró a Raditz que estaba a un lado, tratando de resolver algo en su caja — ¿Qué te tocó? — preguntó inclinando su cabeza. El menor le enseñó sin mucho interés su juego, un nuevo laberinto con imágenes de una caricatura.
Nappa jalaba el poco cabello que le quedaba, pues no estaba concentrada y aún así resistía.
— ¿Cuando se van?
— Mañana. ¿Tú?
— En media hora — dijo, y dio por finalizada otra ronda del juego. El hombre soltó un quejido silencioso y comenzó a sobar su antebrazo por el dolor —.
Tomó un pequeño vaso con gelatina de postre y una cuchara. Se reclinó en la mesa y comenzó a comerla mientras observaba al príncipe revisar otras misiones.
El buen ambiente que se había creado pronto fue destruido. Zarbón se acercaba a su mesa, mirándolos con asco y superioridad como normalmente. Ya comenzaba a irritarle, pero como no convivían diariamente al menos le era posible tolerar su existencia.
— Lord Freezer requiere tu presencia — le dijo a la pelinegra. Su voz salió como veneno.
El grupo se tensó ante su orden. Una parte por miedo, y otra porque el de cabellera verde jamás desperdiciaba una oportunidad para humillarlos.
— Estoy ocupada. — contestó ella, arrugando su frente.
La mano derecha del emperador le lanzó un rayo de energía a su postre, destruyéndolo y haciendo que algunas partes cayeran en la mesa — Ahora — espetó alzando su voz.
La saiyajin se levantó a regañadientes, manteniendo la mirada mientras se acercaba a él y se cruzaba de brazos. Los dos partieron de la cafetería en silencio, pero quien pasara a su lado podría respirar el odio que se tenían uno al otro.
Juno se dio cuenta que se dirigían a la sala del trono, pues recordaba el camino cuando acompañó a Vegeta. Vio de reojo al peliverde, él mantenía clavada su mirada al frente con sus cejas arqueadas, aunque no le dijera nada el simple hecho de que ella estuviera a su lado le ponía de malas.
Se le ocurrió algo entonces, ya que parecía tomar mucha importancia a su imagen — Te van a salir arrugas si sigues haciendo esa cara — sentenció Juno, moviendo su cola animadamente al ver que la expresión de Zarbón cambió completamente. Como reflejo tocó sus mejillas y frente con suavidad, sin sentir alguna arruga o imperfección en su piel se relajó.
Al entrar a la habitación el silencio se hizo más pesado, al dirigirse hacia el trono pudo ver a otras tres personas arrodilladas, ellos apenas le hicieron caso, más estaban al tanto de su presencia. Se fijó en uno en particular, ya lo había visto antes, piel roja, cuernos oscuros que sobresalían de su cabeza, y un físico exagerado. Lo reconoció como uno de los generales, quizá los demás lo eran también.
Hizo una reverencia como saludo. Freezer parecía estar bien con eso, a comparación de los otros soldados quienes sí tenían que arrodillarse. No les agradaba cómo ella se paseaba por la nave como si fuese suya, con tanta altanería y cinismo, se cuestionaban como es que seguía con vida. Claro, era fuerte, pero habían otras personas que también lo eran. Supo cómo dirigir una misión, otros tenían más experiencia en ello. Y pese a eso, allí se encontraba la saiyajin, mirando al emperador directo a los ojos como si su título no significase nada.
— ¿Necesita algo? — su voz salió más grave de lo que le hubiera gustado, pero no perdió su compostura cuando Kikono entreabrió su boca.
El Changlong movió su cola, extrañamente complacido con la respuesta. Se divertía con su actitud. Achinó sus ojos, trazando una media sonrisa el sus oscuros labios — ¿Tienes algo mejor que hacer, Juno?
Nuevamente, le hizo sentir incómoda, por la forma en la que le miraba con tanta atención, y como siempre pronunciaba su nombre. Normalmente decía "soldado" "general" u otro título y luego usaría el nombre de algún pobre diablo para llamarle.
— Ya me iba, tengo una misión.
— Puedes despreocuparte por eso... Te asignaré algo mucho más importante.
Vio de reojo a los sujetos arrodillados, seguramente algo tenía que ver con ellos.
— ¿Y qué es?
— Una visita diplomática al planeta Tahïr, revisaremos tratados y acuerdos comerciales. Ya que la raza es agresiva nuestra visita no será bien recibida. Fungirás como parte de mi escolta.
— ¿Por qué yo?
— ¿Cuestionas mis órdenes?
Quería golpearlo. ¿Podía golpearlo?
— No — contestó, alzando sus hombros —, aquí estaré.
Los tres hombres se levantaron firmemente, queriendo intimidarla al dar unos pasos hacia el frente, sin embargo fallaron pues solo consiguieron que les mirara de la misma forma, solo que en ella era diez veces más amenazante.
Se adelantó a ellos y salió primero. Se dirigió directamente a los espacios de entrenamiento para desquitarse.
Volviendo más en la noche, sus compañeros se extrañaron de verla ahí, pero deshizo sus dudas diciendo que hubo un cambio de planes. No pidieron más explicaciones.
Al cabo de unos minutos sintiéndose ligeramente ansiosa, decidió asomar su cabeza a la cama de abajo.
— Raditz — le llamó, susurrando para no despertar a los otros — Oye, despierta.
Como no contestó, se bajó de la litera y se sentó junto a él — Raditz — insistió, moviendo su hombro —, levántate.
El menor despertó confundido, abriendo sus ojos poco a poco en lo que se ajustaba a la poca luz de su habitación. Distinguió a Juno frente a él, haciendo que se sentara aún adormecido — ¿Qué pasó?
— En la mañana iré con Freezer a uno de los nuevos planetas, dijo que serviría como una escolta... o algo así.
— Pensé que lo odiabas — murmuró al tallar sus ojos — Y que él nos odiaba.
— No es tan importante como para que lo odie, pero no me agrada en absoluto — contestó mirando hacia otro lado — ¿Conoces a las fuerzas especiales?
— ¿El grupo de mercenarios? — ella asintió — Dicen que son los más fuertes después de lord Freezer.
— Conquistaron ese planeta en menos de un día, y no estoy segura que todos los miembros hayan participado.
— ¿¡Qué!?
— ¿Quieren callarse? — Vegeta tiró sus cobijas de una patada. Irritado buscó la fuente del ruido, y al ver a sus compañeros de al lado juntos, su molestia cambió por curiosidad — ¿De qué hablan?
Juno dio unas palmadas en la cama, el peliflama fue con ellos y también tomó asiento recargándose en la pared.
— Iré como escolta de Freezer, al parecer otros generales lo acompañarán igual — le dijo su amiga —. ¿Ven por qué es extraño? No me han ascendido de simple soldado y esto parece importante.
No creía si quiera igualar la fuerza del capitán de las fuerzas, que según por lo que investigó de sus logros debía ser muy alto. ¿Entonces por qué elegirla a ella? En términos generales, era una novata en el ejército, apenas llevaba dos misiones y en su registro nada importante había sido marcado. Si bien quería resaltar, algo así de pronto le dio mala espina.
— ¿Cómo es esa raza? — preguntó el príncipe después de un silencio.
— En extremo agresiva, pero se calmaron al estar en presencia de seres más fuertes. No son estúpidos.
— ¿No crees que sea una trampa?
Raditz ensanchó sus ojos. No pensarían en matar a Juno, ¿verdad?
— ¿Para deshacerse de mí? No — arqueó sus cejas —, y si quisiera hacerlo sería de otra forma.
— Tienes razón... Además podrías vencer a esos tipos, eres muy fuerte y como dices, no usan su cerebro.
— Es correcto — sonrió a medias — Lamento haberlos despertado, pero se van antes que yo y quería avisarles.
A las 7:00, los saiyajin debían partir. Ya que se irían primero que ella, les acompañó nuevamente hacia las cápsulas. Ya era rutina que se despidieran.
— Oye, ten cuidado — le dijo Raditz.
— Te preocupas mucho por mí, ¿verdad? — pudo ver qué al menor le cubría un pequeño sonrojo en sus mejillas.
— Claro que no — chasqueó su lengua — ¡Es que no quiero que empieces a cuestionar a lord Freezer! Te vas a matar, eres una tonta.
— Yo escuché "¡Por favor no me dejes, Juno, eres muy importante para mí!" — exclamó haciendo una voz aguda.
— ¡Solo no hagas nada estúpido! — gritó, ya fastidiado.
Tras dar una carcajada, vio que Vegeta se acercaba, se cruzó de brazos y miró a otro lado — Lo que él dijo.
— Estaré bien — puso sus manos en sus cabezas y les revolvió el cabello — Hasta entonces no mueran.
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.
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No se le había ocurrido hasta que Kikono lo mencionó, hacer una investigación más a fondo del planeta. Al ojear una de las tabletas, alzó una de sus cejas ante la información presente. Revisó nuevamente. ¿Había algún error?
— ¿Este planeta tiene nueve lunas...?
— ¿Algún problema? — Freezer se giró a verla, al igual que el resto de las personas en la habitación.
— Me siento obligada a recordarle que al ver la Luna me transformo en Ozaru.
— Entonces quédate aquí.
— Pero usted... — sintió su estómago revolverse con odio. Quería decirle "usted me trajo aquí, estúpido", más solo apretó sus manos y trató de no hacer ninguna mueca, aunque para el Changlong era notoria su molestia —¿Haciendo qué?
Zarbón caminó a ella y le estampó una tableta en su pecho — Hay registros que llenar.
Dejándola con el artefacto en sus manos, observó como todos, menos Berryblue se iban.
Logró escuchar a los generales riendo, al igual que Zarbón y Dodoria. Freezer de seguro no se molestaría en revisar quien iría personalmente, ellos dos debieron hacer los registros.
« No puede ser... ¡Ellos ya sabían! »
...
Regresando del palacio, el emperador iba unos pasos al frente, y el resto de los caballeros murmuraban sobre la visita u otras cosas, como en el caso de Zarbón.
— Esa simio aprenderá su lugar — dijo él, antes de dar acceso a la sala.
Al abrirse las puertas, yacía Juno sentada en el trono de Freezer, reposando sus piernas en uno de los braceros mientras las movía con lentitud. Sostenía algo en su mano, no pidieron confirmar que era hasta que se adentraron más.
— Bienvenidos — sonrió, alzando un vaso — ¿Tequila?
Le tomó un par de segundos reaccionar ante su pregunta. Pero siendo justos, ¿qué iba a contestar?
La manera en que les miraba– ella sabía su valor, y quería que todos lo hicieran. Si planearon humillarla, invirtió los papeles haciendo quedar a sus mejores hombres como niños de cinco años.
— ¿De dónde sacaste eso? — preguntó, inclinando su cabeza. Quitando el tremendo impacto que le dejó el verle ahí, tenía curiosidad pues a los soldados no se les permitía tomar en horas de trabajo.
— La cantina estaba abierta — explicó encogiéndose hombros. Se levantó, recorriendo las escaleras hasta abajo y mirando a Berryblue por un segundo. Freezer siguió sus ojos, encontrándose con la de cabello blanco también sosteniendo un vaso con alcohol. Al percatarse, tan discreta como pudo se llevó las manos a la espalda — Revisen la seguridad — habló la saiyajin, captando su atención nuevamente —, algo malo podría pasar un día de estos.
Siguió caminando.
— Ah, aquí están los reportes — empujó la tableta al pecho de Zarbón como él había hecho, a excepción de que él casi pierde el equilibrio por la fuerza que usó — Me tomé la libertad de corregir tus errores ortográficos.
Dio un sorbo del tequila — ¿Y como les fue, caballeros? — preguntó recargándose en una de las columnas — Ya que me trajeron como escolta, y me quedé aquí, quisiera saber de lo que me perdí.
Seguro Freezer la asesinaría por su osadía, y por la falta de respeto al estar en el trono como si fuese suyo.
— Se niegan a seguir órdenes, no me quedará de otra más que destruirlos.
Fue sorpresa para todos verle tan calmado. Podían jurar que un poco de intriga brillaba en sus ojos, siguiendo a la saiyajin conforme ella se movía más al fondo de la habitación, dirigiéndose a los ventanales.
Se negaban a aceptarlo, ¿por qué demonios seguía con vida?
Freezer salió en su nave de transporte, apenas a una distancia corta de la gran nave. Alzó su dedo índice, y de este se formó una esfera rojiza, con rayos anaranjados envolviéndola conforme crecía.
La joven pensó que, con un ataque tan grande como un planeta estándar, apenas haría un agujero en Tahïr. Pero al acercarse la esfera, dejaba un rastro de destrucción. Los nueve satelitales y el planeta entero iban siendo opacados por ese gran poder. Había visto al rey Vegeta destruir planetas, pero uno a la vez, y si eran muy grandes requería de ayuda.
Juno entendió por qué todos le tenían tanto miedo. Su poder era mayor de lo que se hubiera imaginado.
Lejos de temer o impactarse como los otros, ella había desviado su vista a él, lo observó unos segundos, riendo ante la desgracia de los más débiles. Era sádico, sin duda alguna. Cuando el imperio pasó a sus manos, jamás había convivido con él, escuchaba a algunos soldados hablar sobre el ser tan despreciable y sanguinario que era Freezer.
Maravillada por los fuegos artificiales – como escuchó que les llamaba – miró nuevamente y con una sonrisa en rostro como el planeta se consumía en un súbito caos.
°•°•°
Quiero hacer un fanfic de Broly–
Gracias por leer uwu ✨
JadeOkumura.
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